Disclaimer: Los personajes de Rurouni Kenshin no me pertenecen, solo la idea de la historia es mía.

¿ JUNTOS… NO SEREMOS FELICES ?

Capítulo 1

La lluvia empieza a caer suavemente, las gotas golpean en el suelo formando pequeños charcos, reflejan el movimiento apresurado de las personas que buscan resguardo.

Un hombre observaba a través de la ventana su reflejo, veía las gotas de lluvia deslizarse en el vidrio transparente, una sonrisa fingida se asomó en sus labios al escuchar el abrir de la puerta del departamento.

Buenas noches cariño – dijo la persona que recién llegaba, la dulce y suave voz de una bella mujer de cabellos azabache, caían lacios hasta su cintura.

… - hubo silencio, ninguna respuesta de parte de aquel hombre que mataba el tiempo observando el caer de la lluvia. Le había esperado por mucho tiempo, necesitaba hablar con ella de asuntos de suma importancia. El futuro de su familia, de su matrimonio pendía en una línea delgada y desgastada a punto de desvanecerse… que difícil era actuar.

¿Cómo estuvo tu día? - preguntó la mujer colocándose a un lado del hombre que parecía clavado en ese sitio, se acercó para besar su mejilla. Le miraba maravillada, amaba a ese hombre por encima de su propia vida. Su estatura, su porte, su cabello y ojos castaños, su bronceada piel, todo él era un sueño para ella, su marido, su amigo, su maestro y su fiel amante.

Bien – una seca y cortante respuesta, ni siquiera la miró, estaba cansado de la situación, le frustraba el hecho de no disfrutar de su compañía en todo momento.

Las cosas sucedían siempre con un propósito. La gota se había derramado de la copa hacia unas horas; cuando le comunicaba su secretaria que su hijo había sido reportado enfermo solicitaban que alguien fuera por él al colegio.

Estoy muerta, hoy fue un día pesado – dijo abrazando la cintura de su marido – Iré a la cocina a preparar algo de cenar – dijo la mujer soltando a su mudo acompañante.

La recién llegada se disponía a marcharse, cuando sintió la fuerte mano de su esposo aprisionar su muñeca.

¿ Ocurre algo? – hizo la pregunta sin mirar el rostro, observaba la prisión en la que se encontraba su muñeca – Sanosuke¿Quieres algo de cenar ? – preguntó de nuevo posando su mirada marrón en su varonil rostro, buscó sus ojos castaños, aquellos que al mirarle le petrificaban cada vez que él le observaba en silencio. Algo andaba mal, el ambiente era tenso y su esposo no le miraba a los ojos, le percibía frío, distante. Sanosuke Sagara no era así, era un hombre justo, cálido, tierno, detallista, bromista, honesto y sobre todo leal, virtudes que admiraba de su esposo.

No gracias – respondió serio soltando la muñeca de su mujer – cené con Souta hace tres horas –

¿ entonces ? – cuestionó la mujer.

Necesito hablar contigo de algo muy importante - dijo en tono serio el castaño.

Esta bien cariño – sonrió – ceno algo ligero y hablamos – intento seguir su camino a la cocina.

Megumi tiene que ser ahora – dijo Sanosuke clavando su mirada en la vista de su esposa. Sus palabras cargadas de rudeza y determinación le detuvieron.

No te entiendo – dijo frunciendo el ceño - Que es aquello tan importante – suspiró - Que no puede esperar - dio media vuelta poniendo sus manos sobre sus caderas en reproche, no entendía el por que de su insistencia.

El divorcio – escupió sin ningún cuidado sosteniendo la posesión firme que había tomado hacia unos minutos frente a su esposa.

Megumi había quedado muda, helada ante las palabras que Sanosuke le decía fríamente, sintió una punzada vibrar en su espina dorsal.

Es… tas…. Bro… me… an…do – balbuceó sin dejar de mirarle, dejó caer su cuerpo sobre el sofá que en hora buena se encontraba a un lado de ella. Posó su mano en su pecho sin entender aún lo que ocurría.

Hablo MUY en serio – dijo Sanosuje enfatizando la palabra, caminó hacia la ventana, observó los rayos y relámpagos reflejados en el cielo oscuro.

Es una pesadilla – murmuró Megumi clavando su mirada en sus pálidas manos que jugaban nerviosas al no tener control de la situación - No sé que esta ocurriendo – dijo en voz baja para soltar rienda a sus lagrimas que tenían minutos de agruparse en su triste mirada.

Lo siento, sólo quiero el divorcio – dijo Sanosuke evitando mirar a su frágil mujer.

¿Lo sientes? – alzó su mirada con la tristeza y frustración reflejada de no saber lo que ocurría, la razón por la que ÉL le pedía tal cosa. Era una incógnita para ella – Yo sigo sin entender que esta ocurriendo – dijo en voz alta para llamar la atención de su marido, aquel hombre que amaba con infinita devoción. Acaso no se daba cuenta que sus palabras le lastimaban.

Sanosuke guardaba silencio. La situación no era fácil ni mucho menos la decisión era sencilla, pero con el tiempo sería la mejor, estaba perdiendo fuerzas, quería correr hacia ella, tomarla en brazos y consolarle, sin embargo… no era suficiente…

¡NO ESTES CALLADO… RESPONDE ! – grito Meg al no recibir respuesta – Acaso… ¿Hay otra mujer? – preguntó Meg con hilo de voz, las fuerzas de hacia unos segundos se esfumaron. El temor de acertar le oprimió su garganta.

Otra mujer- las palabras golpearon la mente de Sanosuke, como podía dudar ella de su amor, de su fidelidad.

La amaba más que a su vida y le dolía separarse de ella. Al parecer, Megumi no se daba cuenta que la razón por la cual necesitaban ambos su libertad era por que poco a poco moría el amor entre ellos. No había detalles, no más conversaciones hasta altas horas de la noche o paseos románticos. Le había quedado muy claro que Meg amaba más su trabajo que a su familia. Así que tomó la decisión. Ya no estaba dispuesto a observar como el amor con él que habían unido sus vidas en matrimonio cesaba algún día.

No es una mujer – respondió dolido Sanosuke por la falta de confianza de su esposa.

¿ Entonces? - le dirigió una mirada curiosa – dime que pasa – dijo limpiando las lagrimas deslizadas en sus mejillas.

¿ Quieres saber lo que pasa? – interrogo Sanosuke con Ironía.

Si – respondió Meg firme ante aquella pregunta.

Esta bien… te diré lo que pasa – suspiro cansado de la situación – pasa que estoy cansado de estar solo, de trabajar llegar a casa y comer con mi hijo y esperar a mi mujer llegue cuando le da la gana a sus clientes de dejarle libre – dijo mirándole con furia reprimida.

Meg sonrió en respuesta a las palabras de su marido – Por favor cariño… estas celoso – dijo más tranquila de saber que el asunto no era un gran problema sin solución.

No has entendido Megumi… - camino hacia donde ella se encontraba – no son celos, me alegra que te realices como profesionista – hizo una pausa mirándole con atención – fue un acuerdo. Respeto y cumplo mi palabra – quiso acariciar el atractivo y suave rostro de su esposa – He decidido que lo mejor es que sigas siendo una exitosa doctora y yo seguir por mi lado con la educación y crianza de mi hijo -

Nuestro hijo – recalcó Megumi poniéndose de pie.

Vaya – soltó un suspiro – Ahora si recuerdas que es de ambos – alzo su voz perdiendo el control – Te diré algo – su voz de apago al ver el reflejo de angustia de su mujer – Hoy en la mañana llamaron del colegio reportando a tu hijo enfermo – sonrió tristemente – Que injusto no, su madre pediatra – le miró con molestia – atendiendo a otros niños –

San… - fue interrumpida.

No he terminado - su mirada cansada le detuvo – Lloraba y pedía que su mamá fuera por él – hizo una pausa respirando profundamente – Pequeño detalle – dijo con burla – Su madre estaba trabajando, haciéndose cargo de la salud y bienestar de otros niños. Mi secretaria tuvo que pedirle a Aoshi que le recogiera, puesto que yo tenía una junta muy importante -

La pelinegra quedo en silencio, tenía miedo. Las palabras de Sanosuke le herían su corazón, temía a su reacción, era un hecho que su marido estaba enojado.

Ahora ya sabes lo que esta pasando – la rodeo con sus brazos a la altura de la cintura y acercándola a él le susurró cerca del oído, sintiendo el estremecimiento del Frágil cuerpo – Ya te lo dije, es fácil. Dame el divorcio y no hagas esto difícil.

Megumi abrió sus ojos de golpe, inyectados de pánico, no quería perder a su marido, no quería ver fragmentada a su familia – Debe haber otra solución – dijo con desesperación disimulada.

No la hay…. Meg no puedo ser egoísta y pedirte que dejes de trabajar, que abandones tus sueños – respiró cansado – No cuando sé cuanto amas tu profesión – Dijo acariciando la mejilla de su esposa – Sabes que no te hace falta nada, no necesitas trabajar – quiso besarla, pero no lo hizo, le miró con tranquilidad memorizando su bello rostro.

Sano¿Acaso ya no me amas? – preguntó recargando su cabeza en el pecho de su esposo.

Más que a mi vida – pensó Sanosuke sin soltarla del abrazo.

Meg debo irme – besó la frente de su esposa, no podía darle una respuesta, nada que hiciera las cosas más difíciles.

No te vayas – dijo en suplica la pelinegra.

Lo lamento, es lo mejor, Souta esta en casa de Shura, enviaré a mi abogado para que te diga que hacer – dijo liberándola de sus brazos.

¿Qué has dicho? – Meg estaba ansiosa – Mi hijo se queda conmigo – dijo mezclando molestia, un extraño choque de emociones.

Meg – suspiró sabiendo que la situación se tensaba, - un cuento de nunca acabar – pensó molestó y cansado, quería ir a casa de su hermana a dormir – No tienes tiempo para ser esposa, ni mucho menos madre. Por favor deja que mi hermana le cuide mientras el juez determina con quien de los dos es mejor que Souta viva – dijo Sanosuke caminando.

Sano, por favor, Souta necesita de mí, soy su madre – dijo Meg con las lágrimas inconsolables amenazando con liberarse. Como se atrevía hacerles eso, si ella los amaba. Caminó hacia donde Sano estaba.

Meg se feliz – le miró con tristeza – Lo mejor será que no nos volvamos a ver … - acercó su mano para acariciar la mejilla de su esposa - por el bien de ambos alejémonos – detuvo su mano antes de hacer contacto, giró su cuerpo para caminar hacia la salida, sostuvo la perilla y girándola abrió la puerta para salir.

SANO YO TE AMO, AMO A SOUTA, POR FAVOR REGRESA – las lágrimas corrían por sus mejillas trazando líneas finas, corrió hacia la puerta viendo como está se cerraba dejándola sin fuerzas, dejó caer su cuerpo, resbalando su espalda por la puerta de madera, cayó sobre el piso frío, su mirada estaba perdida en la nada. No terminaba de procesar lo ocurrido de ser un día cálido, terminó en una gran pesadilla – Lo nuestro tiene solución – susurró queriéndose convencer a si misma.

Perdóname Meg, - cerró sus ojos – También te amo, pero esto debe terminar antes de que acabemos con nuestros corazones – Sano entró a su auto y se dirigió al departamento de su hermana.

OoOoOoOoOoOoO

Hola chicas!!!... tanto tiempo, bueno espero que les agrade este nuevo fic que tenia ya casi un año en mi cuaderno y decidí empezar a pasarlo al pc.

Lamento la demora de mis otros fics, pero tengo problemas técnicos, ahora el pc de mi hermana no funciona y uso el del trabajo, pero ya casi regreso actualizando en mayoreo, trabajo en ello.

Espero sus reviews, este fic esta dedicado a todas las fans de esta pareja en especial a mis amigas que me han contagiado su gusto por ella. Marion chan y Andrea chan,( mi comadre!!). También a Shysie y a mi querida Akemi Chan que cumplió añitos el pasado 22 de mayo, muchas felicidades ¡!.

Les quiere al chan. Disfruten de la lectura.