Shaman King, ni sus personajes me pertenecen. Aunque eso ya todos lo saben xD
Primer capítulo.
Ya habían pasado cinco días desde que empezamos este viaje…
- Había seguido adelante con la idea de que las cosas se solucionarían sin importar lo que ocurriera, pero en la última ocasión no pude hacer nada para solucionar las cosas, un poco más y estuve a punto de perderlo todo, mis sueños, a mi amigo y hasta mi propia vida, es por eso que lo mejor es…
Esas fueron las últimas palabras que me dijo antes de marcharnos a Izumo, viajamos todo un día e Yoh todavía no recuperaba el buen ánimo, al llegar a Izumo nos encontramos con su abuelo…
- Jamás esperé que tú vinieras a pedirme que incremente tus poderes espiritistas. ¿Qué sucedió? – preguntó intrigado el abuelo de Yoh.
- Mi próximo oponente es sumamente poderoso, estoy seguro que en estas condiciones jamás lo venceré por eso…
- Ese es tu único motivo.
Yoh se tensó por unos segundos, seguramente ante el recuerdo. No, no era su único motivo, él no quería volver a ver a un amigo sufrir de esa manera por culpa de su debilidad, eso fue lo que lo animó a venir a entrenar a Izumo.
- Existe un entrenamiento, con el cual puedes incrementar tu poder en poco tiempo, pero necesitas una preparación especial.
- Lo sé.
- Este entrenamiento es muy diferente a todos los que has hecho, si llegaras a fracasar lo más probable es que pierdas la vida, ¡estás preparado para morir Yoh!
¡Morir!
- Seré sincero, el entrenamiento es tan pesado que preferirás la muerte sencilla, aún así piensas continuar con este reto Yoh.
- Quiero convertirme en Shaman King para vivir con grandes comodidades junto a los demás… ya verás que todo se resolverá – concluyó con una pequeña risa.
- Yoh – dije triste, no era el momento para decir que no nos preocupemos…
- Parece que has encontrado a alguien a quien quieres proteger – aseguró su abuelo.
- Así es.
- Pues bien, trata de purificarte en la cascada y venme a buscar cuando la luna aparezca en el oscuro cielo. Mi deber es guiarte al entrenamiento de la muerte – dijo el señor Yomei al salir de la habitación.
- Amo Yoh – exclamó Amidamaru preocupado.
-Ya verás que todo saldrá bien – lo animó.
- Pero Yoh – objeté consternada.
El se dio la vuelta para verme de frente y su típica sonrisa tonta se dibujo en el rostro
- No te preocupes, acompáñame a las cascadas Anna, debo estar listo para la noche - pero yo no soy estúpida, esa sonrisa era falsa y solo era para tranquilizarme. Aún así simplemente asentí y lo acompañé.
Mientras se desvestía, él me dio algunas indicaciones…
- Anna, por favor encárgate de cuidar a Amidamaru y a Harusame.
- Claro.
- Y encárgate de cualquier imprevisto mientras yo no esté aquí.
- Sí – dije sin más y él entró rápidamente a las aguas para purificarse.
Tomé a Harusame entre mis brazos y Amidamaru se colocó a mi derecha. Las horas pasaron rápidamente, pero al mismo tiempo fueron insoportables, los pensamientos de inseguridad me estaban atormentando, yo confiaba en Yoh, confiaba en él, pero cuando su seguridad estaba en tal nivel de riesgo, no podía evitar sentirme insegura. No podría pasar el resto del entrenamiento así, tenía que encontrar una manera de saber si Yoh se encontraría bien, no podía mandar a ningún espíritu, porque este entrenamiento era espiritual, es decir que el riego también sería para el espíritu, eso descartaba totalmente el mandar a Amidamaru. Yoh jamás me lo perdonaría, pero… si no podía mandar a ningún espíritu la única opción que me quedaba era el Reishi. La señora Kino me regañaría, pero eso es lo que menos me importaba…
Yoh salió de la cascada e inmediatamente le pasé la toalla, él me miró con gratitud y nos dirigimos a las habitaciones para que se alistara.
- Yoh – dije insegura.
- Que sucede Anna.
- Pienso utilizar el Reishi.
- ¿Reishi? – Preguntó confundido mientras seguía caminando – ¿de qué estás hablando?
- Es que acaso olvidaste las habilidades que me hicieron maldita.
Al terminar la frase, él se paró en seco y lentamente se dio la vuelta para verme frente a frente.
- Pensé que ya no te atormentaba ese poder – dijo preocupado.
- Sí, pero aún puedo utilizarlo, Yoh… lo mejor será que esté al tanto de tu entrenamiento.
Su rostro se inquietó, pero luego sonrió amablemente.
- Anna, no hagas cosas de las que luego te arrepentirás – dijo tranquilamente mientras se daba la vuelta para seguir caminando - ese poder tuyo no es de fiar, si las cosas llegasen a salir mal… sólo te descontrolarás y no quiero que eso te suceda.
- Yoh…
- Vamos se hace tarde – concluyó y siguió su camino.
Se colocó su traje de batalla y nos dirigimos al rio donde se encontraba el señor Yomei con una balsa esperándonos. Navegamos por el rio a través de un risco, y pronto nos enfrentamos a la oscuridad de un gran agujero, era tenebroso y su oscuridad era imponente…
- Es el agujero de Yomi, se dice que es el agujero que conecta este mundo con el otro- dijo su abuelo mientras se detenía en las orillas - este agujero no está conectado con el mundo de los muertos, sólo encontraras un vereda estrecha, con siete días serán más que suficientes para que llegues a la salida.
Yoh lo miró confundido, por supuesto este no era un entrenamiento de vida o muerte.
- Veo que aún no logras comprender por qué debes estar preparado para la muerte en este entrenamiento. En el agujero Yomi no se oye ninguna clase de ruidos y tampoco es alcanzado por los rayos de luz, imagínate estar en un mundo completamente oscuro, donde no veas ni oigas nada, todos tus sentidos serán robados por la tinieblas, si vas a salir de esa cueva deberás incrementar tu poder espiritual, todo aquel que pueda salir intacto de la cueva Yomi quiere decir que es un ser con gran poder y dominio espiritual, te advierto que muchos Shamanes se han armado de valor para entrar a este agujero y solo unos cuantos han logrado salir con vida de este lugar, ¡¿Aún así piensas seguir con este entrenamiento Yoh Asakura?!
Yoh se paró y saltó fuera de la balsa.
-Amo Yoh – llamó Amidamaru.
-Si logro salir de este lugar nos reuniremos para comer algo delicioso ¿sí?
-Yoh – exclamé a punto de detenerlo.
- Ya verás que todo saldrá bien – dijo con una amable sonrisa y luego se dio la vuelta para adentrarse a aquel temible lugar.
Ya han pasado cinco días desde que Yoh entro ahí y no sé absolutamente nada de él, esto ya me estaba poniendo de muy mal humor.
- Señorita Anna – dijo Amidamaru.
- Cállate, voy a averiguar si el señor Yomei ya sabe algo.
Entre rápidamente a la habitación donde el abuelo de Yoh generalmente hacía sus adivinaciones…
- Señor Yomei – lo llamé al verlo – sabe algo de Yoh.
- No, Anna, ya te lo expliqué, el futuro cambia con las decisiones de las personas, y además no puedo mandar a mis espíritus a ver la situación en la que se encuentra Yoh, porque solamente haría que se extraviasen.
- Entiendo… creo que resolveré esto por mí misma – dije y me dispuse a salir de la habitación.
- ¿Qué piensas hacer?
- Yo soy la futura esposa del rey Shaman, yo me encargaré de esto, soy la única que puede hacer algo – y sin más salí de la habitación, pero esta vez en busca de Tamao.
Tenía que evitar usar el Reishi, porque había la posibilidad de que pierda el control, aunque eso no me había pasado en muchos años. Caminé rápidamente en busca de Tamao y luego mande a Amidamaru en busca de ella, pronto él regresó indicándome que ella se encontraba en el templo…
- Tamao, cuánto tiempo sin verte – la saludé.
- Señorita Anna – dijo sorprendida.
- Necesito que veas la fortuna de Yoh
Su rostro pronto se entristeció, eso era natural porque esta niña amaba a Yoh desde muy pequeña…
- El joven Yoh tomó una peligrosa decisión, desde entonces he estado intentado adivinar algo, pero Ponchi y Cochi no logran encontrar al joven Yoh.
- Entiendo – dije triste – gracias – dije y salí pronto de aquel lugar.
Ya estaba desesperada, no supe nada de Yoh en cinco largos días, ¿Y si Yoh se encontraba perdido? O ¿Si se encontraba herido?... Yo ya no podía seguir de esta manera, no podía seguir sin saber nada de él, si hubiera algo que pudiera hacer por él… yo no lo sabría…
- Esto es suficiente – dije indignada, me dirigí a los cuartos y me puse una Yukata, pronto me dirigí a las cascadas.
- Señorita Anna – dijo Amidamaru nervioso – ¿qué es lo que piensa hacer?
- Cállate Amidamaru, cuida de Harusame y solo observa - Dije decidida, y pronto me adentre en las aguas cristalinas.
- Esto tiene que ver con aquel poder que le mencionó al amo Yoh.
- Si – dije – ahora cállate.
- Pero señorita Anna, el joven Yoh dijo que no se preocupara.
Sí, eso lo sabía muy bien, pero tenía que cerciorarme y saber por mis propios medios, si Yoh se encontraba bien.
- Lo sé, pero en estos momentos no puedo quedarme sin hacer nada, Yoh es la persona más importante para mí – le expliqué con tristeza, y él se quedó callado.
Pronto me sumergí en la cascada y estuve ahí por unas largas horas intentando tranquilizar mi alma… y luego tomé la decisión…
- ¡Anulación! – dije y pronto sentí como se desataba ese poder sobre mí.
Salí de la cascada y rápidamente sentí el poder del Reishi…
"La señorita Anna acaba de salir, me pregunto qué sucedió"
- Reishi, es un poder que desarrollé desde pequeña – le expliqué, a lo qué él se sorprendió – es el poder que me permite leer la mente de las personas.
"Leer la mente" pensó asustado
- Así es.
- ¿Y por qué el joven Yoh quiso detenerla?
- El conoce perfectamente las terribles consecuencias que puede traer este poder, es asombroso, pero… se vuelve una maldición para el que la usa.
- ¿Por qué lo hiso señorita Anna?
- Tengo que saber Amidamaru, tengo que saber si Yoh sigue con vida… acompáñame.
Permanecí el resto del día y el siguiente caminando por los alrededores de la Cueva Yomi, pero no podía escuchar ningún pensamiento de parte de él, de hecho no podía escuchar nada dentro de esa cueva, era tan frustrante, ir tan lejos hasta desatar el Reishi y no conseguir ningún resultado. Sólo había dos posibilidades, la primera era que el poder de esta cueva era tan asombroso que ni siquiera mi Reishi lograba penetrarlo y la segunda posibilidad era que Yoh ya estaba muerto y yo no podía escuchar ningún pensamiento porque sencillamente no había ninguno…
Debía tranquilizarme, ahora que el Reishi había sido liberado, corría el peligro de crear a un Oni, y eso era algo no me podía permitir. Tranquilicé mi mente, pero por ahora no habían muchas posibilidades de que formara a un Oni, ya había crecido y mi mente ya no estaba perturbada, pero si llegase a recibir una mala noticia debía estar preparada…
- Amidamaru…- lo llamé a lo que él me prestó inmediatamente toda su atención - Si llegase a recibir una mala noticia, escaparás.
- ¿Escapar?- preguntó inquieto – los siento mucho señorita Anna, pero soy un Samurái y usted como prometida de mi Amo no puedo abandonarla, va en contra de mis principios.
- Es por eso que te lo digo, si algo malo llegase a ocurrir, tú huirás, es una orden.
- Pero puedo saber de qué tengo que huir.
- De mí – respondí sencillamente – si llegase a lastimarte Amidamaru es probable que nunca me lo perdone, no puedo volver a quitarle a Yoh alguien tan importante para él.
- Señorita Anna- "Por qué la señorita Anna me está diciendo estas cosas, cual es el secreto que guarda ese poder tan extraño, y qué relación tiene el Amo Yoh con todo esto"
- Algún día lo sabrás – le respondí – algún día seguramente Yoh te lo contará.
- Entiendo – dijo sin más y seguimos adelante.
Estábamos en plena primavera y la naturaleza vibraba con pura vida, las hojas de los arboles se mecían con la gentil brisa, las aves cantaban y jugaban en el cielo, y muchos animales corrían a mi alrededor. Estar aquí y contemplar esto me tranquilizaba, era la sensación de tranquilidad que tanto amaba Yoh, era la misma sensación de paz que portaba Yoh junto a su presencia.
"Del lado oeste una terrible desgracia asecha al Joven Yoh, un ser largo y otro pequeño" pesó alguien muy familiar.
"Tu misión es derrotarlos"
"No tienes otra opción más que luchar, a menos que quieras que tu preciado Yoh sufra"
"Claro que no, adelante"
"Logramos engañarla"
"Fue fácil convencerla y así podremos hacer ejercicio"
Que tonta es esta niña- pensé resignada- Tamao era muy inocente y es lo que no le permitía avanzar, ese ser largo y pequeño no son enemigos, son…
- Amidamaru, tenemos que darnos prisa.
Me dirigí a la puerta principal de inmediato y pude ver como Tamao estaba en total control de la situación, y a punto de lastimar a Manta.
- Yo he venido hasta este lugar para ver a Yoh, ¡así que no pienso marcharme de aquí! – declaró Manta.
- ¡Detente Tamao! – grité, antes que atacará.
- Esa vos es de…
- Señorita Anna – dijo nerviosa.
- Y Amidamaru está con ella – añadió Manta
- Parece que descubriste algo en tu lectura Tamao – comenté mientras buscaba con la mirada a esos dos espíritus.
- Sí, descubrí que estos dos sujetos le traerían desgracias al joven Yoh.
"Maldición la señorita Anna" pensó el zorro "Si se llegase a enterar de nuestra travesura, nos matará" pensó el otro animal.
- Ah… con que le traerán desgracias, el zorro y el mapache que están ahí, vengan con migo.
- Si señorita – dijeron los dos, acercándose hasta mis pies - se le ofrece algo. "Maldición, nos matará"
- Ponchi no se supone que tiene que decirme algo. "No hay manera de que nos haya descubierto"
- No, señorita, no tengo nada que decirle "Si no digo nada, ella no lo descubrirá"
- Ya veo, Cochi, pasa al frente.
El animal camino de rodillas hacia mí, y yo lo pise. Pronto el zorro y Tamao empezaron a gritar.
- ¡Ponchi! – lo presioné para que me diga la verdad mientras pisaba con más fuerza.
-Disculpe señorita Anna ¿qué hicieron? – preguntó Tamao.
- Pues ese ser diminuto y ese ser largo son los amigos de Yoh
- ¡Qué!
- Estos dos animales interfirieron con la lectura de la fortuna – le expliqué.
- Ni siquiera me di cuenta de sus intenciones – dijo deprimida.
- Aunque nunca imaginé que vendrían hasta aquí – dije está vez dirigiéndome a Manta.
- Es que no quería perder a mi único amigo – explicó.
- Espero que te haya quedado claro Manta- intenté prevenir - si quieres saber más sobre Yoh y sus familiares te involucraras en el peligroso mundo de los Shamanes. Sabes muy bien que podrías perder la vida como sucedió en aquella ocasión.
- Estoy preparado – dijo decidido, su determinación era clara también es su pensamientos, él quería tanto a Yoh que estaba dispuesto a ir tan lejos…
- Es el colmo – dije y me encaminé hacia la casa, dejando a Manta con Tamao, al estar más lejos pude sonreír, si Yoh salía con bien, estaría muy contento con la llegada de Manta.
Me fui a mi cuarto a encerrar, ahora que había más personas en casa me molestaba mucho estar cerca de ellos, sus pensamientos no eran malos del todo, pero todos tenían pensamientos sombríos y tristes por la preocupación hacía Yoh. Yo ya tenía suficiente tratando de controlar los míos, sencillamente no podía controlar los del resto. Traté de dormir pero casi a la media noche me desperté.
Si Yoh llegase a morir, yo… ¿Cómo reaccionaría?
Sacudí mi cabeza alejando ese pensamiento de mí, y me fui a los baños, tenía que despejar mi mente, no podía permitirme esa clase de pensamientos, no ahora que tenía al Reishi. Además yo siempre creí en Yoh ciegamente, él tiene un extraño poder que lo ayuda a vencer cualquier dificultad, seguramente ese poder lo ayudaría a salir con vida, ese poder lo haría volver a mí, tenía que tener fe en eso.
Rápidamente me di cuenta de la presencia de Manta y Tamao, ya era tarde por la noche y eso me llamó la atención, escuché sus pensamientos y me enteré de lo que estaban hablando, la mayor parte eran cosas triviales, pero hubo algo que me llamó la atención.
"Ya veo la persona de la que está enamorada es Yoh" Pensó Manta
"El joven Yoh necesita de la compañía de la señorita Anna" dijo Tamao " además las nueras de la familia Asakura son personas que controlan el arte del shamanismo y lo más importante es que la persona que debe estar más preocupada por el joven Yoh es la señorita Anna"
Esa niña siempre me agradó, era pura e inocente, nunca tuve la oportunidad de saber lo que realmente estaba pensando, pero debo admitir que sus pensamientos no me decepcionaban. Tamao era gentil y digna de confianza… Cualquiera que ame o quiera a Yoh era digno de mi confianza, sin excepción.
Tomé el balde de agua que había a mi lado y lo rocié sobre mí, hay algo más en lo que Tamao tenía razón, definitivamente yo era la persona que estaba más preocupada por Yoh, eso era algo de lo que me debía ocupar, no podía permitirme el tener dudas.
Mañana sería el día séptimo desde que Yoh entró a aquella cueva, mañana sabría la verdad…
Al día siguiente muy temprano en la mañana, los pasos y pensamientos agitados de Tamao me tenían de un nervio.
"El joven Yoh"
¡Yoh! ¡Ella había descubierto algo de Yoh!
- Disculpe, quiero decirle que de acuerdo con la lectura de la fortuna, el joven Yoh saldrá muy pronto de la cueva Yomi.
- Estas hablando en serio Tamao – preguntó el señor Yomei.
- Sí, no puedo equivocarme – aseguró feliz.
Tomé a Harusame en brazos rápidamente, y salí de la habitación.
- ¡En marcha! – dije dispuesta a llegar a aquel lugar lo más pronto posible…
Yoh…
Yoh…
Yoh…
Estaba al frente de la salida de aquella cueva, y cada musculo de mi cuerpo estaba rígido por la tensión, mi mente buscaba alguna señal, esperando la mínima presencia que me indicara algo sobre Yoh. Mi preocupación no dejaba que los pensamientos de las otras personas me distraigan, pero se sentía el aura de inquietud.
- No puedo equivocarme- exclamó Tamao.
- Por fin lo veré - dijo ilusionado Manta "Yoh, amigo"
- Vaya, ahora entiendo porque no veíamos a Yoh Asakura por ninguna pate- dijo una voz desde el alto del cañón.
- Con que estaba escondido en esta cueva – dijo la otra persona.
- ¿Quienes son ellas?- preguntó Manta.
Sus presencias eran de Shamanes. "Debemos darnos prisa y matar a Yoh Asakura" "Derribaré la cueva"
- El ser diminuto y el ser largo.
- Son participantes del torneo de Shamanes- concluyó el señor Yomei
- Son rebeldes, quieren acabar con todos sus enemigos antes que los combates finales comiencen – dije expresando las intenciones de esas dos personas.
- Pues yo no lo llamaría así-dijo unos de ellas- esta es una de las mejores estrategias, lo siento, pero Yoh Asakura tiene que morir.
- Lily espero que estés lista.
- Claro que si Ely – dijo para luego hacer una posesión de objetos y disparar.
- Si obstruimos el pase a esa cueva, Yoh Asakura jamás podrá salir de ella.
Maldición…
"Quiero comer, me pregunto si faltara mucho… bueno la única manera de saberlo es seguir caminando"
¡Yoh! Pude escuchar sus pensamientos, eso quería decir que estaba muy cerca, mi corazón estaba acelerado, él tiene que apurarse o quedará atrapado, mi cuerpo estaba tenso esperando a sentir su presencia. El sonido de los disparos contra la cueva resonaba en mis oídos…
¡Ahí está! ¡Yoh!, agarré la espada que se encontraba firme en mis manos y la lancé.
- ¿Qué crees que haces?- preguntó una de ellas irritada
- Sólo se la regresaba a su dueño - dije aparentando ingenuidad.
- ¿A su dueño?
- Buen pase Anna- su voz estaba tranquila, y poco a poco su figura fue apareciendo "hay mucha luz, y mucho ruido" sus ojos todavía no se ajustaban a la luz.
- ¡Yoh!- salto Manta.
- ¿Por qué hacen tanto escándalo?- Yoh estaba bien, eso me tranquilizaba un poco.
Las rebeldes se lanzaron contra Yoh para atacarlo, pero él todavía no reaccionaba, esto no era bueno...Amidamaru corrió al encuentro de su amo y sin darme cuenta, Yoh ya había formado la posesión de objetos. Me quedé asombrada por la mejora. Incluso se pudo deshacer de las rebeldes sin problemas con un solo ataque y luego comenzó a caminar hacia nosotros.
- Los resultados del entrenamiento están empezando a notarse, Yoh ha mejorado sus habilidades, cualquiera se sorprendería - alagó el señor Yomei.
- Abuelo.
- Eso quiere decir que tu posesión de objetos ha aumentado, me da gusto que hayas salido con vida Yoh.
Sí, Yoh había incrementado considerablemente sus poderes y lo más importante, él aún estaba con vida, no podía quitar la mirada de él. Se notaba que había caído muchas veces por lo maltratada que estaba su ropa, tal vez nadie más lo note pero había adelgazado un poco y sus ojeras eran bastante pronunciadas, también su rostro estaba un poco pálido. De pronto su mirada se posó en mí y me tomó desprevenida, notó de inmediato mi preocupación
- Le pusiste más entusiasmo del que esperaba – dije y me di vuelta dándole la espalda.
No quería que viera mis ojos llorosos y quería evitar las ganas que tenia de ir hacia él y abrasarlo. Además Yoh era bastante observador, yo tenía el don de leer los corazones pero él siempre lograba entender lo que pensaba y sentía tan solo con una mirada.
- ¿Lo dices en serio?- preguntó con alegría
- Solo puedo decirte que has hecho un gran trabajo- dije nerviosa.
- Muchas gracias- respondió "Lamento haberte preocupado", mi cuerpo se relajo un poco y pude sonreír.
-Allá hay alguien que te espera- dije mientras daba lugar a los preocupados pensamientos de Manta.
Yoh se dio la vuelta para ver a que me refería, pero los pervertidos del zorro y el mapache estaban ahí, ¿Cómo es que dos animales podían ser tan molestos?, tomé impulso y de una patada los mande a volar, dejando a la vista a Manta.
- Hola Manta- saludó Yoh recién dándose cuenta de su presencia
- Hola Yoh - dijo nervioso - Solo quiero decirte que… no quiero perder tu valiosa amistad.
- Manta - "¿Desde cuándo Manta esta aquí y cómo llegó? ¿Qué se supone que debo decirle?" se preguntó mentalmente.
- No crees que es hora de decirle la verdad – le dije sabiendo que ellos eran muy buenos amigos como para que su amistad terminará.
- La señorita Anna tiene razón Amo Yoh – me respaldó Amidamaru.
- Quiero que tú… me perdones…, no quería que en ese momento tú fueras ha…- de pronto su estomago sonó muy fuerte, seguramente por el hambre que tenía y ambos comenzaron a reír y la tensión entre ellos desapareció.
- Vámonos a casa – dijo Manta.
- Claro – respondió Yoh -Tamao no sabes cuánto he extrañado tu deliciosa comida- "Nadie cocina mejor que Tamao" añadió mentalmente - Podrías prepararme algo de comer.
¡¿Cómo que nadie?! Yo soy mucha mejor cocinera que esa niña, rápidamente agarré la oreja de Yoh y la jalé con toda la rabia que tenía.
- No es cierto, Anna- suplicó pero yo no lo dejaría tan fácil, así que jalé con más fuerza.
-¡Sí! – respondió Tamao feliz "¡El joven Yoh ha extrañado mi comida!"
Suspiré y dejé ir a Yoh, no tenía muchas ganas de regañarlo, sólo estaba muy agradecida de que él siguiera con vida.
Cuando llegamos a casa me dirigí a mi habitación, quería dejar a Manta y a Yoh solos por un momento, lo necesitaban, y mientras Tamao preparaba la cena yo solo quería descansar. Mi cuerpo estuvo muy tenso, los últimos días no puede dormir ni comer bien. Me senté en el tocador y comencé a cepillarme el cabello, mi rostro lucia un poco demacrado, respiré profundamente y seguí cepillando mi cabello. Permanecer sola me hacia bien, era irritante y cansador tener que bloquear los pensamientos de los demás, eso me agotaba más que cualquier otra cosa, era agradable sólo escuchar mis pensamientos. Había olvidado lo horrible que era este poder…
Los pensamientos de Tamao se hicieron presentes, y mi tranquilidad fue interrumpida entonces la puerta sonó
- Señorita Anna la cena ya esta lista.
La verdad es que no tenía ganas de comer, pero…
- Enseguida voy – pero Yoh estaría ahí.
Me vi una última vez al espejo, salí de mi habitación y me dirigí al comedor. Todos estaban ahí, yo simplemente me senté al frente de Yoh y observé la comida que había en frente mío, lucia muy bien pero no tenía apetito, probé un poco sin mucho ánimo.
- Me alegro que haya podido incrementar sus poderes joven Yoh – dijo Ryu
- Sí, es sorprendente, con el nivel que tienes podrás vencer a Ren – dijo feliz Manta.
- No estoy muy seguro de eso – respondió Yoh con una sonrisa tonta.
- Como que no estás seguro, – dije irritada – tú deber es convertirte en el rey Shaman y para eso debes vencer en el siguiente combate, no tienes otra opción.
- Si Annita no te preocupes, tendré la victoria- no tenía muchos ánimos de pelear, así que no le respondí y traté de comer un poco más, pero mi estomago no lo recibía.
- Mañana en la mañana partiré a Fumbari, tú qué me dices Manta– preguntó Ryu.
- Si, yo también debo regresar, no puedo perder más clases.
- Entonces podemos volver juntos, ya que mi entrenamiento terminó- dijo Yoh – ¿No es verdad Anna?
- De hecho Yoh, necesito que tu y Anna vayan a Osorenazan – dijo el señor Yomei – ayer recibí una llamada de Kino…-Esto llamó totalmente mi atención - Hace unos días nos enteramos que los escritos del monje Fukumi fueron robados - esto último de verdad me asombró.
- ¡Eso es imposible yo misma sellé esas escrituras! - no comprendía cómo es que alguien podía liberar esos sellos.
- Esas técnicas son tan asombrosas que las únicas personas en el mundo que las dominan son Anna, el monje Fukumi y un shaman del extremo sur.
- ¿Eso es verdad Doña Anna?- preguntó Ryu incrédulamente.
- Soy la futura esposa del rey Shaman, es natural que haga ese tipo de cosas.
- Increíble – dijo Manta impresionado.
- Anna es una de las Sacerdotisas más respetadas de Japón o tal vez debería decir del mundo, ya que las sacerdotisas son tradicionales sólo en nuestro país - dijo Yoh meditando – aunque nunca me comentaste de esas técnicas.
- Bueno como iba diciendo, necesitamos de los poderes de Anna para descubrir quien fue, un ser con tal cantidad de poder no debe ser tomado a la ligera, de cualquier manera es importante que la protejas, Yoh.
- No necesito la protección de nadie – dije molesta.
- Eso es cierto – dijo Yoh – Anna es extremadamente fuerte.
- Anna, tú que dominas el arte del shamanismo, como futura esposa Asakura es normal que queramos protegerte. Yoh protegerás a tu prometida.
- Yo no tengo ningún problema – sonrió.
- Como sea, solo perderás tu tiempo - dije aún más molesta y me levanté de la mesa – mañana estaré a primera hora en la mañana lista para partir y recuperar las escrituras del monje Fukumi – dije lista para irme a mi habitación.
Estaba de muy mal humor, por alguna extraña razón estaba enojada con Yoh, además acaban de decir que necesitaba protección, ¡como si la necesitara!, ¡yo no necesitaba la protección de absolutamente nadie! Fui a la sala y tomé el teléfono, estaba preocupada por el robo de las escrituras del monje Fukumi, una persona que pueda retirar mis sellos no era común…
- Si – dijo la señora Kino sin ningún ánimo.
- Buenas noches, señora Kino, es gusto escucharla – la saludé.
- Anna, ya te lo dijo Yomei – preguntó.
- Así es, es por eso que la llamo.
- Ya veo, pero no sé más que eso, las escrituras fueron robadas, intente investigar pero fue inútil.
-Entiendo.
- Por cierto, ¿Cómo esta mi nieto?
- Está bien – dije con tono de tristeza.
- Imagino, cómo te debiste haber sentido.
- Con respecto a eso… - dije con miedo, ¿cómo se lo diría?…
- ¿Qué sucedió?
- Deshice la protección sagrada para recuperar el Reishi.
- ¿¡Qué!? ¡Niña estúpida! ¡¿Cómo se te ocurre hacer eso!?
- Necesitaba saber de Yoh, perdóneme – me disculpé con profunda tristeza en la voz.
- Estas loca, si las cosas hubieran salido mal, ahora mismo toda la familia Asakura estaría muerta por tus descuidos.
- Claro que no, ahora yo controlo este poder.
- No seas ingenua Anna, no te queda bien. Tu Furyoku ha incrementado en los últimos años, dime ¿Qué hubiera pasado si mi nieto hubiera muerto?, la persona a la que más amas… seguramente hubieras perdido el control y esta vez no habría nadie para salvarte.
Callé… ella tenía razón… Yoh, él es lo único bueno que tengo en mi vida, si él desapareciera, seguramente perdería el control, la tristeza que sentiría sería más fuerte que cualquier otro sentimiento negativo que jamás haya sentido.
- Bueno, ya lo hiciste, y las cosas salieron bien, además necesitarás hacer la ceremonia de purificación de todas maneras – explicó – para esta misión necesitarás el poder de 1080, aquel rosario que sellamos hace mucho tiempo atrás, por fin ha llegado el momento de usarlo.
- Entiendo.
- Mañana partirás con mi nieto a primera hora, yo tendré listas a las Itako.
- Gracias, y que tenga una buena noche.
- Igual – dijo y colgó.
Está vez me fui a mi habitación y me desplomé, no tenía más fuerzas y no me sentía bien, era como si todos estos días hubiera estado forzando mi cuerpo hasta el límite. Sin darme cuenta había estado por horas e incluso noches enteras buscando la presencia de Yoh, sin mencionar la carga que fue recuperar al Reishi y la dificultad de controlarlo. No me di cuenta del peso que estaba llevando hasta que Yoh salió de esa maldita cueva. Sólo quería que este día acabe…
"Anna" - Era Yoh llamándome con sus pensamientos -"Sé que recuperaste ese poder, y sé que me estas escuchando, Amidamaru me lo contó todo"
Por supuesto, sabía desde un principio que Amidamaru se lo contaría, tampoco lo estaba ocultando, no de él.
"No tocaste tu comida ¿te sientes mal? No eres esa clase de chica con poco apetito, ¿Quieres hablar?, creo que estoy exagerando no es verdad, es solo que siento que debemos hablar, te estaré esperando" pensó nervioso.
Sus pensamientos eran tan desordenados que se atropellaban uno al otro – suspiré - No me sentía bien pero no podía dejar a Yoh esperando, así que salí de mi habitación sin muchas ganas. Al salir pude verlo observando la luna, sentado en el pasillo que unía nuestras habitaciones y que daba al jardín, al notar mi presencia se dio vuelta.
- Hola- dijo tranquilamente y me indicó que me sentara y así lo hice.
Por un momento nos dedicamos a ver las estrellas, tengo que admitir que la escena era encantadora. Las hojas de los arboles adquirían un color especial durante las noches y la pequeña laguna que había enfrente de nosotros reflejaba la luna, también soplaba una pequeña brisa que tentaba con despeinarme mas no lo lograba, pero era muy refrescante.
- Anna – llamó Yoh y yo volteé para verlo. El se dedicó a observarme por un momento - Luces un poco cansada.
- Sí, lo estoy así que si no te molesta quiero ir a descansar – dije tajante.
- Espera… tampoco comiste bien.
- Es sólo que no tenía apetito, eso es tan extraño.
- Me preocupo por ti – dijo lleno de emoción, esto dejo de lado mi actitud cortante - Quiero saber que anda mal.
- Los últimos días no fueron fáciles, eso es todo – respondí lo más tranquila que pude.
- Lo siento, entiendo por lo que debiste haber pasado, pero…
¿Que lo entendía?, él no tenía ni idea de toda la preocupación, ansiedad y estrés que me produjo.
- ¡Claro que no lo entiendes! - dije molesta - tomaste la decisión sin consultarme, no tuve otra opción, no me la diste, sólo podía esperar y confiar en ti – mi voz se quebró.
Mi reacción lo sorprendió...
- Yo tampoco tuve otra opción, debo volverme más fuerte – dijo suavemente.
- Alguna vez te preguntaste que pasaría conmigo si tu llegaras a morir… sabes muy bien que eres lo único que tengo en la vida… – terminé con dolor evidente en mis palabras, e Yoh se quedó sorprendido, al parecer no se lo había imaginado.
"Anna, no sé qué decir"
Su mente comenzó a formular posibles respuestas pero no encontraba ninguna, al poco rato se cansó. Suspiró y se movió un poco hacia la derecha, recostándose sobre el pilar que tenía al lado
- Ven- dijo mientras extendía su mano a modo de invitación, yo me acerqué a él para tomar su mano y él me jaló con tal fuerza que quede casi recostada sobre él, mis mejillas se encendieron automaticamente, mientras los brasos de Yoh me evolvian protectoramente - Créeme que lo único que quiero ahora, es prometerte que nunca más te hare pasar por esto…- "Odio verte triste"- pero no puedo, soy participante del torneo de Shamanes y mi vida estará en peligro muchas veces más, ni siquiera te puedo asegurar que sobreviviré.
Su comentario me asombró, generalmente el diría que todo iba a estar bien, que no tenía de que preocuparme, pero él sabe muy bien que yo no estaría tranquila si me dijera algo así. Yoh estaba tomándolo muy en serio, lo podía sentir por la manera en que se formaban sus pensamientos.
- Pero te prometo que nunca te dejaré…
Traté de moverme un poco para poder observarlo mejor, busque su mirada y me enfoqué en ella.
- Aún si llegase a perder la vida, prometo que no te dejaré. Prometo permanecer contigo y cuando llegue tú ahora, ambos podremos buscar el descanso eterno, por eso no debes preocuparte- terminó con una de esas tontas sonrisas suyas.
Mi corazón comenzó a palpitar con furia y mis músculos se relajaron de inmediato… eso era lo único que quería escuchar… agaché mi rostro para que él no me pudiera ver y lo culte en su pecho, una molesta lágrima estaba a punto de formarse.
- Confío en ti, – traté de decir, aún con la voz quebrada - sé que te convertirás en el rey Shaman .
- No ocultes tu rostro de mí- susurró y con una mano levantó mi barbilla lentamente mientras su rostro se acercaba hacia el mío hasta que nuestros labios se encontraron.
Su agarre era fuerte y sus labios eran gentiles… Definitivamente yo ya no podría vivir sin él, sin sus tonterías y lloriqueos, sin su dulzura y sus besos, yo ya no puedo vivir sin Yoh Azakura…
- Yoh, esta semana sufrí mucho por tu culpa, como castigo recibirás un entrenamiento especial.
Cobardes lágrimas empezaron a formarse en los ojos de mi prometido, y yo, lentamente recuperaba el buen ánimo.
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¿Qué les pareció? A mi como simepre me encanta la pareja xD soy feliz al escribirlos, que más puedo decir... jejeje bueno como siempre espero sus reviews, se reciben desde simples saludos hasta sugerencias. Gracias por leer y nos vemos dentro de poco con la continuación.
Bye,bye nos vemos pronto.
