Descargo: Los personajes utilizados son propiedad Hiro Mashima.
Cicatrices
Lucy entiende que no le ha perdonado completamente cuando Natsu hace referencia al año que pasó entrenando y ella cambia el tema.
Debió saberlo. No perdona con tanta facilidad, mucho menos a él, en quien confiaba tanto.
Se siente mal con eso, así que no lo menciona. No está preparada para tratar el tema con Natsu sin dejar que el rencor que no sabe cuándo comenzó a invadirla, salga a flote y termine sólo intentando ser lo más hiriente posible para que Natsu sienta, en una pequeña medida, la soledad que ella cargó durante todo el tiempo en que la vida que había creado se vino abajo.
No es sólo él, se recuerda. Ni Fairy tail. Mucho menos ella. Nadie tiene la culpa. Todos buscaban sus caminos, crecieron. Y ella se hundió: en sí misma, en el miedo sabor hielo que la invadió cuando no supo cómo continuar su vida sola (cuando no supo cómo vivía antes y comprendió que no quiere vivir así otra vez).
Al final es sólo ella que no puede mirarlo a la cara porque dirige parte del dolor que no le pertenece a nadie más que a ella, a él.
Todo es culpa de Lucy, concluye, es ella que no puede dejar los malos tragos atrás. Es ella que mantiene atado el endeble hilo del rencor. Es ella mirándole con ojos acusadores cuando la bomba estalla inevitablemente una tarde en la que todo anunciaba paz. "Te fuiste" reprocha "no tienes derecho a cuestionar ahora" sigue, habla hasta perder el aliento y Natsu desvía la mirada, no responde. No hasta que ella deja de hablar y él dice, bajito, "Dejé una nota"
Y ahora es ella quién no responde.
Cree que no le perdonará nunca, porque una parte de Lucy se ha podrido un poquito y la espina del temor está siempre presente en el borde de su mente, haciéndose notar con su roce cortante y dejando pequeñas marcas que tardan en curar.
Aún espero que estos dos tengan la discusión del siglo, pero nada.
