Hola a todos! Hace tiempo estaba en FanFiction y después de leer muchas historias buenísimas, decidí subir mi primera historia dedicada a esta gran pareja: Korra y Asami. Está ambientada en el siglo XXI y tiene mucha acción, bending, drama y lo más importante: KorraSami. Clasificación M por futuras escenas. Espero les guste y son totalmente bienvenidos a comentar, reclamar, felicitar o lo que tengan en mente :D Espero lo disfruten!
Disclaimer: Los personajes y el universo de LoK no me pertenecen, sino a Bryan Konietzko y Michael DiMartino.
Capítulo 1.
-¡Imbécil, lo sabía!- Golpeó fuertemente la mesa con una mezcla de furia y victoria. Sus sospechas habían resultado ser verdad, y si bien felicitaba su instinto de detective, no podía ocultar el hecho de que la escena le resultaba tremendamente dolorosa.
Tomó nuevamente su vaso y engulló su contenido. La verdad necesitaba algo fuerte para tragar todo lo que estaba viendo en ese momento, su mente aún parecía no creer el lugar donde estaba y es que una simple salida por la ciudad había terminado con ella en aquel local sofisticado, cuna de la lujuria y el despilfarro.
Se encontraba en una de las pocas mesas del local, ensombrecida por las pocas y tenues luces rojas que iluminaban parte de la barra y los pasillos. Hombres y mujeres se paseaban ante ella, en una seguidilla de besos y agarrones que Korra encontraba vulgares y poco decentes. El olor a alcohol y deseo le infundían un poco de aversión mientras observaba el gran salón, una pasarela rodeada de hombres que empezaba desde una cortina brillante hasta llegar al centro del lugar. Una mujer en lujuriosa ropa interior danzaba al compás de una música sensual bastante trillada, mientras le llovían billetes a sus pies. La bailarina, con grandes ademanes, hacía muestra de su gratitud acariciando rápidamente las caras de aquellos varones sedientos, buscando entre ellos al mejor postor.
Pero Korra no iba por el triste espectáculo, más bien desviaba su mirada al otro extremo del salón, donde Mako disfrutaba la agradable compañía de una mujer. Con los brazos abrazando el espumoso sillón, regodeaba su vista mientras recibía los movimientos sensuales de alguien a quien Korra no distinguía bien. De Mako estaba segura, lo había seguido con la mirada desde el momento que entró al recinto y pagó una suculenta cantidad de dinero a uno de los cafiches del local, quien lo llevó rápidamente al sillón en dónde ahora recibía todo tipo de atenciones.
"Así que esto es lo que haces cada vez que me llamas diciendo que te dieron horas extras", pensó mientras no dejaba de mirar aquella triste y seductora escena, entre medio del olor nauseabundo y el sonido de obscenidades gritadas sin pudor. Apretó el vaso con fuerza recordando los últimos meses de relación, una sarta de peleas y desconfianzas que llevaron finalmente a la decisión de esperarlo afuera de la academia para terminar con esto. Al verlo salir y tomar otra dirección se extrañó de su conducta, por lo que decidió seguirlo con la esperanza de encontrar el motivo quizás de tantos desacuerdos…
Y ahora estaba allí, viendo cómo esa hermosa mujer (porque sí, de lo que veía podía apreciar el bello cuerpo de esa chica) tomaba la mano de su novio y se acercaba lentamente a su mesa.
"Esperen ¡¿Qué?!" pensó Korra al ver que Mako y la mujer se acercaban a donde ella se encontraba. "Ay no no no", repitió mientras rápidamente se escondía debajo de la mesa para evitar ser vista. No sabía si de un momento a otro habían preferido ir a ese lugar, por lo que mentalmente se preparó para una explicación si es que decidían sentarse y chocaban con un "bulto" a sus pies.
"¡Rayos! ¡Ahí vienen!" Gritó en su interior, vio sus cuerpos acercarse y se preparó para lo inevitable. Pensó en cualquier explicación por estúpida que fuese, sin embargo la pareja se desvió unos pasos para ingresar a una puerta, contigua a la mesa en donde Korra se encontraba.
Dejó de contener la respiración e inhaló profundamente. "¡Gracias espíritus!" rezó mientras volvía a sentarse. Se dio cuenta que había elegido una muy mala posición: Su puesto estaba al lado de un oscuro pasillo, en el que colgaba un extraño corazón alumbrado con fuertes luces de neón donde cada cierto minuto entraban y salían hombres con aquellas bailarinas. No era tan inocente, sacó la conclusión que ahí aquellos "caballeros" debían finiquitar y justificar las suculentas pagas entregadas a esas bellas mujeres. Mako terminó por llevar ahí a esa hermosa dama, por lo que ya sabía lo que venía a continuación, idea que no le agradaba en absoluto.
Y puso más cara de disgusto cuando rebobinó su memoria y se detuvo a pensar en la mujer que su novio había llevado con él. A pesar de lo mal iluminado del local, cuando la distancia se fue acortando pudo verla con mayor exactitud. Vestida solo con lencería de encaje negra, se veía que su piel era blanca, muy blanca, como la porcelana… Se detuvo a pensar en su figura y en su pelo, largo y ondulado, negro como las sombras en donde ella se encontraba. Su rostro iba tapado con una máscara discreta, que tapaba la mayor parte de su cara excepto sus labios, unos rojizos labios... Agarró su vaso por inercia al darse cuenta que Mako se había ido con una mujer especialmente atractiva, y por algún segundo la rabia que le inundaba pasó a ser una profunda decepción… Esa mujer no debería acostarse con un pelmazo como él.
Sabía que ella no tenía la culpa de la clase de hombre con el que se acostaba, un cobarde que en vez de enfrentar los problemas o finiquitar las cosas prefería guardarse todo y escapar de manera ruin. "Me pregunto a cuántos hombres así verá cada día", pensó.
Sumida en sus pensamientos, no notó que otra figura se acercaba ahora sí, directamente a su puesto. Korra se sobresaltó cuando en su mirada se cruzó una chica de no más de 20 años, con una gran sonrisa y vestida de odalisca, ataviada con grandes joyas y un moño que la hacían ver bastante infantil.
-Creo que elegiste la peor mesa para encontrar compañía-le habló la chica, con una voz también infantil. Se sentó sin permiso, abarcando gran parte del sillón mal iluminado.
-Eeehh…- Se sonrojó rápidamente -… Bueno, la verdad es que… No ando buscando compañía…-No supo qué más decir, carraspeó a la espera de un milagro.
-¿De verdad? Tengo entendido que la gente que viene aquí es porque necesitan urgentemente la compañía de alguien- La odalisca acarició sutilmente la mano que agarraba el vaso, sonriendo tiernamente.
-No… Yo, la verdad… Solo vine a mirar el local… Ya sabes, curiosidad-"Es que tú eres estúpida Korra", pensó. Tenía que salir rápido de allí.
-Oh, ya veo…- La chica se acercó un poco más a Korra, suponiendo lo que en verdad pasaba –Mira, no tienes por qué estar incómoda, nadie te juzgará aquí y menos yo – La mano que acariciaba bajó hasta apoyarse en los muslos de Korra, quien dio un saltito- La verdad es que me pareces muy atractiva…
-¡Woow! De verdad gracias… -"Okey, esto está mal" - Tú también eres muy atractiva pero… No gracias, tengo que irme- Saltó rápidamente del asiento y tomó rumbo a la puerta de salida –Por favor discúlpame, no es nada contra ti –Sonrió tristemente.
-Ouh…- La odalisca la miró de igual forma –Siento haberte sido de poca ayuda- Terminó por decir con un voz de absoluta pena.
-Bueno…-Se detuvo de pronto-Quizás podrías ayudarme –Pensó mejor Korra, se le acababa de ocurrir algo. La odalisca también iba enmascarada, pero tal elemento no cubría la hermosa sonrisa que ahora le mostraba a su fallida conquista.
-¡Tú dime! En lo que quieras te ayudo –Sonrío efusivamente.
-¿Sabes cómo se llama la chica que acaba de pasar hace un momento por aquel pasillo?
-¡¿Qué?!- La chica parecía no dar crédito a lo que oía. Vio que Korra esperaba expectante alguna respuesta, por lo que decidió dejar la furia atrás y contestarle con evidente apatía –Todos preguntan por ella… Se llama Yokubo.
-¿Yokubo?
-Bueno, es su nombre artístico… Ya sabes, obviamente no podemos llamarnos por el nombre verdadero aquí-Explicó con algo de impaciencia.
-Claro, tienes razón… -Korra se acercó y le dio la mano de manera respetuosa a la odalisca, quien se extrañó ante el gesto tan "caballeresco"-¡Muchas gracias! De verdad te debo una-Sonrió por última vez antes de desaparecer casi corriendo tras la puerta de salida.
-De nada…-La chica miró extrañada su mano- Qué chica más peculiar…
