Título del Fic: She is Me?

Advertencias: Yaooooi~ Supongo que no cuenta como advertencia, pero os informo (?). Aparición de una Nyotalia, Fem!Noruega, un poco OoC. Habrá algo de lime en algunos capítulos.

Pareja principal: Dinamarca x Noruega

Secundarias: Algo de Suecia x Finlandia. / LEVE, varias insinuaciones de Fem!Noruega x Todos los nórdicos xDD

Otras cosas (?): Ésto no tiene importancia, pero soy pésima con los títulos, ¿se nota? (?) Otra cosa aparte, si sale alguna palabra en otro idioma en el fic pondré la traducción al final... pero teniendo en cuenta que si lo hago será con el Traductor Google, tampoco estoy muy segura de que las traduciones sean exactas. xD

Por último, las 'relaciones' que tendrá Nyo Noruega con los nórdicos no serán amorosas, las únicas parejas reales que pondré serán DenNor y un poco de SuFin, pero si que habrá insinuaciones de Nyo Noruega con los demás, ya veréis como es su personalidad en el fic, es un poco fresca. (?)

Respecto a ésto, Nyo Noruega será en parte OoC, porque la haré más mala, pervertida y grosera que a Noruega.

~O~

Capítulo 1: Ella es invocada.

"¡Nor, te invito a mi casa a merendar!" "¡Nor, hoy hace un tiempo muy bueno!" "¡Nor, ven a visitarme el sábado!" "¡Nor, no me estás escuchando!"

Casi podía escuchar esas y cientos de frases más dentro de su cabeza. Noruega se masajeó las sienes con los dedos mientras mantenía la mirada en un punto fija, respirando lentamente e intentando no perder los nervios; a su lado, Dinamarca parloteaba sobre noséqué, fuese lo que fuese no le interesaba lo más mínimo, aunque al danés parecía resultarle un tema de lo más interesante, porque no se callaba. ¿En qué momento se le ocurrió invitarle a su casa? Oh, cierto, no le invitó, Mathias se presentó tranquilamente en su casa reclamando su atención, así que le tocaba aguantarle toda la tarde.

Normalmente lo conseguía, soportaba un par de horas hasta que el mayor decidía marcharse, observándole en completo silencio mientras éste hablaba y hablaba y hablaba... a veces incluso conseguía sacarle una (microscópica) sonrisa, con algún comentario gracioso; la mayoría de las otras veces acababa golpeándole.

¡Pero ese día no podía! Le dolía la cabeza, tenía sueño y había dormido mal, todo eso hacía que su mal humor aumentara considerablemente, y no pudo soportar el sonido de la voz de Mathias, que parecía taladrarle el cerebro. Así que, simplemente, le había echado.

Ignorando sus quejas y réplicas, con ayuda de su troll había conseguido expulsar al intruso danés de su casa, y el silencio que reinó en ésta después de que Mathias se marchara fue como estar en el paraíso, el dolor constante de su cabeza disminuyó ligeramente y se sintió mucho más relajado.

Sin embargo, haber ganado una batalla no significaba ganar la guerra: Dinamarca volvería, y su tortura a base de palabras volvería a comenzar. No podía permitir que eso ocurriera, debía hacer algo para mantenerlo alejado, que molestara a otra persona... Una brillante idea acudió a su mente en ese instante, y se levantó rápidamente del sillón, diriguiéndose a una habitación repleta de estanterías llenas de libros, se acercó a una en especial, encontrando rápidamente el libro entre sus muchos tomos perfectamente ordenador, tomando un enorme libro viejo de tapas gruesas, que aunque viejo se mantenía en buen estado. Abrió el libro y comenzó a pasar las hojas a toda prisa sin detenerse mucho en ellas, conocía perfectamente todos los hechizos y fórmulas de aquel libro de conjuros y no necesitaba tomarse mucho tiempo para encontrar lo que buscaba... lamentablemente no había ningún hechizo del tipo "Mantener alejado a un danés", sino habría recurrido a él hacía ya bastante tiempo.

Finalmente se detuvo en la página que buscaba, frunciendo ligeramente el ceño mientras pasaba los ojos a toda velocidad por la hoja amarillenta y envejecida, leyendo las líneas que indicaban como realizar aquel conjuro que podría servirle de mucho.

-Hechizo de duplicación... -Murmuró en voz baja, releyendo las dos formas que había de realizarlo.

Una era por encantamiento, el conocido método de recitar las palabras en voz alta con voz de ultratumba, mientras unas lucecitas de colores te rodeaban y flotaban letras raras por la habitación, dándote una apariencia más aterradora y fascinante. Por supuesto, eso resultaba mucho más mágico que la segunda opción: preparar una bebida... Pero es que lo primero cansaba bastante más, había más probabilidades de que fallara, y si algo o alguien decidía interrumpirle en medio del encantamiento, podría perder la concentración y pasaría cualquier cosa menos lo que se espera que pase. Por eso era mucho más sencillo, cómodo, seguro y rápido la otra alternativa.

No se lo pensó más, era justo lo que necesitaba, un clon suyo obedecería sus ordenes y podría aguantar a Mathias mientras que él disfrutaba de su tranquilidad, iba a acosar a Islandia o cualquier otra cosa, lejos del danés. ¡Era perfecto! Alguien que fuera como él si podría comprenderle, no molestaría y sería una compañía agradable y tranquila.

Y por esto, resumido, es la razón por la que se encontraba con aquel maloliente brebaje en las manos, considerando la probabilidad de no arriesgarse a morir por intoxicación. Afortunadamente creía lo suficiente en su habilidad mágica como para suponer que saldría bien... aunque no le cabía ninguna duda de que el sabor de eso que burbujeaba y se movía como si tuviera vida propia, no iba a ser precisamente agradable. Y es que, más que una poción, parecía blandiblú, estaba casi seguro de que si metía los dedos en el vaso podría darle forma a esa cosa.

Tomó aire y se decidió. Ahora o nunca, si seguía dudando acabaría por tirar aquel líquido viscoso por el lavabo, así que debía decidirse antes de que sus dudas aumentaran. Cerró los ojos y se llevó el vaso a los labios, notando el contacto frío del líquido espeso y frío, bebiéndose el contenido de un solo trago.

Enseguida se arrepintió de haberlo hecho.

El vaso se le cayó de las manos y se hizo pedazos contra el suelo, notó como su dolor de cabeza se triplicaba y la bilis le subía por la garganta, consiguió llegar al baño de milagro para vomitar en el retrete y observar que, aparte de su desayuno y comida, echó una especie de asquerosidad de color oscuro grisáceo.

Se miró al espejo, observando que tenía una cara horrible, y si no fuera porque sus sentidos se habían anulado casi en su totalidad y que una insistente necesidad de dormir le había invadido, se habría dado cuenta de que su propio reflejo le miró con desconfianza y malicia.

Se disponía a derrumbarse y dejarse morir en la cama cuando las piernas se le doblaron y notó como su su piel ardiera, como si algo intentara destrozarlo desde dentro y desgarrar su cuerpo para salir. Notaba un asqueroso sabor en la lengua y tenía ganas de perder el conocimiento para dejar de sentir; el dolor aumentó notablemente durante unos instantes, cayó de rodillas al suelo y gimió de dolor, entonces el dolor desapareció repentinamente.

Así, sin más, como si nunca hubiera existido, de un segundo a otro dejó de sentirlo. Se le desenfocó la vista y escuchó una especie de risilla, frente a él pudo ver una figura borrosa y difuminada, como si aún no hubiera adoptado su verdadera forma. La figura se acercó mucho a él, y Lukas notó unos labios fríos sobre los suyos, que le robaron un beso corto y rápido. Entonces perdió el conocimiento.

~O~

Sé que este capítulo no estuvo precisamente en plan "¡Ah, Dios mio, que cosa tan genial, debo seguir leyendo, siiii!" y fue corto y rápido, pero es que quería dejar la aparición de NyoNoruega para el siguiente capítulo ya que si lo ponía todo junto quedaba muy largo, así que lo separé.

Me encantaría si dejaran review, éste es mi primer fic que subo y no estoy segura de si salió muy bien quiero críticas constructivas a ser posible si las tienen, ya que me gustaría aprender de mis errores, pero siempre es más fácil cuando te los dicen otros, porque tal vez yo no me de cuenta y ustedes sí... Además con review me suben el ánimo y actualizo más rápido. *Risas*

A propósito, ¿Alguien sabe un nombre para Nyo Noruega? Se me había ocurrido Sigrid o Dagna, pero no sé, no sé... ¿Alguna idea?