Ola mi nombre es marynuyasha91 y les he traido un fic super lindo pero ala vez con un poquito de lima pero no se preocupen es una lima suave ,no hay porque sorprenderse, CABE DECIR QUE ESTE FIC NO ES MIO SOLO LO ESTOY SALVANDO DEL OLVIDO EN EL QUE ESTABA, porque me dolia ver un fic tan lindo y apasionado en el completo olvido por lo que no cambie ni una solA palabra todo esto es obra de CAMICHANy me siento orgullosa de sacarlo del olvido, gracias y si le van a mandar su opinión dejenlos que yo me encargare de hacerselos llegar ok bye gracias por su atención.

Personalmente me encantan series como inuyasha y ranma1/2 y es un honor para mi publicar esto

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:Primera Parte: Miedos y Confesiones:

Ranma atravesó los marrones ojos de Akane con una mirada que la desnudó al entero; luego, lentamente, posó su mano en su hombro, haciéndola estremecer, para después deslizarla hasta llegar a su cuello, que acarició suavemente. Entonces, se acercó más a ella, para poder respirar su aroma. Akane temblaba; su corazón latía como enloquecido, sus mejillas lucían un coqueto encarnado y su respiración se había vuelto entrecortada: estaba suspirando y no podía evitarlo. A Ranma le encantaba sentirla así, tan frágil, tan vulnerable, tan inquieta por tenerlo cerca, por estar con él de esa forma. Y cuando comenzó a suspirar, un escalofrío recorrió todo su cuerpo... escucharla lo volvía loco, era como si algo estallara dentro de él, muy dentro de su ser.

- Akane...

Ranma susurraba sensualmente en el oído de Akane, provocando así un aumento considerable de sus suspiros; su aliento resbalaba tiernamente por su oreja hasta su cuello.

- Voy a confesarte algo...

La voz de su prometido se volvía una melodía que llenaba por completo todos sus sentidos. Ranma, delicadamente, la tomó por la cintura y la atrajo hacia sí.

- Me encanta estar así contigo...

Akane apoyó dulcemente su cabeza en el pecho de Ranma, quien la estrechaba entre sus brazos.

- ¿Sabes... por qué?

Akane negó con un ligero movimiento, provocando una sonrisa en su prometido.

- Sé que lo sabes, Akane, hace mucho tiempo que lo descubriste...

Él la tomó cariñosamente del mentón, para mirarla directamente al rostro. Sentía su corazón latiendo fuertemente, y sus ojos se habían ligeramente cerrado. El ritmo de su respiración aumentaba, pero ella intentaba autocontrolarse, sin, en todo caso, mucho éxito.

- Porque, tú... eres mi razón de existir, eres tú el Sol que me alumbra en las mañanas y la Luna que me seduce de noche, eres el principio y el fin de todo, eres lo que siempre soñé sin merecerlo, porque cada día que pasa crezco contigo y soy feliz así...

- Ranma...

Akane apenas lograba articular el nombre de su prometido, todos los sentimientos y pensamientos se le agolpaban, quería decirle tantas cosas al mismo tiempo y contarle todo lo que lo amaba, al punto en que no podía expresar palabra, y solamente lograba sujetarse de su cuello y atraer su rostro hacia ella, buscando sus labios.

Ranma la detuvo un instante, a menos de un milímetro del tan esperado encuentro, para tiernamente decirle:

- Gracias por hacerme tan feliz, Akane... yo te amo.

Entonces, el milímetro se volvió invisible y Ranma unió sus labios con los de ella, abrazándola más aún, estrechándola contra sí para no dejarla ir nunca. Y Akane, embelesada, se separaba sólo para respirar un poco y volver a unir sus rostros, una y otra vez, tan lentamente, como si la vida se le fuera en ello.

Quietud. Calma.

¡RRRRRRRRRRRIIIIIIIIIINNNNNNNNNNNNNGGGGGGGGG!

- ¿Qué¡Oh, no puedo creer que haya sido sólo un sueño¿Y qué hora es¡¡LAS 7:45¡¡NO LLEGARÉ NUNCA!

¡Nnniiung! Akane-chan corriendo a la velocidad del sonido por el Dojo Tendo.

- ¡Akane, el desayuno está listo!- Kasumi la llamaba desde la cocina.

- ¡Ya voy Kasumi/¿Por qué será que mi hermana no me despertó? Dios¡probablemente el chiflado del director me tenga haciendo el aseo de los baños por una semana/

Akane corría hacia el baño, sumergida en sus pensamientos, cuando

- ¡PAFF! chocó fuertemente contra una masa difusa. ¿Un mueble¿Un objeto? No... una persona. Y más precisamente esa persona. Esa con la cual no dejaba de tener sueños últimamente...

- ¡Oye Akane! Ten más cuidado por dónde vas.- el chico retrocedió un paso para chequear que su prometida no se hubiese hecho daño.- Buenos días.

- Por ahí debiste haber partido, Ranma. Buenos días.- Recién entonces lo miró a los ojos, esos profundos y azules ojos llenos de preocupación por ella. No pudo evitar enrojecer un poco, sólo un poco, a penas perceptible.

[Gracias por hacerme tan feliz, Akane... yo te amo.

- Oh, verdad, ese sueño... si sólo no hubiera despertado tan pronto... en realidad, me gustaría haber dormido para siempre.../

-Ranma...

- ¿Qué?

- ¡DIJE LO ÚLTIMO EN VOZ ALTA?- Ah... eh... esto... yo... por qué... ¿Por qué estás en pijama todavía, si tenemos que ir a la escuela?

Ranma vestía sus ya clásicos boxers y una polera sin mangas.

- Alóo, Tierra llamando a Akane...- Ranma hacía mímicas espaciales- ¡Hoy es domingo!

- ¿Qué¡Ah! Oh... con razón no me desperté antes.../seguro que se me quedó la alarma puesta, diablos./ Bostezo Ajum, bueno, entonces puedo seguir durmiendo... con permiso.- Y la chica dio vuelta para dirigirse a su habitación.

- ¡Epa!- Ranma la sujetó de la muñeca y la volteó hacia él, sorprendiéndose Akane en el intertanto- ¿Por qué tanto gusto por volver a dormir¿Soñando con alguien?- preguntó con el entrecejo ligeramente fruncido.

- ¿Qué? -Rubor total- ¿Yo/¿¿Cómo lo supo¿Y por qué crees eso?

- Porque tienes una cara de felicidad por volver a la cama...

- Ranma¿nunca has tenido un sueño del que desearas nunca despertar?- preguntó Akane con ojos soñadores.

Ranma soltó su muñeca y la miró fijamente a los ojos. Akane se estremeció. Esa mirada era igual a la de su sueño, y no había mejor descripción para la sensación que le producía: la desnudaba. No sólo en el plano físico, también en el emocional; ahondaba en su alma destapando cualquier secreto, cualquier traba.

- No, Akane... no sueño mucho, tampoco. Sólo de vez en cuando. Pero ni se te ocurra volver a pensar en no despertar de un sueño¿me entiendes? Porque algunos deseos son peligrosos.- Hizo una pausa, como dudando en continuar o no.- ¿Qué haríamos todos aquí si tú nunca volvieras a despertar/¿Qué haría yo sin ti/

- Ranma.../Debo estar soñando todavía. Sí, seguramente eso debe ser. Está siendo muy gentil conmigo... Sí, estoy soñando./ Pero, Ranma¡mi sueño era demasiado hermoso!

- Siempre es mejor la realidad, Akane.- Ranma le entregaba una sonrisa.- Sólo tienes que darte cuenta...

- /Lo único que me estoy dando cuenta es que me voy a derretir si me sigues mirando así/ Eh… sí, bueno… – las mejillas de la menor de las Tendo se tornaban cada vez más sonrosadas.– Pero todavía tengo sueño. Así que si me disculpas, mi camita me esper– No pudo terminar, porque Ranma se había interpuesto entre ella y la puerta de su habitación. Akane lo miró asombrada.

– ¿Qué pasa, Ranma?

– Nada de seguir durmiendo, perezosa.– La regañó.

– ¡Oye, pero qué te …!– La chica ya empezaba a molestarse, pero su aura de combate se redujo a nada cuando Ranma le sonrió traviesamente.

– Quiero practicar temprano hoy. Acompáñame, así, en vez de seguir durmiendo, pasamos algo de tiempo juntos¿te parece?

Akane concluyó que DEFINITIVAMENTE continuaba dormida. Eso, o Ranma tenía un hermano gemelo amable. O algún espíritu lo había poseido. O…

– Entonces, apúrate y vamos. – Continuó el chico, empujándola dentro de la pieza. – Te espero.

Akane, en su shock mental, siguió las instrucciones de su prometido.

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En el Dojo…

Ranma practicaba unos cuantos golpes, atacando a un oponente invisible, mientras esperaba que finalmente Akane apareciera.

– /Cómo se tarda esta mujer. Estoy completamente seguro de que TODAS las mujeres del mundo se demoran una eternidad para vestirse. :N.de la A.: Ranma¡ERES UN MACHISTA! Los hombres también se demoran bastante, se los digo yo…: Tampoco entiendo qué tanto se arregla, si es cosa de ponerse el gi no más… y, de todas formas, con cualquier ropa se ve bonita… RUBOR-RUBOR Ah… ¡esta vez no debes flaquear, Ranma Saotome! Esta vez sí se lo diré, le confesaré todo lo que…/

– ¡Ya llegué, Ranma!

¡TAK! Del susto, Ranma cae al piso con el signo Takahashi en ambas manos : Oh, vamos¿cómo no van a saber cuál es ese signo? El dedo pulgar, índice y meñique extendidos. Aparece cuando alguien es sorprendido, o en la mayoría de las ocasiones, golpeado º:

– ¿Qué pasa¿Te asusté?

– Noo, cómo se te ocurre… /Casi me muero del susto. Por un momento, creí que estaba pensando en voz alta./ Practiquemos.

Los dos jóvenes comenzaron a practicar juntos. Ensayaron algunos katas, y luego comenzaron un enfrentamiento. Ranma corregía unas pequeñas fallitas de Akane, y ella, sorpresivamente, no se enojaba sino que las tomaba como crítica constructiva y es más, le hacía caso. La chica lo hacía cada vez mejor, y a Ranma ya le estaba costando más esquivarla, porque, como siempre, él no la atacaba.

– ¡Vamos, Ranma!– Le gritaba Akane, jadeando. – ¡Atácame¡Seguro que podré cubrirlo!

– ¡Ni ahí!– Respondía Ranma, con la respiración ligeramente agitada.– Si no alcanzas a esquivarlo y te golpeo… /no me lo perdonaré nunca/.

– Pero, Ranma… uff uff Tú sabes que eres capaz de detener tu golpe si es necesario, como esa vez en… – Akane recordó aquella vez en Ryugenzawa, cuando Ranma atacó a Shinnosuke, y ella se interpuso pues el último estaba sufriendo un desmayo. Sin embargo, no quiso terminar su oración, porque recordó también los ojos vacíos de Ranma murmurando "Entiendo… no te volveré a molestar, Akane.", y cuánto sufrió ella misma pensando que, por un malentendido, su historia con Ranma había estado a punto de acabarse.

– ¿… en Ryugenzawa, verdad?– Preguntó Ranma, con cierto tono de enfado, justo lo que Akane no quería.– ¡HOP!– En la distracción de la muchacha, Ranma le lanzó una suave patada a los pies, que la hizo perder el equilibrio y caer entre los brazos del joven.– ¡No te desconcentres! – Prosiguió Ranma con Akane en sus brazos. – ¿Ves que, cuando te ataco, no puedes rechazarme?

¡¡Eso último tiene doble-sentido, queridos lectores! º:

Akane estaba muda, y roooja como un tomate maduro. Ranma, en cambio, seguía como si nada, y, doblando las rodillas, se dejó caer sentado al piso, sin soltarla.

– Ranma…– ¿Se dan cuenta de que cuando no sabe qué decir, Akane siempre sale con un "Ranma" suspirado? Jejeje.:

– No me gusta recordar esa parte de la historia, Akane.

Akane entonces recordó que había mencionado a Ryugenzawa.

– Sí, yo… lo siento Ranma, se me escapó, a mí tampoco me agrada mucho recordarlo. /Porque cada vez que lo hago, esta sensación de que te estoy perdiendo vuelve a mí y me hiere tanto…/

– No me gusta recordarlo porque, cuando lo hago, vuelve el sentimiento de rechazo que experimenté cuando creí que preferías a ese idiota de Shinnosuke.– Los sentimientos del chico salían a la superficie sin que éste intentara detenerlos. Akane lo miraba, sorprendida.– Bueno, pero todo eso ya pas–…

– ¡No digas eso, Ranma! – Akane posó tiernamente su dedo índice en los labios de su iinazuke, impidiéndole terminar la última palabra, y continuó, con ojos llenos de preocupación.– Yo ya te lo expliqué, te lo he repetido muchas veces: Yo nunca preferí a Shinnosuke sobre ti. – Ranma se ruborizó instantáneamente al escuchar aquella afirmación.– Él se estaba muriendo por haber salvado mi vida tantos años atrás, yo estaba en deuda con él, y justo cuando peleaban le dio un ataque… Con la fuerza de tu golpe, podría haber muerto.

– Pero, Akane, tú también dijiste que…– Akane lo interrumpió.

– Déjame continuar, Ranma. Sé lo que vas a decir, cuando él se me declaró, yo le dije que "no lo odiaba", como no odio a… qué sé yo, como no odio a Ryoga ni a Mousse, por ejemplo¡pero nunca dije que lo amaba! Además, rechazarlo totalmente habría sido muy cruel de mi parte, tomando en cuenta cómo estaban las cosas en ése momento…

– Ay suspiro Akane, ya lo sé, ya lo sé, es sólo que no puedo evitar el recordar esa sensación…

– Perdóname, Ranma… – Pedía la chica con ojos implorantes.

– ¿Eh? No, Akane, no me pidas perdón, si al final fue un malentendido, no… – Akane se aferró más al muchacho, y recién entonces Ranma se dio cuenta de que la había estado abrazando todo el tiempo. También se dio cuenta de que no tenía la más mínima intención de soltarla::Ehhh 0 patuuudito: y que era el momento apropiado para decirle…

– Aún así, lo lamento mucho, Ranma…

– A-a-Akane. – El chico comenzó a tartamudear, los nervios lo traicionaban; sin embargo, logró autocontrolarse y apartó ligeramente a su prometida, para poder verla a los ojos.

– ¿Qué pasa, Ranma? – Inquirió Akane, que tampoco quería dejar de abrazarlo. : Chiss, a Ranma, NADIE quiere dejar de abrazarlo :

– A..Akane, yo creo que éste es el momento perfecto para decirte algo que te he ocultado desde hace mucho tiempo. – Akane lo escuchaba, espectante.– Pro… probablemente tú ya lo sepas, es más, creo que de un último tiempo a esta parte ha sido bastante obvio, me era cada vez más arduo mantenerlo en secreto.

– ¿De qué se trata, Ranma?

– Espera, espera. Para mí es muy difícil decir esto, verás… ¿Akane, hace cuánto que nos conocemos? Hace ya tiempo¿verdad? Si bien al principio no nos llevábamos muy bien¿"Muy bien"¿No estará exagerando: con el tiempo nos fuimos volviendo más… eh… "amigos"¿verdad?

– Sí… sí. ¿Amigos¿Amigos¡¿SÓLO AMIGOS/

– En un comienzo, nos oponíamos terminantemente al compromiso, porque…

– Fue decisión de nuestros padres.– Le interrumpió Akane.

– Claro. Mas, luego de todo lo que hemos vivido desde que nos conocimos, a mí… a mí ya no me gustaría romper el compromiso.

Akane lo miró sorprendida.

– No es que alguien quiera romperlo, lo que intento decir es… ¡Dios, por qué es tan difícil! – En su desesperación, Ranma golpeó el piso.– Me refiero a que… después de todo esto, después de Ryugenzawa, cuando casi terminamos; después de la batalla contra Saffron, cuando casi…– Ranma tomó aire; todavía le daban escalofríos cuando recordaba aquello.– cuando casi… mueres; después de nuestra última boda fallida, yo… yo ya no puedo seguir ocultándolo.

Akane no podía evitar los frenéticos latidos de su corazón. Ranma¿Ranma iba a…?

– Te amo, Akane.

Ranma… lo había dicho. Había reconocido que la amaba, aunque ella lo supo en Jusenkyo; porque aunque él no lo había gritado, en su desesperación de creerla sin vida, lo había sentido. Y ella también lo había sentido. Obviamente, después Ranma lo negó todo. Y ahora, lo había dicho. Y ella se había paralizado. Allí, en ése momento. Estaba tan contenta, tan contenta; pero había algo más… ¿era acaso miedo¿Pero, miedo¿Por qué miedo? Habían sido las tres palabras que había esperado toda su vida, y habían salido de los labios del hombre del cual siempre quiso escucharlas. ¿Entonces, cuál era el problema? Akane seguía muda.

– ¿A… Akane? No es que esté esperando una respuesta, pero…

¡Oh Kami! Ella quería decirle que lo quería¡pero no podía pronunciar las palabras¿Por qué de repente todo se le volvía difícil?

– … Pero al menos ahora ya puedo hacer esto.

Ranma la tomó de la cintura y la guió hacia él; ella enseguida se percató de su intención: quería besarla. Akane todavía no podía articular palabra. La verdad, deseaba ansiosamente besarlo y, al mismo tiempo era lo que más temía; pero si hasta hace un minuto estaba segura de que se había enamorado de él¿qué diablos le estaba pasando ahora?

Sus rostros quedaron a escasos cinco centímetros.

– Ahora que ya te lo dije, me siento mucho más aliviado, Akane. Pero, quiero decirte otra cosa también… todas las veces que te llamé fea, marimacho, kawaiikune… – Akane frunció ligeramente el entrecejo;todo se volvía extrañanemente familiar.– Era mentira. Eres tan hermosa, Akane, que cada vez que te veo, sólo quiero abrazarte y…– La distancia entre sus labios se encogía drásticamente.– …besarte.

– ¡Oh, no¡Ranma, no¡Deténte, deténte, deténte/

BUMP-BUMP-BUMP (Pasos)

TLAKATLAKATLAKA (Puerta corrediza abriéndose)

Cartel del Panda: "KASUMI DICE QUE VAYAN A DESAYUNAR".

Al entrar Genma-Panda, Akane se había reincorporado de un salto.

– ¡B–– buenos días, Tío! Voy al tiro.– Y la chica salió volando del dojo.

Cartel del Panda: "¿POR QUÉ AKANE ESTABA TAN AGITADA?".

Cartel más pequeño: "¿EN QUÉ ESTABAN USTEDES DOS?"

Ranma estaba tirado en el piso con cara de pocos amigos.

– Exacto. ¡"Estábamos", hasta que llegaste, viejo!

Genma saca un pincel y comienza a escribir otro cartel: UUUY, MI HIJO ES UN PICARÓN

¡PAFFF! Ranma destroza el cartel en la cabeza del panda.

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Durante el desayuno…

Akane había llegado a la mesa, se había sentado, había fijado la vista en su plato y no había pronunciado palabra. La muchacha era un libro abierto; cualquier persona pudo haber intuido que algo ocurría.

Ranma había llegado a la mesa, había mirado a Akane, quien no lo miraba de vuelta y seguía con la ojos bajos. Se había sentado a su lado, y sintió que todo el cuerpo de ella se tensó cuando lo hizo. Prefirió quedarse callado y concentrarse únicamente en comer.

– /Tal vez no debí decirle nada… aunque ahora ya me siento mejor./

Poco tiempo después, ya estaba toda la familia sentada a la mesa. Soun seguía con el cepillo de dientes en la boca, Genma comía… como un animal, Nabiki bostezaba una y otra vez, Akane ni se movía, Ranma parecía triste. Mientras servía más arroz, Kasumi notó que algo raro estaba ocurriendo.

– ¿Será el cepillo en la boca de papá/– Papá, termina de lavarte los dientes.

– ¡Oh! Gracias, hija. Se me había olvidado.

– /Mmm no, no es eso lo raro. Veamos… ¡Ya sé/ Akane¿te sucede algo?

Akane se ruborizó al instante de escuchar la pregunta, y casi dejó caer su plato.

– Eh…eh… No, Kasumi, no me pasa nada.

– Es que no has dicho nada desde que estamos aquí… ¿Akane? – La menor de las Tendo se había levantado de la mesa.

– Debe ser porque todavía estoy media dormida¡muchas gracias por el desayuno! Voy a descansar un poco más. – Y partió como un rayo hacia su habitación.

Todos quedaron completamente extrañados.

– Ni siquiera terminó su desayuno¿sabes qué le pasa a Akane, Ranma?

– Lamentablemente, sí, Kasumi.

Recién entonces Soun soltó el periódico que había comenzado a leer.

– QUÉ LE HICISTE AHORA A MI HIJA¡RANMA!.– ¡La cabeza de Soun aumentó 10 veces su tamaño!

Cartel del Panda: UYUYUYUY, SI TE CONTARA, TENDO.

– ¡Viejo, te voy a matar! – Gritó Ranma, pero en vez de golpear a su padre, se retiró de la mesa rumbo al dojo.

– Están todos muy raros hoy…

– Bueno, yo me voy, tengo que ir a trabajar.– Nabiki se levantaba de la mesa.

– Pero si tú no trabajas, Nabiki.– Le recordó Kasumi.

– Claro que sí. Yo trabajo de los caprichos de otros…

– Ah, se me olvidó que tenías que cobrar tus deudas hoy…

– Ah, la estafa. Una vez que te acostumbras, se vuelve un vicio.

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Ranma había partido hacia el dojo sólo para no levantar sospechas; cuando estuvo fuera del rango de vista de los demás, partió corriendo hacia la habitación de Akane… y entró por la ventana, claro. Su prometida, cabizbaja, estaba apoyada en la pared, y se asombró muchísimo al verlo entrar.

– ¿Akane, qué te pasa?

– ¿RANMA¡¿Es que no sabes tocar una puerta¡Sal de aquí!

– Ah¿y si hubiese llamado me hubieras abierto, acaso?

Akane no respondió.

– Es obvio que estás así después de lo que te dije.

La chica lo miró con una sonrisa forzada.

– Seguro que ahora vienes a decirme que era un chiste¿no?

Eso ya era más de lo que Ranma podía aguantar. Violentamente acorraló a Akane contra la pared y posó sus brazos a cada lado de ella.

– ¡Cómo puedes decirme eso, Akane¡Claro que no es un chiste¡YO TE AMO¡No puedo creer que no me creas lo que tanto me costó confesarte!

– Ra.. Ranma.

Ranma se volteó, dándole la espalda a su prometida.

– Ya no te atreves ni a mirarme a los ojos… nunca debí decirte nada.

La voz de su iinazuke era tan, tan triste, que Akane no pudo contener el llanto y se lanzó hacia él para abrazarlo.

– Ranma snif perdóname, yo, yo… yo no sé qué me pasa, sé que estoy actuando como una tonta, pero es que me siento s-snif tan confundida… ¡pero por favor no digas que te arrepientes, Ranma!

Oh no. Oh no. Lo que él menos quería era que Akane llorara, peor aún si era por su causa. Escucharla llorar lo desestabilizaba, quería correr a consolarla, quería darle una paliza al culpable de sus lágrimas. Y ése culpable, era él.

El chico se giró nuevamente y estrechó entre sus brazos a su prometida.

– No, Akane, por favor no llores, lo siento, lo siento, lo siento! No debí enojarme, no debí gritarte, perdóname, puedes golpearme si quieres, pero te lo ruego, deja de llorar.

– No… snif quiero… snif golpearte… snif Ranma… ¿Cómo… voy a querer snif pegarte si hoy has sido maravilloso?

– Akane… – El chico la abrazó más aún.– Pero entonces¿por qué lloras?

– Yo, yo… – Poco a poco, la muchacha lograba calmarse.– Yo tuve miedo.

– ¿Miedo¿De… de mí?

– ¡No, tontito!.– Ella le sonrió tiernamente.– O quizás sí. Tuve miedo… de perderte… a ti.

Ranma abrió los ojos en sorpresa.

– ¿De perderme¿Pero cómo es eso?

– No lo sé, no lo sé, yo… tantas veces soñé con esto, contigo, con nosotros así, siempre creí que cuando mi sueño se volviera realidad, saltaría hacia ti para decirte que… que yo también…

Ranma esperaba. Akane, simplemente, no podía decirlo. Se separó de él, suavemente, y bajó la mirada.

Por una vez en su vida, Ranma había comprendido. Por una vez, no había supuesto cosas que no eran y, por una vez, supo exactamente qué hacer. El chico atrajo a su prometida hacia él y la abrazó, sólo para susurrarle…

– Está bien, Akane, en serio. No tienes que decírmelo. Yo sé que cuesta mucho hacerlo, pero para mí, definitivamente valió la pena. Yo… esperaré todo lo que sea necesario para que estés lista y… puedas… expresarme lo que sientes…

Ranma ahora la miraba directo a los ojos. Su mirada era tranquila, profunda, como un bello mar azul en calma. Akane se sentía extremadamente atraída hacia esos ojos… esos… labios…

Ranma acercó su rostro un poco más y la besó. Al dulce contacto de sus labios, Akane sintió electricidad por todo su cuerpo y Ranma, sencillamente, estaba en el cielo. El beso fue largo y tierno, pero para ellos sólo duró unos segundos; Ranma sentía urgencia de besarla otra vez, pero no quiso presionar mucho la situación.

– Arigatou, Akane-chan. – Le dio un suave beso en la mejilla. – Voy a seguir entrenando.

Ranma salió de la habitación con una cara mejor que todas las que Ryoga puso cuando algo bueno con Akane le pasó, y cerró la puerta tras de sí.

Akane sólo pudo recargarse contra la puerta, aún estaba mareada por todo lo que había ocurrido. Ranma le había dicho que la amaba, la había besado y… ella todavía podía sentir esos labios masculinos sobre los suyos propios… se llevó un dedo a los labios intentando retener esa sensación.

– Ranma…