Un nuevo adiós.
Repentino, por tanto inesperado; amable, dulce, apasionado pero tranquilo; nostálgico y añorado.
Tanto tiempo para volver a verlo y ahora que lo hacía no podía más que estar feliz; así, atrapada entre dos brazos fuertes, condenada a estar atada a él desde el principio, así, entregándose gentilmente a un beso que iba más allá de lo increíble. Totalmente abrumador, totalmente suyo.
Inoue Orihime era feliz, tan feliz como lo puede estar una chica que se reencuentra con un viejo amor, con su verdadero amor, porque ya había amado, ya había conocido el dolor de perderlo. Pero a su vez aquellas heridas infringidas por sí misma, sanaban a una velocidad increíble a la luz de esos ojos verdes. Y permanecer así era un lujo que pensaba explotar con tierna malicia.
El frio de sus palabras extrapoladas con su forma tan apasionada de tocarla, aquel rostro inexpresivo cambiando a una paleta de emociones. Ella podía atreverse a decir que tenía suerte, podía atreverse a decir que era feliz.
Se separó de él lo suficiente para verlo a los ojos, sonriéndole, intentando ser para él, lo que él era para ella, la distancia se esfumó en un abrazo cálido. Era de nuevo una despedida pero definitivamente no era como la ultima vez, en la que su corazón se rompió al creer que ya no existía más; esta vez, ambos tenían cosas que hacer, sin dañarse mutuamente, buscando un equilibrio entre ambos mundos, se volverían a ver y entonces, ya no habría despedida.
- Te amo, Ulquiorra
Él la miró antes de marcharse y con eso basto, no tenía que hablar para decirle cuanto la amaba, su mirada lo sabía todo y lo decía todo.
Volvería.
Aun conservo la esperanza del regreso de Ulquiorra...aunque cada vez veo la posibilidad más y más lejana TT
Espero les guste.
