El sol salía por el este del seireitei alumbrando poco a poco la arquitectura del lugar, los techos se llenaban de luz y las blancas paredes reflejaban los rayos solares, dando inicio a un nuevo día de actividades en el gotei 13.

En algún lugar, los pasos firmes y tranquilos de un hombre resonaban en el pasillo de uno de los escuadrones, el haori que portaba aquella figura se ondeaba con elegancia tras sus movimientos al mismo tiempo que el kanji de la división trece lucia imponente en su espalda. una leve brisa sacudió los cabellos que eran de un inusual color naranja, los ojos ocre del hombre miraron a un par de shinigamis, un hombre y una mujer que caminaban por el pasillo en dirección contraria a el.

—Buenos días, capitán Kurosaki. —Saludo uno de los hombres respetuosamente.

—Buenas. —Respondió serio mientras seguía sin detenerse.

—B-buenos d-días, capitán. —Saludo tímidamente la muchacha al tiempo que desviaba la mirada sonrojada.

—Si. —Termino mientras se alejaba y continuaba su camino a la oficina del capitán.

—El capitán Kurosaki es increíble ¿no? —Murmuro la chica a su compañero ya cuando noto que no era escuchada por su superior.

—Sí, estoy honrado de estar en su división. —Respondió el otro. — Pero…

—¿Pero? —Le siguio su compañera.

—Pero… ¿Por qué apenas se hizo capitán? —Se preguntó a si mismo mientras se tomaba la barbilla. —¿No se supone que desde hace años él ya tenía todos los requisitos para el puesto?

Ichigo Kurosaki de ahora 22 años, hacia ya una semana que ostentaba el rango de capitán de la división trece dentro del gotei, ya que la salud de Ukitake iba en picada el peliblanco considero que el joven era el más indicado para ser la siguiente lider del escuadrón. Ya habían pasado cinco años desde la pelea contra Yhwach, de alguna forma Ichigo había logrado derrotarlo casi muriendo durante el proceso y al volver al seireitei se le había prohibido la vuelta al mundo humano, debido a que su poder era igual o mas grande al de los capitanes y eso causaría un desequilibrio en la tierra.

Discutió mucho con el comandante Syunsui sobre esa decisión, incluso el shinigami sustituto ofreció que le sellaran el poder espiritual y se le dejara solo lo mínimo para seguir sus funciones de proteger Karakura de los hollows, pero su solicitud fue totalmente rechazada por el capitán comandante e incluso por los altos mandos de la cámara de los 46. Con mucho dolor sus amigos y familia había ido a la sociedad de almas para despedirse de él y habían prometido ir a verle nuevamente algún día.

En esos años Ichigo apenas había cambiado nada, ya que al ser ahora un shinigami 100% en funciones él era básicamente ya un espíritu. Tardaría cientos de años en envejecer como lo haría un humano ordinario.

El primer año en la sociedad de almas le costó adaptarse a las costumbres y forma de vivir, había tomado su tiempo, pero lo habia logrado. Antes de asignarlo a la segunda división, por órdenes del capitán comandante Syunsui, Rukia le instruyo todo sobre el kido dejando a la ojivioleta sorprendida ya que en solo 3 meses el joven había logrado dominar las 99 artes de atadura y destrucción -pero odiaba usarlas a menos que fuera muy necesario-.

Pero la pregunta era la siguiente por todos los shinigamis de las 13 divisiones: ¿Por qué teniendo tanto poder y talento apenas se había hecho capitán de división?

—Bueno… —Contesto tímidamente. — Yo supe que el anterior capitán Ukitake le insistió todos estos años para que fuera el capitán. —Susurro la joven. —Pero él se negó siempre.

—Pero si todos estos años se negó ¿Por qué ahora?

—Nadie lo sabe, de un dia a otro la semana pasada acepto el puesto, pero nadie supo lo que le orillo a aceptar, aunque escuche que la teniente tuvo algo que ver —Le dijo en voz baja para que nadie más escuchara.

—¿D-de verdad? —Hablo sorprendido.

—¿Qué están haciendo aquí? —Se escuchó severamente una voz femenina tras los soldados.

Ambos shinigamis se pusieron firmes al escuchar esa voz.

—T-t-t- teniente Kuchiki. —Tartamudearon nerviosos.

—¿Qué es lo que hacen? —Demando molesta. — Aun hay mucho trabajo y están aquí cuchicheando ¡A trabajar! —Les ordeno.

—¡Si señora! —Ambos salieron corriendo espantados, y es que la teniente era muy severa cuando de trabajo se hablaba.

—No puede ser, hay que ver lo que flojean cuando uno no les pone el ojo encima. —Suspiro cansada la pelinegra mientras comenzaba a andar a la oficina del capitán.

En esos años Rukia tampoco había cambiado mucho a excepción de su cabello, que estaba más largo llegándole a la mitad de la espalda y sus labios brillaban debido al imperceptible labial que se ponía de vez en cuando -este último, regalo por parte de Matsumoto-.

Una vez llegada a la oficina deslizo la puerta corrediza encontrándose ya a Ichigo trabajando en sus informes.

—Buenos días Ichigo. —Saludo la joven teniente pero no hubo respuesta del susodicho. —Bue-nos di-as. —Volvió a hablar más molesta Rukia, pero seguía siendo ignorada por Ichigo. Una vena resalto en su cabeza y salto directamente a la cara de Ichigo propinándole una fuerte patada. —¡Idiota al menos contestame! —Grito al tiempo que su pie se hundía en la cara del capitán.

—¡Agggg! —Rápidamente el pelinaranja se compuso y se tomó el rostro en su mano tratando de aliviar el dolor. —¡Maldita enana! ¡¿Qué demonios te pasa?! —Rugió molesto.

—¡¿Yo?! ¡Tú eras el imbécil que no me respondía!

—¡Estaba concentrado, tonta!

—¡Esa no es excusa!

—¡Joder si tú eres siempre la que dice que debo concentrarme más en el trabajo y a la primera te enojas, maldita loca!

—¡¿Quién demonios está loca?! —Exclamo acercándose al chico.

—¡No veo a alguna otra aparte de ti en esta habitación! —Respondió acercándose más a ella.

—¡¿Ahhhh?!

—¡Maldicion! —En un momento de debilidad tomo el rostro de la ojivioleta entre sus manos y la beso, provocando sorpresa en Rukia.

Los labios de él se movían lentamente, Rukia salió de su ensoñación y movió sus labios al compás de chico de ojos ocre, primero moviendo sus bocas casi al mismo tiempo como si estuvieran sincronizados, pero poco a poco la intensidad del beso subió. La lengua de Ichigo rozaba sus labios pidiendo autorización para entrar y ella gustosa se lo permitió, provocando que sus lenguas danzaran en la boca del otro y aumentando la temperatura del lugar.

Las manos de Ichigo se movieron a la cintura de la chica, y mientras más subía la temperatura las manos recorrían otros lugares. La mano izquierda se mantuvo en la cintura de la pelinegra mientras que la derecha subió a uno de los pechos femeninos y comenzó a masajearlo lentamente, provocando un leve gemido de excitación en la mujer quien con un poco de cordura se separó un poco del capitán.

—E- estúpido. —Rukia le hablo mientras sus mejillas ahora tomaban un color rojizo y el pelinaranja seguía acariciándola. — Alguien puede entrar. —Le advirtió casi en un ronroneo.

—Hay una barrera. —Respondió un desinteresado Ichigo que estaba más ocupado quitándole el shitagi* del shihakusho* a la pelinegra. —Nadie va a oírnos ni puede pasar.

—¡Ichigo! —Volvió a reclamar esta.

Ichigo la callo besándola nuevamente y después de dejar sus labios rojos se acercó a su oído y le susurro.

—Rukia ¿recuerdas las condiciones por las que me hice capitán, verdad? —Pregunto picando a la chica. —No creo que tengas tan mala memoria como para olvidar tu promesa de hace semana y media ¿cierto? —La mirada de Ichigo mostraba lujuria pura mientras miraba los pechos expuestos de la ojivioleta.

—N-no lo olvidaría ni loca ¡ahh!

El joven capitán siguio e su tarea y llevo uno de los pechos a su boca mientras él se quitaba el haori y procedía ahora con el kosode*. Entre besos y gemidos, ambos terminaron de quitarse las prendas restantes y se perdieron en el frenesí de pasión entregándose el uno al otro sin contemplaciones. Ichigo entraba y salía del interior de la muchacha repetidas veces y llegaron juntos al cielo.

—Esto no está bien. —Susurro jadeando por la reciente actividad, El de mirada ocre seguía aun en su interior y no parecía tener intenciones de salir.

—¿Ya tan rápido? —Sonrió con malicia. — ¡Pero si apenas vamos empezando! —Dicho volvió a arremeter en el cálido interior de Rukia sin darle tiempo a esta para replicar.

—¡Oh kami, Ichigoooo! —Se escuchó el grito de placer que nadie escucho debido a la barrera puesta.

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Semana y media antes

—¿Y, que dices? —Preguntaba Ukitake Jushiro al pelinaranja mientras observaban el entrenamiento de los nuevos reclutas de la 2 división, Soi Fong no estaba y el teniente Omaeda estaba haciendo el idiota por ahí, así que Ichigo que había sido obligado a tomar el puesto de tercer oficial era el encargado de supervisar el entrenamiento.

—No me interesa. —Respondió Ichigo al tiempo que se limpiaba el oído con el meñique.

—¿P-p-pero por qué? —Preguntaba desconcertado el peliblanco.

—Ukitake-san ya me ha preguntado varias veces que acepte su recomendación y me haga capitán, pero como ya le he dicho antes: No me interesa tener un alto rango, solo quiero tener un servicio tranquilo el resto de mis días en la sociedad de almas. —Le respondió tranquilamente.

—Pero Ichigo-kun con tu poder espiritual actual tu serias la mejor dirección del escuadrón 13.

—Ya le dije que no. —Bufo cansado- ¿Por qué no se lo pide a alguien más? Mi respuesta siempre será la misma. —Dicho esto, se puso de pie y se alejó en dirección a los nuevos miembros de su escuadrón.

Ukitake exhalo un suspiro de cansancio y se puso de pie para ir a su oficina, talvez ya debería darse por vencido e intentar con alguien más ¿tal vez Abarai o Hisagi? También podría ser Ikkaku de la división 11 -este último lo pensó y descarto inmediatamente. Con su actitud era capaz de convertir a toda la división en un segundo escuadrón 11 -.

Usando shunpo llego rápidamente a su cuartel, ese día se había sentido un poco mejor pero ya que no tenía a Mimihagi-sama en sus pulmones su condición empeoraba día tras día y la división necesitaba un nuevo líder, alguien joven y confiable como Ichigo pero ya se había rendido con él.

Rukia entro en ese momento al lugar.

—Buenas tardes, capitán Ukitake. —Saludo respetuosamente, pero no recibió respuesta del hombre, al que vio muy decaído en ese momento. —¿Capitán? ¿Se siente bien? —Volvió a llamarlo preocupada, ya que él era muy atento y siempre respondía a los saludos.

—¿Qué? —Salió de sus pensamientos. — Oh Kuchiki, no te escuche llegar. —Se disculpó con una nerviosa sonrisa.

—¿Qué pasa, capitán?

—No, nada. —Respondió este mientras suspiraba otra vez.

—Capitán por favor confié en mi ¿acaso no soy su teniente?

El hombre la miro largamente y sonrió.

—Es cierto. —Respondió. —Kuchiki, la verdad es que he estado intentando que Ichigo kun acepte mi recomendación para ser capitán.

—Eso es un gran honor. —Dijo sorprendida. — Como es de esperar Ichigo habrá ace…

—Lo ha rechazado. —Finalizo.

—Sí, él ha… ¡¿QUE?! —Grito en shock.

—Desde hace 4 años que trato de convencerle, pero no quiere aceptar, creo que es momento de rendirme y buscar a otro.

—¡Claro que no! —Exclamo decidida.

—¿Ah? —murmuro confundido.

—No se preocupe Capitán, déjeme encargarme de esa zanahoria.

—P-pero Kuchiki, si yo no pude dudo que tu… —No termino la frase ya que Rukia lo interrumpió de nuevo.

—Eh dicho que no se preocupe ¡le aseguro que mañana Ichigo estará aquí aceptando su recomendación y tomara el puesto! —Se dio un pequeño golpe en el pecho en afán de confianza, el peliblanco la miro con duda ya que no creía que lo lograra.

Pero para su sorpresa, al día siguiente Kurosaki Ichigo apareció en la habitación de Jushiro Ukitake rogándole que le diera la recomendación ante los 13 capitanes del gotei.

No tenía idea de que le había dicho la ojivioleta al muchacho, pero ahora podía retirarse y descansar tranquilamente.

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El cómo lo convenció

—¿Y? —Pregunto coqueta a su amante al tiempo que movía sensualmente sus caderas y se frotaba su intimidad con la del hombre en el futon.

—¡Maldita sea, enana! Si, lo hare —Exclamo el pelinaranja excitado al tiempo que tomaba las caderas de su chica y llenaba el interior de la joven, girando para situarse sobre ella. — Con dos condiciones. —Susurro sensualmente cerca del oído de Rukia, logrando erizarle la piel.

—¿Cuáles? —Pregunto totalmente ida.

—Primera: lo haremos en la oficina MINIMO dos veces por día. —Expuso mientras la penetraba lentamente.

—¿y c-cual e-es la seg… ¡ahh! —Gimió al sentir más hondo el miembro del pelinaranja. — L-la segunda c-condición. —Pregunto inundada de placer.

Ya hacia un tiempo que Ichigo y Rukia mantenían una relación, pero como no querían armar un alboroto no querían hacerlo público por el momento. Así que cuando se veían en el gotei eran dos camaradas, pero cuando estaban solos salían a algún lugar a pasear o siempre iban a la habitación de Ichigo o alguna posada discreta para satisfacer sus más bajas pasiones.

—Segunda: Que te cases conmigo —Finalizo el chico.

—¡E-estás loco! ¡Ahhhhhh! —El la penetro aún más profundo. Rukia quería que fuera más rápido, pero parecía que el mismo Ichigo se burlaba de ella en ese momento y la castigaba. Cruzo sus ojos con los de el: ocre contra violeta, ambos chocaban en una batalla de miradas. — V-vale… —Susurro rindiéndose.

—¿Qué dijiste? no te escuche. —¡Maldito, se hacia el sordo a propósito!

—Mmmm -Gimió- ¡D-dije que vale!, me caso contigo. —Gritó. — ¡Muévete mas rápido, tonto!

—Por mi perfecto. —Sonrió arrogante y aumento el ritmo de las embestidas.

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Volviendo al presente

Ichigo y Rukia descansaban un poco debido a la reciente actividad física. Rukia volteo a ver a Ichigo que sonreía totalmente satisfecho, pero una duda cruzaba la mente de la teniente.

—Ichigo. —Llamo al aludido.

—¿Hm?

—¿Cómo le diremos a Nii-sama que nos casamos?

Y ahí mismo el capitán Kurosaki, el héroe de la guerra, uno de los más poderosos shinigamis de la historia tembló ante la idea de pedir la mano al hermano de la mujer que amaba.

El infierno estaba tan frio como el en ese preciso momento.

—Rukia ¿no te gustaría escapar al mundo humano? —Pregunto como si preguntara el clima.

Y Rukia se rio internamente, Ohh si eso sería divertido.

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N/A:

*Shitagi: Camisa interior, es la parte blanca del traje de shinigami.

*shihakusho: Se refiere al uniforme que usan los shinigamis, que compone el Hakama (pantalon tradicional japonés-) el shitagi (la camisa interior) y el kosode (prenda superior)

*Kosode: Es la prenda superior o el kimono en mangas cortas que utilizan en el uniforme shinigame, o sea que para abreviar es la prenda negra que llevan en la parte de arriba sobre el shitagi.

¡Taran! Si estás leyendo esto es porque eres un o una pervertida como yo y espero que hayas disfrutado la historia. Sinceramente creo que es la primera vez que escribo un lemon tan explícito o no sé si calificarlo de lime.

¡La inspiración me llego cuando estaba en el trabajo y dije "¡Joder, tiene que salir a la luz!" y aquí está el resultado.

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¡Besos y abrazos de mazapán!