Historias basadas en las vivencias de los Santos Dorados después de Soul of Gold. Sin continuidad (amenos que sea solicitado o la trama se preste).

Advertencias: Ligero Yaoi, Twincest y OCC de los personajes.

Saint Seiya es propiedad de Masami Kurumada y TOEI, yo sólo utilizó sus personajes para crear historias sin ánimos de lucro.

Conversación por cosmos en negrita y cursiva


El Santo más fiel

Había pasado un año de la guerra con Hades, en la cual los valerosos Santos de Bronce fueron los vencedores; y gracias a las oraciones realizadas por su diosa Athena-y una ligera intervención de Odín-ante el magnánimo Zeus, todos los caballeros habían sido revividos, incluso aquellos que fallecieron en la batalla de las doce casas.

Por lo que, después de varios golpes, reclamos, reconciliaciones, momentos incómodos, emotivos, y una buena ronda de castigos por parte de las autoridades del Santuario, sí porque también Shion fue restituido en su cargo de Patriarca, toda la orden de Athena (inclusive Kanon quien actualmente estaba como objeto de disputa entre Julián y Saori) se encontraba completa y conviviendo de manera pacífica.

Todo era tranquilidad y armonía en el Santuario… ¿verdad?

-Eh chicos, creo que deberían de relajarse, no queremos una guerra de mi días.

Al parecer no.

-Aldebarán, no creo que te estén escuchando, es más, me atrevería a decir que ahora somos invisibles-su compañero de armas musito en tono aburrido.

-¡Pero Mu!- exclamo el gran toro dorado, que como siempre, estaba ahí para ayudar a resguardar la paz- ¡Si no hacemos algo podrían destruir el Santuario!- su voz sonaba preocupada, pero seguía sin obtener reacción de su amigo-¡imagina el castigo que su Santidad nos va dar!

Eso sí funcionó.

Un click sonó en la mente del guardián de la primera casa mientras miraba con verdadera preocupación a sus cinco compañeros dorados. Claro que antes estaba dispuesto a huir sigilosamente y dejar que se molieran a golpes entre ellos, pero si su querido Maestro se enteraba que estuvo ahí y no detuvo la posible afrenta, seguramente le iba a ir muy mal.

Miró de nuevo a sus pares…

Muy, muy mal. Y justo hoy que iba a pedir unas vacaciones.

-Camus- Mu llamó por cosmos al regente de los hielos que se encontraba del lado contrario a ellos, también en estado de alerta -¿Podrías… El galo asintió ligeramente sin dejar terminar al carnero, intuía lo que le pediría.

Poco a poco la temperatura fue bajando, Mu y Aldebarán aguardaron en silencio, esperando lo inevitable.

-¡Con un carajo Camus, acaso quieres convertirnos en muñecos de nieve o qué!-reclamó el escorpión mirando a su mejor amigo y futura flamante pareja, titiritando de frío y con un poco de escarcha en su larga y bien cuidada cabellera.

Aioria, Aioros, Shaka y Shura voltearon a ver al francés con el mismo reproche que Milo, algunos con copos de nieve en sus narices, pestañas y cabellos, el aludido haciendo gala del porte que lo caracterizaba, sólo les regresó una mirada de superioridad ignorando los reclamos que no tardaron en venir.

Aldebarán se relajó aliviado, sus compañeros de armas ya no estaban a punto de matarse-otra vez- bueno ahora sólo querían matar a Camus-exceptuando Milo-pero algo es algo ¿no?

Miro al techo de la casa de Leo, ¿Cómo fue que llegaron a esto?

Un par de minutos antes…

-¡Ja! Toma eso minino te dije que era el mejor- celebró Milo mirando la pantalla gigante en los aposentos privados de la casa de León.

-¿Tú el mejor? ¡Será el más tramposo alacrán subdesarrollado!, me empujaste varias veces y por eso me caía en los barrancos- reclamó el dueño del templo con ojos fieros y señalando con un dedo acusadoramente al de melena azulada.

-No seas llorón Aioria, aprende a ser buen perdedor- Milo le restó importancia al reclamo, ya que, pues bueno, quizás tenía un poco de razón, pero en la guerra, el amor y Mario Kart, todo se vale- no quedes mal, corrijo, ¡Peor!, ante tu hermano.

El aludido sólo se limitó a levantar curioso una ceja ante el comentario, se encontraba sentado en el sillón del lado derecho con Shura, frente a ellos Camus y Shaka, este último aún se preguntaba ¿qué demonios hacía ahí?

-Bicho desgraciado hijo de...

- Aioria ese lenguaje- interrumpió Aiorios

-¡Uy! Cuidado gato o te van a regañar

-Milo compórtate- ahora fue el turno del francés.

-¡Pero Camus, yo no hice nada!- chilló con voz infantil el octavo guardián mientras que Aioria lo miraba burlón

-No deberían separarlos- mencionó el siempre sereno (por ahora) representante de Buda- parece que están a punto de pelearse.

-No te preocupes Shaka, siempre es lo mismo con ellos, desde que Athena le regaló a Aioria el Wii-U en su cumpleaños, este tipo de espectáculos son frecuentes- explicaba el santo de Capricornio- no pasará más allá de unas cuantas mordidas y arañazos.

Justo cuando Shura terminó de decir eso, los protagonistas de la escena, quienes ya se habían dicho unas cuantas amenazas verbales, se lanzaron uno contra el otro en una bola que levantaba polvo, y sólo se escuchaban cosas como: "¡insecto baboso!", "¡gato pulgoso!", "¡deja de morderme!", "¡pues tú deja de patearme!", entre otras variaciones.

-Y como siempre alguno de nosotros tendrá que separarlos- dijo resignado el guardián de sagitario- ¿Camus, lo hago yo o lo haces tú?-

-Si fueras tan amable de hacerlo tú, la última vez se me pasó un poco la mano- habló hermético el santo de Acuario, mientras tomaba un poco de té.

Aioros sonrío nervioso recordando como Camus, encerró en un enorme ataúd de hielo a ambos Santos cuando en una de sus tantas peleas lo hicieron enojar. Lo cual dio como resultado, una visita furtiva a mitad de la madrugada a la casa de Libra, hurta…¡tomar prestada!, si eso, la espada de la armadura, y dos caballeros enfermos durante tres insufribles semanas.

Ese día Aioros aprendió tres cosas muy importantes desde que regresó de la muerte-otra vez.

Jamás hacer enojar a Camus de Acuario.

La espada de Libra no es tan resistente como parece.

Lo valioso que es un secreto entre amigos-mucho más si este evita un castigo del Patriarca.

Pero eso es otra historia.

Por lo que haciendo gala de todo su poder de persuasión, nuestro amable santo de Sagitario fue a separar a los dos respetables caballeros.

"¡Pues mínimo yo no estoy gordo!", "¡Retráctate!", "¡Jamás!"

Bueno, quizás no tan respetables.

-Buenas tardes, ¿Podemos pasar?

-¡Aldebarán, Mu! Adelante, saben que siempre son bienvenidos.

-Muchas gracias Shura, Camus- respondió alegre el Santo de Tauro- Ah, Hola Shaka, que novedad verte por aquí- el aludido sólo respondió con un leve movimiento de cabeza - Veo que ya se recuperaron Aioria y Milo- comentó divertido viendo como Aiorios jalaba a su hermano de su camisa intentando hacer que éste dejara de jalar la melena del escorpión, mientras el otro gritaba algo así de que se lo iba a maltratar.

-Sí, adiós a nuestros momentos de paz. Y, ¿Qué los trae por aquí?, creí que irías a Jamir Mu.

-Así es Shura, precisamente voy de camino con mi Maestro y Athena para solicitarles el permiso, y de paso ver si logramos convencerlos de que también pueda ir Aldebarán- sonrió ligeramente a su amigo-hace mucho que teníamos ganas de ir de hacer un viaje juntos.

-Pues mucha suerte con eso- comentó Aioros que por fin logró separar a los dos revoltosos, los cuales se encontraban con ligeras marcas rojas en sus caras y brazos.

-Gracias Aiorios. Por cierto Shura, ¿cómo va la limpieza general de tu templo?, hace días que pasaron las doncellas y el equipo de limpieza contratado por Athena, pero no los he visto bajar, ¡no me digas que no han terminado!- cuestionó Aldebarán.

Shura soltó un bufido hastiado antes de contestar

-Ni me lo recuerdes, tuve que pedirle asilo a Aioros-algo que no es una tortura-porque no pueden terminar de limpiar mi estatua. ¡Ni que fuera del tamaño como la del gran salón o la que tiene Shaka!-el aludido levanto una ceja-Mi templo se ha convertido en un campo de escobas, estropajos, artículos de limpieza, lustradores, entre otras cosas raras. Hoy intente entrar por algo de víveres para preparar el desayuno y casi me mato al resbalar con un líquido morado.

-Afortunadamente el choque contra el pilar te detuvo- interrumpió divertido Aioros. Milo y Aioria aguantaban la risa.

-Aiorios- murmuró en tono de advertencia el portador de excalibur.

-Tranquilo Shura, se iban a enterar tarde o temprano de tu valerosa pelea con el trapeador-soltó riendo el centauro, Camus disimulaba una sonrisa

-¡No si tú no se los dices! Como sea- trató de no darle importancia al tema- sólo espero que terminen pronto.

Y como si las palabras de octavo guardián fueran plegarias escuchadas por los dioses. Los Santos Dorados oyeron voces provenientes de las escaleras de Virgo, por lo que salieron de la parte privada del templo, pero antes de que pudieran hacerse visibles ante las doncellas y sus acompañantes, escucharon ciertas palabras que los dejó helados.

-No esperaba menos del santo que es el más fiel a Athena, ¡esa estatua es magnífica!

-Concuerdo contigo, aunque estoy muerta de tanto limpiar. Pero, ¿el santo más fiel?, no se supone que el santo más fiel es Pegaso, eso es lo que he escuchado de los guardias.

Shura dio un respingo en su lugar.

-Están equivocadas, el santo más fiel es el caballero de Sagitario, el señor Aioros-un suspiro soñador se escuchó-él siempre ha estado ahí para protegerla aún después de la muerte.

Automáticamente los caballeros miraron a Aiorios, quien sonrió emocionado y Shura hizo una mueca de molestia.

-Parece que no saben nada, el caballero más fiel a Athena es Shaka de Virgo, recuerden que él es el más cercano a un Dios, al gran Patriarca, por ende a nuestra Diosa. Además la acompaño en todo el camino al castillo de Hades, por lo tanto es lógico que sea el más fiel.

Ahora fue el turno de Shaka de ser observado

-Bueno, bueno ya basta de parloteos niñas, apúrense que mañana nos toca el templo de Acuario.

-¡Sí Madame!

Los Santos Dorados se quedaron quietos en silencio mientras las voces se iban alejando. La tensión se palpaba entre ellos, bueno realmente sólo entre los tres aludidos, los restantes sólo se sentían incómodos.

-Bueno, será mejor que nosotros…- empezó a decir con ligereza Mu, tratando de buscar un escape a la situación.

-¡Esas doncellas no saben lo que dicen!- Milo siempre tan oportuno- ¡es lógico que el Santo más fiel a nuestra diosa soy yo!, se lo he demostrado muchas veces- sonrió socarrón.

-¡Pero si serás bruto bicho!, es lógico que mi hermano es el más fiel a Athena, no escuchaste: aún después de la muerte siguió protegiéndola- el león dorado salió en defensa de su amado hermano, mientras que Milo lo miraba como si tuviera ranas en la cabeza.

-Aioria no creo…

-Permíteme, ahora te atiendo Aorios estoy defendiendo tú honor. Cómo te decía, te recuerdo que fue él- dijo mientras señalaba a su hermano quien parpadeaba con incredulidad luego de que prácticamente lo mandaran callar- quien la salvó infinidad de veces con la armadura de Sagitario.

-Mi querido Gato, te recuerdo que quién utilizaba la armadura era Pegaso, no tú hermano, así que, técnicamente quien ayudaba a Athena era Seiya- golpe bajo para los guardianes de Leo y Sagitario- por lo tanto eso le resta puntos y lo convierte en un simple…mensajero.

"¡Uy!" generalizado

-¡Qué! Me morí por salvarla- murmuró Aioros indignado- eso debe signi…-pero fue ignorado nuevamente.

-¡Milo tiene razón!- algunos voltearon a ver confundidos y otros alarmados al santo de ¿Virgo? ¿Shaka? ¡¿Enserio?!- Sagitario no es el Santo más fiel- sí ese era Shaka-los acontecimientos sucedidos en la batalla contra Hades, rectifican que nuestra Diosa me tiene en una alta estima de confianza y fidelidad, además, tengo la bendición de Buda.

Todos miraron al siempre sereno santo de Virgo con ojos desorbitados.

-Momentito, les recuerdo que yo soy el que tiene una estatua de cinco metros, así es ¡cinco metros!, donde la misma Diosa es quien me entrega la poderosa excalibur y me nombra como el caballero más fiel - miro con superioridad a sus compañeros.

-Supéralo cabra, eso fue en la era del mito y ni siquiera fue a ti.

El grito indignado de Shura no se hizo esperar.

-Mu, Camus, creo que esto se está saliendo de control-el toro miraba a sus amigos, el primero con cara de resignación mientras que el otro sólo veía la escena fastidiado.

Y así fue como, de un comentario sumamente inocente los cinco valerosos, honorables y respetables Santos Dorados, la más grande Elite del Santuario, empezaron en una batalla verbal donde hubo insultos de todo.

Camus, Mu y Aldebarán, nunca imaginaron, ni en su más locos pensamientos, que en su tercera-para el primero- y segunda-para los otros dos- vuelta a la vida, presenciarían al siempre tranquilo Shaka desplegar amplias y mordaces críticas contra lo poco "fiables" que eran sus compañeros, que el respetable Aiorios se quejara como el adolescente de catorce años que había dejado este mundo, o que Milo, bueno, de Milo se esperaban hasta el reclamo contra el de la virgen por ser "racista y hacer pacto con Buda para siempre ser rubio" a pesar de su procedencia hindú.

Por lo que después de soltarse de todo, cansados de discutir y no llegar a un acuerdo, decidieron ponerle fin de la mejor y más sabía forma que conocían.

A puñetazos.

Oh sí, porque nada se resuelve mejor que con unos buenos golpes. O al menos eso les decía su "lógica".

Lo que nos trae a la situación actual.

-Todo bien muchachos.

Los ocho Santos se pusieron tensos al escuchar aquella voz que conocían de sobra.

-Sentí una ligera alteración de sus cosmos y ¿por qué hay nieve en la sala de Aioria?

-¡Kanon! ¿Cuándo llegaste? Me hubieras avisado para ir a recibirte-Milo trato de componer su voz lo más normal posible, pero el ligero nerviosismo lo traicionaba.

Y no era para menos, desde que regresaron de la muerte, Kanon se había ganado a pulso su lugar en la orden, era respetado, temido y querido, por cada uno de los Santos. Todos sabían que el segundo guardián de géminis podía llegar a ser muy condescendiente-las borracheras que les invitaba eran muestra de ello-en especial con Milo al que había adoptado-junto con Saga-como su hermano menor, pero también podía ser bastante estricto si la situación lo ameritaba. Y está situación definitivamente lo ameritaba, ya saben, por el hecho de estar a punto de matarse.

Todos temblaron, ninguno quería ser víctima de las sanciones de "Kanon de Geminis" actual disputa en título de "Dragón Marino".

-Hoy por la mañana Milo-sus ojos seguían mirando con seriedad a los menores-la junta en las empresas Kido me tomó mucho menos tiempo de lo esperado, los viejos del consejo cada vez son más torpes. Pero no desvíes la pregunta, ¿qué está pasado?

-Nada, por qué crees que habría de pasar algo-Milo sudaba frío mientras trataba de poner su mejor cara de niño bueno.

-No lo sé, quizás sea porque la sala está llena de nieve.

-Teníamos calor-intervino Aiora.

-Su cosmos está elevado.

-Debe ser tú imaginación- fue el turno de Aioros.

-Shura está en posición de excalibur.

-Tengo un calambre.

-Shaka tiene los ojos abiertos.

-Es mi propósito de regreso a la vida.

Todos miraron a Kanon con su mejor carita de inocencia mientras este pasaba sus ojos suspicazmente en cada uno de ellos.

-Enserio percibo algo tensión entre ustedes.

Sudaron frío, estaban perdidos, lo sabían, no podían engañar a uno de los caballeros más sagaces, e inteligentes, aquel que engaño a un Dios, aquel hombre que en menos de cinco segundos había trazado un plan maestro para dominar el mundo, aquel que…

-Bah! Seguramente debe ser mi imaginación-almas regresando al cuerpo- no he dormido muy bien estos días, entre los viajes con Saori y Shion, las juntas en las empresas y las visitas a Julián, me tienen exhausto, no sé por qué insisten en que use los aviones y no la otra dimensión…

Poco a poco las palabras de Kanon dejaron de ser escuchadas por los protagonistas, ya que en su mente sólo podría procesar las palabras:

Saori

Shion

Desde cuándo Kanon hablaba de forma tan confiada e informal de las máximas autoridades del Santuario, ¡ah cierto!, desde que regresaron a la vida y se volvieron tan cercanos…

¡Momento!

Bueno, me tengo que ir, tengo que entregarle a Saori los pormenores del viaje- y a paso presuroso salió de la quinta casa.

Tensión al doble.

-¡Todo es tú culpa Milo!-Rugió con fuerza Shura.

-¿Disculpa…

-No, nada de disculpas, ya es tarde para eso, si tú no lo hubieras perdonado, con toda esa sarta de cursilerías de la fidelidad, y no sé cuánto más, ahora Kanon estaría durmiendo con los peces esos- si, Shura se refería a las marinas de Poseidón.

-¡Pero qué…

-Es verdad Milo, todo es tú culpa.

Y así, nuevamente se desató otra discusión en donde el tema principal era la culpabilidad del octavo guardián por perdonar a Kanon y robarles el puesto del Santo más fiel.

-Hablando de mi hermano a sus espaldas-la voz dura de Saga de Géminis les heló la sangre a todos dejándolos paralizados, ahora sí, oficialmente estaban muertos, porque si había algo más peligroso que Kanon enojado, ese era Saga enojado y más si a esto se le sumaba que fuera por algo que tuviera que ver con su lindo y adorado hermano menor o Milo en su defecto.

-¿Y bien?, los escucho, decían algo sobre Kanon- la cara del geminiano era de seriedad total.

-¿Kanon?, porque crees que hablamos de Kanon, es más ni lo hemos visto,-caras alarmadas de todos los presentes y mirada peligrosa de Saga hacía Aioria, esa era una vil mentira que todos sabían-digo, no lo hemos visto, desde que lo vimos hace rato, es decir, no lo hemos visto otra vez, ya sabes cuando pasó, pero sólo en ese momento lo vimos y después ya no volvimos a ver-el nerviosismo del león era demasiado obvio y su hermano reprimió el impulso de darle un zape.

Los estaba hundiendo más.

-Ya me quedó claro que vieron y no volvieron a ver a Kanon, Aioria. Lo que estoy preguntando es lo que estaban hablando de él a su espalda, y la mía.

-¡Nada Saga cómo crees! Nosotros seríamos incapaces de hablar mal de nuestro compañero de orden-Aioros al rescate con su mejor sonrisa de "yo no hice nada"- y mucho menos estando presente Milo, ¿Verdad muchachos?

Un "por supuesto" colectivo se escuchó en la sala, a excepción de Milo, que no dijo nada, o más bien no podía decir nada, Shaka le había quitado rápida y disimuladamente "algunos" sentidos, sólo precaución.

-No sé, pero, tengo la ligera impresión de que me están mintiendo, Shaka tiene esa cara que hacía cuando era niño y trataba de encubrir algo.

Automáticamente todos voltearon a ver al aludido con susto, ahora sí, estaban fritos, más que fritos, de está Athena no los salvaba, tenían que empezar a orar, pero no a su Diosa, porque si se enteraba les iba peor, tenían que….

-¡Saga!- la cantarina y emocionada voz del segundo guardián de géminis se hizo presente de nueva cuenta. Mientras que automáticamente la cara de Saga pasaba de ser de un asesino serial a una de colegiala enamorada.

Y por segunda vez se volvieron a relajar los santos

-Sentí una variación en tu cosmos, ¿Estás bien?- los grandes ojos verdes de su hermano lo vieron con infinita preocupación y Saga, bueno Saga sólo se derretía de ternura.

-Claro que lo estoy, debió ser tu imaginación, pero andando vamos al templo tiene tres semanas que no te veo y necesitamos ponernos al corriente- lo último lo dijo en un susurro provocativo que le sacó un sonrojo enorme a Kanon, y prácticamente lo sacó empujando del quinto templo-Milo hoy te quedas en tú templo, nada de ir a incordiar a Acuario.

-¡Saga!-por si las dudas Shaka ya le había regresado sus sentidos a al aludido.

-Estás avisado.

-¡Pero!-sus reclamos no fueron escuchados.

Los santos se quedaron viendo a los gemelos desaparecer por la puerta de Leo.

-Me alegra ver que ya se han recuperado Milo, Aioria- nuevamente los caballeros se quedaron en blanco al escuchar la voz del Patriarca-sentí una alteración de sus cosmos ¿Algo que deba saber?, y, ¿Por qué hay nieve en la sala de Leo?

Los caballeros empezaron a redactar sus testamentos mentalmente, porque, si no morían por Kanon o Saga y alguna fuerza los salvaba del Patriarca, seguro, segurito, les daba diabetes.


Espero que les haya gustado.

Apreció mucho sus comentarios.

Nos leemos pronto.

Saludos.