Fandon Digimon

Au/universo alterno/Fantasía/Omegaverse y más si se aplica.

Taiyama/yamatai

Clasificación: M aunque aún no se verá nada de eso.

Descargo de responsabilidad, Digimon es un producto de Toei Animation quien posee sus derechos a perpetuidad y licenciado en 1999.

Este es mi primer fic por favor déjenme comentarios y sugerencias.

Sinopsis: Nos ubicamos en un Japón dentro de un universo alterno donde existen, los Alfas, Betas y Omegas. Japón tiene un estricto orden jerárquico al respecto, aunque otros países desarrollados no comparten su tradición y jerarquía. Dos jóvenes se ven envueltos en unas diferencias multiculturales. Uno de ellos intentara sacar provecho de esta situación.

Titulo

"La marca de la disputa"

Capitulo uno

Preludio

Entre las penumbras de la noche de Tokio podíamos ver la vida nocturna disminuir. Luces tenues que acompañaban a escasos transeúntes que cansados volvían a casa o se encontraban trabajando.

Lentamente se cernía entre las calles el silencio que acompañaba las noches en los sectores de viviendas, en este caso, El Distrito de Azabu. Específicamente, Motoazabu Hills.

En el departamento 23F del edificio Forest. Parecía que el único residente en estos momentos tenía un debate personal. inquieto, se paseaba por la habitación de un costado a otro para terminar dejándose caer pesadamente en un mullido reposet negro, tan cómodo y cálido que le hacía olvidar por segundos su ligera molestia, pero el gusto duraba tan poco que en un momento después volvía al círculo vicioso que estableció esa noche. repitió su rutina un par de veces más antes de establecerse tan perezosamente como podía sobre el reposet.

Miramos la figura de un joven de una veintena de años quizás, revolvía sus manos ansiosamente jugando con un manojo de llaves, el sonido del níquel de estas solo era apaciguado por los sonidos de la pantalla en la sala. A su costado izquierdo sobre la pared el reloj de estilo moderno que había traído su madre el verano pasado reflejaba un poco de luz, ya que tenía barras plateadas en lugar de números. Se recargo sobre un brazo alzándose un poco para ver la hora. Marcaba casi las 11:30 de la noche de aquel frio sábado de febrero.

La incomodidad de joven se debía a que su hermana aun no regresaba.

Se suponía que ella estaría en casa media hora antes y también se suponía que no saldría ese fin de semana en el que sus padres se ausentaron. También era un hecho que el no debería salir tan tarde por su propia seguridad.

Llamo por vigésima vez, sin contestación... apretó las manos hasta que sus nudillos perdieron el flujo de sangre, respiro profundamente y exhalo buscando compostura. Finalmente se levantó y se dirigió a la puerta de su casa no sin antes tomar su abrigo de pana negra de estilo militar, para alguien como él debería ser escandaloso algo tan rudo, pero eran sus propios gustos y el estilo de vida con que estaba cómodo.

La puerta automáticamente se cerró tras de sí. Recorrió el pasillo con pasos largos y firmes para quedar frente al ascensor parecía estar esperando por el tan pronto estuvo enfrente abrió sus puertas de par en par permitiéndole acceso. Lo primero que se encontró dentro fue su reflejo, se observó meticulosamente a sí mismo. Sus rasgos, su figura, revisando su conjunto ante el espejo del ascensor. No es que odiara sus rasgos pero siempre intentaba verse lo más imponente posible. Llevo su mano a arrastrarse sobre su cabello, nunca antes le había molestado como se veía su cabello totalmente salvaje, fue hasta la universidad que admitió que era un desastre y el único remedio que encontró fue hacerlo más cortó pero aun conservaba el mismo estilo caprichoso que lo marcaba de antes.

El timbre de ascensor anuncio con sutil voz

Primera planta...

Lobby...

Las puertas se abrieron liberándolo del pequeño cuarto que a mas de uno causaba claustrofobia. En la subplanta donde estaba el estacionamiento se dirigió al Honda civic de color negro de su madre.

El vehículo era relativamente nuevo y fácil de estacionar por su tamaño. Él le había sugerido el modelo a su madre el año anterior pensando en que podría conducirle de vez en cuando. Las llaves se deslizaron gentilmente en el rotor de ignición y el suave ronroneo de un v-tec se dejó escuchar. Aprovecho el tiempo mientras se templaba para colocarse el cinturón de seguridad y revisar los mensajes de su teléfono.

"Usted no tiene mensajes nuevos" repetía suavemente la voz femenina perteneciente a su compañía telefónica.

El joven esperaba que su hermana no se metiera en ningún lio, una destacada Alfa deambulando sin escolta durante la noche, justamente la vergüenza que su padre quería evitar y que el sin justificación alguna había permitido esa tarde.

Tan solo recordaba los dulces ojos carmesí de su hermana que parecían clavarse en lo mas profundo de su cabeza haciendo víctima de algún siniestro maleficio desconocido para él, apenas recuerda su conversación de un solo emisor a la que solo atino a contestar con un "sí".

Se sentía a rabiar tendría que llamarle la atención cuando volvieran a casa. Si sus padres se enteraban que él lo permitió durante su ausencia sus días estarían contados y todo porque se esforzó los últimos años seria en vano. Y la culpa seria de esa pequeña niña, esa a quien le consentía todo solo por ser la menor, - dios cuida su alma si la llega a alcanzar mi ira- inmediatamente arranco el automóvil, salió del estacionamiento a toda velocidad rumbo a Shibuya donde se encontraba la sala de conciertos de Bunkamura.

El Buncamira era un edificio dedicado a espectaculos desde finales de los 90. Ha tenido gran auge debido a la exclusividad del sitio. Incluso tenía un palco exclusivo destinado a emperador e invitados especiales aprobados por el trono.

El civic negro paseaba libremente sobre el asfalto dejando rastros luminosos de sus luces que se confundían con los anuncios neón de la ciudad, Tardo cerca de 20 min en llegar al sitio, por fortuna no había trafico debido a la hora, Igualmente encontró estacionamiento cerca de las puertas del Bunkamura. Antes de bajar reviso una vez mas sus mensajes encontrando su tan ansiada respuesta.

A continuación escucho la suave y gentil voz de su hermana.

"Perdón onnichan, la sección vip en la que estaba gano pases tras bambalinas para ver a los integrantes de la banda, lo siento. Una oportunidad así no se repetirá fácilmente así que llegare más tarde" el joven arrastro una mano en frustración sobre su cara, como se supone que llegara si el horario de los trenes finalizo.

Bajo del auto del automóvil deslizándose al tiempo que percibió el frio de la noche. Estarían entre 10° u 8° grados, su aliento se dibujaba en el aire como ligeras nubes de vapor recordándole que aún estaban en pleno invierno. Después de un segundo de autocompasión simplemente comenzó a moverse rumbo a la entrada por fortuna aún se encontraba un guardia ahí quien podría darle mayor información.

El guardia era un hombre mayor y respetable que se mantenía firme como una flecha ante el frió, era obvio que el veterano no abandonaría su labor durante su turno. Cuando diviso a nuestro amigo lo detuvo alzando un brazo. El hombre alego que el evento había finalizado y todos los asistentes habrían vuelto a sus casas.

El joven se disculpó y rebusco entre sus bolsillos, solo le basto sacar su carnet de identificación y aludir que buscaba a su hermana. El hombre tan rápido como le permitía su edad saco una radio y le pidió que esperara poco tiempo después llegaría a la puerta un hombre desgarbado presentándose como el gerente en turno. Quien amablemente le pidió que lo siguiera.

Se inclinó agradeciendo al guardia y continúo sobre los pasos del otro hombre.

El hombre frente a el parecía cansado seguramente no tendría mas de cuarenta pero el desgaste de la noches en vela parecía querer reclamar su juventud, sin embargo no paraba de hablar, como si de un comercial se tratase. Repetía las cualidades de las instalaciones y grandes ventajas de poseer un palco.

El joven castaño no intentaba ser grosero, pero era tarde y lo único que quería era localizar a su hermana y salir de ahí. Se preguntaba si en un universo paralelo el estaría bajo sus cálidas cobijas disfrutando del sueño nocturno que se le prometía al hombre trabajador.

25/04/16