Muy muy cortito porque, jo cómo me han dejado al niño, eso no se hace y ¡porras eso no se hace!
Al hilo de la serie y post 9x13, por si alguien no lo ha visto y prefiere esperar a verlo.
Repito ¡Eso no se hace!, y no estoy cabreada, ni furiosa sólo...
Muy cortito, muy sentido y muy incoherente lo se, pero es lo que me ha salido y tenía que contarlo.
Disclaimer: los niños no me pertenecen, la serie tampoco pero si tiene la culpa de mi estado emocional en este momento... ¡Ay mi niño!
Punto de Ruptura
Sam tenía razón, no quería estar solo, no podía estar solo. Porque estar solo era lo mismo que no existir. Como dijo Azazel aquella vez que debió matarle, su familia jamás le había necesitado como los necesitaba él.
Era duro darse cuenta, y aún más duro saber que volvería a hacer lo mismo, incluso ahora, con todo lo que acarreaba descubrir que ya no importaba a nadie, porque no podría hacer otra cosa.
No había aprendido nada, ni cuando estuvo en aquel mundo de mierda al que le envió Zacarías, ni cuando tomó el lugar de la muerte, daba igual. Puede que los ángeles fueran seres cuadriculados e inflexibles, él lo era más.
¿Por qué si no permanecía en esa cocina? Incapaz de rebelarse o de reaccionar.
Debería marcharse, lejos, dónde Sam no tuviera que soportar el verle y recordar cómo lo había jodido todo. Pero esa no era la solución porque a la larga acabaría buscándolo como la mala hierba busca cualquier recoveco dónde haya agua. No podía irse.
Quizás había llegado ya el momento de rendirse, porque ¿qué sentido tenía seguir luchando cuando todo estaba perdido? Al menos descansaría, podría descansar por fin. ¿Qué importancia tenía que vengara o no a Kevin? ¿Qué importancia tenía matar o no a Abadón? ¿Iba a servir para algo?
Siempre habría otro Kevin cuya muerte le retorciera el estómago, siempre habría un demonio, un monstruo más fuerte que el anterior, imposible de matar. Lo que ya no habría era un lugar dónde regresar o alguien en quien sustentarse para continuar. Ya no había motivo para continuar.
Definitivamente, había llegado el momento de rendirse.
