Todos los personajes le pertenecen a la increíble autora de la trilogía de Los Juegos del Hambre, Suzanne Collins. Otros son de mi autoría
Esta historia es una continuación de mi anterior fic "Sinsajo: Donde todo termina" (Pueden leerla con gusto). Aquí expongo lo que pudo haber sucedido antes y después del Epilogo ;) Espero que les guste. Saludos.
Capitulo 1
"Ceremonia"
Me sumerjo por tercera vez en el agua, la temperatura me calma y me da un momento de relajación total. Abro los ojos y observo las diversas figuras que el agua forma y el contraste con los rayos del sol que se cuelan en cada rincón. Recuerdos vienen y recuerdos van, todos y cada uno de ellos con su particular esencia; siempre queriéndome atrapar, pero al mismo tiempo haciéndome volar y llenarme de emociones sin explicar.
Ya han pasado los años, pero aún siento como si no hubiera crecido. A veces me siento como esa chica, asustadiza y trémula que trataba de salir adelante, mirando siempre al presente, y huyendo del pasado. El futuro incierto como él solo, pero ahora trae una chispa que alborota y hace estremecer. Él, con sus largos brazos viene a acogerme y a hacerme ver lo mucho que me puede brindar y que, sin lugar a dudas debo aceptar.
- ¡Katniss date prisa querida! - el golpeteo a la puerta me hace regresar a la realidad y hacerme remover cada pensamiento recientemente alojado.
Salgo a la superficie y estiro mis piernas. Ojala la bañera fuera más amplia ¡me encantaría nadar libremente! Pero en cambio me encuentro aquí, saliendo cuidadosamente para no caerme y haciendo equilibrio con mi ahora ya prominente vientre, lugar donde se acobija mi bebé. Mi dulce niña.
- Ya salgo mamá - le respondo y me coloco la toalla encima para disponerme a salir, pero antes le doy un vistazo a mi cuerpo en el espejo y me doy cuenta que el tiempo si se ha encargado de mi. Ya no está la cara de niña que solía tener; ahora en su lugar, están los rasgos de una mujer, una ya madura, con mirada profunda, pero al mismo tiempo suave. Está el reflejo de una mujer adulta, casada y embarazada. Lo que menos pensé ser ya hace trece años atrás. Ahora a mis 29 años veo las cosas con otro enfoque.
Salgo del baño y encuentro sobre la cama el vestido color lila que usaré hoy, el gran día, el día en que mi querida amiga Madge y mi mejor amigo Gale, se casan. Admiro el vestido y mi madre me ayuda a colocármelo. Soy la dama de honor y tengo que lucir espléndida, pero sin quitarle protagonismo a la novia.
- Te queda perfecto - comenta mi madre y con cariño acaricia mi vientre - ¿no es así pequeña? - río por la pregunta de ella porque lo hace tan convincente, como si me pequeña la estuviera viendo.
- Creo que es hora de peinar a la dama de honor - Cinna entra junto a Corina, quien fue mi estilista en el Distrito 13, en esos tiempos que desearía no recordar.
- Los dejo, voy a ayudar a Hazelle con los detalles - mi madre se excusa y sale como bala de la habitación.
Veo como todo ha cambiado y me alegro porque ya todos estamos unidos y en paz. Ya hace mucho que las cámaras me dejaron tranquila, al igual que a Peeta y a Haymitch. Ya todos vivimos como cualquier otro habitante de este país que mucho sufrió en el pasado, pero que ahora sigue avanzando a lo que promete ser un futuro lleno de esperanzas.
Cuando Cinna y Corina terminan de arreglarme, me miro en el espejo y sonrío por el trabajo que han hecho. El vestido, de mangas cortas y con un escote algo pronunciado, pero sin dejar a ver lo mucho de mi busto; entallado hasta la parte superior de mi abultado vientre, para luego dejar caer la tela hasta los tobillos, pero sin dejar ese toque que Cinna tanto sabe hacer. Cuando camino, parece una cascada la falda, la cual flota en cada paso que doy. No hay que olvidar los pequeños detalles en cristales que recorren cada manga del vestido hasta llegar al busto. En resumen, toda una belleza.
Camino de la mano de Cinna por el corredor de la posada que Gale alquiló para la ceremonia, ya que ésta se celebrará en el hermoso jardín posterior que ésta estancia ofrece. Miro por una ventana hacia dicho jardín y trato de buscar caras conocidas, hasta que veo la reluciente sonrisa de Finnick y a Annie tomando de su mano. Sonrío ampliamente porque ellos se han convertido en alguien más de la familia y doy gracias a Dios de que todavía Finnick sigue con nosotros.
- Voy a ver a Madge - digo y Cinna me conduce a su habitación.
- Nos vemos dentro de unos minutos - me guiña un ojo, se acomoda el lazo de su cuello y sale pitando al bajar las escaleras.
Miro hacia la puerta y la toco tres veces. Escucho como me llama mi amiga y despacio abro la puerta.
Me quedo con la boca abierta, literalmente, al verla con su hermoso vestido blanco. Ajustado al cuerpo hasta las caderas y luego la falda cae con un armado no tan pronunciado, igual al de una princesa, con encajes en el ruedo y pequeños brillantes. El velo cae hasta los tobillos con encajes iguales al del vestido. Su cabello recogido en un muño alto, dejando todo su rostro a la vista y con unos ojos azules relucientes y llenos de vida.
- ¿Qué te parece? - pregunta con voz temblorosa. Yo sonrío y me acerco a ella.
- Hermosa se quedaría corto - llego a ella y me abraza fuertemente.
- Lo siento si te lastime - dice cuando me quejo por el dolor que ocasionan sus brazos alrededor mío.
- Descuida, yo estaba igual - le digo y ella asiente con nerviosismo en su rostro.
- ¿Qué pasa si ya no quie…?
- No - le interrumpo - no se vale pensar así. Conozco muy bien a Gale y sé que cuando se compromete, cumple - me volteo y tomo el bouquet de claveles que le hice - toma - se lo entrego y me posiciono detrás de ella para cubrirle la cara con el velo - ya verás que cuando te vea va a estar más que emocionado - ella me sonríe y se limpia rápidamente una lágrima que empezaba a caer por su mejilla.
- Sí, no se resistirá - bromea haciendo poses de modelo de revistas y con muchas risas de por medio, salimos las dos de la habitación al escuchar el llamado de Hazelle para ya ir al jardín.
Cabe destacar que no me quiso soltar la mano hasta que mi madre se puso de por medio. Me despedí con un beso en la mejilla y me posicioné frente a ella. La verdad no recordaba que tenía que salir primero y los nervios me empezaron a surcar. Tengo mucho tiempo que no soy el centro de atención y sinceramente, no me sigue gustando eso. Pero de repente siento una mano suave que se desliza por la mía, y sorprendida por el tacto, volteo y me encuentro con la más hermosa sonrisa y esa mirada que sigue derritiéndome cada vez que la veo. Peeta me da un apretón para que sepa que está conmigo y luego se acerca a mi oído.
- Estás preciosa - me susurra y nuevamente un escalofríos recorre mi columna vertebral, posa su mano en mi vientre y se agacha para darle un beso. Sonrío por ese gesto que tanto hace y somos interrumpidos por la música que nos dará entrada.
Peeta y yo caminamos por el pasillo y trato de no parecer desesperada al querer llegar ya al frente. Todos nos miran, pero luego posan la mirada hacia atrás, donde viene seguro caminando mi amiga Madge. Volteo al frente y me encuentro con la sonrisa nerviosa de Gale (primera vez que lo veo tan nervioso) y de repente escucho la risita disimulada de Peeta. Seguro debe estar disfrutando de esto.
Todo está decorado a la perfección, el comienzo de la primavera hace que todo tenga mayor color. Las flores, las guirnaldas que cuelgan y hacen que el pasillo hacia el altar luzca de una manera hermosa. No hay que dejar de mencionar a los invitados, caras nuevas para mi, pero seguro deben de ser compañeros de trabajo y vecinos de aquí del Distrito 2. También se encuentran quienes compartieron con Gale, al igual que a mi. Finnick y Annie junto a su travieso hijo, Alan de unos 11 años, los cuales los acaba de cumplir hace dos días. Así mismo, Haymitch junto con Effie y su bebé Matías, cada vez más parecido a ella, pero con un carácter fuerte ¡Otro Haymitch a la vista! Nuestras familias también están aquí. Mi madre y Prim, están de lado de Hazelle y sus otros tres hijos, Rory de la misma edad de Prim, Vick de 23 y Posy, una hermosa e inteligente adolescente de 17 años. La viva imagen de Hazelle, pero más joven. Además, no hay que dejar de mencionar a Johanna y su ahora esposo, Alberto; Cinna, Beetee y Chaff. Lamentablemente Mags falleció hace tres años, cosa que nos afectó mucho, pero seguimos teniendo la fé de que ella está con nosotros.
Por fin llegamos al altar y doy un respiro de alivio, lo malo es que me tengo que separar de Peeta, porque él se sitúa al lado de Gale. Sorprendentemente ellos se han vuelto muy buenos amigos, a tal grado de que él quisiera que Peeta fuera su padrino. Las vueltas que da la vida.
La ceremonia trascurre de una manera muy hermosa y el ambiente se siente liviano y especial. Al terminar los votos, ellos con un casto beso, dan por terminada la ceremonia y luego de muchos aplausos y felicitaciones, nos abrimos paso al banquete.
Es una celebración algo sencilla, pero con la categoría que tienen dos personajes importantes en el Distrito 2. Gale es el jefe de la división de comandos y Madge es la administradora encargada en la alcaldía. Seguramente saldrá en la prensa su boda, pero por petición de ellos mismos, quisieron que no estuvieran presentes cámaras, por lo que agradezco enormemente.
Camino con sigilo hacia donde están mis amigos y Gale al verme, estira sus brazos y me abraza con cariño. Tengo un tiempo que no siento una muestra de cariño por parte de él, lo cual me emociona y me hace pensar en esos momentos especiales que compartimos juntos en nuestras salidas furtivas al bosque del Distrito 12.
- Gracias por estar aquí - me dice al oído y me besa la mejilla.
- Siempre estaré para ti - le respondo y nos separamos, gracias a las burlas que escuchamos de Haymitch que está detrás de nosotros.
- Ey Katniss, está recién casado ¡Respeta! - ríe a carcajadas y Madge se une a él. Mis mejillas se encienden rápidamente y me obligo a retirarme, no sin antes abrazar y felicitar a mi amiga.
Fotos vienen y fotos van. Todos los fotógrafos queriendo sacar una muestra exclusiva de los famosos amigos de la pareja (odio que sigan queriendo obtener más de nosotros ¿es que no se cansan?). Sin embargo Peeta parece disfrutarlo ¿y cómo no? Johanna ya es una experta dando declaraciones y posando como modelo. Se ha vendido y eso lo veo como traición.
- Sonríe preciosa - me susurra Haymitch y me hace ver hacia la cámara.
- ¡Claro!.. Te odio - le respondo entredientes y formando una sonrisa reluciente. Escucho como Peeta retiene una carcajada a mi lado.
Poco después me encuentro sentada en la mesa que se nos asignó a mi, a Peeta, a la familia de Haymitch y la de Finnick. Veo a los alrededores y solo consigo sonrisas, risas y a los demás invitados, pero ninguno que yo conozca al fin.
- Miren quien está aquí - doy un salto en la silla al escuchar tan cerca de mi oído la voz de Finnick. Últimamente los nervios me atacan con más intensidad que antes.
- No vuelvas a hacer eso - le reprocho con enojo y él me sujeta las mejillas y las aprieta de modo juguetón. Yo de un empujón lo aparto y resoplo por el gesto. Odio que me hagan eso.
- Estás adorable debo decir - se sienta frente a mi y se sirve una copa de vino - ¿quieres? - me señala la botella.
- Sabes que no - le respondo y él ríe por lo bajo.
- La bebé te tiene por el carril ¿eh? - le doy una patada en su pantorrilla y solo ocasiono que ría con más gracia ¿qué le pasa? Está insoportable - calma Katniss, estás alterada y eso no encaja con la celebración - acaricio mi vientre y concuerdo con él. Es la boda de mis dos grandes amigos y no puedo estar amargada; lo malo es que mis hormonas están revueltas.
- ¿Y Annie? - cambio de tema y la busco con la mirada.
- Está bailando con Peeta - toma un sorbo y voltea a la pista de baile - ¿te gustaría? - me tiende la mano y alza una ceja. A cualquiera le hubiera derretido ese gesto proveniente de Finnick, pero sinceramente no me hace ningún efecto. Siempre se me viene a la mente la imagen de Peeta haciendo lo mismo.
- Bueno - acepto y me arrepiento, porque sigo siendo muy mala con el baile. Pero justamente al dar unos pequeños pasos, una punzada en el vientre me hace parar; me detengo y poso mi mano libre donde sentí el dolor.
- ¿Pasa algo? - Finnick me ve confuso por el cambio repentino y me examina con la mirada.
- Es estoy bien - sorprendentemente el dolor solo dura unos segundos y comienzo a escuchar la música nuevamente, ya que por el instante todo me pareció lejano.
- ¡Papá! - el no tan pequeño Alan, camina rápidamente hacia nosotros extendiendo su chaleco.
- ¿Qué…? Oh hijo ¿qué hiciste? - Finnick me suelta la mano y toma la prenda de su hijo.
- No fue mi culpa, fue Matías lo juro - le dice el niño y señala donde está Effie reprochándole a su hijo con unos adorables dos años - me lanzó la papilla encima - dice con enojo y se cruza de brazos.
- De acuerdo - concuerda Finnick mientras trata de buscarle solución al problema - disculpa Katniss, luego danzaremos como Dios manda - me guiña un ojo y toma de la mano a Alan.
- Hola tía Katniss - me saluda y luego es arrastrado por su padre hacia dentro de la posada.
Por momentos me imagino a Peeta haciendo lo mismo y sonrío por la imagen. Estoy feliz de poder compartir con él y de saber que dentro de mi, se encuentra el mayor regalo que podríamos tener, aunque todavía el miedo me acompaña, pero es ese, el que siempre tuve, el de que algún día pueda perderla. Niego con la cabeza para retirar ese pensamiento y regreso a la silla donde estaba sentada hace unos instantes, justo al momento en que siento nuevamente ese dolor. Me alarmo y me sujeto de la mesa, cierro los ojos y cuento hasta diez.
- Todavía no hija. Por favor - digo en voz baja dándome masajes en el vientre. Todavía falta un mes y no puede nacer ahorita, aunque el médico una vez me dijo que pudiera adelantarse.
Doy bocanadas grandes de aire y abro los ojos de nuevo, solo para encontrarme con las miradas de Prim y Peeta frente a mi.
- ¿Amor estás bien? - se agacha junto a mi y me toma de la mano.
- Sí - le miento y me muerdo la lengua. No quiero asustarlos.
- A mi no me parece - dice Prim por lo bajo. Peeta escucha y me ve preocupado.
- Kat por favor dime - se levanta y me besa la mano.
- Estoy bien, solo fue un pequeño dolor. Ya sabes… - trato de explicarle y al ver que arquea una ceja, me doy cuenta que no le he convencido.
- Será mejor que vayamos a la habitación - dice y se posiciona detrás de mi para ayudarme a ponerme de pie.
- ¡No! - digo algo histérica - es decir, quiero estar aquí… hace tiempo que no comparto con ellos - señalo a Annie y a Johanna que se acercan muy sonrientes. Prim voltea y se cruza de brazos.
- Es mejor que la lleves a la habitación - ella se acerca a mi y ayuda a Peeta a levantarme - yo la cuido. Te aviso cualquier cosa - le dice y me toma fuertemente del brazo.
- Hola chicos - saluda Johanna y toma una copa de la mesa.
- Hola Jo - le digo y trato de sonreír, pero sin éxito.
- ¿Pasa algo? - pregunta Annie y le pide a Peeta con la mirada que le explique.
- Llevaremos a Katniss a la habitación. Está cansada - responde él y comenzamos a caminar.
Trato de parecer normal, pero nuevamente el dolor está presente. Aprieto con fuerza la mano de Prim para no alterar a Peeta. Mi hermana, en cambio, me ve de reojo y cuando llegamos a la habitación me sienta con cuidado en la cama.
- Yo me quedo - le dice a Peeta y él se niega.
- No, me quiero quedar.
- Peeta por favor - le digo, más bien le suplico - estaré bien, Prim está conmigo - le doy otro apretón a ella y mi hermana trata de convencerlo, hasta que lo logra y él a regañadientes se va.
Camino lentamente al baño en compañía de mi hermana, tengo una leve punzada en el pecho, como una señal de que algo sucederá y eso realmente me asusta. Tomo el cepillo de dientes y me cepillo, me veo en el espejo y trato de calmarme - todo va a estar bien - pienso, pero de inmediato siento un líquido que me corre por las piernas, más bien es como si vaciara un vaso lleno de agua. Termino de enjuagarme la boca y me quedo paralizada.
- Prim - llamo a mi hermana y ella me toma de los brazos.
- Tranquila - me dice - respira ¿sí? - me ordena y se agacha. Cuando se levanta - ya rompiste fuente - habla y yo me quedo sin nada que decir ¿qué pasó qué? - te ayudo - me quita el vestido y los zapatos, me conduce así hacia el cuarto y me acuesta en la cama, busca velozmente en la maleta que está en el closet un vestido sencillo y me lo coloca con cuidado - voy a examinarte - dice y va como rayo para al baño, donde seguro debe estar lavándose las manos.
- Tengo miedo - digo cuando aparece y se coloca un guante - por favor, dime que no sucederá ahora - ella me mira como lo hace mi médico en el distrito y sé que su respuesta está después de que me examine, aunque la mueca que hace me da mala espina.
- Puede que sea muy pronto, más de lo que creímos - dice más para si misma. Cierro los ojos y espero a que termine. Cuando lo hace, su expresión dice todo.
- ¿Qué?... - le pregunto y ella asiente - Prim…
- Ya estás dilatando - dice y corre al baño sin darme tiempo a preguntar.
- Prim… ¡Prim! - la llamo y ella sale y toma su teléfono celular, otra novedad que ha salido al mercado no hace más de un año.
- No responde - dice y vuelve a marcar. Estoy muy nerviosa y poco a poco voy empezando a sudar.
- Prim… - en eso siento el dolor más profundo y que me hace retorcer. Cierro mi mano en un puño y con la otra tomo fuertemente la sábana - ¡Peeta! - grito y mi hermana corre hacia mi.
- Resiste Katniss - me dice y me toma de la mano.
- Que venga… ¡que venga! - grito cuando siento como si todo dentro de mi se rompiera. Es un dolor penetrante y ya todo me da vueltas.
- ¿Katniss? - Peeta aparece en la puerta y corre hacia mi.
- Por favor… quédate conmigo - le suplico.
- Sí… siempre - me dice y me besa la frente. Busco a mi hermana con la mirada y no la encuentro.
- ¿Dónde está Prim?
- En un momento vienen a buscarte - me responde Peeta y se sienta a mi lado.
Tengo mucho miedo y ahora todo pasa en cámara rápida. Dos personas llegan a la habitación y me auxilian. Peeta me carga y me lleva corriendo hasta el auto, mi hermana da indicaciones y de tanto en tanto, me examina. Poco después me doy cuenta que quien maneja es Finnick y de copiloto está Annie, quien voltea cada ciertos minutos y me da apoyo con la mirada.
Luces y más luces me rodean, el dolor sigue y cada vez lo siento más fuerte. El sudor me corre por la espalda y baña mis manos, pero aun así, Peeta no me suelta en ningún momento, al igual que mi hermana, pero cuando entramos al hospital, supongo yo, ella desaparece y pide ayuda con las enfermeras que no tardan en rodearme.
- ¡Peeta no me sueltes! - le pido y retengo el dolor, pero me es imposible. Al final termino gritando.
- Nunca - me responde.
- Su presión está bajando mucho - dice un médico y lo miro con miedo - hay que inducirla.
- ¿Qué… qué quiere decir? - espero una respuesta y al no recibir nada, me impaciento y tomo con más fuerza la mano de Peeta.
- Estarás bien. Debes estar bien - Peeta me besa la frente y me acaricia el cabello.
- Deberá esperar señor - otro médico lo aparta y me zafo de su agarre.
- ¡Peeta! - grito y siento otro dolor punzante en mi vientre, pero este hace que me retuerza - ¡Peeta! - sigo gritando y veo como él forcejea con uno de los médicos y Finnick, para que lo dejen venir.
- Ya pasará - es lo último que escucho, cuando me inyectan algo en mi antebrazo izquierdo y poco después comienzo a ver distintos puntos de colores en el techo que se mueve con rapidez.
- Peeta… - trato de llamarlo, pero un sueño repentino me vence - Pee… - cierro los ojos, siento otro dolor y de inmediato veo el rostro brillante de mi padre. Esto solo me demuestra dos cosas. Una, tal vez he muerto. Y la segunda, quizás sea cierto, mi padre está en todos lados conmigo.
¿Qué les pareció? Ya Katniss va a dar a luz a su bebé! ¿Pero habrán complicaciones?
Un abrazo a todos y sigamos celebrando por las recientes imágenes que publicaron de Catching Fire! ¿Verdad que Peeta salió hermoso? *-* Y no hablar de Finnick (muy sexy).
