Autora: Kayazarami
Pareja: Harry Potter/Draco Malfoy
Advertencias: Slash (relación chico/chico), romance, AU (a partir del sexto libro).
Resumen: ¿Quién dijo que se necesitaba una varita para desarmar a tu rival?
Notas: Corregida el 30/03/2014
Disclamer: Ni Harry ni Draco ni el universo de HP me pertenecen. Son obra y propiedad de J. K. Rowling y yo escribo sin ánimo de lucro.
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Expelliarmus
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Y ahí, pensó mientras la varita de su rival salía volando por los aires, estaba el mismo problema de siempre.
—¡Maldita sea!
—Es para no creérselo, Malfoy, es la tercera vez hoy. Te complicas la vida buscando complicados hechizos oscuros con los que vencerme y nunca utilizas el maldito desarmador.
—¡Cierra le pico, no necesito tus consejos!
Harry suspiro resignado, convocó con un accio la varita del rubio y se acercó a él.
—¿Para que me pides entonces día si y día también que nos batamos en duelo? Cualquiera de tus amigos estaría encantado de ayudarte.
"Y con algo más que esto" pensó un tanto amargado.
El chico de ojos grises se mordió el labio inferior.
—Ellos no me sirven.
—¿Por que no?
—Porque su estilo de duelo es parecido al mío, plagado de hechizos oscuros. Y si quiero entrar al cuerpo de aurores, necesito que el primer hechizo que me venga a la cabeza sea expelliarmus y no crucio, Potter.
Una sonrisa cruzo el rostro del gryffindor y regresó a su posición.
Ambos se miraron. Al momento, Draco lanzó un bombarda que fue repelido por un fuerte protego. Harry contraatacó con un Furunculus que fue desviado por los pelos y aprovechando, lanzó nuevamente un Expelliarmus demasiado fuerte que lanzó no solo la varita lejos, al dueño de esta también.
—¡Draco! —llamó, corriendo a donde el otro se estaba levantando.
—Tranquilo, Potter, estoy bien.
—¿Seguro? —cuestionó—. Esta bien. Pero terminamos por hoy.
—¿Me llamaste por mi nombre?
—Fue sin querer. Yo…
—Está bien, no me molesta —afirmó, notando el evidente rubor que cubría las mejillas de su compañero. Y, extrañado, probó algo nuevo—. ¿Harry?
El rubor se convirtió en una tormenta carmesí y sin poder evitarlo, el rubio se acercó y beso ligeramente sus labios, ocasionando que el moreno dejará caer su varita al suelo de la impresión.
—Me parece que no necesito un expelliarmus para desarmarte —comentó el sangre pura sonriendo.
—Y a mi me parece que si piensas desarmar de la misma manera a la gente, no dejaré que te conviertas en auror —afirmó el moreno con firmeza, antes de atraparlo entre sus brazos y darle un beso de verdad.
Fin
