jejeje hola!
Bueno, la primera parte de uno de mis fics...espero que la disfruten! :D
Antes del Comienzo
"Sé valiente y enfrenta tus miedos,
Se justo.
Siempre ten presente la amistad,
Y piensa en el amor de los que te rodean.
Se bondadoso.
Siempre ten esperanza,
Y nunca olvides la luz…"
Archivo número 427: SECRETO. Paso restringido
Ingrese clave para continuar: …
El erizo pulsó varías teclas con rapidez. Estaba nervioso, se notaba mucho. Respiraba con dificultad, como si tuviera algo en la garganta. Miraba constantemente la puerta de la habitación, la había sellado lo mejor que pudo. Pero en cualquier momento se darían cuenta que había un intruso en el edificio.
Decidió apartar esos pensamientos de su mente, no había tiempo que perder. Miró la pantalla de la computadora decidido, y apretó la tecla Enter.
Clave aceptada. Abriendo archivos
Video Diario de el A.R.K : Profesor Gerald Robotnick
En la pantalla apareció un video. Los ojos del erizo se iluminaron con una mezcla de emoción y miedo. No sabía que podía encontrar en ese diario de video, pero si sabía que respondería a muchas preguntas de su pasado. Y que revelaría muchos secretos, pero no estaba seguro de su quería saber todos esos secretos.
Respiró hondo para calmarse.
-He llegado muy lejos, no es momento de echarse atrás- se dijo. Buscó una posición más cómoda en la silla y puso en marcha el video.
La cámara enfocó uno de los tantos pasillos del A.R.K. Todos los pasillos parecían ser iguales. Con sus extrañas paredes metálicas, en las cuales casi siempre había una ventana la cual daba vista hacía un enorme planeta azul, La Tierra. Eh iluminados por unas pequeñas luces en el techo.
Pero este era distinto, estaba pobremente decorado con un sillón color crema, el cual estaba recostado contra una ventana. Pero esta no daba vista hacía La Tierra. Sino hacía una habitación, tenía el vidrio de un extraño color negrusco, que no permitía que la gente en el pasillo viera al interior de la habitación. Junto a la ventana había una puerta con una pequeña ventanilla, esta si era transparente.
En frente de la puerta estaban dos pequeñas criaturitas. Una estaba parada en los hombros de la otra.
Una de ellas, una pequeña niña, de unos cuatro años. Era rubia, su cabello estaba recogido en una cola de caballo, tenía una tez muy blanca. Llevaba puesto un vestidito color azul oscuro sin mangas, y unas zapatillas del mismo color. Sus ojitos azules estaban fijos en la criatura que se paraba en sus hombros
Sobre sus hombros estaba parado un niño erizo. Era más pequeño que ella, aunque era alto para su edad, tenía seis años. Su pelaje era de un fuerte negro, como el de la noche. Sus púas se alzaban hacia arriba. Y tenía en cada una de ellas una franja roja, también una franja roja le atravesaba la cabeza hasta llegar a su frente. En su pecho crecía una maraña de pelaje blanco.
Sus brazos y piernas se estiraban lo más que podían para llegar a la ventana. En ellos también tenía una raya vertical roja.
Llevaba puestos unos zapatos tenis azules, que estaban sucios y desamarrados. También traía un chalequito rojo, que tenía dos rasgaduras en la espalada para sus púas.
-Shadow ¡Me lastimas!- le gritó la niña al erizo que le había pisado la cara por accidente
-Lo siento- le respondió Shadow -Pero es que no llego a la ventana
-Te voy a levantar un poco más- le dijo la niña mientras lo impulsaba con sus brazos.
Shadow saltó de las manos de su amiga y se aferro a la ventana.
-¡Llegué!- gritó mientras sus ojos color rubí brillaban con entusiasmo.
Con esfuerzo se impulsó con sus brazos hasta que su cabeza quedó a la altura de la ventanilla.
-¿Puedes ver algo?- Le preguntó su amiga.
Apenas terminó la frase la puerta se abrió. La niña reaccionó y dio un salto hacia atrás. Las manos de Shadow se resbalaron y cayó al suelo de cabeza.
El erizo se levantó sosteniéndose la cabeza con ambas manos, sus ojos se humedecieron y rompió a llorar.
-¡Shadow, por Dios!- dijo el hombre que acababa de salir de la puerta, mientras tomaba en brazos al niño llorón -¿Qué diablos estaban haciendo?- le preguntó al ver que se había hecho un enorme moretón en la cabeza.
El era un hombre algo mayor, no tenía pelo en la cabeza. Pero tenía un enorme bigote color gris. Sus ojos estaban escondidos tras un pequeño par de gafas. Llevaba puesta una bata de laboratorio blanca, un pantalón café claro y mocasines negros.
-Yo solo…quería…verla- dijo el pequeño erizo entre sollozos-…llevamos…como…dos días….esperando
-Solo han sido unas horas- le dijo, aunque para un par de niños eso era una eternidad -Les dije que esperaran en el sillón
-Eso hicimos, abuelo- le dijo la niña, que había estado contemplando la escena en silencio.
-María, no me mientas-dijo el hombre en tono severo –Entonces, ¿como llegó Shadow a caerse?
-Yo le pedí que me ayudara a llegar a la ventanilla, me subí. Y cuando abriste la puerta me caí.- Dijo el erizo, ya se había calmado un poco -No es culpa de ella
-Tu siempre defendiéndola- dijo el profesor con una sonrisa burlona. Luego fijo su vista en el moretón de Shadow -Tenemos que verte esa herida…- dijo tocándole con suavidad la frente.
-¡No! ¡Yo quiero verla ya!- gritó sujetándole la mano -Por favor…- dijo mirando al hombre con cara de suplica.
El científico lo miró inmutable, pero poco a poco su expresión se fue relajando.
-Entren a verla, yo iré por el botiquín…-
Shadow y María gritaron con alegría. El erizo saltó de los brazos del hombre, y junto con su amiga corrió al interior de la habitación.
El video se detuvo, y la pantalla se puso negra. Luego una voz empezó a hablar al momento que unas letras aparecían en la pantalla.
-Ese día tuve que operar a Night S. Shadow y María estaban desesperados por verla.- Dijo la voz mientras las palabras que decía aparecían en la pantalla
-La razón de la operación fue que la estructura molecular de la pequeña se alteró de manera extraña, haciéndola sufrir un extraño ataque de amnesia y seguidamente volviéndola muy agresiva. Casi como si pensara que todos éramos sus enemigos. Después de esto cayó inconsciente. Actué rápido y la lleve al laboratorio. Shadow no entiende que fue lo que paso, ni María tampoco. Pero no los puedo culpar, son solo niños. Pero hay algo que me preocupa, yo tampoco se que paso…
En la pantalla apareció otro video, el cual empezó automáticamente.
Esta vez mostraba un extraño cuarto, también con las paredes de metal y una larga ventana que daba hacia La Tierra.
Este cuarto era algo curioso. En una de las paredes estaban pegados recortes de autos y de leones. En esa parte de la habitación había una cama color azul oscuro. Al lado de la cama había una mesita de noche en la cual descansaba una figura de acción de un león. De el otro la do de la cama había un estante lleno de juguetes como robots, figuras de acción de animales y varios autos miniatura.
El otro lado del cuarto era muy distinto, tenía recortes de conejos y de gatos en las paredes. También había un estante, pero en este había cientos de muñecos de felpa, varias varitas mágicas y un pony de juguete. Había una mesita de noche que tenía flores rosas pintadas, encima de ella había una lámpara la cual estaba encendida. Al lado de la mesita de noche estaba una cama color púrpura, sobre ella descansaba una niñita erizo. Sus púas estaban recogidas en dos colas a cada lado de su cabeza. Su pelaje era tan negro como el de Shadow, con las mismas manchas que el tenía, solo que de color púrpura y con una extraña forma que los hacía parecer rasguños. La raya que le atravesaba la cabeza terminaba en un fleco que a la niña le caía en los ojos. El fleco tenía la combinación de los colores de su pelaje, era negro con manchas púrpuras. Su cola descansaba sobre una de sus piernas, era muy larga y peluda, tenía la punta color blanco.
Llevaba puesto un vestidito de manga larga color lila con una flor en el centro del mismo, y unos zapatos tenis color blanco.
Sus enormes ojos color marrón no se despegaban del dibujo que estaba haciendo con su mano derecha. Ya que en su mano izquierda sostenía un conejo de felpa rosa, el cual era casi tan grande como ella.
La niñita dejo sus crayones a un lado y observó su dibujo, no era la gran cosa. Era el tipo de dibujo que se puede esperar de una niñita de tres años, ya que ella tenía tres años.
En ese momento alguien entro en la habitación, la niñita levantó la vista de su dibujo. Una sonrisa se dibujo en su cara al ver quien era su visitante.
-¡Hola Shadow!-
-¿Cómo estas?- le preguntó el erizo caminando hacia la cama de la niña.
-Estoy bien, pero me aburro mucho- le sonrió ella, mientras hacía ademán de bajarse de la cama.
Pero Shadow la detuvo, y la volvió a acomodar en la cama.
-El profesor dice que debes estar en cama todo el día –
La pequeña frunció el seño y cruzó los brazos.
-No es justo, ya no quiero estar sendada todo el día
-Se dice sentada- la corrigió, sentándose a su lado.
-Me da igual- dijo frunciendo el seño un poco más.
El erizo sonrió. Y empezó a hacerle cosquillas, la niñita cayó de espaldas en la cama retorciéndose de la risa.
-No tienes por que ser tan amargada- le dijo el, aún sin darle tregua.
-Esta bien…ya…déjame…- dijo la niña entre carcajadas, intentando apartarle las manos.
Shadow la dejo en paz. La niñita respiró hondo varias veces para recuperar el aliento.
Luego lo miro sonriendo.
-¿Quieres jugar con migo?- le preguntó
-Claro, siempre y cuando no juguemos con muñecas
-Las muñecas son tontas- dijo la niña haciendo un gesto de repugnancia.
-¡Star!- gritó el niño -¡No digas esas cosas!
La niñita rió un poco.
-De acuerdo, hermano
En ese momento el video paró, y la pantalla se puso completamente negra.
Shadow estaba sentado en la silla, rígido y con los ojos muy abiertos. Claramente abatido. Se había visto a sí mismo como un niño, no recordaba haber sido un niño, nunca. Pero ahora lo sabía. Y esa niñita…
-¿Hermano?- murmuro con voz temblorosa, mientras sus ojos se humedecían. -Tengo una hermana…- dijo de repente mientras torrentes de lágrimas de felicidad recorrían sus mejillas -¡TENGO UNA HERMANA, NO ESTOY SOLO, NO ESTOY SOLO!- gritó de repente saltando de la silla. Lleno de una alegría que no había sentido en mucho tiempo.
Desde la muerte de María se había sentido perdido y solo. Toda su vida había pensado que no había más criaturas como él, hasta que conoció a Sonic. Pero el hecho de que el nunca hubiera tenido algo parecido a una familia le afectaba mucho, pero ahora sabía que el si había tenido una familia ¡Tenía una hermana! Su mente se lleno de pensamientos relacionados con la niña.
Pero de repente una voz interrumpió sus pensamientos.
-Shadow…
El erizo se puso rígido y adopto una posición de pelea, mientras volteaba lentamente la cabeza hacía el computador. Había vuelto a aparecer un video, pero en este lo único que aparecía era el hombre calvo y con bigote del video anterior. Se encontraba solo, sentado en una silla en una habitación desierta. Shadow se relajo un tanto.
-Si estas viendo esto, es por que te encuentras en un futuro sin mi, y sin María- dijo el hombre con un tono de preocupación en su voz. -Es de suma importancia que este video no caiga en malas manos. Ya que contiene todos los secretos de tu pasado y el de tu hermana
"Otra razón de que veas este video es que hayas perdido tu memoria, y que quieras encontrar a tu hermana. En ese caso, quítate el guante de tu mano derecha"
Torpemente el erizo se quitó el guante con una chispa de curiosidad en sus ojos.
-Ahora busca dentro de él una piedrita azul- continúo.
Para la sorpresa de Shadow, encontró una piedrecilla azul, más pequeña que la cabeza de un alfiler pegada en el interior de su guante. La tomo con suavidad e intentó despegarla, pero la piedrecilla estaba bien agarrada al guante. Volvió a tirar de ella un poco más fuerte, pero esta no se despego. Desesperado sujetó el guante fuertemente y aló la piedrecilla lo más fuerte que pudo. La piedra cedió, y se despegó.
Shadow la miró con detenimiento.
-¿Pero que…?- murmuró. Pero antes e que pudiera terminar, la piedrecilla empezó a tintinear con una extraña luz blanca y se expandió en su mano hasta hacerse de el tamaño de una pelota de beisball. Luego emitió un extraño brillo, y casi de inmediato lanzó un rayo justo hacia los ojos del erizo. Casi de inmediato Shadow se dio cuenta que esa esfera era una máquina.
Dio un grito de alarma he intentó soltar la piedra, pero no podía moverse. Su vista se empezó a nublar y de repente todo se volvió una mezcla de colores. Sintió como si su cuerpo fuera tan liviano como una pluma.
Su vista se aclaró un poco. No eran manchas de colores, eran imágenes. Entonces todas empezaron a moverse, cada vez más rápido hasta que todo volvió a convertirse en un revoltijo de colores. Imágenes, recuerdos, sentimientos. Todo pasó con la fuerza de un torrente. En eso escasos segundos, lo recodo todo. Su infancia, sus conocimientos, todas su memorias volvieron. Tenía dieciséis años, casi diecisiete. Los cumpliría en un par de meses.
De repente todo cesó, las manchas de colores desaparecieron. Y su vista se aclaró de nuevo. Diviso las grises paredes de la habitación, y el computador no muy lejos de él.
Sintió de nuevo, el peso sobre su cuerpo y perdió el equilibrio. Cayó al suelo temblando, aún con la esfera en su mano. Su vista estaba en la esfera, pero su mente estaba en otra parte. Se sentía asustado, feliz, enojado y triste a la vez. Su cabeza era un revoltijo al igual que su corazón.
Pero poco a poco todo se fue aclarando.
Jadeo levemente, y se incorporó con dificultad. Se sujeto de la silla para ayudarse, aún estaba un poco mareado.
Miro la piedra con curiosidad, pero ya no era una piedra. Se había roto por la mitad, ahora se podía apreciar mejor, era como una extraña capsula. Dentro de ella se encontraba un collar con un colgante hecho de una extraña gema purpura, tenía una singular forma picuda que parecía una llama.
Shadow lo tomo con su otra mano y lo contemplo.
-Notaras que es un collar algo extraño- dijo el hombre, el cual al parecer había calculado cada segundo de lo que pasaría. -Tiene una forma parecida a la marca de tu pecho…
Shadow parpadeó un par de veces, y luego se apartó parte del pelaje blanco que cubría su pecho, recordando de qué estaba hablando. Justo sobre su corazón estaba la marca, el erizo no le vio ningún parecido. Su marca era roja, con la forma de una espiral, al la cual le salían cosas con forma de púas a un lado.
-El collar no te pertenece, es tu misión dárselo a su dueño. Lo único que te diré su dueña es la guardiana de la esperanza. Sabes todo sobre esa leyenda, y también sabes tu rol en ella. Pero debes dárselo cuando esté lista para cargar con los poderes del amuleto, si se lo das cuando no lo esté, puede que no pueda controlar el poder, trayendo horribles resultados. Mientras tanto, te ruego que lo cargues siempre contigo, se que así estará seguro.
"También te habrás dado cuenta que no te fueron brindados todos los recuerdos de lo que pasó en el en el A.R.K cuando la G.U.N la invadió."
-¿No todos?- repitió Shadow confuso
El hombre en la pantalla miró al erizo como si le costara decir lo siguiente.
-No tienes idea de lo que le pasó a tu hermana ¿me equivoco?
Shadow se quedó un momento pensativo. Recordaba correr con María por los pasillos, un disparo y…
Cerro lo ojos he intento apartar esos recuerdos. Tenía razón, no recordaba que le había pasado.
-Esa información será mostrada en el video a continuación. Presta atención, de otra manera no podrás encontrar a tu hermana.- el hombre tomo un largo suspiro.
"Una vez que encuentres a tu hermana, debes protegerla con tu vida. Si el poder que ella posee cae en malas manos, el mundo podría acabar. Sabes de qué hablo. "
Los ojos del joven erizo se oscurecieron cuando esos recuerdos llegaron a su mente.
De repente se escucharon unos gritos y golpes. El hombre dio un salto y se puso en pie.
-Me queda poco tiempo- dijo el hombre mirando la puerta de la habitación con angustia -Recuerda lo que te he dicho. Y Shadow…no nos olvides. Los amamos a ambos. Cuídense el uno al otro, y busquen a los otros guardianes para que la profecía sea cumplida.- Luego el hombre le dirigió una larga mirada, y la pantalla se puso negra otra vez.
Shadow miró la pantalla por unos segundos, algo confundido. Hasta que sus nuevos recuerdos vinieron en su ayuda. De repente adapto una expresión seria. Y con cuidado se puso el collar en el cuello. La piedra púrpura se perdió en el pelaje de su pecho.
En la pantalla apareció una imagen, era la de una erizo. Parecía tener unos trece años. Sus espinas negras con marcas púrpuras, increíblemente largas, caían por su espalda, mientras que sus otras púas, más cortas, se levantaban en el aire. Un poco de su cabello caía sobre sus ojos cafés. Su camisa y pantalón morados con triángulos blancos, se ajustaban perfectamente a ella. La camisa era muy larga, le tapaba la cintura. Su cola parecía la de un lobo, era larga y peluda, con la punta blanca. Sus zapatos eran prácticamente iguales a los de Shadow. Solo que negros y con propulsores amarillos terminados en dos puntas.
En su mano izquierda sostenía una paleta con distintos colores de pinturas, y con la derecha pintaba un paisaje en el caballete que tenía enfrente.
Shadow observó la imagen detenidamente, era la misma niña, solo que había crecido. Poco a poco la mano de la muchacha empezó a dar pinceladas en el caballete. El video comenzó.
La muchacha tarareaba alegremente mientras pintaba, cada par de segundos se asomaba por un lado del caballete para checar a su modelo.
Enfrente de ella, sentado en una banca estaba Shadow. Le daba la espalda, y no se movía, dando la impresión de que no sabía que ella estaba allí. Tenía la vista fija en el gran planeta azul que se alzaba frente a ellos, aunque no se veía completamente, ya que la ventana no era lo suficientemente grande.
La chica se puso ambas manos en la cadera y miró su obra terminada.
-¿Ya terminaste?- le preguntó el erizo volviéndola a ver.
-¡Te dije que no te movieras!- gritó lanzándole el pincel en la cabeza, el cual reboto suavemente en la frente del erizo y cayó al suelo.
-Deberías tomar clases para controlar el extraño impulso de agredir que tienes…
-Por favor, ni que te hubiera dolido…- dijo la muchacha refunfuñando.
Shadow la miro seriamente por unos segundos, de repente se sujetó la frente he hizo una mueca.
-¡No, mi cabezaaaaaaa!- grito mientras caía al suelo haciendo muecas –No, muero. Por que mi cruel hermana lo único que hace es golpearme, oh mundo por que yo…- luego sacó la lengua, y se hizo el muerto.
-Vamos Shakespeare, levántate de el piso. Soy menor que tu y no hago esas escenas…- dijo la muchacha pateando al erizo levemente.
-Tu me obligas a hacerlas- contestó levantándose del suelo de un salto.
Era increíble el parecido que tenían los dos erizos, si ambos hubieran sido de el mismo color, posiblemente la gente los confundiría. Probablemente una de las pocas diferencias (además del color) era el cabello y la cola. Los mechones de cabello que le caían a Star en los ojos eran muy largos, y su cola larga y peluda. Mientras que Shadow no tenía mechón alguno sobre los ojos, y su cola era la de un erizo común y corriente.
Ambos erizos se miraron unos momentos, pensando probablemente eso. Pero de repente una mirada de gravedad cruzó por los ojos de ambos. Star soltó la paleta con las pinturas que cayo al suelo con estrepito. Se colocó ambas manos sobre su pecho, y empezó a temblar ligeramente.
-Algo está pasando…- dijo.
En ese momento, las puertas de la habitación se abrieron, una muchacha humana entró atropelladamente a la habitación. Cayó de rodillas al suelo jadeando.
Ambos erizos corrieron a su lado.
-¡María!- gritó Shadow a la muchacha.
-¿Estas bien? ¿Qué esta pasando?- le preguntó Star a la muchacha, mientras ella y su hermano la ayudaban a ponerse en pie.
-Es… G.U.N, han irrumpido en el A.R.K. Y los experimentos del abuelo se volvieron locos…- dijo jadeando -¡Ellos quieren llevarse al abuelo, y acabar con ustedes!- gritó de repente con lágrimas en sus ojos.
Shadow se quedo perplejo. Star palideció y dio unos pasos atrás.
-Quieren atrapar a papá, y…matarnos…- dijo la erizo, su voz temblando.
María asintió levemente, y miró con gravedad a Shadow. Tomó ambas manos del erizo y las estrechó en las zullas.
-No podemos permitirlo, ay que detenerlos- dijo la muchacha aún sollozando -¡Shadow, tenemos que defender el A.R.K!
El erizo miró la bella cara de la joven. Su mirada se lleno de determinación, y su pecho se hincho con valentía.
-Tranquila María, no dejaré que tomen el A.R.K ¡Aunque me cueste la vida!- gritó Shadow
María abrazo al erizo con fuerza, Shadow se sonrojó ligeramente.
-Digo lo mismo- dijo Star de repente, sus ojos también llenos de determinación.
-Tú te quedarás aquí- dijo su hermano en tono firme
-¡¿Qué! ¡Esperas que me quede sentada, y ya!- gritó su hermana indignada.
-Ya me oíste, puede que esto nos cueste la vida, y no voy a dejar que mueras- le respondió Shadow.
Star apretó los puños, y su boca se abrió para mostrar sus dientes, la muchacha tenía los caninos muy grandes y afilados. Parecía que estuviera rugiendo.
Su hermano se acerco a ella de manera desafiante.
-Es por tu propio bien…- le dijo en un tono que desvalorizó a la chica.
Las orejas de la muchacha se bajaron, y la mueca en su cara desapareció. Esta vez mirando a su hermano implorante. Shadow la abrazó, y repitió las mismas palabras en su oído "Es por tu propio bien".
Luego, se dio la vuelta, y salió por la puerta. María también la abrazó con fuerza.
-Cuídate- le susurró al oído antes de seguir a Shadow.
La puerta se cerró detrás de ellos, y Star quedó sola en la habitación. La muchacha se quedó mirando la puerta, incrédula.
Su cara se transformo en una mueca de rabia. Dio un gruñido, y lanzo una fuerte patada a la banca en la que antes se encontraba Shadow, esta salió volando y choco contra una de las paredes metálicas de la habitación abriendo un gran hoyo en ella.
-No me voy a quedar aquí…no lo haré-dijo entre jadeos- No me quedare de brazos cruzados viendo como destruyen mi hogar, mi familia…- sus ojos se volvieron de un purpura intenso, mostraba sus largos colmillos, su cara contorsionada en una mueca de viva cólera – ¡Antes de hacerle algo al A.R.K tendrán que pasar sobre el cadáver de Night Star the hedgehog!
Con estas palabras salió a toda velocidad por la puerta.
La muchacha corría ágilmente por el largo pasillo que parecía interminable. S e movía a gran rapidez, aunque no tanto como su hermano.
Sus orejas se movían alertas, al igual que sus ojos. Miraba a los lados del pasillo, observando los números escritos en las puertas que de cuando en cuando aparecían. Por fin se detuvo en una puerta sin número. Giró el pomo y entro en la habitación cerrando la puerta tras de sí.
-¡Luna!- gritó acercándose a la cama purpura.
Era el mismo cuarto del video anterior, solo que la habitación había cambiado un poco. El lado de la cama azul había desaparecido, al igual que los recortes de leones y conejos en ambos lados de la habitación. Únicamente quedaba la cama purpura, los estantes y la mesita de noche.
Sobre la cama descansaba una gata negra. La punta de sus patas delanteras era color blanco al igual que el pelaje que tenía en el pecho. Su nariz rosa olfateó el aire, antes de abrir un ojo de manera perezosa y con una de sus patitas apartarse los mechones de pelaje que caían sobre sus ojos. Luego abrió el otro, sus ojos color azul marino, y miró a la chica.
-¡Levántate de ahí perezosa!- le dijo Star tomándola en brazos, la gata la miró confusa – El A.R.K está siendo atacado, y necesito tu ayuda para protegerlo, ¿cuento contigo?
La mirada de la gata tomó un brillo de determinación y asintió enérgicamente. Saltó de los brazos de la muchacha, al momento que unas alas angelicales aparecían en su espalda y una esfera azul sobre su cabeza. Una marca con la forma de luna y dos estrellas apareció en su frente. No era una gata común y corriente, era una gata-chao.
Los animales-chao eran poco comunes. Se les consideraba símbolos de buena suerte, ya que se que 5 de cada 1000 personas habían visto uno de estos seres en sus vidas. Los animales-chao son la unión entre un animal y un chao (pequeñas criaturas que se utilizaban como mascotas en Mobius). Estos se creaban cuando los chao decidían entregar sus huevos a madres adoptivas para que los cuidaran, cuando la criatura salía del huevo era una combinación entre su madre adoptiva y la biológica. Nadie sabía como sucedía esto.
Luna cayó al suelo con la gracia que caracterizaba a su especie y miró a Star como si esperara instrucciones.
La muchacha la miró satisfecha, abrió la boca para decir algo, pero no llegó a pronunciar palabra alguna.
La chica se congeló, sus orejas se movieron de un lado a otro. Se volvió bruscamente hacia la puerta.
La cámara enfoco la puerta, se escucharon pasos al otro lado.
De repente la puerta estalló en mil pedazos, y cinco hombres se precipitaron en la habitación. Todos estaban armados y uniformados. Sus ojos estaban escondidos detrás de unos cascos.
Shadow lanzo una exclamación y de un salto se puso de pie.
-No…por favor no…- dijo temiendo lo peor.
Pero para su sorpresa, cuando la cámara enfoco la habitación completa, no había nadie.
-¿Eh?- exclamó sin entender
Los hombres se precipitaron en la habitación y empezaron a revolver todo. Tiraron los cajones y esparcieron su contenido por el suelo, le arrancaron las sabanas y el colchón a la cama. Despedazaron la habitación.
Pero no había ni rastro de la chica, o la gata.
Uno de los soldados se acerco a la repisa, y tomo la fotografía que descansaba en ella. La miró con detenimiento, en su cara se dibujo una terrorífica sonrisa. La foto era de los pequeños Shadow y Star, ambos abrazados y sonriendo.
-Hey, Maxwell – dijo llamando a uno de sus compañeros – Esto es lo que planeo hacerle a esos monstruos cuando los encuentre – le dijo a su compañero mientras ponía la foto en su lugar y cargaba su arma.
El hombre apuntó el arma a la fotografía y puso sus dedos alrededor del gatillo, mientras su compañero reía. Pero nunca llegó a apretar el gatillo.
La cámara enfoco el techo sobre el hombre. Parada sobre una viga se encontraban una figura. Sus ojos purpura relucieron con ira en la oscuridad.
–Me parece que el monstruo es otro- dijo de repente una suave voz femenina desde el techo.
El hombre se dio una rápida vuelta sobre sí mismo, pero era demasiado tarde. Le arrancaron el arma de las manos y seguidamente recibió un fuerte puñetazo en la cara. El hombre cayó al suelo inconsciente.
Presas de la sorpresa inicial, los hombres se limitaron a observar a la joven mobian que se alzaba frente a ellos, serena pero desafiante con la pistola del soldado apuntando hacia arriba, justo hacia las luces. Entre sus piernas se refugiaba una gata chao negra, igualmente amenazadora.
De repente uno de ellos entró en razón.
-¡Rápido dispárenle, antes de que…!- gritó a sus compañeros, pero un disparo ahogó su voz, y las luces se apagaron.
Los soldados encendieron las luces de sus armas, y se pusieron espalda con espalda.
Las tenues luces apenas iluminaban la habitación.
De repente se vio una sombra a la izquierda, todas las ramas se dispararon al mismo tiempo. Dicha sombra apenas saltó sobre ellos y rápida como un rayo descargó una patada contra el soldado más cercano. Las armas se dispararon hacia esa zona, pero ya no había nada ahí, solo que ellos no lo sabían. Se escucharon golpes y gritos. Mientras una a una las luces se iban apagando, hasta que en la sala quedo un solo soldado en pie. Era Maxwell, temblando como un cachorro sosteniendo el arma con manos sudorosas. Miraba en todas direcciones alumbrando lo que estaba a su alcance con la luz de su arma.
-Tienes miedo, estas asustado…-susurro la voz de la chica a sus espaldas. Maxwell gritó y rápidamente se dio la vuelta disparando ciegas desde donde había venido la voz. Dejó de disparar y jadeó agitado, no le había dado a nada. Por unos segundos, que le parecieron eternos, ella no dijo nada-No, déjame disculparme. No estás asustado, estas aterrado…-
No supo de donde vino la voz esta vez, pero por si las dudas se dio una vuelta sobre sí mismo y empezó a disparar a ciegas por toda la habitación. Súbitamente se escucho un grito agónico, dejó de disparar y alumbro el techo.
La chica se sujetaba con una mano de la viga del techo, su brazo derecho caía inerte al lado de su cuerpo, varios hilos de sangre salían de una horrible herida en su hombro, y seguían hasta llegar a sus dedos, manchando sus blancos guantes de sangre.
-¿Ahora quien tiene miedo? -se rio el soldado apuntando a la indefensa joven.
-Solo fue un tiro de suerte brabucón, y creo que le pegaste varios a algunos de tus compañeros en tu primer descargue de balas.-dijo con una mueca de disgusto –pero tranquilízate, los revisé antes de que volvieras a disparar, uno de ellos tiene la rodilla molida por la bala, dudo que logren salvar su pierna. Pero el resto solo tienen heridas menores…-
El soldado fue palideciendo conforme ella le hablaba. Iluminó el suelo, había tres soldados tendidos boca arriba, el otro estaba boca abajo gruñendo en sueños con un hilo de sangre en la boca. Uno de ellos tenían el brazo izquierdo ensangrentado, el otro tenía el costado derecho manchado de rojo. Alrededor del tercero había un charco de sangre, el pantalón de su pierna derecha había sido rasgado hasta la altura de la rodilla, la cual tenía una forma desigual debajo del burdo vendaje hecho con la ropa rasgada.
-O Dios…- musito Maxwell soltando su arma, la luz no se apagó cuando el arma golpeo el suelo. Un sonoro rugido lo hizo darse la vuelta, una leona negra que apenas cabía en la habitación mostraba sus colmillos con una garra en alto dirigida hacia él, en su frente había un tatuaje de una luna con una estrella a cada lado. Tenía un enorme par de alas emplumadas que mantenía plegadas. Descargó el golpe contra el pecho del hombre, el cual cayó al suelo con un grito.
La leona se le puso encima liberando otro rugido, abrió las fauces dispuesta a clavarlas en el hombre.
-¡Alto, Luna!- grito la muchacha a la leona, emergiendo al lado del animal –Déjalo…
De mala gana la leona cerró las fauces, y se le quitó de encima al hombre. Se encaminó con paso lento hacia la puerta, cuidándose de no majar los cuerpos de los otros cuatro hombres, mientras una llamarada azul envolvía por completo su cuerpo. Cuando las llamas desaparecieron en el lugar de la leona apareció la gata chao.
La erizo le lanzó al hombre una mirada de desprecio antes de dirigirse hacia uno de los cajones que habían tirado al suelo, al lado del cajón yacían un par de brazaletes de oro con una gema azul incrustada en cada uno. La muchacha los recogió con cuidado con la mano izquierda y se puso uno en cada mano, con algo de torpeza. Luego siguió a la gata hacia la puerta.
-¡Espera!- gritó de repente el soldado -¿Por qué lo hiciste?
Ella se volvió hacia él con una expresión de asombro.
-¿Por qué ayudaste a mis compañeros, porque nos dejas vivir?...mi compañero, el de la rodilla es el que intentó volar a foto…- dijo, fijándose de repente que la chica sostenía en la mano sana la foto.
Ella parpadeó un par de veces, seria.
-Se que ustedes piensas que mi hermano y yo somos un par de monstruos sin sentimientos. Seres creados para destruir todo a su paso, eso fue lo que llevó a tu amigo a jugar de vivo con lo de la foto ¿verdad? – Dijo sin mostrar expresión alguna – Pues se equivocan, tenemos sentimientos y solo porque ustedes cree que soy un monstruo no significa que lo sea. No voy a dejar morir a un pobre hombre mal influenciado por qué me hirió…ahora me doy cuenta que yo, una creación de laboratorio, muestro mas compasión que ustedes…Ah, y respecto a ti, te necesito consiente para que evites que ellos tres se desangren.
Con gesto despreocupado salió por la puerta destruida, por la cual había desaparecido la gata momentos antes, dejando al soldado solo con sus inconscientes compañeros en la habitación. Esa chica, nunca la olvidaría…y aunque él no lo sabía, sus caminos se cruzarían nuevamente cincuenta años después, esta vez en diferentes circunstancias.
Shadow sonrió, orgulloso de su hermana.
Otra cámara mostró de nuevo a la chica, ella y Luna corrían a toda velocidad por el pasillo. No se toparon con nadie en el trayecto, eso le dio un mal presentimiento a ambas. Luna la miró de repente, interrogante.
-¿Qué a donde vamos? – Dijo sin mirarla, como si adivinara el pensamiento de la gata –Vamos a las capsulas de escape, por si Shadow, María o Papá se ven forzados a escapar tendremos listas cuatro capsulas…Tranquila tu vendrás con migo en la misma cápsula. Ya estamos aquí…
Star se quedó petrificada al igual que Luna enfrente de la puerta de la sala de capsulas de escape. En medio del pasillo, al lado de la puerta estaban tirados en el suelo cuatro soldados, todos inconscientes. Eso era extraño, los soldados que la atacaron a ella venían en un grupo de cinco, a menos que…
Rápidamente se volvió hacia la puerta de la sala y entró atropelladamente, apenas a tiempo para presenciar el disparo.
Fue justo en el momento que ella entró, el hombre enfrente de ella apretó el gatillo, escuchó la explosión y el cuerpo de la chica cayó inerte en el suelo.
Star gritó, el hombre reparó en ella y se volvió con el arma en alto, pero antes de que pudiera hacer algo Luna se le lanzó encima transformada en la gigantesca leona alada. La erizo corrió a trompicones hacia María, cayó de rodillas a su lado, la tomo en brazos y la sacudió.
-¡MARÍA, MARÍA!- sollozó, una mancha roja cubría el pecho su amiga, sus ojos azules permanecían cerrados, ya nunca nadie volvería a ver esos bellos ojos.
Dejó caer la cabeza sobre el cuerpo de su amiga y lloró sobre ella.
De repente algo la hizo parar de llorar, levantó la vista y se encontró con los ojos rubí de su hermano, empapados de lágrimas como los de ella.
Su mano estaba apoyada en el en la pared de la cápsula de vidrio que lo encerraba. Star levantó lentamente su mano izquierda y la puso en la superficie de vidrio sobre la de su hermano.
"Lanzando cápsula de escape"
La voz robótica sobresaltó los dos hermanos. Night Star miró el tablero de control a su lado, la palanca de lanzamiento ya había sido jalada.
-¡NO!- fue todo lo que pudo decir mientras su hermano era lanzado de la nave -¡Hermano!
Miró el lugar donde antes había estado la cápsula, lágrimas saliendo de sus ojos a borbotones.
Luna se acercó lentamente a ella dejando al soldado inconsciente en el suelo. La leona también lloraba, rozo levemente a Star con su cabeza. Star rodeó la enorme cabeza del animal con ambos brazos y la estrechó con fuerza.
Luna se separó de ella bruscamente, segundos antes de que un pelotón de doce soldados entrara en la habitación. Apenas vieron a la leona, se quedaron congelados.
Luna se alzo sobre sus patas traseras con una mueca de furia, pero se congeló en medio del movimiento, su expresión fue cambiando hasta convertirse en una mueca de horror, cayó al suelo de cuatro patas y se apartó del camino de los soldados, encogiendo su enorme cuerpo y pegándose contra la esquina más alejada de la habitación.
-¡Si no es nada más que un gatito miedoso!- gritó divertido uno de los soldados, los demás rieron al unísono. Se acercó a Luna con el arma en alto -¿nos tienes miedo gatito?
Para su sorpresa la leona negó con la cabeza con la misma expresión es su rostro, miraba en una dirección fija con las pupilas dilatadas. El soldado siguió su mirada, y se dio cuenta que no lo miraba a él. Su dio la vuelta.
La niña erizo estaba parda justo detrás de él, tenía las mejillas cubiertas de sangre y su brazo derecho ahora era casi completamente rojo.
Tenía la cabeza gacha, mirando al suelo. En su frente tenía una ligera cortada vertical.
De repente la cortada se hizo más grande y empezó a sangrar a borbotones.
El soldado estaba congelado viendo a esa criaturita cubierta de aquel líquido rojo.
Los demás soldados miraban la escena sin comprender, no podían entenderlo de todos modos, no merecían entenderlo…
La erizo levantó su mano derecha y la estiró hacia el hombre. En ese momento todas las armas se dispararon hacia ella. Las balas le dieron por todo el cuerpo, pero sin causarle ni un rasguño, increíblemente rebotaron en ella y se clavaron en las paredes. Los soldados soltaron sus armas temblando.
La mano de la chica empezó a temblar y lentamente se empezó a cerrar, tres anillos de luz aparecieron a su alrededor, uno rodeaba sus piernas, el otro su pecho y el último su cabeza.
Cerró la mano un poco más, el anillo que rodeaba sus piernas se fracturó, pero no se quebró por completo. De inmediato la chica levanto la cabeza y los miró a todos, sus ojos sin pupila, color rojo sangre. Luna lanzó un gemido y se tapó la cara con las patas temblando.
El soldado enfrente de ella gritó al momento que la pantalla se salpicaba de sangre.
Shadow miró en otra dirección apretando los puños, sin moverse de su lugar. Estaba temblando, teniendo un extraño ataque de pánico. Tembló aún más al oír más gritos y el sonido de la carne al ser cortada.
No lo recordaba, no por completo…pero sabía que no debía mirar, probablemente enloquecería. ¿Cómo sabía eso? No estaba seguro, era como si esa parte de su memoria estuviera bloqueada, tal vez era mejor así. Dentro de Star había algo, algo malo…que no debía recordar todavía. Pero si sabía que ese "algo" era la razón por la que más que nunca, La chica no debía caer en malas manos.
Lentamente giró su cabeza y miro el monitor de nuevo. Todo sonido había cesado y al parecer había cambiado de cámara porque esta no estaba salpicada de sangre.
Ambas estaban encogidas sobre sí mismas, Luna era una gata de nuevo y Star al parecer ya era la misma erizo de siempre…una erizo y una gata cubiertas de sangre.
La muchacha lloraba, petrificada, sus ojos dilatados, fijos en el vacío. Murmuraba algo, sus labios se movían, al parecer estaba diciendo algo pero lo decía tan bajo que no se escuchaba.
Shadow sabía leer los labios de las personas (le hubiera sido de gran utilidad recordar eso antes), se acerco a la pantalla y le leyó los labios. Pudo leerlos perfectamente, sintió que su corazón se rompía.
-No Star…no hermana- murmuró bajando la cabeza.
Se escucharon más pasos, Shadow levantó la vista.
Toda la habitación fue enfocada. Había salpicaduras de sangre por todas partes, pero ningún cuerpo (excepto por el de María que seguía en su lugar), solo unas diez quemaduras por el suelo y las paredes. Un hombre entró en la habitación…otro soldado.
Fue ahí cuando Luna y Night Star salieron de su trance. Ambas giraron la cabeza para verlo.
Él miró la habitación aterrorizado, luego fijo su vista en la muchacha cubierta de sangre.
-Tú…-levantó su arma y le apunto a la chica -…monstruo…- su voz se quebró.
Star se quedo ahí mirándolo aterrorizada. Aún con lágrimas en los ojos se puso en pie, su expresión de puro sufrimiento.
-…monstruo…- abrió los brazos, prácticamente diciendo "anda, dispara"-… acaba con el monstruo…
El hombre no desaprovecho la oportunidad, cargo la pistola y abrió fuego. Night se quedo ahí, inexpresiva, hasta que…su expresión cambio y al último segundo se hizo a un lado. La bala paso rozando su costado. La muchacha cayó al suelo rodeando su estomago con ambas manos, gimiendo débilmente.
-Te voy a matar…- el hombre se acercó a la joven tirada en el suelo, aún con la pistola en alto. Ella lo miró con los ojos muy abiertos, aterrorizada, realmente ella no quería morir.
A Shadow le hervía la sangre verla así.
Ahí fue cuando dejó bien en claro que era hermana de Shadow. Con un grácil y ágil movimiento (aun estando herida) se puso en pie y llamo a Luna. El hombre volvió a disparar, ella esquivo el disparo con un salto a un lado, el hombre rápidamente empezó a cargar su pistola. Luna voló rápidamente a su lado, Star la tomo en brazos. Una explosión sónica revolvió la habitación, mientras la muchacha salía a una velocidad extraordinaria patinando fuera de la habitación, convertida en tan solo una luz purpura.
Hubo un cabio como de seis cámaras, tan repentino que Shadow se mareó. Todas captaban nada más que la estela de chispas que dejaba Night Star a su paso.
Repentinamente, la cámara se detuvo en un pasillo, este tenía una pequeña deviación al costado, un estrecho pasillo por el cual con costos cabía un adulto.
Un grupo más de soldados pasó por el pasillo sin reparar en la desviación. La cámara acercó el pasadizo, dejando ver a la joven acuclillada en la sombra con la gata en brazos.
Star se movió lentamente adentrándose en el pasillo aun con Luna en brazos, se sacudía la camisa como si tuviera acido, intentando quitarse la sangre de encima.
Tanteó el suelo buscando algo, hasta que su mano se detuvo en un pequeño botón color azul apenas visible en el suelo. Lo oprimió con cuidado, la pared izquierda se hundió con un sonido metálico. La chica la empujo con cuidado, esta cedió fácilmente, dejando ver una habitación algo triste y abandonada. En una de las paredes había cuatro capsulas criogénicas, del otro lado había un gran computador.
Y en la última de las paredes había una puerta, sellada con un escritorio de madera y dos sillas.
Entro a gatas por la puerta y se puso en pie lentamente, Luna levantó la cabeza desde los brazos de la muchacha y miró con algo de curiosidad la habitación, de un salto cayó al suelo con gracia. La chica dio un paso dentro causando un ligero eco.
Sus orejas se doblaron, Luna se apartó con un salto y un maullido. Star gritó de espanto y se lanzo al suelo esquivando por milímetros el disparo. Se quedo ahí inmóvil, su cuerpo comenzó a temblar ligeramente. Empezó a sollozar en el suelo con la cara escondida entre las manos.
-¡Night Star!- dijo de repente una voz conocida. Un hombre se acuclillo a lado de ella, tirando la pistola a un lado, y la abrazó, acunando a la muchacha en sus brazos. Era en profesor Gerald.-Mi niña estas cubiertas de sangre, ¿Qué paso?
-¡Papá!- lloro ella sonoramente entre los brazos del hombre que la había criado, estaba encogida sobre sí misma, era tan solo una niña…-¡SOY UN MOSNTRUO, UNA ASESINA!- dijo alzando la voz, luego volvió a estallar en frenéticos llantos.
El hombre la miró de nuevo, esta vez aterrado. Dándole un nuevo significado a la sangre que la cubría. -¿Qué paso?- repitió. Luna se colocó al lado del hombre y miró a su ama con preocupación.
-¡Ellos le dispararon, y Shadow cayó a la tierra! ¡ELLOS MATARON A MARIA!- gritó volviendo a esconder la cara entre sus manos.-No quería hacerlo…no del todo… ¡pero ELLA me dijo que lo hiciera! ¡Que se lo merecían!- Su llanto ceso y se apartó bruscamente de su llamado "padre", el cual estaba en un estado de shock, intentando procesar las palabras que ella había dicho.
Se puso en pie y camino lentamente hacia una pared cercana, y se recostó contra ella, acaricio con las yemas de los dedos la superficie de una de las capsulas criogénicas que se encontraban recostadas verticalmente en la pared de la habitación.
-Nadie merece un final así…-murmuró. Su padre se levantó súbitamente y la tomo por la cintura.- ¿Papá, que…?
Sin una palabra el hombre abrió una de las capsulas y la programo para un tiempo "indeterminado".
Levantó a la muchacha en el aire y la hizo mirarlo.
-Eres muy buena Nighty, quizá demasiado…eso es tanto una virtud, como una debilidad. Hay malicia en todos los corazones, y tú sabes leerla; tú sabes ver muchas cosas que los demás no pueden ver en otras personas. Usa ese don para mantenerte con vida, por mí y por…-la voz del hombre se quebró- …todos nosotros, que te amamos con toda el alma. Adiós, mi chiquita- con estas palabras metió a la chica súbitamente en la capsula abierta, y antes de que ella pudiera reaccionar, la cerró.
Star se lanzo contra la portezuela de vidrio, y empezó a golpearla con los puños.
-¡Papá! ¡Papá!- gritó golpeando desesperadamente la cápsula. Luna miró a Gerald confundida y temerosa.
Gerald miró a la chica momentáneamente, luego tomo a Luna en brazos y se dirigió a la cápsula que estaba al lado de Star, la gata se revolvió en los brazos del hombre como una fiera. Pero todo fue inútil, ella también se quedo atrapada en la cápsula.
La gata miró a Star a través del vidrio, con los ojos empapados.
Gerald apretó un botón del computador. Del techo de ambas capsulas salió un tubo que terminaba en una mascarilla, que buscó la boca de la gata y la erizo como su tuviera vida propia, les tapó a ambas la boca haciéndoles imposible gritar. Casi de inmediato la capsula se empezó a llenar con un líquido azul.
Luna empezó a volar por el tubo alejándose del líquido. Star empezó a patear y golpear con más desesperación. La chica miró a Gerald con las pupilas dilatadas, él casi pudo leer sus pensamientos, "Papá, no por favor…no me dejes sola…"
-Recuerda Star, eres nuestra esperanza, mi chiquita…-dijo mientras dos lágrimas resbalaban por sus viejas mejillas.
Un humo extraño llego a través del tubo que tenía conectado a su boca. Star se empezó a marear, el líquido ya le llegaba por la cintura. Se sintió sumamente débil de repente, dejó de sentir las piernas y cayó sentada dentro del líquido que había llegado a su cuello. Miró a Luna en la otra cápsula, flotaba en el líquido azul, Star también sintió como ella flotaba en aquel líquido. Tenía los ojos parcialmente cerrados, ella la miro a su vez y luego los ojos de ambas se cerraron.
El viejo profesor se quedo mirando a las dos sobrevivientes, lentamente se dio la vuelta y se plantó en frente del computador. Esa habitación había sido donde ese video había sido creado.
La pantalla se puso negra, finalmente el video había acabado.
Shadow se quedo unos segundos mirando el computador negro, estaba como paralizado. Sentía los ojos húmedos, había sentido el dolor de su hermana como si fuera el suyo propio. Se movió, lentamente se limpió los ojos con el brazo. Cuando acabo de limpiarlos, sus ojos rubí tenían un nuevo brillo.
-No estás sola hermana, y no lo estarás nunca más…no lo estaremos- se corrigió mientras una ligera sonrisa se dibujaba en su cara.
Se escucharon unos fuertes golpes en la puerta, acompañados de voces y pasos.
-¡Abre la puerta intruso, o nos veremos obligados a entrar por la fuerza!- dijo una fuerte voz masculina desde el otro lado de la puerta.
Shadow se dio la vuelta sobre sí mismo, aún con esa pequeña sonrisa plantada en la cara.
-Bueno Nighty, voy por ti. Pero…eso no significa que no tenga que hacer la masacre de soldados divertida…- dijo entre risas. Por primera vez en mucho tiempo se sentía como él mismo, ahora iría por su hermana, y ambos estarían juntos de nuevo.
