NOTA IMPORTANTE: Este ff está marcado como completo, pero su secuela, Enemy, probablemente nunca sea escrita/publicada. Si deseas continuar, ten en cuenta que este ff termina donde empieza, pero el arco de la historia no está terminada.


Crepúsculo, personajes, nombres y distintivos relacionados son marcas registradas de Summit Entertainment Inc. Todos los derechos editoriales y de autor son de Stephenie Meyer.


• Regret •


Olisqueó el aire. Una fragancia muy dulce llegó hasta a él, instándolo a avanzar hacia ella. Dio unos cuantos pasos hacia adelante, agazapado y con los ojos entrecerrados, concentrados en encontrar la fuente de aquel aroma. Luego, se dio cuenta de lo que estaba haciendo.

Después de separarse de Bree, se había dedicado a recorrer el mundo. No era como si tuviera un mapa ni nada parecido, guiándole en su camino. No necesitaba la visión humana del planeta para encontrar –o perder- un lugar. Su cabeza sólo tomaba en cuenta el norte, el sur, el este y el oeste. Sólo necesitaba eso y su don. Y ahora, aquel delicioso olor llegaba a sus fosas nasales y le hacía olvidar que debía asegurarse de tener su escudo de repulsión activo. Dudó unos segundos, pero se permitió dejar la mente en blanco y dejarse guiar por sus instintos.

Avanzó entre la espesura, sigilosamente. Desechó la idea de trepar los árboles, ya que el más mínimo movimiento haría caer una capa de nieve y aquello podría ser suficiente para aterrar al dueño de la fragancia. Incrementó la velocidad, sin dejar de ser cauteloso. El rastro se hizo más fuerte y continuó, ansioso. Llegó a un claro y allí encontró lo que estaba buscando.

Era una niña, sonriente, que jugaba con otro humano, un adulto. Sacó la conclusión de que debían tener alguna clase de parentesco, pues los mismos rizos adornaban sus dos cabezas. La pequeña era pálida, con la piel de marfil, como los de su clase; pero sus mejillas estaban rosadas y contrastaban contra el tono claro de su rostro. Sangre corría por las venas de aquella niña, a un ritmo mucho más acelerado que el adecuado para una cría sana. Y era el aroma que despedía aquella sangre acumulada en sus mejillas la que lo había atraído.

Y lo más asombroso, era que no tenía sed.

Quiso enfocar más sus ojos para distinguir mejor los rasgos de la niña poco humana, pero una oleada desagradable lo golpeó.

Echó una ojeada alarmada a su alrededor, con su visión un tanto perturbada por la repugnancia que le provocaba aquel rastro, tan diferente al anterior. Clavó su vista en la pequeña niña, como esperando que notara lo mismo que él. Pero lo único que encontró en su rostro agraciado fue una sonrisa radiante ante la llegada de alguien más.

Un gruñido involuntario se escapó de su boca.

Hombre lobo.

Su esencia lo golpeó otra vez. Lucía como un humano, pero él sabía que ese muchacho no lo era. Sus dientes se cerraron de un golpe, bastante sonoro. Sentía la impertinente ansia de atacarle. Soltó otro gruñido, perfectamente audible. El hombre lobo lo oyó sin lugar a dudas. Y la anatomía del chico moreno cambio de un segundo a otro, quedando cubierto de pelo y enseñando los dientes a la penumbra en la que se encontraba, incapaz de encontrarle.

Pero Fred podía encontrarlo a él.


Edward volteó a mirara Alice. La imagen que estaba en la mente de su hermana se proyectó en la suya propia. Al instante, reconoció al vampiro en la visión de su hermana.

Sean amables con él.


(PUBLISHED: 06/07/2010)

(EDIT: 25/10/2012)