Orgullo Black

Disclaimer: Todo es propiedad de J. K Rowling, ningún personaje me pertenece y no gano dinero haciendo esto.


Desde su celda en Azkaban, Bellatrix podía ver a su primo. Hacía varios días que lo notaba raro. La comida que los dementores traían era horrible, sí, pero nadie de allí la rechazaba. O al menos ella no iba a rehusarse a comer, esperaba con ansias el regreso de Señor y quería conservar sus fuerzas para cuando aquello ocurriese. Pero Sirius no se alimentaba y poco a poco Bellatrix comenzó a notar su deterioro. Estaba cada vez más delgado y barbudo cualquiera pensaría que se estaba dejando morir, pero ella sabía que no era así.
El apellido Black no era sinónimo de debilidad. Ante sus ojos, Sirius era un maldito traidor pero no dejaba de ser Black y el orgullo que corría por las venas de ambos era lo que impulsaba a su primo a hacer lo que fuera que planeara.

Una tormenta se avecinaba, un rayo cayó cerca de Azkaban, Bella no pudo verlo pero lo oyó perfectamente. Un dementor dejó, poco después, un plato de sopa con fideos en el piso. Esa sería su cena.
Miró la celda de su primo y vio que este la miraba. Había algo en sus ojos, un brillo que ella conocía a la perfección ¡El muy maldito iba a escaparse!. Nunca nadie lo había logrado, pero Bellatrix sabía él lo conseguiría, porque era un Black, un endemoniado Black y no portaba el más importante apellido de la comunidad mágica en vano. En el lugar donde antes estaba Sirius, ahora había un gran perro negro que poco después pasó por entre los barrotes. Lo había logrado.
Bellatrix rió estruendosamente cuando su primo llegó al exterior de Azkaban. El traidor se había ido dejándola allí. Claro que no pensaba que él la liberaría, nadie en su sano juicio lo haría. Pero ahí estaba el asunto, Sirius no estaba en sus cabales. Nadie, después de más de una década en esa prisión lo estaba.

Bella miró con asco su plato de sopa. Su exquisito paladar que antes había probado manjares, ahora debía conformarse con aquello. Observó su Marca Tenebrosa, seguía inmóvil. Sin embargo, ella sabía que su Señor recobraría su poder de un momento a otro y sabía que él la liberaría, ella era su más fiel vasalla. Una vez afuera buscaría a su primo, porque nadie la desafiaba tan altaneramente como él lo hizo al mirarla de aquella forma. Tampoco nadie escapaba de un destino tortuoso ó fatal si ella se lo proponía. Sirius Black la desafió, como consecuencia, Sirius Black las pagaría.