Disclaimer: Todos los lugares y personajes conocidos pertenecen a J K Rowling.
Nota: Respuesta a pedido "La batalla de Hogwarts vista desde el POV de Minerva McGonagall".
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Sabía que ese momento iba a llegar, pero aún así, las rocas cayendo, los gritos, cada cuerpo del que debía apartar la mirada, le parecía demasiado.
Décadas de su vida entre esas paredes que ahora se derrumbaban sobre ella, sin darle tiempo para pestañear o derramar una lágrima; su labor era defender, resistir.
Muchachos que alguna vez fueron niños, a quienes en su época de estudiantes debió tantas veces llamar al orden, y a quienes ahora se veía en la desesperada necesidad de enviar a una posible muerte.
No se engañaba, sabía que cada uno de ellos estaba allí por su profundo amor a Hogwarts, que no era su culpa, pero aún así… ¿qué no era ella lo más parecido a una madre que tenían en la escuela? ¿No era su más importante labor velar por su seguridad?
Y no contaba con un solo segundo para lamentarse, el dolor se mezclaba con la indignación, la impotencia de ver su hogar destruido, a sus niños caídos, y tanto horror que superaba lo inimaginable.
Nunca, como en ese momento, Minerva McGonagall se sintió más dispuesta a luchar.
Recurrió a las fuerzas de su juventud, al recuerdo de otras batallas, y varita en mano, decidida, se enfrentó al mal.
Y en cada alumno que lograba apartar de una maldición, que apenas si lograba articular un "gracias, profesora" al vuelo, antes de enfrascarse en otra pelea, veía los rostros de los caídos.
Entonces, apretaba los dientes, y tal como había hecho muchas veces ya en su vida, continuaba.
Ya habría tiempo para llorar, culparse, velar…
Ahora, el corazón le decía que mientras hubiera una sola piedra en pie y un estudiante estuviera dispuesto a pelear a su lado, Hogwarts plantaría cara.
