bueno, ¿por donde podría empezar?, este es mi primer fic pero también una de las primeras (por no decir la primera) historias que profundizo, siempre he querido escribir un relato, en especial uno como este que no esta sujeto a un genero claro, es decir, puedo escribir libremente tanto de romance, aventura, suspenso o drama dejándome experimentar en cada cap y eso me gusta : 3

elegí a Jax como uno de los personajes principales porque, ademas de ser mi campeón favorito no hay mucho fanfic entorno a el, es como pisar tierra desconocida : v, pero conste que no es el protagonista, aunque si tiene una gran influencia en la prota y en el mismo fic :)

sin nada mas que decir les dejo con el primer cap, espero que les guste : 7

El mundo y los personajes aquí presentes pertenecen al lore de league of legends y por ende a Riot Games, exceptuando algunos personajes , parajes y paisajes de mi propia creación, este relato tiene el fin de entretener al fandom.


Capítulo I – Una linda noche sin luna

La oscuridad forraba la inmensidad del cielo nocturno, rellenando los callejones solitarios de aquella ciudad medio abandonada y observando a los soñadores en sus placidas camas, envolviéndolos con su manto, pero deteniéndose enfrente de una chica que se arremolinaba entre su cabellera negra y las sabanas, intentando cerrar sus cansados ojos y dormir. Al parecer Morfeo no estaba de su lado esa noche.

Se rindió ante el insomnio y puso un pie lentamente fuera de la cama –"otra noche sin dormir, esto se vuelve una rutina molesta "- se dijo así misma mientras se desperezaba y silenciosamente se levantaba con cuidado de no despertar a su compañero que dormía vigilante en una esquina de la habitación, apoyado contra la pared y con su farola entre sus brazos

La chica se volvió un momento para observar a su amigo "El Mercenario" como le llaman algunos, otros le decían "El Maestro de Armas", aunque a ella no le importaran los apodos en lo absoluto, aunque si le parecía irónico que fuera un Maestro de Armas y solo peleara con una farola , una espada o una lanza le hubiera parecido más practico pero no podía quejarse , después de todo esa farola y su portador le habían salvado la vida incontables veces y brindado una luz en los caminos oscuros , además de compañía en las noches silenciosas .

No pudo evitar el notar como su amigo era casi imperceptible para ella, estaba allí pero no podía sentirlo solo verlo, era impresionante como se mimetizaba con el ambiente volviéndose casi invisible –" camuflarse tan bien y poder dormir tranquilamente a la ves? , Eso es talento natural"- se dijo la joven con algo de envidia reflejada en su mirada, ¿Por qué él no era el de los problemas de insomnio?

Fijo su atención en la oscuridad que invadía la habitación y se dirigió a la mesa de noche en busca de alguna vela, nada, estaba muy cansada para recordar donde había dejado las velas o si tenían en primer lugar, no pudo evitar voltear y ver el farol apagado de su compañero como una opción , lo considero por varios segundos casi sucumbiendo al agotamiento , pero antes de que cayera en un delirio de estupidez impulsiva una luz llego a su memoria , se volvió hacia el armario y saco un cajón decorado del fondo , donde había una linterna demaciana de luz etérea , no había sido fácil obtenerla pero siempre venía bien una linterna inagotable de pura luz mágica

El brillo de la linterna le inundo el rostro cegándola por un momento y resaltando sus ojeras, las cuales estaban muy marcadas como te imaginaras –"no me imagino porque los demacianos les gusta tanto la luz, es tan…. Brillante "-pensó en su defensa, -"aunque tal vez necesite un poco de luz solar más a menudo "-admitió mientras se veía en el espejo de la mesa de noche y se palpaba las ojeras las cuales caían sobre un rostro perlado de textura suave y expresión amable (pero cansada), rodeando unos ojos tan disparejos como únicos, siendo uno color verde y otro celeste.

Se acercó a las ventanas cubiertas con delgadas cortinas azul marino que separaban la habitación de la terraza exterior y las abrió lentamente dándole paso al viento que susurro entre las cortinas y el pelo de la joven, esta sintió su caricia y el frió característico de la jonia otoñal, no pudo evitar respirar hondo e inhalar ese aroma a hojas secas e incienso, ese olor le relajaba, le recordaba lo próximo del invierno, le recordaba a casa.

-"ojala pudiera embotellar ese olor, me ayudaría a recordar muchas cosas buenas"- se dijo con una sonrisa en la cara "…. y muchas malas"-termino por recordar, deshaciéndose de la sonrisa.

La chica reprimió aquella nostalgia infantil y cruzo el umbral de la puerta hacia una terraza sucia y medio derruida, con una gran vista de la ciudad, se aproximó a la baranda mientras las hojas secas se mecían en el viento, acumulándose en extremos de la terraza.

La joven miro la pequeña ciudad desde lo alto, observo las calles vacías, las frágiles luces que se resguardaban en casas rotas y la oscuridad que se apoderaba de la mayor parte de la ciudad, era una vista linda y deprimente de la jonia otoñal, aunque no podía hacer mucho para arreglarlo, la guerra había desgastado a jonia y esta tardaría bastante en recuperarse.

Cerro los ojos un momento y suspiro con indignación –"tal vez este paisaje no vuelva a hacer hermoso nunca más, es una lástima, me hubiera encantado escribir sobre esta vista, pero no vale la pena relatar algo sobre la tierra muerta "- pensó la joven de pelo negro y ojos dispares. Pero ella no se dejaría deprimir tan fácilmente, levanto la mirada y observo el cielo estrellado, parecía una obra maestra creada por alguna divinidad sin oficio, cada parte del vasto cielo nocturno estaba pincelada al detalle, de vez en cuando las guerras tenían su lado bueno: la soledad y las noches estrelladas eran parte de este.

La chica se percató de un punto importante que faltaba a aquella obra celeste, no es que fuera relevante para completarla, el cielo ya era hermoso de por sí sin necesidad de la luna pero hubiera sido un lindo detalle al final de la obra. A ella no le importaba, se sentía bien en aquella terraza observando las estrellas en medio de esa ciudad olvidada.

Aunque eso no duro mucho, ella ya no podía ignorarlo más, estaba ansiosa y estresada por lo del mercante que tendrían que ver dentro de unas pocas horas, lo habían contactado hace unas semanas y según que quería venderles unos artefactos-reliquia, era muy probable que solo fuera un timo pero ella no quería quedarse con la duda, tal vez, quizás, existía la remota posibilidad de que el tuviera lo que buscaba, o por lo menos una parte pequeña de eso. Y ella no quería haber caminado tanto por nada.

Sabía que tendría que caminar aún más, pero no podía seguir sin ni siquiera una pista de en donde seguir buscando, al fin comenzaba a juntar las piezas y seguir un sendero, no quería volver a ser esa niña famélica de 10 años que buscaba impasible entre los callejones oscuros de una ciudad maloliente y contaminada algo que ni siquiera recordaba.

Toda esa tensión y ansiedad, no eran algo nuevo, era algo que se acumulaba con el tiempo y no le dejaba dormir, a veces incluso por semanas, poniéndola de mal humor, aunque el malestar era pasajero ella lo veía como una soga que se atenazaba en su garganta y le presionaba poco a poco hasta asfixiarla. Era una sensación desquiciante, aunque rutinaria, ya se había acostumbrado a esta con el pasar de los años.

El cansancio se hacía presente mientras ella buscaba un asiento para seguir mirando al cielo y pensar en sus opciones, se sentó entre un montículo de hojas secas el cual se iluminaba con un tono carmesí ante la lámpara etérea.

"Parezco una mocosa mirando las estrellas en una cama de hojas"- admitió la joven entre bostezos -"lo único que faltaría es que me duerma aquí y jax me despierte por la mañana"- pensó irónica, antes de divagar en la idea (ella era así, impulsiva con muchas de sus ideas, eso le ayudaba de vez en cuando)-"¿qué le podría decir? ¿Lo siento pero las hojas muertas son más suaves y cómodas que mi cama?"-se dijo con una sonrisa que se transformó en bostezo.

¿Que podría hacer con el mercader? No le conocía de frente y nunca había escuchado el apodo de Rhak"shi , tal vez era solo un estafador que quería venderle baratijas diciendo que eran "cosas mágicas" que le darían desde poder a eterna juventud , lo normal de los timadores de 4ta , pero tenía que admitir tenia influencia o que por lo menos la gente le conocía , habían recorrido otras tres ciudades buscando en tiendas de pergaminos y libros hasta que se encontraron un viejo escriba que les dio un nombre , una ciudad y un día . Habían recorrido el camino preguntándole a pescadores y otros mercantes sobre el apodo de Rhak"shi y la mayoría parecía conocerlo pero ninguno estaba relacionado con el directamente, o por lo menos no lo decían.

Esto la agobiaba, su ignorancia acerca del mercader, aunque pronto sabría bastante acerca de este y aprendería dos cosas: la diferencia entre pirata y mercante, y que algo los observaba desde la lejanía. Además di mi persona por supuesto, yo entrare en esta historia más adelante y aunque no tenga mucha presencia en el relato, la verdad sabrás que influyo bastante. Pero no debo hablar de mí, después de todo tú ya me conoces, soy aquello a lo que te enfrentaras tarde o temprano, eso ya lo sabes, lo siento, debería continuar con el cuento y dejar de divagar en tonterías.

Ella estaba indecisa, no podía confiar en la palabra de un hombre desconocido pero tampoco podía dejar pasar la oportunidad de una pista, no estaba dispuesta a que los emboscaran a ambos como unos idiotas, estaba segura que jax podría cuidarse solo-"él es un niño grande puede enfrentarse a casi todo… pero yo…"- admitió ella recordando la sensación de aquellas marcas en sus hombros y antebrazos. En su rostro se reflejaban bastantes cosas, pero sobre todo angustia con ciertas piscas de duda descansando en sus ojos.

Por alguna razón se guardaba una parte de si misma en esos momentos, prefería mantener la mente en blanco y estar sola en aquellas ocasiones, no reflejar nada a nadie, simplemente ocultarse. Lo irónico es que eso le quitaría muchas cosas en un futuro, muchas oportunidades.

-¿qué haces?- pregunto una voz algo apagada pero sin algún signo de sorpresa en esta, como si ya se lo esperara.

Ella se paralizo, tardo unos segundos en reconocer la voz y articular una respuesta con un buen grado de picardía en sus palabras.

-durmiéndome en mi nueva camita de hojas- volteo hacia la voz de jax , que estaba en el umbral de la ventana con las cortinas ondeando detrás y respondió con una sonrisa infantil en su rostro.

-o por lo menos intentándolo- el Mercenario se dio cuenta del cansancio en su mirada y no pudo evitar suspirar, sería una noche larga- necesitas descansar emy , entra antes de que te resfríes.

Pero esta estaba algo abstraída en algo, no se sentía bien y jax sabia porque, pero dejo que ella hablase primero.

-Es bonito aquí afuera, las estrellas son hermosas y el frió no me molesta-dijo emy en un tono amable, cansado y fingido- además, estas hojas son cómodas- agrego, con una sonrisa en la cara, intentando sonar lo menos agobiada posible.

Pero jax lo sabía y no le tomo mucho tiempo decidir qué hacer, salió del umbral de la puerta y se dirigió hacia emy o más concretamente a un banquito cerca de su "camita de hojas", esta se puso algo nerviosa pero se preparó para estar a la defensiva, aunque ella misma no sabía porque, era algo instintivo, quería estar a solas por unos momentos pero no quería decírselo a jax , aunque este ya lo sabía.

Jax se sentó a unos metros de ella sin mirarla, prestando atención a la ciudad-¿lista para lo de mañana?- dijo con una voz lenta y calmada- o mejor dicho para lo de hoy en unas horas-puntualizo con cierta gracia intentando animarla.

-supongo -dijo fríamente- tal… tal vez solo sea otro estafador… o quizás un bandido, no lo sé- dudo algo cabizbaja y distraída

Estaba pensando en otra cosa, pero jax prefirió no tocar viejas heridas, por lo menos no ahora, pero lo haría pronto no te preocupes.

-no te preocupes por eso – le pidió con un tono amable, quería ayudarle- después de todo, tengo un plan-revelo el guerrero fingiendo un exceso de confianza.

-¿enserio?-pregunto esta, incrédula y sorprendida, lo suyo no era hacer planes, siempre habría una pelea de por medio si de el dependiera- y ¿cuál es?, ¿pelearte contra 15 matones tu solo mientras te espero junto al vendedor?- dijo mordazmente la pelinegra, pero también algo divertida.

-eso es un secreto- volteo a mirarla y contemplo una leve sonrisa, esta vez de verdad, lo había logrado, la había alegrado levemente y eso era una hazaña- te lo contare en cuanto estemos junto al vendedor, ahora enserio duérmete- pidió con algo de autoridad en su voz, pero sonando preocupado.

-Tranquilo, dentro de poco me dormiré, solo espera unos momentos, no es que tengas prisa ¿o sí? -dijo algo fastidiada por el tono autoritario pero ignorándolo- además…. Hace una bonita noche sin luna-le dijo mirando hacia las estrellas.

Levanto la mirada hacia aquel cielo adornado con luces intermitentes - es cierto.