Disclaimer: Hetalia no me pertenece, los personajes como Francia, Inglaterra, Estados Unidos y Canadá son de Himaruya-sama.

Setting: AU

Advertencias: FACE family (¿eso es advertencia?), Mpreg y algo de violencia.

Nota de la autora: Hace un tiempo quería contar una historia que fuera narrada en partes por los distintos personajes y de esta forma se fuera complementando, espero haya funcionado ^^.


Capitulo 1: Le bonheur est de courte

17:00 hrs –Canadá-

Y aquí estoy, a miles de kilómetros de mi patria, conduciendo el vehículo familiar –que dejo de ser familiar desde que los chicos se fueron de casa y Arthur me dejo hace unos meses atrás- el clima en Canadá está bastante agradable y empiezo a discutir mentalmente conmigo mismo tras haberme convencido de traer ropa abrigadora. Sin embargo ese no es el fin de mis problemas, el regalo que traigo en el asiento trasero salta por todos lados debido a lo malo del pavimento en este lugar tan rural amenazando con quebrarse y mi compañero en el asiento del lado parece estar en un estado intermedio entre rabia y tristeza mientras sujeta su presente propio…lo comprendo, no sabe cuánto lo hago.

Arthur a estado así desde la noticia que nos trajeron los chicos, aun lo recuerdo perfectamente. Yo me encontraba en la casa del cejotas por asuntos políticos de nuestros jefes, el británico que fue por años mi pareja –y que lamentablemente nunca aprendí a respetar y a amar como se debía- me invito a tomar el té ya que pareció darse cuenta de que el estar los dos solos en aquella habitación con la sola y monótona melodía del segundero del reloj como sonido ponía más tensa la situación; yo acepté con gusto, no sin antes depositar un beso en su mano derecha en el preciso momento en que me dio la espalda…lo rechazó inmediatamente.

Así que allí estábamos, en una hermosa habitación – lo gustos de Arthur en decoración nunca fueron malos, pero si los míos mejores, ja!- el y yo, solos, bebiendo su té; yo hubiese preferido una copa de vino pero intuyo que el mismo se negó a ofrecerme una – ¡vamos!, que estuvimos casados, algo de mi debe saber el cejotas este- entonces, aparto un mechón de mi cabello dispuesto a hacer el primer comentario inteligente que seguramente rompería el hielo pero…

-toc toc-

El de los ojos verdes deja su taza en la mesita de en frente e invita a pasar al infortunado invitado.

-Excuse me Mister Kirkland but….

El que parecía ser su secretario personal, sin moverse del marco de la puerta, hizo un gesto con su mano como invitándole a acercarse a el – bastante irrespetuoso si me lo preguntan- , la representación de Gran Bretaña pone una cara molesta pero sin embargo se levanta del sofá y se encamina a su empleado.

Pasan unos cuantos segundos y el rostro de Arthur me inquieta, al terminar de hablar con su secretario y este irse, Inglaterra vuelve al sofá, toma asiento y empieza a examinar su taza de té como si fuese a descubrir la cura de una misteriosa enfermedad aun no existente en ella, luego regresa sus orbes a mí y dice:

-Alfred y Matthew están afuera, dicen que tienen algo urgente que tratar con nosotros

-Sont ici?, con ambos?

-Yes, dijeron que era necesario que estuviésemos los dos aquí

La espera mata lentamente, me quema por dentro y me lanza mal herido, tal como cuando Arthur me dejó, es ese mismo presentimiento, de que algo malo ocurrirá; pero sin embargo no veo a mis hijos desde hace tanto tiempo, que siento que la misma noticia de verlos a los dos juntos en un mismo lugar y con Arthur allí es una idea tan maravillosa que no podría dejar de ser buena, ¡la familia reunida otra vez y tan improvistamente!, esto no deja de ser fantástico.

Pasa aproximadamente un minuto y empiezo a ponerme nervioso, mis ojos ruedan a la puerta, luego giran para ver a Arthur el cual luce visiblemente intrigado, luego vuelven a la puerta y se quedan allí, es entonces cuando el picaporte gira, nadie golpea, tanto Inglaterra como yo sabemos que el que abrió es Alfred, pues nunca pudimos enseñarle a golpear antes de entrar, no es que no lo intentáramos, lo hicimos, pero el pequeño Al siempre fue tan efusivo y testarudo que nunca hizo caso. La puerta termina de abrirse y tal como lo sospechábamos es Alfred, detrás de el, como queriendo esconderse está mi petit Matthew, un tanto sonrojado apoyando sus manos en la espalda de su hermano mayor como si buscase algún tipo de protección, tal como en los viejos tiempos, pero…¿Por qué se esconde?, el primero en levantarse para acogerlos soy yo y voy derecho hacia el para intentar averiguarlo.

-Mon petit Matthew! comment allez-vous chers! – abro mis brazos y Alfred se aleja para permitirme el paso a su hermano menor a lo que Matthew al ver la situación intenta esconderse una vez más tras su gemelo para luego asumir que es demasiado tarde con una mirada de rendición que yo no logro comprender-

- Bounjour papa… très bien-se deja abrazar-

Unos pasos más allá Inglaterra se a levantado y a saludado caballerosamente con la mano a Alfred, este a respondido igualmente -¡d'attente!, América no a saludo efusivamente como es de costumbre, algo extraño, verdaderamente extraño está ocurriendo aquí-. Tras saludarnos los unos a los otros, Arthur les ofrece asiento en la sala donde mi té, tanto como el de mi ex-esposo se enfrían irremediablemente. Ante la invitación mi pequeño Matthew mira a su hermano como intentando decirle con sus orbes azuladas que realmente no quería sentarse, que no quería estar más tiempo allí como intuyendo lo que iba a suceder -de haber sabido lo que iba a pasar ,probablemente yo le hubiese apoyado también ante su idea de permanecer de pie- sin embargo el estadounidense le devuelve la imaginaria propuesta con su característica sonrisa de superhéroe de historieta invitándole a sentarse junto a el sin objeciones, como prometiéndole que todo va a ir de maravilla –ojalá así hubiese sido-.

Una vez todos sentados, el británico a mi lado, se cruza de piernas y observa fijamente a los chicos por unos segundos, el no está tan ilusionado como yo ante la idea de estar los cuatro juntos otra vez, quizás sea porque el ya los habrá visto en alguna reunión en los meses anteriores, quizás sea porque realmente no le importa que estemos los cuatro en la habitación ya que a el le basta y sobra con que sean tres y estoy seguro de que el que sobra aquí no es el pequeño Matthew con su tendencia a desaparecer por instantes, soy yo.

Ante la persistente mirada de Arthur, los chicos empiezan a sentirse incómodos, en especial Matthie al que su rostro le a traicionado y ahora su sonrojo es aún mayor, todo esto mientras intenta distraerse observando el piso y palpando por detrás la mano izquierda de su hermano mayor. Ellos creen que nadie les ha visto concretar este último acto mientras tomábamos asiento, pero mientras Arthur solo les a mirado al rostro en estos momentos, yo me e fijado mas en el resto de sus cuerpos – costumbres francesas diría yo-. Transcurren los segundos y al fin Inglaterra se decide a hablar, haciendo parecer que el ambiente grave que había hasta ahora se desasiera de forma automática…solo por un pequeño instante.

-And whell…¿están consientes de que no pueden venir hasta aquí cuando se les dé la gana?, esta no es precisamente mi casa y no pueden venir a este lugar sin una cita previa

-Come on England! You are so strict~

-grr shut up Alfred I'm not in humor!

El británico suspira asteado mientras cierra sus ojos verdes, para luego integrarse a la conversación una vez más con la intriga que tanto el como yo tenemos

-Y bien dejando de lado todo el alboroto que han provocado…¿Qué los trae por aquí?

Matthew de pronto sufre de un pequeño y casi imperceptible escalofrío, cualquiera diría que está nervioso y probablemente tendría la razón absoluta. El silencio invade la habitación otra vez y pareciese que los nervios de Canadá nos están contagiando a todos en la sala; por lo bajo puedo ver como América le ha dado un pequeño empujón en el costado como incitándole a hablar él primero, no sé si Arthur lo habrá notado, pero sin embargo se ha cansado de esperar.

-¡Si ninguno de los dos va a decir algo, creo que tengo cosas más importantes que hacer!

- Ouh vamos cher!, antes de que nuestros angelitos llegaran solo estabas sentado junto a mi bebiendo el té, quiero decir ni siquiera estabas haciendo cosas productivas conmigo Angleterree~ –digo campante mientras le regalo una sonrisa al aludido-

-Aghhh! Shut up frog!

-Hahahaha~ -suelta Alfred al vernos pelear, probablemente le hace gracia o bien le recuerda aquellos viejos días-

Todo parece que va a terminar en caos tal como en las reuniones de la ONU, sin embargo está bien, porque la tensión en el aire ahora a disminuido. Es entonces que entre las carcajadas de Alfred y el lío que hemos armado Arthur y yo surge la dulce vocecita de mi petit pidiéndonos a todos una tregua temporal, los ánimos bajan y la propuesta es aceptada con la condición que a puesto UK de que a modo de intercambio ambos deben contarnos el porque de la inesperada visita. Todos tomamos asiento otra vez y Matt aunque forzoso es el primero en hablar.

-Yo…e-etto… hubiese deseado contarles sobre esto hace un tiempo pe-pero…

-Vamos cher, no hay porque tener miedo, lo que sea no puede ser tan grave, papa y mommy –Arthur gira los ojos en señal de molestia ante este ultimo nombre que no escuchaba en años- saben que TU no harías nada malo o que nos decepcionara

-E-errr….-a empezado a temblar otra vez y por lo bajo puedo ver como Alfred intenta consolarlo acariciándole la mano- yo…y-yo papa….

-Sii~ cher?

-y-yo…je suis enceinte papa…

El silencio es abrumador, por unos momentos Arthur a adoptado una cara de incredulidad tremenda, al parecer ahora Alfred es el que está nervioso y yo yo…

-Ch-cher~ Je vais être un grand-père?

-O-oui…

Y todo de pronto se transforma en felicidad para mí, no puedo evitar levantarme inmediatamente del sofá e ir a abrazar a mi pequeño Matthew. Mientras tanto Inglaterra permanece en el antiguo sillón observando la escena atento a la vez que esboza una pequeña y bella sonrisa en su rostro, todo esto a la vez que América aún sentado en el sofá de enfrente nos regala una dulce y por lo demás muy extraña sonrisa de su parte. Canadá me recibe un poco esquivo, al parecer no puede creer lo bien que a salido de la situación –oh eso es lo que yo creía antes de la pregunta fatal de Arthur, entonces al fin pude comprender el porqué del extraño comportamiento de mi petit hasta ahora- es entonces cuando Inglaterra sale de su shock momentáneo y añade curioso

-Bueno, felicidades Matthew, I'm pretty sure of you are gonna be a good mother but…no sabía que estabas en una relación Matt…

-Ohh! es cierto!, y quien es mi afortunado yerno mon petit?

~Tonto de mi~

-Ehhh…

-Ohh acaso es el tío Gilbert!, ya decía yo que hace un buen rato te estaba echando el ojo cher!

-N-no papa…no es Gilbert…

-Eh! Entonces qui- ah! no me digas que es Ivan cher! no me digas que el bebe es de él Mattie! por favor noo~! –lo suelto-

-AGH MALDICION FROG DEJALO RESPONDER! –suelta Iggy desde atrás-

Ante la petición de Arthur decido esperar la respuesta de Matthew y este con la presión de tener todas las miradas sobre él se pone más y aun más nervioso, tanto que su rostro ahora está completamente rojo y su expresión es un mescla entre temor y vergüenza

~De haberlo sabido antes~

-A-a…el…e-estoo…-unas lagrimas empiezan a juntarse en la orilla de sus ojos- ahhh…

~Lo siento…lo siento cher…~

Arthur y yo estamos bastante desconcertados, ¿acaso no había pareja?, quizás…!, Inglaterra y yo ya comenzábamos a idear los peores filmes dramáticos en nuestra cabeza en relación a lo que podría haber sucedido, pero entonces…, Alfred –que curiosamente había permanecido en silencio- se levanta del sofá y va directo a tomar la mano de su hermano gemelo el cual deja de llorar y levanta su sonrojado rostro para verlo a la cara-dejándonos ahora un tanto más confundidos-, nos mira fijamente por un instante y luego con la cara más seria que creo haberle visto a América en toda su vida añade

-Francis…Arthur…, el novio de Matthew soy yo…y yo soy el padre del bebe

~Oh merde…~

Mi cara…y la de Inglaterra…es simplemente épica… . Involuntariamente me alejo de ambos mientras los miro, no sé qué hacer, es cierto que soy el país del amor y como tal suelo aceptar todo tipo de relación…pero, pero son mis hijos…¡son hermanos!, ¡hermanos gemelos! , entonces giro desconcertado a ver a Arthur esperando que me diga que él no ha escuchado lo mismo que yo, pero eso no sucede, el los está mirando atónito, observo cómo sus manos le tiemblan como si no supiera qué hacer con ellas, estoy paralizado, no puedo pensar en nada más, ¡no puedo sentir ni escuchar nada!, de pronto veo como Inglaterra se levanta y todo empieza a desplomarse rápidamente…


Nota de la autora: Espero que les haya gustado y si hay algún problemilla ortográfico por allí lo lamento, de seguro se me ha ido corregirlo.
El siguiente capitulo será narrado desde el punto de vista de Arthur, hasta la próxima ^^.