Hola! he vuelto después de casi 1 año!

no crean que deje de escribir, tengo muchas historias que voy a ir subiendo con el paso del tiempo, es solo que me di un tiempo para dedicarme a mi propio libro.

Felices Fiestas.. y bueno, este es mi regalo de navidad para ustedes.

Una pequeña historia de como Katniss reaccionó al enterarse de su primer embarazo. Me va el drama y el angst no?

Bueno.. si les gustó háganmelo saber con un review... Nos vemos!

LenaPrince


Se sentía aterrada.

Se encontraba sola en estos momentos, Peeta había salido, tenía que ir a la panadería y ella se sentía terrible.

¿Por qué? ¿Por qué a ella?

No entendía que había salido mal. Ella no debía pasar por esto nunca, se había asegurado de que fuera así. Lo había jurado cuando solo tenía dieciséis años, se lo había dicho a Gale…

¿Qué haría ahora? ¿Y si Peeta no la quería por ello? ¿Si la dejaba por ser tan irresponsable?

No estaban en condiciones de asumir ese tipo de responsabilidad, nunca lo estarían, nunca más.

Incluso si nunca hubiera entrado a la arena y las secuelas de la revolución no hubieran existido en ella ni en Peeta, jamás podría afrontarlo y si nunca hubiera sido voluntaria, no serían libres y un terror más grande la invadió.

La cosecha.

No, no, no, no, no.

Si ella no hubiera ido, quien sabe lo que hubiera ocurrido.

Pensó en Prim, su hermanita ya no estaba, y ella tendría que tener el derecho de vivir eso, eso y mucho más.

El miedo la consumía, se encontraba echa un bollo bajo su cama, allí Peeta no la vería llorar presa del horror.

Luego pensó en su madre y como la desprecio por dejarla sola, ella jamás querría sentir eso, Pensó en la falta de su padre y el dolor que eso le causaba.

Y luego lo comprendió.

Quizás no le sería fácil, quizás su vida se iría con ello, se sentiría aterrada, más de lo que estaba en ese momento, pero jamás podría hacerle daño al pequeño ser que crecía dentro de ella, poque si bien era mitad suyo, su manipuladora, asesina y fría madre, también sería mitad Peeta, y tendría toda la bondad y el amor del mundo, que en lo profundo de su chico del pan sabía que existía.

Y por eso seguiría adelante.

Por esa mitad de Peeta y por Peeta, incluso si él ya no la quería.

Escuchó la puerta abrirse y a su chico del pan llamándola, cuando salió del escondrijo él le pregunto qué ocurría, si algo estaba mal.

Entonces con una media sonrisa le dijo:

-Estoy embarazada.

Y los ojos de su amado se llenaron de esperanza.

Y lo supo, no importaba que tan mal lo llevara, ahora siempre iba a tener a Peeta y a su pedacito de cielo.