Hacía mucho que no escribía algo en tono cómico, esta idea nació en base a parodias hechas con una amiga y decidí desarrollar la idea. No es nada muy elaborado, pero espero se diviertan.
CAPÍTULO 1: UNA FAMILIA DE PORTADA
Después de años y años de batallas, la tierra por fin se hallaba en paz. Zeus harto de rencillas familiares decidió hacer algo drástico, volver a la vida a cada dios y mortal perecido en las Guerras Santas libradas contra Athena. El señor del trueno buscaba una utopía de paz, donde todo volviera a tener orden.
Al tener a todos sus hijos y hermanos reunidos, prohibió a aquellos volver a levantarse en contra de su hija predilecta, quien había demostrado ser digna de la protección de la Tierra. La llamó ante él para ofrecerle volver al Olimpo a su lado y prepararse para algún día ser su sucesora. Los susurros de inconformidad por parte del resto de los hijos del omnipotente no tardaron, pero lo que más sorprendió fue la respuesta negativa de ella.
-Papá, gracias por querer compensarme pero yo no quiero vivir aquí. Todos me odian, además que amo vivir entre los humanos y lo sabes.
-Pero hija no hay razón para que sigas allá, puedes ir cuando tu quieras pero quédate conmigo mi niña. ¿O es que hay alguna razón por la que deseas seguir allá? Aparte de que estos inútiles te molestan.
-Bueno, es que sí hay algo que anhela mi corazón más que nada en el mundo.
-¿Y que es? -pregunta Zeus curioso- tu nunca me has pedido nada, dime qué es y te lo concederé.
-No es que, es quien.
Athena estalló en llanto sin hablar mientras algunos de sus hermanos se reían de ella. Zeus con su divinidad leyó la mente y corazón de su hija. Habían pasado algunos años y la diosa estaba por cumplir los 18 años, se había convertido en una hermosa mujer y descubrir lo que ella quería lo dejo pasmado.
-Ay no por favor -grito su padre- Ese mortal no. Lo que quiera pero él no.
-Pero es lo único que quiero.
Zeus vio la carita de su amada hija empapada en lagrimas y movio la cabeza en señal de desaprobación. Hera se puso de pie, intuyendo que su esposo cedería ante los caprichos de Athena.
-Zeus, no irás a permitir que esta niña berrinchuda se salga con la suya.
Pero el rey de dioses ni siquiera la escucho, cuando todos se dieron cuenta, un portal se había abierto, del cual caía un hombre portando una armadura dorada.
Athena abrió sus enormes ojos azules al ver a Saga de Géminis en el suelo, mientras los murmuros de todos subían de tono. El caballero al darse cuenta de donde estaba, se posó sobre su rodilla aún confundido, los años que había estado en la tierra de los muertos no habían pasado para él, por lo que estaba igual que a sus 28 años.
-Mi diosa Athena ¿como es que yo…?
-Esta bien -dijo ella encendiendo su cálido cosmos para él- Esta bien.
Aunque ella no dijo nada más, él comprendió que estaba en ese lugar por ella. Lo que alguna vez había cruzado su pecadora mente quizás podría no ser un sueño, hasta que sintió la mirada amenazadora de Zeus encima.
-Mi padre ha accedido a esto -aclaro la diosa- tenemos su permiso.
Al escuchar esto de la voz de Saori, el peliazul se puso de pie, con sus gruesos dedos limpió los restos de lagrimas de las mejillas de la diosa y tomó sus labios, reclamándolos como suyos.
A pesar de las dudas que tenía, Zeus se sintió complacido al ver la felicidad en el rostro de Athena. Pero no todos reaccionaron igual.
-Ahhh, ¡ese sucio mortal está manoseando y babeando a mi hermanita! -se quejaba Abel-.
-Ese debí ser yo -decía Poseidón- ¿y si lo sometemos a votación?
La diosa del amor, Afrodita, aplaudía emocionada; mientras que Apolo y Artemisa debatían sobre lo inapropiado del acto. Mientras que Eris y Ares intercambiaban miradas de molestia ante lo sucedido.
-Oye Ares -interrumpió Dionisio, quien como de costumbre estaba bebiendo- Si ese es tu recipiente mortal ¿Entonces tu y Athena van a…?
-¡No! -grita indignado- De ahora en adelante solo usaré mi cuerpo real, esto de usar recipientes ya me dio ñañaras.
Así, Saori y Saga iniciaron una nueva vida juntos en la tierra. Se casaron y un año después concibieron a un par de gemelos, una niña y un niño. Alhena poseía la belleza y gracia de Saori, mientras que Saga Jr. era el retrato de su padre. Ambos fueron recibidos como los príncipes del Olimpo, pues aunque Zeus tenía otros nietos por parte de sus otros hijos, tenía predilección por los hijos de Athena. Todos admiraban a la familia perfecta que formaban. Saga y Saori se demostraban un amor incondicional y sus hijos era bellos y educados, viviendo en la enorme mansión Kido. Para el padre de los dioses era lógico pensar que ellos representaban el futuro del Olimpo, aunque los demás los envidiaran. Athena era feliz, tenía la vida que había anhelado y nada podría empañar esa felicidad. O al menos, eso era lo que todos pensaban.
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5 Años después
-Saga, por favor -decía Saori mientras su esposo le besaba el cuello- con los niños aquí no.
-Preciosa, es que ya hace casi una semana que no… Tu sabes.
-Perdón, es que entre cuidar a los gemelos y organizar cosas en la fundación, he estado exhausta.
-Si ese es el problema, ahora mismo me encargo de ello.
El geminiano tomó a sus hijos y por medio de un portal llega a la entrada del templo de Géminis.
-Niños se quedarán a dormir con el tío Kanon hoy -dice mientras entra- mañana temprano regresaré por ustedes.
-Pero papi -dice Alhena- el tío Kanon nos da papas fritas para cenar.
-Y también para desayunar -agrega Saga Jr.-
-Solo será por hoy, lo prometo.
Kanon sale a recibirlos y Saga pone a sus hijos en un sofá de prisa, dejando una maleta también.
-¿Donde es el incendio? -pregunta el gemelo menor-.
-Necesito este favor, tengo cosas que hacerle a Saori, digo que hacer con Saori.
-Ahh, el incendio es en tus pantalones.-
-¿Quieres callarte?
-Mancillas a nuestra diosa -dice Kanon sin poder contener la risa- ¡degenerado!
-Idiota -dice Saga caminando hacia la salida- vengo mañana por ellos.
-Si, bueno… ¿Quien quiere papas fritas?
De regreso en la mansión, Saga le quita de las manos el Iphone a Saori mientras la besa suavemente.
-¿Acaso esto te divierte más que yo, mi diosa?
-Claro que no, tu eres dulce y cariñoso.
-¿Eso crees? -dice mientras la empuja hacia la mesa del comedor- ¿Que solo puedo ser dulce?
Ella sonríe nerviosa, respondiendo a los apasionados besos que la hacen cerrar los ojos. Cuando los abre, se da cuenta que el color de cabello de su esposo ha cambiado, tornándose gris.
-Saga ¿estas bien? -dice un poco asustada- pensé que esto solo te pasaba cuando estabas muy enojado.
-Si, yo también -contesta sin dejar de besarla- deben ser las ganas que te traigo.
Él empieza a quitarle la ropa, pero ella recuerda algo y lo intenta detener.
-Amor espera, recuerda que suspendí los anticonceptivos y debemos usar preservativo.
El geminiano levanta la cara de sus pechos algo molesto, con los ojos rojos y con voz más grave de lo habitual responde:
-No me importa Athena, te voy a tomar como yo quiera.
-¿Que? ¡Ahhhh!
Unas horas más tarde…
-Eso fue interesante.
-Mi vida, perdóname si fui brusco contigo. No se que me pasó pero al menos volví a la normalidad al terminar.
-Si pensé por un momento que me querías matar pero en realidad… Creo que me gustó.
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3 meses después
El sonido de un estómago volviendo se escucha desde el baño.
-¿Estas bien amor?
-Nooo. Me voy a morir
-Tranquila -dice Saga mientras entra y levanta a Saori del suelo- ven, te llevaré a la cama.
-Así fue como terminé aquí y ahora moriré.
-No seas berrinchuda, seguramente pronto pasarán las náuseas.
-Con los gemelos no me puse tan mal.
-Lo sé, pero parece que estos bebés son especiales.
-Especialmente malos con su mamá.
Él sonríe y le da un beso en la frente.
-Te ves hermosa -le dice mientras acaricia su vientre- y amo que seas la madre de mis hijos.
-Y yo odio que seas tan perfectamente encantador. Así ya no me puedo quejar.
-Ya no te angusties. Contrataremos una niñera para los gemelos, así te relajarás y concentrarás en ser una tierna mamá ¿Si?
-Esta bien.
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Quinto mes de embarazo
-Kanon ¿Quieres dejarle de ver el trasero a la mesera? Saori esta presente.
-Perdón cuñadita, la costumbre.
-No hay problema.
-¿Quieres que te ordene la ensalada de siempre corazón?
-No -responde la pelilila- Quiero un filete, grueso, jugoso y que aun este rojito.
Kanon la observa asombrado, con miles de ideas en su cabeza.
-¿Quieren que lo deje solos o esto es normal entre ustedes?
-Cállate estúpido. ¿Segura? Casi nunca comes carne roja.
-Pero lo quiero ¡Lo necesito!
-Tranquila, ya lo consigo… Debe ser el embarazo, esos gemelos seguro serán niños.
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Séptimo mes de embarazo
-Muy bien -dice el ginecólogo- veamos como va ese par de varoncitos.
El médico enciende el equipo para examinar el vientre de Athena, pero al hacerlo su expresión cambia.
-¿Ha tenido algún dolor o malestar?
-No, bueno el otro día sentí algo raro. Como si los gemelos estuvieran peleando, estuvieron muy activos ese día ¿Por que?
-¿Pasa algo malo doctor? -pregunta el peliazul-.
-Es que esto no es posible, el mes pasado pudimos ver a los dos bebés y ahora… Ya solo hay uno
-¿Que?
Saga y Saori se miran asustados y horrorizados.
-¿Como es eso posible doctor? -pregunta Saori- Si hubiera tenido un aborto espontáneo lo hubiera sabido, en especial a estas alturas del embarazo.
-No entiendo cómo pudo pasar algo así. Ni siquiera hay rastros de la bolsa que contenía al feto, es como si hubiera desaparecido por arte de magia.
-Doctor revise bien, un bebé no puede solo desaparecer -dice Saga contrariado- ¿Y que me dice del otro? ¿Esta bien?
-Si, está en perfectas condiciones, hasta parece haber crecido más ahora sin su gemelo.
-Es como si...Se lo hubiera comido.
-Saga no digas esas cosas por favor. Doctor ¿y ahora que hacemos? ¿Estoy en peligro o algo?
-No, todo esta bien. Puede continuar con su embarazo normalmente. Es solo que esto jamás me había pasado. No pude haberme equivocado y ver dos por error.
Saga y Saori salieron del consultorio de la mano, se sentían algo desanimados por haber perdido a uno de sus bebés y sin saber cómo o por qué. Saori comenzó a llorar, afirmando que seguramente era su culpa.
-Preciosa no llores. No es culpa tuya. Ni siquiera el doctor sabe lo que sucedió. Lo importante es que tu estas bien, y aún tenemos a uno de nuestros pequeños que será muy fuerte porque sobrevivió. Estoy seguro que ese niño será muy especial. Mejor debemos pensar en un buen nombre.
Ella aún desanimada se hundió en los brazos de su esposo, aunque estaba triste, él tenía razón.
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Noveno mes de embarazo
Saori estaba recostada en su cama con el control de la T.V en la mano, saltando de un canal a otro.
-¿Señorita quiere que le prepare algo de cenar?
-Nooo Tatsumi ¿por que me sigues diciendo señorita? ¿No ves que estoy a punto tener otro hijo?
-Discúlpeme señorita, es que yo siempre la veré como una niña. Permítame acomodarle la almohada.
Cuando Tatsumi pasa el brazo cerca de ella, Saori lo observa con furia y le lanza una mordida.
-¡Ahhh! ¿Pero que le pasa? Mi señora no esta bien.
-¿Que son esos gritos? -dice Saga que entra a la habitación-.
-Es que la señorita Saori me mordió
-Pues vete, ¡déjame!
-Mi vida ¿por que haces eso? -pregunta Saga asombrado-.
-No quiero cenar, no quiero que me acomode la almohada, quiero ir al Olimpo y gobernarlos a todos.
Saga intercambia miradas de duda con Tatsumi y le toca la frente a su esposa.
-No tienes fiebre, aunque tus ojos están un poco irritados y rojizos ¿será algún síntoma del embarazo?
Saori empieza a olfatearle la mano que tocó su frente, recorriendo su brazo y llegando hasta su musculoso pecho.
-Hueles bien, hazme el amor.
-¡Saori! -grita Saga poniéndose rojo- Tatsumi esta aquí. ¿Pero que te pasa?
-Yo mejor los dejo solos, llámenme si necesitan algo. Un médico, frazadas limpias, un bosal.
-¡Te escuché maldito calvo!
-Cálmate nena, me quedaré un rato contigo ¿Quieres dormir?
-No. Es que no se que me pasa. De repente siento furia y energía que no se cómo controlar. Me siento inquieta. Saga ¿que me pasa?
-Te entiendo, así me sentía cuando el Evil tomaba control de mi. Como si no fuera yo… ¿Quieres un té?
-No-dice ella mientras le desabrocha la camisa- Quiero que me tomes como cuando me hiciste a este hijo.
-Pero amor ¿y si te lastimo?
-¡Que me cojas te digo!
El geminiano prefiere no llevarle la contraria a su esposa, por lo que decide complacerla y comienza a acariciarla y besarla. Con mucho cuidado Saga se adentra en la intimidad de su amada, a pesar de que le preocupa lastimarla, él también siente deseos de estar con ella, por lo que se deja llevar poco a poco. Sin embargo, unos minutos después de iniciado el acto, Saga siente como si le dieran un diminuto puñetazo en el miembro e interrumpe la acción.
-¡Ahhhh! -grita mientras se levanta de la cama- ¿Que demonios fue eso?
-¿Que paso?
-No lo se, es como si me hubieran golpeado desde ahí adentro.
-¿Como crees? Eso no puede ser, anda vuelve aquí.
-No, Saori. Yo se lo que sentí y no volveré a entrar ahí. Mejor acurruquémonos.
-¿Es en serio? Ayyy maldito embarazo.
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2 Días después
-Si, si. Estamos saliendo ahora mismo para el hospital -hablaba Saga al teléfono- te veo allá hermano.
-¡Ahhhhhh! No voy a llegar ¡apúrate Tatsumi, písale!
Al llegar al hospital, el peliazul se quedó llenando el papeleo, mientras los médicos se apresuraron en preparar a Saori. Uno de ellos se puso guantes y se dispuso a revisar la dilatación, pero al hacerlo, sintió un dolor en los dedos.
-¿Que fue eso? -dijo retirando la mano rápidamente- algo me lastimó. Vean, los guantes se rompieron.
El resto del equipo no le hizo mucho caso a las quejas del joven y se concentraron en atender a la futura mamá, adjudicando a una falta de cuidado por parte del médico, el incidente. Los gritos de Saori se escuchaban hasta afuera, mientras Saga se apresuraba a terminar de llenar los formatos.
Los médicos le pidieron a la pelilila pujar al ritmo de las contracciones y después de unos largos minutos, la cabeza del recién nacido se asomaba. Mala fue la hora en que uno de los doctores, decidió ayudar al bebé a salir, tomándolo de los hombros para jalarlo, pues el pequeño que venía saliendo no lo tomó bien.
-¡Ahhhh! ¡Ayúdenme! -grito el médico- ¡Quítenmelo!
Se necesitó de varias personas para quitarle de encima al pequeño ser que había encajado sus dientes fuertemente en el que consideró su enemigo. Desconcertados y asustados por lo que veían, el personal del hospital salió corriendo, mientras que otros gritaban que lo encerraran en algún lado y llamaran a control animal.
Saori exhausta y adolorida no entendía lo que pasaba, pues ni siquiera le habían mostrado a su hijo. ¿Que era lo que sucedía? ¿Que había salido de la diosa?
Gracias por leer esta locura, hasta pronto!
