Capítulo 1: ¿Qué fue eso?
-Apresúrate -Ya voy Dos mujeres hablaban mientras salían de un bar de mala fama. El aire del exterior estaba frío, creando un desagradable contraste con la temperatura de sus cuerpos. La Luna enviaba una suave luz hacia la Tierra, acompañada por las estrellas. Aquella hermosa visión nocturna no era importante, pero valía la pena observarla unos momentos. -¿Qué haces, Mature? -Contemplo el cielo nocturno. Sabes, estos paisajes estelares me inspiran. -Deja de parlotear y sigue caminando, ya estamos atrasadas. Mature y Vice continuaron su camino. La ciudad estaba durmiendo, permitiéndoles hacer lo que ellas quisieran, pero el tiempo del que disponían se los prohibía. Su reunión con aquel extraño hombre prometía ser interesante. -¿Recuerdas donde es, Mature? -Estamos a 3 calles de distancia, así que hay que darnos prisa. De pronto un borracho salió del interior de una botillería, cargando sus cervezas. Un leve tropiezo por parte del hombre hizo derramar una botella sobre el abrigo de Vice. -¡¡Fíjate lo que estás haciendo, borracho asqueroso!! -Ya déjalo, Vice. El pobre idiota está borracho y no lo hizo intencional -Sssí, escucha a la señora, mi mi mi linda- dijo el hombre antes de estallar en una extraña mezcla de risa y llanto. -No me toques- susurró Vice, antes de darle una bofetada en la cara. -Deja de perder tu tiempo, ya larguémonos de aquí. Vice asintió con la cabeza, después de golpear al borracho con sus largas piernas en la sien.
Ya solo les faltaba una calle para su reunión con aquel hombre pero debían haber llegado hace más de 30 minutos. "Si Vice no hubiera empezado a discutir con esa prostituta ya habríamos llegado" pensó Mature mientras observaba detenidamente a su compañera.
************
-¿Es aquí?- preguntó Vice mientras encendía un cigarro. -Sí. Dijo que cuando llegáramos debíamos patear la puerta. -Que extraño es este sujeto. Mature le dio una patada a la puerta bastante suave, y esta se abrió lentamente. Una voz rasposa y madura (y por qué no decirlo, provocadora para estas dos mujeres), dijo "Suban". Vice no titubeó y subió rápidamente, mientras Mature la seguía, provocando un gran ruido con sus tacos sobre la escalera de madera. El umbral de la puerta tenía la figura de una serpiente, y sobre esta las palabras "Yamatano no Orochi" estaban dibujadas con una caligrafía perfecta. -¿Yamatano no Orochi?- preguntó Mature extrañada. -Será algún monstruo mitológico o tal vez un.... -¡¡Entren de una vez!!- la estruendosa voz de un hombre terminó con el diálogo. -Date prisa, Vice, este sujeto está de mal humor. Entraron a una habitación alumbrada débilmente por una antorcha. El ambiente parecía estar pesado. Tres enormes sillas estaban puestas alrededor de una mesa de cristal, aparentemente una de las sillas estaba ocupada. Aunque la habitación tenía solo una ventana (cerrada) corría una leve brisa. -Entren de una vez mis queridas amigas. -¿Quién eres?- dijo Vice de forma altanera, ya que este trato "amistoso" no le gustó para nada. -Un hombre muy importante y poderoso, que las conoce a ustedes mejor que sus madres, que en paz descansen ambas- dijo el hombre de forma arrogante. -¿Qué quieres de nosotras?- preguntó Mature tratando de adivinar sus intenciones. -¿Qué es esto, un interrogatorio? Yo las mandé llamar, ustedes vinieron, fin de la historia. -Entonces nos vamos- susurró Vice. Vice no alcanzó a dar un paso cuando una violenta ráfaga cerró la puerta y casi la derriba. -¡Ustedes no se van hasta que yo lo diga! -Tú no eres nadie para mandarnos- exclamó Mature mientras preparaba sus afiladas uñas para atacar -Estás en un grave error- dijo el hombre y repentinamente una luz surgió de sus ojos y una fría ventisca comenzó en la habitación y los muebles volaban como si de un tornado se tratase. -¡Cuidado!- gritó Mature, pero ya era muy tarde, pues la mesa de centro golpeó a Vice en la nuca, provocándole muchos cortes. -Agh- exclamó Vice antes de ser golpeada por una estatua de una serpiente de 8 cabezas. -¿Ves lo que le pasó a tu amiga por ser tan irrespetuosa?-habló el hombre con un tono amenazador y una voz casi de ultratumba -Ahora te toca a ti -¡Eso nunca!- Mature saltó hacia el hombre con su rapidez felina y comenzó a arañarle la cara. El hombre sangraba mucho, pero no daba señales de que sintiera dolor. -Tú no eres nadie, estúpida- dijo el hombre con una calma que daba escalofríos. -Mi nombre es Goenitz y soy el enviado de Orochi, ahora quítate de encima o te va a ir mal. Mature se levantó lentamente, se acercó a Vice y le lanzó a Goenitz una mirada de odio. -Yo no quise hacerlo, en serio, pero no me dejó otra opción- la luz en los ojos de Goenitz cesó, y una lámpara que colgaba del techo se encendió. -Ahora, empecemos de nuevo. Yo soy Goenitz, uno de los 4 reyes celestiales de Orochi, que viene a liberar a este dios. -¿Qué es Orochi? -Es un dios, que viene a liberar al mundo de esta patética raza humana -¿Y que acaso tú no eres un humano? -Soy lo que se conoce como un humano semi-dios. Al igual que tú y esa mujer. En el mundo hay muchas personas así, pero no todas son dignas del dios Orochi. Tú sí lo eres. -¿Cómo lo sabes?- preguntó Mature, más calmada al comprobar que Vice estaba abriendo los ojos. -Por tu sangre. Son 8 las personas que poseen esta sangre digna, además de su descendencia. -Supongo que no quieres que nos reproduzcamos contigo, monstruo- dijo Mature de forma algo pícara. -Si eso llegara a pasar, que así sea- respondió Goenitz con una mirada que estremecía por su malicia. -Ahora basta de juegos. Ustedes me van a ayudar a liberar a Orochi cumpliendo unos trabajitos que les asignaré. -¿Perdón? ¿Escuché bien? ¿Nosotras cumplir órdenes tuyas?- interrumpe Mature al estilo de Vice. -Pues si no quieren me veré en la triste obligación de terminar con sus vidas- amenazó Goenitz subiendo el tono de su voz con cada palabra. -Mira "peliteñido", nosotras no vamos a acatar órdenes tuyas. Nosotras tenemos nuestras propias vidas y no te las daremos a ti, anormal.- exclamó la rubia mientras se ponía de pie y volvía a preparar sus uñas como garras. -Levántate- susurró Goenitz y Vice se levantó silenciosamente, como si nada hubiera pasado -si quieren pelea eso tendrán- dijo y se puso en posición de combate. -Momento, aquí nunca podremos combatir de forma cómoda- interrumpió Vice con una sonrisa malévola. -Tendrás que llevarnos a otro lugar. -Como quieran- Goenitz movió su mano y un huracán elevó suavemente a las dos mujeres. Las sacó por la ventana y las dejó en una cancha de baloncesto. Luego apareció ahí de forma misteriosa. -Prepárense. Goenitz saltó sobre las dos mujeres, pero estas lo esquivaron rápidamente. Mature corrió hacia él y lo pateó en la cara, pero Goenitz se quedó intacto. Vice lo golpeó en el estómago con su codo, sacándole el aire. Este golpe hizo que Goenitz comenzara a pelear en serio y ejecutó un Wanpyuu Tokobuse (uno de sus huracanes), golpeándolas a ambas. Vice se recuperó y ejecutó una serie de patadas que luego conoceremos como Outrage. Goenitz esquivó fácilmente estas patadas, pero no vio nunca el Death Row de Mature (que ella estaba recién creando). Las dos mujeres golpearon a Goenitz al unísono en las piernas, derribándolo. -Pelean bastante bien, pero no tienen un estilo profesional- declaró Goenitz intentando levantarse. -Si vienen conmigo yo podré enseñarles a pelear, mis lindas muñecas. Las mujeres detuvieron los ataques y se miraron una a otra. No sabían si confiar en Goenitz o no. Tal vez era lo mejor para ellas, tal vez podría ser algo perjudicial, pero no tenían demasiadas opciones. -¿Qué dicen? -Momento- dijo Mature. -¿Qué opinas, Vice?- susurró -No lo sé, este sujeto no se ve muy confiable, pero es lo mejor si queremos desarrollar nuestras habilidades, Mature. -Desde ese punto de vista parece ser lo mejor, pero tiene una apariencia traicionera. -Me da la impresión que si no aceptamos de todas formas nos va a matar, así que prefiero aceptar su oferta. -¿Qué dicen, mis muñecas de porcelana? -Aceptamos- dijeron a coro -Magnífico- exclamó Goenitz y un fulgor azulado le iluminó los ojos. -Iré a visitarlas en un par de días, así que no bajen nunca la guardia. Hasta luego, preciosas- una brisa sopló y Goenitz desapareció sin dejar rastro. -¿Qué diablos fue eso?- exclamó Vice mirando al cielo, con la esperanza de ver a Goenitz volando. -Nuestro nuevo jefe, Vice. Vayámonos de una buena vez. Se me antoja un ron. -De acuerdo, pero tú invitas.
************
-¿Qué quieren las señoritas?- se acercó un hombre joven y de apariencia provocadora. -Yo quiero tomar un ron. ¿Y tú Vice? -Me conformo con una copa de vino. -De inmediato, lindas- "Esta es mi noche" pensó el hombre mientras ordenaba los tragos. -Aquí vengo, hermosas. -Gracias- Mature y Vice no tenían muchas intenciones en mente con ese hombre, pero sí podrían "entretenerse" un rato con él. -¿Quieren algo más?- Vice miró lascivamente al hombre, luego le dirigió una mirada a Mature y le guiñó el ojo. -Vamos para afuera- y abrió un poco su chaqueta para hacer más visible el escote de su polera (playera, remera, etc). -Me voy a divertir un poco- exclamó el hombre con una sonrisa, sin sospechar las verdaderas intenciones de las mujeres. Vice se sacó la chaqueta, mientras Mature se soltaba el cabello. Vice miró al hombre y le hizo una seña para que esperara su turno. Mature se acercó a Vice y la besó lentamente, mientras el hombre las miraba con los ojos como plato. Vice acarició suavemente a Mature, para corresponder su beso. El hombre se acercó a ellas y comenzó a desvestirse. Pero Mature lo alejó inmediatamente. -Ya vamos, es mi turno- dijo el hombre sin salir de su asombro. -Espera- gimió Vice mientras Mature besaba su cuello. -¿Ya es el momento, Vice?- le susurró al oído aparentando un beso. -Sí- dijo fríamente Vice y luego comenzó a sacarse la polera, quedando solo con su sostén (brasier [creo q' se escribe así :P] -Mi turno- dijo suavemente el hombre mientras se desvestía. -Momento- frenó Mature mientras imitaba a su compañera. -Ahora sí- Pero en vez de acercarse al hombre para acariciarlo, Mature lo golpeó en la sien. -¡Para que aprendas!- Mature siguió conectando una brutal paliza al hombre, hasta casi dejarlo muerto. -Déjame terminarlo- Vice miró al hombre y le sonrió, le mandó un beso y comenzó a azotarlo contra el piso, hasta romperle la espalda. -Pe...pe...perr....as- y el hombre expiró. -Mature y Vice y la boca te queda donde mismo- Vice volvió a azotar el cadáver. -Ya vamos adentro, todavía no tomamos los tragos que nos compró ese idiota.
Volvieron adentro y observaron a una pareja joven que las observaba de manera muy poco disimulada. La mujer tenía el cabello morado oscuro y el hombre de un color blanco opaco. Mature notó que ambos tenían el mismo tatuaje en el brazo izquierdo, algo que parecía un sol. La mujer las miró y el bar se iluminó con una luz cegadora, que duró no más de una milésima de segundo. El hombre dirigió también su mirada y la tierra se estremeció durante un par de segundos, pero en ese bar todos estaban tan ebrios que no se dieron cuenta, salvo nuestras protagonistas. -¿Sentiste eso?- dijo Mature con un hilo de voz. -Sí, ¿qué habrá sido? -No lo sé, pero creo que viene de esa pareja de ahí- Vice miró, pero no había ninguna pareja en la mesa. -Creo que estás demasiado paranoica, Mature- Vice tomó de la mano a su amiga mientras se dirigía a una mesa vacía. -Vice, me quiero ir- Mature seguía paranoica y asustada. -¿De qué hablas? si estamos recién divirtiéndonos, Mature -No, tú no entiendes, me quiero ir ahora- Mature palideció. Algo extraño le pasaba y necesitaba salir de ese bar a como de lugar. -¿Qué te pasa? -No lo sé, pero quiero irme- Mature sonaba desesperada, y un aura fría la rodeaba. -Está bien, vamos. Las mujeres no llevaban ni un metro de la salida cuando Mature comenzó a toser y a botar sangre por la boca. -¿¡Qué pasa amiga?!- Vice sonaba asustada, su amiga destacaba por su buena salud y nunca la había visto así. Un grito desgarrador de Mature hizo retroceder a Vice. Su amiga tenía una apariencia de miedo: su piel estaba gris, su cabello pasó de su habitual tono rubio a un color azul opaco y la sangre se deslizaba lentamente por sus labios, ahora negros. -¿Qué qué te pasa?- tartamudeó Vice mientras Mature se acercaba amenazadoramente hacia ella. Vice notó que la ropa de su amiga era totalmente distinta (el vestuario de combate de Mature). -¡¡¡Gyaaaaaaaaaa!!!- gritó Mature mientras se abalanzaba sobre su amiga.....
-Apresúrate -Ya voy Dos mujeres hablaban mientras salían de un bar de mala fama. El aire del exterior estaba frío, creando un desagradable contraste con la temperatura de sus cuerpos. La Luna enviaba una suave luz hacia la Tierra, acompañada por las estrellas. Aquella hermosa visión nocturna no era importante, pero valía la pena observarla unos momentos. -¿Qué haces, Mature? -Contemplo el cielo nocturno. Sabes, estos paisajes estelares me inspiran. -Deja de parlotear y sigue caminando, ya estamos atrasadas. Mature y Vice continuaron su camino. La ciudad estaba durmiendo, permitiéndoles hacer lo que ellas quisieran, pero el tiempo del que disponían se los prohibía. Su reunión con aquel extraño hombre prometía ser interesante. -¿Recuerdas donde es, Mature? -Estamos a 3 calles de distancia, así que hay que darnos prisa. De pronto un borracho salió del interior de una botillería, cargando sus cervezas. Un leve tropiezo por parte del hombre hizo derramar una botella sobre el abrigo de Vice. -¡¡Fíjate lo que estás haciendo, borracho asqueroso!! -Ya déjalo, Vice. El pobre idiota está borracho y no lo hizo intencional -Sssí, escucha a la señora, mi mi mi linda- dijo el hombre antes de estallar en una extraña mezcla de risa y llanto. -No me toques- susurró Vice, antes de darle una bofetada en la cara. -Deja de perder tu tiempo, ya larguémonos de aquí. Vice asintió con la cabeza, después de golpear al borracho con sus largas piernas en la sien.
Ya solo les faltaba una calle para su reunión con aquel hombre pero debían haber llegado hace más de 30 minutos. "Si Vice no hubiera empezado a discutir con esa prostituta ya habríamos llegado" pensó Mature mientras observaba detenidamente a su compañera.
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-¿Es aquí?- preguntó Vice mientras encendía un cigarro. -Sí. Dijo que cuando llegáramos debíamos patear la puerta. -Que extraño es este sujeto. Mature le dio una patada a la puerta bastante suave, y esta se abrió lentamente. Una voz rasposa y madura (y por qué no decirlo, provocadora para estas dos mujeres), dijo "Suban". Vice no titubeó y subió rápidamente, mientras Mature la seguía, provocando un gran ruido con sus tacos sobre la escalera de madera. El umbral de la puerta tenía la figura de una serpiente, y sobre esta las palabras "Yamatano no Orochi" estaban dibujadas con una caligrafía perfecta. -¿Yamatano no Orochi?- preguntó Mature extrañada. -Será algún monstruo mitológico o tal vez un.... -¡¡Entren de una vez!!- la estruendosa voz de un hombre terminó con el diálogo. -Date prisa, Vice, este sujeto está de mal humor. Entraron a una habitación alumbrada débilmente por una antorcha. El ambiente parecía estar pesado. Tres enormes sillas estaban puestas alrededor de una mesa de cristal, aparentemente una de las sillas estaba ocupada. Aunque la habitación tenía solo una ventana (cerrada) corría una leve brisa. -Entren de una vez mis queridas amigas. -¿Quién eres?- dijo Vice de forma altanera, ya que este trato "amistoso" no le gustó para nada. -Un hombre muy importante y poderoso, que las conoce a ustedes mejor que sus madres, que en paz descansen ambas- dijo el hombre de forma arrogante. -¿Qué quieres de nosotras?- preguntó Mature tratando de adivinar sus intenciones. -¿Qué es esto, un interrogatorio? Yo las mandé llamar, ustedes vinieron, fin de la historia. -Entonces nos vamos- susurró Vice. Vice no alcanzó a dar un paso cuando una violenta ráfaga cerró la puerta y casi la derriba. -¡Ustedes no se van hasta que yo lo diga! -Tú no eres nadie para mandarnos- exclamó Mature mientras preparaba sus afiladas uñas para atacar -Estás en un grave error- dijo el hombre y repentinamente una luz surgió de sus ojos y una fría ventisca comenzó en la habitación y los muebles volaban como si de un tornado se tratase. -¡Cuidado!- gritó Mature, pero ya era muy tarde, pues la mesa de centro golpeó a Vice en la nuca, provocándole muchos cortes. -Agh- exclamó Vice antes de ser golpeada por una estatua de una serpiente de 8 cabezas. -¿Ves lo que le pasó a tu amiga por ser tan irrespetuosa?-habló el hombre con un tono amenazador y una voz casi de ultratumba -Ahora te toca a ti -¡Eso nunca!- Mature saltó hacia el hombre con su rapidez felina y comenzó a arañarle la cara. El hombre sangraba mucho, pero no daba señales de que sintiera dolor. -Tú no eres nadie, estúpida- dijo el hombre con una calma que daba escalofríos. -Mi nombre es Goenitz y soy el enviado de Orochi, ahora quítate de encima o te va a ir mal. Mature se levantó lentamente, se acercó a Vice y le lanzó a Goenitz una mirada de odio. -Yo no quise hacerlo, en serio, pero no me dejó otra opción- la luz en los ojos de Goenitz cesó, y una lámpara que colgaba del techo se encendió. -Ahora, empecemos de nuevo. Yo soy Goenitz, uno de los 4 reyes celestiales de Orochi, que viene a liberar a este dios. -¿Qué es Orochi? -Es un dios, que viene a liberar al mundo de esta patética raza humana -¿Y que acaso tú no eres un humano? -Soy lo que se conoce como un humano semi-dios. Al igual que tú y esa mujer. En el mundo hay muchas personas así, pero no todas son dignas del dios Orochi. Tú sí lo eres. -¿Cómo lo sabes?- preguntó Mature, más calmada al comprobar que Vice estaba abriendo los ojos. -Por tu sangre. Son 8 las personas que poseen esta sangre digna, además de su descendencia. -Supongo que no quieres que nos reproduzcamos contigo, monstruo- dijo Mature de forma algo pícara. -Si eso llegara a pasar, que así sea- respondió Goenitz con una mirada que estremecía por su malicia. -Ahora basta de juegos. Ustedes me van a ayudar a liberar a Orochi cumpliendo unos trabajitos que les asignaré. -¿Perdón? ¿Escuché bien? ¿Nosotras cumplir órdenes tuyas?- interrumpe Mature al estilo de Vice. -Pues si no quieren me veré en la triste obligación de terminar con sus vidas- amenazó Goenitz subiendo el tono de su voz con cada palabra. -Mira "peliteñido", nosotras no vamos a acatar órdenes tuyas. Nosotras tenemos nuestras propias vidas y no te las daremos a ti, anormal.- exclamó la rubia mientras se ponía de pie y volvía a preparar sus uñas como garras. -Levántate- susurró Goenitz y Vice se levantó silenciosamente, como si nada hubiera pasado -si quieren pelea eso tendrán- dijo y se puso en posición de combate. -Momento, aquí nunca podremos combatir de forma cómoda- interrumpió Vice con una sonrisa malévola. -Tendrás que llevarnos a otro lugar. -Como quieran- Goenitz movió su mano y un huracán elevó suavemente a las dos mujeres. Las sacó por la ventana y las dejó en una cancha de baloncesto. Luego apareció ahí de forma misteriosa. -Prepárense. Goenitz saltó sobre las dos mujeres, pero estas lo esquivaron rápidamente. Mature corrió hacia él y lo pateó en la cara, pero Goenitz se quedó intacto. Vice lo golpeó en el estómago con su codo, sacándole el aire. Este golpe hizo que Goenitz comenzara a pelear en serio y ejecutó un Wanpyuu Tokobuse (uno de sus huracanes), golpeándolas a ambas. Vice se recuperó y ejecutó una serie de patadas que luego conoceremos como Outrage. Goenitz esquivó fácilmente estas patadas, pero no vio nunca el Death Row de Mature (que ella estaba recién creando). Las dos mujeres golpearon a Goenitz al unísono en las piernas, derribándolo. -Pelean bastante bien, pero no tienen un estilo profesional- declaró Goenitz intentando levantarse. -Si vienen conmigo yo podré enseñarles a pelear, mis lindas muñecas. Las mujeres detuvieron los ataques y se miraron una a otra. No sabían si confiar en Goenitz o no. Tal vez era lo mejor para ellas, tal vez podría ser algo perjudicial, pero no tenían demasiadas opciones. -¿Qué dicen? -Momento- dijo Mature. -¿Qué opinas, Vice?- susurró -No lo sé, este sujeto no se ve muy confiable, pero es lo mejor si queremos desarrollar nuestras habilidades, Mature. -Desde ese punto de vista parece ser lo mejor, pero tiene una apariencia traicionera. -Me da la impresión que si no aceptamos de todas formas nos va a matar, así que prefiero aceptar su oferta. -¿Qué dicen, mis muñecas de porcelana? -Aceptamos- dijeron a coro -Magnífico- exclamó Goenitz y un fulgor azulado le iluminó los ojos. -Iré a visitarlas en un par de días, así que no bajen nunca la guardia. Hasta luego, preciosas- una brisa sopló y Goenitz desapareció sin dejar rastro. -¿Qué diablos fue eso?- exclamó Vice mirando al cielo, con la esperanza de ver a Goenitz volando. -Nuestro nuevo jefe, Vice. Vayámonos de una buena vez. Se me antoja un ron. -De acuerdo, pero tú invitas.
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-¿Qué quieren las señoritas?- se acercó un hombre joven y de apariencia provocadora. -Yo quiero tomar un ron. ¿Y tú Vice? -Me conformo con una copa de vino. -De inmediato, lindas- "Esta es mi noche" pensó el hombre mientras ordenaba los tragos. -Aquí vengo, hermosas. -Gracias- Mature y Vice no tenían muchas intenciones en mente con ese hombre, pero sí podrían "entretenerse" un rato con él. -¿Quieren algo más?- Vice miró lascivamente al hombre, luego le dirigió una mirada a Mature y le guiñó el ojo. -Vamos para afuera- y abrió un poco su chaqueta para hacer más visible el escote de su polera (playera, remera, etc). -Me voy a divertir un poco- exclamó el hombre con una sonrisa, sin sospechar las verdaderas intenciones de las mujeres. Vice se sacó la chaqueta, mientras Mature se soltaba el cabello. Vice miró al hombre y le hizo una seña para que esperara su turno. Mature se acercó a Vice y la besó lentamente, mientras el hombre las miraba con los ojos como plato. Vice acarició suavemente a Mature, para corresponder su beso. El hombre se acercó a ellas y comenzó a desvestirse. Pero Mature lo alejó inmediatamente. -Ya vamos, es mi turno- dijo el hombre sin salir de su asombro. -Espera- gimió Vice mientras Mature besaba su cuello. -¿Ya es el momento, Vice?- le susurró al oído aparentando un beso. -Sí- dijo fríamente Vice y luego comenzó a sacarse la polera, quedando solo con su sostén (brasier [creo q' se escribe así :P] -Mi turno- dijo suavemente el hombre mientras se desvestía. -Momento- frenó Mature mientras imitaba a su compañera. -Ahora sí- Pero en vez de acercarse al hombre para acariciarlo, Mature lo golpeó en la sien. -¡Para que aprendas!- Mature siguió conectando una brutal paliza al hombre, hasta casi dejarlo muerto. -Déjame terminarlo- Vice miró al hombre y le sonrió, le mandó un beso y comenzó a azotarlo contra el piso, hasta romperle la espalda. -Pe...pe...perr....as- y el hombre expiró. -Mature y Vice y la boca te queda donde mismo- Vice volvió a azotar el cadáver. -Ya vamos adentro, todavía no tomamos los tragos que nos compró ese idiota.
Volvieron adentro y observaron a una pareja joven que las observaba de manera muy poco disimulada. La mujer tenía el cabello morado oscuro y el hombre de un color blanco opaco. Mature notó que ambos tenían el mismo tatuaje en el brazo izquierdo, algo que parecía un sol. La mujer las miró y el bar se iluminó con una luz cegadora, que duró no más de una milésima de segundo. El hombre dirigió también su mirada y la tierra se estremeció durante un par de segundos, pero en ese bar todos estaban tan ebrios que no se dieron cuenta, salvo nuestras protagonistas. -¿Sentiste eso?- dijo Mature con un hilo de voz. -Sí, ¿qué habrá sido? -No lo sé, pero creo que viene de esa pareja de ahí- Vice miró, pero no había ninguna pareja en la mesa. -Creo que estás demasiado paranoica, Mature- Vice tomó de la mano a su amiga mientras se dirigía a una mesa vacía. -Vice, me quiero ir- Mature seguía paranoica y asustada. -¿De qué hablas? si estamos recién divirtiéndonos, Mature -No, tú no entiendes, me quiero ir ahora- Mature palideció. Algo extraño le pasaba y necesitaba salir de ese bar a como de lugar. -¿Qué te pasa? -No lo sé, pero quiero irme- Mature sonaba desesperada, y un aura fría la rodeaba. -Está bien, vamos. Las mujeres no llevaban ni un metro de la salida cuando Mature comenzó a toser y a botar sangre por la boca. -¿¡Qué pasa amiga?!- Vice sonaba asustada, su amiga destacaba por su buena salud y nunca la había visto así. Un grito desgarrador de Mature hizo retroceder a Vice. Su amiga tenía una apariencia de miedo: su piel estaba gris, su cabello pasó de su habitual tono rubio a un color azul opaco y la sangre se deslizaba lentamente por sus labios, ahora negros. -¿Qué qué te pasa?- tartamudeó Vice mientras Mature se acercaba amenazadoramente hacia ella. Vice notó que la ropa de su amiga era totalmente distinta (el vestuario de combate de Mature). -¡¡¡Gyaaaaaaaaaa!!!- gritó Mature mientras se abalanzaba sobre su amiga.....
