Los personajes de Naruto pertenecen a Masashi Kishimoto

El Último Curso

Prólogo

Era 20 de Septiembre, el curso escolar estaba a punto de comenzar. El verano había sido caluroso, demasiado, pero aun así, como es obvio, prácticamente todos los estudiantes lo iban a echar de menos.

En Konoha, la capital del País del Fuego, muchos alumnos se enfrentaran al decimosegundo grado, el último curso antes de la Universidad.

En concreto, una joven chica de 17 años se está preparando para su primer día de curso con mucho más nerviosismo de lo habitual. Hace poco cerraron su instituto por un escándalo de corrupción con su director y todos los alumnos han tenido que ser reasignados en nuevos centros, y pensar en sus nuevos compañeros le daba un poco de pereza y pánico. Nunca se le había dado bien hacer amigos. Por fortuna, otros dos de sus compañeros antiguos iban a ir al mismo instituto que ella.

Estaba terminando de vestirse, tenía el pelo de un extraño color rosa y los ojos de un color verde bastante bonito. Llevaba el pelo más o menos corto, a la altura de los hombros. Eran las 07:30 de la mañana y ya estaba tomando los últimos preparativos para marchar a clase, su nuevo instituto estaba 15 minutos más lejos que el anterior, salir más temprano que de costumbre se le hacía raro.

Cuando hubo terminado de ponerse las zapatillas salió de su cuarto. Su hermano pequeño la estaba esperando. También iba al mismo instituto, y también había sido reasignado al mismo que Sakura. Empezaba a cursar noveno grado, tenía 14 años. Él había heredado el pelo rubio de su madre.

- ¿Estas ya listo Satoshi? – Preguntó Sakura a su hermano, captando su atención.
- Te estaba esperando, como te gusta llegar tarde. – Se burló su hermano haciéndola rabiar un poco.
- ¿Nos vamos? – Sakura solo quería dar por terminada la conversación y no acabar peleándose con el ahora.

Ambos hermanos salieron de casa, vivían en un bloque de pisos en el centro de la ciudad, concretamente en el cuarto piso. Fueron hacia el ascensor.

- ¿Estas nervioso? – Preguntó la hermana con curiosidad.
- No. ¿Y tú? – Satoshi dejó a cuadros a Sakura con esa respuesta.
- Pues… un poco la verdad. – Reconoció con un poco de vergüenza.
- Ay… - Suspiró. – Como una niña pequeña. – Satoshi volvió a burlarse de su hermana.

Cuando el ascensor llegó a la planta baja Satoshi se estaba sobando el brazo donde Sakura le había retorcido por burlarse de ella. Luego fueron hacia el nuevo instituto siguiendo las indicaciones que habían conseguido en Google Maps.

En poco más de veinte minutos llegaron. El edificio era bastante grande, con la fachada de color blanca. Era el típico instituto rodeado por un pequeño muro de casi dos metros de alto, y con una sola puerta de entrada que daba primero al patio y después ya el edificio. Era mucho más grande que su antiguo instituto.

La zona de fuera era enorme, tenía pista de tenis, de baseball, de futbol y de baloncesto. Sakura pensó que las clases de Educación Física seguramente serían mucho más divertidas aquí. La pelirrosa empezó a agobiarse un poco con tantas caras nuevas.

- ¡Sakura! – Le llamó por detrás una voz conocida.

Se giró ante la llamada, y se puso muy contenta al ver a su mejor amiga corriendo hacia ella. Era rubia, y tenía el pelo muy largo recogido con una coleta. Sus ojos eran azules.

- Hola Ino. – Contestó ella muy entusiasmada.

Detrás de ella venia caminando con más calma un chico moreno, con el pelo corto y la piel muy pálida. El vestía con ropa totalmente negra.

- Buenos días Sakura. – Le dijo con una sonrisa un poco fingida.
- Buenos días. – Respondió Sakura contenta también por ver a su amigo.
- Vamos Sai. ¡No seas tan soso! – Le reprendió Ino, la rubia.

Los tres amigos se pusieron al día, habían estado casi todo el verano con muy poco contacto ya que Ino se fue de vacaciones a otro país y Sai se apuntó a un campamento de verano de temática artista. Satoshi los había ignorado y se había metido directamente hacia el edificio, hacia su clase.

Al minuto ellos hicieron lo mismo y fueron para su clase, estaba en el último piso. Había tres grupos para cada curso, y ellos estaban todos en el mismo, el grupo B. No era casualidad, seguramente la directora lo habría hecho así para que no se sintieran demasiado fuera de lugar.

Cuando llegaron al aula vieron que no había casi nadie, la gente apuró la hora de entrada en el patio. Pero ellos no quisieron jugársela a llegar tarde el primer día por supuesto. Todas las mesas estaban separadas, pero aun así decidieron sentarse más o menos juntos. Se pusieron en el centro, en un lateral.

Sakura se puso en una mesa pegada a la ventana que daba al patio, Ino detrás de ella y Sai a su lado. Así se tendrían más o menos cerca. Estuvieron un poco más contando como había ido todo, Sakura pensó que el verano de sus amigos había sido mucho más divertido que el suyo, aunque tampoco es que pudiese quejarse.

Poco a poco comenzaron a entrar el resto de compañeros, se quedaron un poco en silencio observando a la gente que iba llegando, para ver cómo iban a ser sus compañeros. Iban llegando en grupos y el aula ya estaba prácticamente llena.

- Pues somos unos cuantos. – Bromeó Ino.
- Demasiados… - Se quejó Sai medio deprimido.

La puerta del aula se abrió una última vez, por la hora que era ya todos pensaban que sería el profesor. Pero resultó ser un último alumno que había llegado dos minutos tarde, y por fortuna para el profesor había tardado más.

Por algún motivo, llamó la atención de la pelirrosa. Era un chico rubio, con el pelo algo despeinado. Tenía los ojos azules y era bastante alto. Llevaba unos tejanos azul oscuro y una camiseta negra. No pudo evitar reconocer que era bastante guapo. Sakura se fijó a su alrededor y vio que no era la única que lo estaba mirando, su compañera Ino también se había fijado en él.

El chico sonrió, y después alzó su mano en forma de saludo hacia tres chicos que debían de ser su grupo de amigos. Sakura se fijó que tenía un dibujo en la palma de la mano derecha, en realidad parecía un tatuaje, se le hizo extraño para un chico de 17 años. Era una circunferencia perfecta tatuada en negro.

Un segundo hombre entró detrás de él, iba mucho más arreglado y tenía el pelo de color gris, casi blanquecino. Parecía tener cerca de treinta años, parecía molesto por culpa del chico que le bloqueaba el paso.

- ¿No te sientas Naruto? – Le dijo por detrás, asustándolo un poco. Sakura pensó que debía ser el profesor.
- Lo siento Kakashi-Sensei. – Respondió el chico rascándose la nuca. Después de la respuesta, ella ya había confirmado que era el profesor.

Sakura observó como el chico rubio se sentó en la penúltima fila, con sus amigos. El profesor fue hacia la pizarra y cuando ya estaba al lado de su mesa, se giró mirando a todos sus alumnos.

- Bienvenidos a vuestro último curso. – Anunció el profesor sonriendo.

CONTINUARA…


Voy a escribir esta historia con cierta peculiaridad, a pesar de estar narrado en tercera persona y en pasado no estoy utilizando un "narrador omnisciente". En el prólogo todo ha sido visto desde el punto de vista de Sakura y durante el capítulo solo hemos visto los pensamientos de Sakura, lo que ella ha escuchado y/o visto. Y pienso ir alternando esto entre Naruto y Sakura a cada capítulo, así que el siguiente será desde el punto de vista de Naruto.

Dicho esto, aclarar que nunca escribiré nada que no haya sido escuchado, pensado, visto o deducido por Sakura en los capítulos impares o Naruto en los capítulos pares. Se me hace un poco extraño escribir así pero por ahora me esta resultando divertido.

De momento no estoy pensando en ninguna otra pareja para la historia, pero tampoco estoy cerrado en banda a incluir alguna mas así que también estoy dispuesto a escuchar sugerencias para una segunda o tercera pareja secundaria en la historia.

Espero que os haya gustado el prólogo, que ha sido un poco lento para introducir un poco la historia. Intentaré subir dos o tres capítulos semanales pero no prometo nada tampoco, pero trataré de ceñirme a eso.