Disclaimer: Lo voy a dejar bien claro, primero no soy mujer soy hombre y segundo nada me pertenece
Advertencia: Incesto, Lemmon conmigo se pueden esperar lo que sea pero yo ire avisando
Aclaratorias: Es un mundo AU, algunas personalidades pueden ser las que no creen lo que esta en "con cursiva" son pensamientos y lo que este en cursiva son recuerdos
No more words in my mouth
Nothing left to figure out
But I don't think I'll ever break through
The ghost of you
Prólogo
Rose Weasley observaba con sumo detenimiento cómo el paisaje a su alrededor se movía a una velocidad un tanto rápida. Tenía la mirada perdida, sumergida en sus pensamientos; no le importaba la conversación que mantenían sus primos y ni siquiera quería estudiar. Bajó su cabeza observando el suelo, escuchando el ruido de los rieles del andén nueve tres cuartos, recordando lo que había pasado hacía un mes.
Estaba ayudando a su prima Dominique para la gran fiesta que sucedería esa noche. Ésta había alquilado una casa donde se hacían fiestas; como siempre su prima mayor buscaba alguna excusa para parrandear y traer chicos. Y como era normal en ella, en una de las mesas habían cientos de condones, porque su lema era "¿qué es una fiesta sin sexo?" Rose no le quería dar muchas vueltas al asunto, aunque le daba gracia.
No tardaron tanto en culminar en preparar todo. Sólo necesitaban ayuda de una bruja que ya tuviera más de 17 años y Molly era la indicada, ya que era la única (aparte de Victoire y Ted) que era mayor de edad.
-Muchas gracias, Molly –le agradeció Dominique sonriendo -. Ahora ayúdenme a mandar las cartas –ordenó mientras sacaba unos cuantos sobres y escribir en ellos algunos nombres para después mandarlos a su remitente.
En lo general eran casi como entre cien o doscientas cartas. Las chicas sólo se disponían a poner los nombres y luego mandarlas; Rose no pudo evitarlo y decidió mandarle una a Scorpius, su amigo, el chico al cual amaba en secreto pero no se atrevía a decírselo sólo por miedo a que él la rechazara. Se quedó pensando en él por un buen rato, hasta que escucho las risas burlonas de sus primas.
-Se te cae la baba, Rosie –dijo en broma Lucy mirando cómo Rose se ponía roja como un tomate. La chica decidió ignorarlas y terminó de mandar las cartas.
-Bueno, creo que me voy a bañar –se excusó, dirigiéndose a la parte de arriba de la casa.
Horas más tarde, la fiesta era un poco ruidosa. Rose estaba contenta de que Scorpius hubiera venido, pero ya hacía más de una hora que no lo había visto. Se decidió investigar la casa, que por lo visto se había empequeñecido un poco, ya que no había espacio en ese lugar. Miró a todos los lugares de la casa y vio gente que hacían unas cosas que corrompían la pobre mente de Rose. Entre esas personas estaban incluidas Lysander Scamander y su prima Dominique, los cuales se devoraban la boca con suma lujuria. Rose se tapó los ojos dirigiéndose a los cuartos de arriba. Estaban un poco desoladas las habitaciones; no había ni un alma, excepto un cuarto en donde se escuchaban los gemidos de una chica que gritaba Scorpius.
¡¿SCORPIUS? Esperaba que no fuese su Scorpius. Se armó de valor e irrumpió en la habitación y se dio cuenta de que era Scorpius, junto con su amiga Melanie Adams, y estaban teniendo sexo. Rose no lo podía creer. Sentía que ya le faltaba el aire. Se alejó de la habitación sin que ellos se dieran cuenta de su presencia.
-Rose –la llamó Lily, sacándola de sus pensamientos–. Rose, vamos a cambiarnos que ya vamos a llegar a la estación.
-Ok –dijo Rose con pocos ánimos.
Al llegar a la estación decidió seguir siendo la misma chica que siempre había sido, pero odiando a las personas que le habían hecho daño.
