Las rosas son como perlas preciosas. Muestran gran hermosura y divinidad, pero a diferencia de aquellas las rosas son libres: pueden sentir la brisa y dejarse llevar hasta respirar el aroma de una tarde de primavera, florecer hasta que sus pétalos no puedan más y disfrutar cada noche de las estrellas mientras se bañan en el roció nocturno. Tantos colores, tantos aromas hermosos, todo de una rosa... ¿Pero qué rosa prefieres?

Esa era la pregunta que retumbaba en la cabeza de la princesa Alison desde aquella mañana, ¿Qué rosa prefieres? La pregunta que uno de sus pretendientes había formulado esa tarde la tenia pensativa, siquiera ella sabía que rosa prefería.

Se paseaba por su extenso jardín rumbo a los rosales que su madre había hecho plantar hacia ya varios años. El lugar se acercaba, ya desde su paradero se ponía divisar los múltiples colores de los rosales que al combinarse daban un efecto de un hermosa pintura abstracta. Cuanto más se acercaba los rosales iban tomando forma, aclarándose, se ponía ya se podía diferenciar de una rosa color rosa pálido a las color coral. Su forma iba tomando relieve y se podían ver desde rosas abiertas hasta hermosos pimpollos listos por florecer.

Al llegar de deslizó por los rosales admirando poco a poco su belleza, y luego se puso a examinarlos. Se acerco primero a un rosal Amarillo.

- Oh, son hermosas – Dijo – Pero hay algo en ellas que falla. Mi rosa tiene que demostrar amor y esta no lo hace. Esta rosa es como muy poco. Da ternura, compasión, es como amistad. Exacto, no es amor es amistad.

Luego se dirigió al Rosal Rosa.

- Me gustan – Se dijo – pero no es tan amor, esto es cariño. Es lo que yo le daría a mi madre, a mi hermana, a mi hija. No, no es amor es cariño.

Caminó hasta el rosal Blanco.

- Es casi tan hermosa como lo que busco – Susurró para sí misma - Pero es demasiado pálida, muy clara, muy pura. El blanco no es lo que busco. No, no es amor es pureza.

Se acerco a las rosas azules.

-Se ven tan preciosas – Habló – pero no creo que sea lo que busco. Esta rosa no me da lo que busco. Me da sensación de milagro, de algo nuevo, de esperanza. No, no es amor es esperanza.

Por fin se acercó a la rosa roja.

- Es perfecta - Se dijo – Es tan romántica. Es como las rosas que en las novelas hacen vibrar a las damas que las reciben. Es tan hermosa, me hace sentir enamorada. Me hace sentir amor. Esta es la rosa que busco. Esta es mi rosa predilecta.

Dicho esto volvió a su palacio. Entró al gran hall donde allí un joven con una rosa roja en sus manos. Él caballero era rubio, y Alison podía ver en su rostro unos hermosos ojos celestes que la miraban con un brillo especial. El joven era todo lo que ella esperaba de un muchacho y además traía su rosa favorita. Alison se acerco lentamente al muchacho y el le entrego la rosa.

-Es para ti – Dijo el joven caballerosamente.

- Gracias, es mi favorita – Dijo ella con una gran sonrisa en el rostro.

- Sabia que te gustaría- Dijo el. Al examinar su rostro ella logró darse cuenta de que aquel joven que la esperaba con la rosa era el mismo que había formulado la pregunta esa mañana. Luego de una charla el joven se fue y Alison se sentó allí a juguetear con la hermosa flor que había sido el presente de su caballero. Suspiro y por fin dijo.

- Si, esto es amor...