Aquella calurosa tarde de agosto, Draco se disponía a entrenar un poco en los dominios de su mansión, su padre se había ausentado por no sé que asuntos de trabajo y su madre estaba ocupadísima preparando una velada tranquila con unos amigos.
- Draco, hijo – llamó su madre – por favor, recuerda que tienes que estar antes de las 7 en casa para recibir a Julius y Marian.
- Sí madre. Pero, ¿por qué tenemos que prepararlo todo tanto?
- ¡Ay Draco! Ya te lo he dicho: Julius estudió con tu padre en Slytherin y Marian compartió conmigo casi todos los veranos de mi juventud porque vivía en España y fue seleccionada para Beuxbatons.
- Vale. Lo he entendido.
- Además... me han dicho que se mudan para aquí porque su hija Elyon irá a Hogwarts estos dos últimos cursos.
- ¿Hija? ¿No me dijisteis que era un chico? – Narcisa se temió lo que iba a decir su hijo – Lo que me faltaba, una niña pija de 16 años que va por ahí pavoneándose de lo guapa, lo lista y lo rica que es. (¿A quién se parece?) – y prosiguió – Además seguro que es horrible y muy tonta.
- No la conoces Draco. Por favor, hazlo por mí. Intenta ser simpático.
- Está bien – dijo con voz de aburrimiento – pero ahora me voy a entrenar un poco.
Dicho esto, Draco salió por la puerta que daba al patio trasero y desde allí voló hacia su campo privado de Quidditch.
Debía llevar mucho tiempo jugando y no se dio cuenta de la hora. De repente atisbó con la mirada a alguien que se acercaba por un lado del campo, como no reconoció a la persona descendió a ver quién era.
Cuando llegó al suelo, una voz extrañamente cautivadora sonó a su espalda:
- Tú debes ser Draco, ¿no?
Draco se estremeció y se dio la vuelta muy despacio, lo que vio lo dejó de piedra: una muchacha de pelo negro y ondulado, piel pálida, penetrantes ojos verdes, sonrisa sensual tras la que se escondían dos hileras de dientes perfectos y blanquísimos, cuerpo de infarto y vestimenta interesante (a Draco se le caía la baba); lo estaba mirando.
- Te he preguntado algo – dijo la chica.
El chico salió de su ensimismamiento y le contestó:
- Sí, soy yo. ¿Y tú eres...?
- Elyon Trieshën.
- ¿Tú eres Elyon? – dijo Draco con incredulidad.
- Ajá, ¿es que esperabas otra cosa?
- Sí eh... No! Vaya... yo...
- Narcisa me pidió que viniese a buscarte porque al parecer te habías olvidado de que esta noche veníamos a cenar.
- Estaba entrenando y perdí la noción del tiempo.
- Bueno, ¿vamos?
Cuando llegaron al interior Lucius Malfoy acababa de entrar por la puerta y saludaba a Julius como si fuesen hermanos. Narcisa y Marian parloteaban. Entonces, Lucius se dio la vuelta y vio que Draco y Elyon acababan de entrar.
- No me lo puedo creer, ¿esta es la pequeña Elyon?
- ¡Hola padrino! – dijo Elyon mientras abrazaba al padre de Draco ante la sorpresa del chico.
- Querida, estás guapísima. ¿No lo crees así, Draco?
- ¿Eres su padrino?
- Sí, Elyon nació el mismo día que tú y Julius y yo decidimos que sería así. Él es tu padrino.
- ¡Vaya! – se sorprendió Draco – el último regalo de cumpleaños fue realmente acertado.
- Sabía que te gustaría – respondió Julius con una voz socarrona y fuerte. Era bastante parecido a su padre, sobretodo en la constitución corporal, aunque quizá un poco más alto.
- Elyon – dijo entonces una mujer morena de pelo largo y estatura media, Marian – ¿le has dado a Draco la noticia?
- No madre, aún no he tenido tiempo.
- Es cierto – dijo de repente Narcisa mirando a Draco – Elyon pasará aquí una semana mientras la mudanza se hace efectiva e irá en Expreso de Hogwarts contigo.
- Por mí vale – dijo Draco extrañamente animado – si no os importa me voy a duchar para vestirme y bajar a cenar. Siento que la cena se retrase por mi culpa, el Quidditch me absorbe tanto que a veces olvido dónde estoy mientras vuelo.
Dicho esto desapareció tras la puerta del enorme salón camino de su aposento.
La semana pasó demasiado rápido para Draco. Cada vez estaba más entusiasmado con Elyon; aparte de su belleza era graciosa, fría, sincera e incluso un poco sensible (un rasgo que Draco adoraba en las chicas). Para Elyon la semana también pasó rápido, cada minuto que estaba con Draco su corazón se aceleraba, aunque intentaba mostrarse lo más fría posible. Draco le contó todo lo que sabía sobre Hogwarts y ella se recreaba mirándole a los ojos. Elyon enseguida notó que Draco escondía algo, algo que estaba luchando en su interior y que no podía dejar salir, pero no le preguntó nada.
El día que tenían que coger el tren llegaron temprano a la estación y apenas había gente. Sus respectivos padres se despidieron de ellos y se fueron. Draco y Elyon se quedaron solos en su compartimiento, de repente Draco hizo ademán de acercarse a los labios de Elyon cuando...
- ¡Hola Draco! Por fin te encuentro tío.
- Hola Blaise – dijo Draco arrastrando las palabras de manera exagerada y alejándose rápidamente de Elyon.
El que acababa de entrar en el compartimiento era Blaise Zabini, un chico que compartía habitación con Draco y el que se puede describir como único amigo de Draco, aunque en ese momento sobraba en el lugar. Zabini no pudo evitar mirar de arriba abajo a Elyon, se quedó anonadado.
- Draco, ¿no me presentas a esta belleza?
- Cuando te limpies la baba – contestó el rubio notablemente enfadado por la interrupción.
- Me llamo Elyon Trieshën – contestó ella rápidamente observando con disimulo su porte atlético y su atractiva faz – vengo de Beauxbatons para cursar 6º y 7º en Hogwarts.
- ¿Trieshën? Me suena, recuerdo haber escuchado ese nombre en algún momento antes...
- Bueno, no creo – contestó Elyon nerviosa – si me disculpáis voy al servicio.
Elyon salió del compartimiento con una expresión extraña en la cara, como si la hubiesen descubierto, como si hubiese hecho algo malo y fuesen a castigarla.
- ¡Ya sé! – concluyó de repente Zabini.
- ¿Qué? ¿Qué es lo que sabes? – preguntó Draco.
- Ella, su nombre; ya sé de que la conozco.
- Suéltalo ya.
- Ella es el Diamante Negro de Beauxbatons.
Draco se había quedado perplejo, ¿a qué se refería Zabini con el Diamante Negro? Zabini interpretó su interrogante y prosiguió:
- Es la alumna más estudiosa, inteligente, fría y cruel de todo ese selecto colegio. La revista "El brujo de hoy" publicó no hace mucho un reportaje entero sobre ella, su expediente académico es tan amplio, brillante y limpio que ni tú ni nadie conseguiría tenerlo en toda una vida de trabajo. Sus padres trabajan en Asuntos Internacionales del ministerio de magia y es de sangre tan limpia que nos podríamos desinfectar con ella. Sobre sus amistades en el colegio no se tiene conocimiento puesto que jamás ha tenido ninguna relación conocida con nadie y todo el mundo le tiene verdadero pánico, por eso le llaman el Diamante Negro, es la chica más deseada de todo ese colegio.
Tras oír esas palabras Malfoy se sintió extraño, él sabía que Elyon era especial por algo, pero nunca habría sospechado que era por eso. Entonces, se puso como meta ser mejor que ella, le encantaban los retos y aquel era uno que no podía dejar escapar.
El viaje transcurrió sin muchos cambios, salvo cuando llegó Pansy Parkinson acompañada de Millicent Bullstrode y Hans Hecvert, con esa compañía pasaron todo el viaje hasta Hogwarts. En el compartimiento de Harry, Ron y Hermione empezaban a echar en falta la molesta presencia de Malfoy, que acostumbraba a pasarse al menos a darles la "bienvenida" todos los años. Harry iba más callado de lo normal, estaba como ausente, Hermione notó eso y se sentó a su lado para hablar con él mientras Ron jugaba con Neville, Luna y Ginny una partida de Gobstones.
- Harry, ¿qué te pasa? – preguntó Hermione.
- Nada. Sólo pensaba.
- Venga Harry, nos conocemos lo suficiente como para saber que algo no va bien.
- Toma, lee esto – Harry acercó entonces a Hermione un trozo de pergamino escrito con una letras bastante lograda la cual reconoció enseguida, era una carta de Dumbledore.
"Querido Harry
Debo comunicarte un hecho que quizá repercuta un poco en tu curso este año en Hogwarts y en tu vida a largo plazo. Este año conocerás a un pariente tuyo, de tu misma edad, que vendrá a estudiar a Hogwarts este curso y el siguiente. Es tu prima Elyon Trieshën.
Elyon viene de Beauxbatons y sus padres se han mudado a Inglaterra por cuestiones de trabajo.
La razón por la cual nunca se te había revelado la existencia de estos parientes es porque en los tiempos en que se produjo la muerte de tus padres, su padre Julius Trieshën fue relacionado muy cercanamente con Voldemort.
Con esto que sabes ahora no puedes juzgar a Elyon, nadie tiene la culpa de los errores de sus mayores, pero tampoco creo prudencial que seas tú quien se acerque a ella. Si sus intenciones son buenas no lo sé, pero no sería beneficioso para ninguno de los dos una trifulca de sangre. Para ti porque puede ser la oportunidad de encontrar trozos de tu pasado y de conocer a alguien muy especial y para ella porque tengo entendido que es una alumna ejemplar y porque tú puedes ser un apoyo en su difícil vida.
Albus Dumbledore"
- ¿Prima? ¿Elyon? ¿Voldemort?
- Shh...
- Pero, pero...
- Hermione, por favor te pido que no digas nada de esto quiero que ella me ayude a reconstruir mi vida. Además, no tiene porque ser partidaria de Voldemort. Por favor.
- Está bien. Esperaré a conocerla. – Hermione abrazó a Harry y comenzó a preguntarle cosas sobre el Quidditch para que se olvidase un poco todo aquello.
La llegada al castillo fue normal, Elyon tuvo que esperar a que todo el mundo saliese para no ser vista y esperó a que el propio profesor Snape la viniese a buscar a la estación de Hogsmeade para llevarla al castillo. Ella ya lo conocía, había sido amigo de su padre y sabía que también mantenía una estrecha relación de amistad con los Malfoy. Durante el viaje al castillo, Snape le explicó que iba a ser seleccionada para una de las casas y que debía entrar por una puerta al otro lado del gran comedor para evitar molestias.
Al entrar en el castillo ya no se veía un alma por los pasillos. Cuando entró en el gran comedor, Elyon pudo comprobar la cantidad ingente de alumnos existente en el colegio. Al acabar la selección de los de 1º, un poco nerviosa, se sentó en la banqueta ante la sorpresa de todos y le fue colocado sobre la cabeza el sombrero seleccionador.
- Bien, veamos – dijo el sombrero sobre la cabeza de la chica - ¡vaya! Tenemos aquí una Trieshën, el eslabón perdido. Pero no eres tan fácil de situar. Tienes muchas facultades que facilitan tu entrada en Slytherin pero tu sangre fluye hacia Gryffindor – Elyon estaba muy nerviosa – entonces... Elyon tu casa será... – todo el mundo contuvo la respiración – ¡SLYTHERIN!
La casa de Slytherin vitoreó hasta la llegada de Elyon a la mesa, Draco la felicitó y Blaise se dejó llevar por la emoción dándole un abrazo delante de todos, Elyon se separó y para evitar que Zabini pensará que lo rechazaba le lanzó una mirada cómplice cuando nadie miraba.
Desde la mesa de Gryffindor se había seguido con mucha atención la selección del Diamante Negro. No sólo había llegado el rumor de su nombre, sino que un historial entero de su vida se había extendido como la pólvora por todas las mesas. Harry y Hermione habían seguido muy de cerca todo lo ocurrido y no les sorprendió, al ver la apariencia de Elyon, que el sombrero seleccionador la hubiera puesto en Slytherin; si era tan fría como demostraba, no era de otra casa.
En la mesa de Slytherin todo el mundo miraba a la recién llegada con asombro y envidia. Entonces, Elyon se levantó y se encaminó hacia Harry. Cuando llegó se dirigió a él:
- ¿Harry?
- Sí, soy yo – Harry le dirigió a Elyon una sonrisa que provocó más de una envidia.
- Yo soy Elyon. Soy tu...
- ...prima – terminó Harry – ya lo sé.
- Bueno, yo no sé que te habrán dicho de mí, pero quiero dejarte muy claro que me gustaría conocerte y que no quiero que ninguna estúpida barrera o rivalidad innecesaria exista entre nosotros.
- Estoy muy de acuerdo – Harry se levantó y le tendió la mano a su prima, ella la tomó y después le dio un muy breve beso en la mejilla y volvió a su sitio.
La mesa de Gryffindor era un cúmulo de caras asombradas, que se arremolinó en torno a Harry en cuanto Elyon se alejó de la mesa. Ron no se lo creía y casi se atraganta con un trozo de pastel de chocolate.
- ¿El Diamante es tu prima? ¿Lo sabías y no dijiste nada?
- Oye Harry – dijo Seamus - ¿me la presentas?
- El Diamante Negro prima de Harry, ¡eso si que es increíble!
- ¿Elyon Trieshën es tu prima? – le preguntó Neville – pues no os parecéis ni en el blanco de los ojos, a mí me da un poco de miedo.
- Bueno, ya vale ¿no? – ahora era Hermione quien interrumpía – se enteró hace poco y no tiene ganas de escuchar vuestros estúpidos comentarios. Y no te va a conseguir una cita con ella, Aaron; así que desiste.
Harry agradeció a Hermione su intervención y en cuanto pudo se levantó de la mesa rumbo a su sala común.
Por otro lado, Draco estaba esperando a Elyon para acompañarla a su sala común.
- Draco – lo llamó Elyon al pie de la puerta del gran comedor.
- Sí, ya voy.
- Oye, ¿te puedo preguntar algo?
- Pues claro, dime.
- ¿Por qué todo el mundo me miró con esa cara cuando fui a conocer a mi primo? ¿Es que he hecho algo malo?
- Nadie sabía que eras pariente de Potter. No se podían imaginar que tú ibas a levantarte delante de todo el mundo para saludarlo y que aún por encima ibas a darle un beso en público.
- Pero sólo fue un beso de familia, es mi primo y lo acabo de conocer.
- Todo el mundo pensaba que el Diamante Negro jamás daba una exhibición de afecto en público – dijo Draco con seguridad.
- ¿Así que es por eso? – dijo ella con notable frialdad – mi nombre traspasa fronteras, ¿eh? Pues quiero que sepas que en mi anterior colegio no habría hecho esto pero no quiero que mi vida en Hogwarts sea un reflejo de la que llevaba en Beauxbatons. La competencia de allí me obligaba a no tener amigos para ser la primera en todo y conseguir que mis padres confiaran en mí, ahora que voy a estar un año casi entero sin ellos será el momento de hacer lo que quiera sin levantar demasiadas sospechas; no busco ser amiga de nadie, busco ser amiga de quien yo quiera.
Draco abrió la boca para decir algo pero enseguida la cerró, ella tenía miedo de algo y no dejaría que nadie lo descubriese. Nadie se atrevería a hacerle daño. Ella sólo quería libertad, algo que le había sido vetado durante toda su vida. De repente Draco sintió pena. Acababan de llegar a la sala común.
Los días pasaron y Elyon hizo notar enseguida porque le habían puesto aquel nombre en su antiguo colegio. Siempre llevaba la cabeza muy alta, hablaba con mucha seguridad con todos los profesores, sólo le dirigía la palabra a quien ella quería y por una vez había alguien tan brillante como Hermione Granger en todas las clases. De hecho compartían las mismas asignaturas puesto que Elyon estaba muy adelantada en Adivinación y aborrecía Estudios Muggles (a la inversa que Hermione).
Las relaciones de amistad de Elyon eran realmente tres: Draco Malfoy, Blaise Zabini y Harry Potter; el resto sólo se cruzaban una palabra con ella cuando ella quería. Este último detalle le dolía especialmente a Hermione puesto que Elyon apenas cruzaba una palabra con ella.
Un día, cuando se encontraban en Cuidado de las Criaturas Mágicas, Hagrid llamó a Harry para "hacerle unas preguntas para comprobar si había estado atendiendo en la explicación de las propiedades mágicas de los gnomos de jardín".
- Veamos Harry, ¿cómo va tu composición sobre los gnomos de jardín?
- Creo que tengo dificultad con este detalle – dijo Harry haciendo que Hagrid se acercase a su pergamino y, por consiguiente, a él.
- ¿Cómo te va con tu prima? – dijo Hagrid entre dientes.
- Se acerca mucho a mí y pasamos mucho tiempo juntos, es una buena chica.
- Me alegro de que no sea como su padre.
- ¿Por qué?
- Porque Julius era de todo menos un buen chico, si ella es como su madre no hay problema, una mujer muy inteligente pero que se enamoró del chico equivocado.
Hagrid se separó enseguida de Harry y procuró que nadie se diese cuenta de que estaban hablando.
Tras la conversación con Hagrid, Harry se sentía confuso así que decidió dar un paseo por la orilla del lago. Pero allí se encontró a alguien que no esperaba...
- Elyon? Qué haces aquí? – preguntó Harry a su prima que estaba llorando apoyada en un árbol.
- Harry! Yo... yo... me duele tanto el corazón! Harry... – consiguió decir Elyon antes de que su voz se quebrase de nuevo por culpa de las lágrimas.
- Pero Elyon, por favor tranquilízate y no llores que me partes el alma. Cuéntame qué te pasa, quizá yo pueda solucionarlo o ayudarte de alguna manera.
A Elyon le costó varios minutos procesar lo que Harry le había dicho y, tras un leve suspiro, fijó sus ojos en el horizonte y habló:
- Llevamos ya dos meses de convivencia, cierto? – Harry asintió con la cabeza – y en ese tiempo has podido comprobar a quién considero yo mis verdaderos amigos.
- Malfoy, Zabini y yo, no?
- Eso es. Pero más allá de toda amistad, Draco es para mí un ser especialmente...
- Querido? – interrumpió Harry.
- Sí... – dijo Elyon rompiendo nuevamente a llorar.
- Pero, por qué lloras? Es evidente que él también siente algo por ti, no? Yo creo que es lo que aparenta, o no?
- Él no me quiere, usa esa estúpida máscara para no ser descubierto.
- Máscara? Ser descubierto? A qué te refieres? – la inquietud de Harry hacia el tema cada vez iba en aumento.
- Draco ama a alguien que no está a su alcance, sentiría vergüenza si lo viesen con ella porque todo su mundo se desvanecería. La ama aunque debe odiarla y su interior se debate entre el deber y el deseo. Tiene que odiarla por tradición, porque su familia lo ha educado así y porque si supieran que ella es su elegida serían capaces de...
- Elyon, cómo sabes eso? Te lo ha dicho él?
- Estás loco? Eso sería como firmar su pena de muerte! Pero, yo he usado otros métodos para averiguarlo. Nunca te he dicho por qué no doy adivinación?
- No, nunca.
- En nuestra familia hay más de un secreto, nuestra bisabuela tenía el don de la adivinación, pero no el mismo don que puede tener la profesora Trelawny, sino el don de la premonición. Y se transmite cada tres generaciones por vía materna a las mujeres de su familia.
- Entonces tu posees ese don?
- Sí. Antes no era capaz de controlarlo y no entendía que eran esas visiones que tenía hasta que mi madre comprendió que era lo que me pasaba. Desde entonces mi profesor de adivinación Gustav Vladaski me ha dado clases particulares durante 5 años y ha conseguido que sea totalmente consciente y dueña de mi don.
- Quién es la chica?
- Lo siento Harry pero no puedo decírtelo. No debes saberlo. Por tu bien.
- Está bien. En respecto a cómo te sientes...
- Mal, realmente mal.
- Yo también estuve enamorado de una chica, sabes? El año pasado. Se llama Cho Chang. Y al parecer fui yo quien le rompió el corazón a ella porque pensó que me gustaba Hermione. Qué soberana tontería!
- Pobrecita. Nunca le contaste la verdad?
- No hizo falta, sus padres se la llevaron este año a tu escuela porque no era capaz de soportar los recuerdos de la muerte de su anterior novio.
- Vaya, eso debe ser un duro golpe.
- Yo lo vi morir – dijo Harry con una voz grave y tranquila.
- Lo siento Harry, no tenía ni idea.
Entonces se hizo un silencio en el que Harry se quedó mirando para los inquietantes ojos verdes de su prima, muy parecidos a los suyos.
- Piensa que hay más chicos que están esperando para hacerte feliz.
- Muchas gracias Harry – dijo su prima sonriéndole.
