Todos los personajes aquí descritos son propiedad del señor kishimoto; yo no pretendo lucrar con ellos, aunque ganas no me faltan jajaj.

Mi primer kakahina…y mi primer fanfic en este genero…así que denle la oportunidad...gracias

¿A que le tienes miedo?

Después de un año me sigo haciendo la misma pregunta ¿Qué es lo que hago aquí? ¿Qué está pasando conmigo? Como es que te convertiste en esta extraña obsesión, en…mi extraña obsesión…porque sí, eso es lo que eres; una maldita y enferma obsesión. El ¿Por qué? Ni siquiera yo mismo lo se, y esa es otra maldita tortura mental.

La lluvia de esa noche había sorprendido a la mayoría de los habitantes de konoha, ya que era demasiado raro por esas fechas tener un fin de semana del que no se pudiera disfrutar, después de un merecido descanso de las misiones; pero al parecer a un hombre no le afectaba en los mas mínimo, o debido a su carácter y personalidad despreocupada por la que era conocido, le tenía sin cuidado el estar empapado sobre un tejado vigilando lo que parecía ser los terrenos de unos de los clanes más antiguos de la aldea.

Cualquier ninja que lo viera pensaría que estaba de misión o dando alguna ronda de vigilancia, sin embargo la triste realidad era muy diferente. Estaba por voluntad propia, por inercia, como todas las noches, esperando…el que, aun era algo que no sabia o no quería entender. Y como rutina diaria después de unas horas de estar en la misma posición, daba media vuelta para volver a saltar sobre los tejados y llegar a lo que el llamaba su frio aposento. Se coló por la ventana, ya que le era demasiado complicado o fastidioso entrar por la puerta, cuando lo podía hacer por este lado.

El aire frio de la noche pronto le llego y se dio cuenta de que si no se quitaba su ropa pescaría un resfriado, y ahora lo que menos quería era terminar encerrado en esas cuatro odiosas paredes blancas conocidas como hospital; por lo que se fue desvistiendo mientras se dirigía al baño…ya la ropa se secaría por si misma…abrió la regadera y dejo que el agua tibia recorriera ese bien trabajado cuerpo. No se movía, solo estaba ahí, dejando que el agua se llevara sus penas, sus miedos…su soledad. No supo cuanto tiempo permaneció bajo la ducha, pero pensó que era lo suficiente cuando miro los dedos de sus manos un tanto arrugados por el exceso del agua.

Ya en su habitación, se sentó en la orilla de la cama llevándose una mano al rostro; se veía tan vulnerable, un hombre totalmente diferente el cual no conocían las personas…y el celosamente guardaba para si mismo, haciendo que todos vieran lo que querían ver o lo que el quería que vieran…un excelente ninja. Sin contar incluso que el sueño era lo último en lo que pensaba gracias también al insomnio, así que prefirió recostarse, su cuerpo no tenia la culpa de su estado mental, y necesitaba por lo menos descansarlo.

-el techo es tan alto y las paredes tan frías que tengo miedo…miedo de perderme y desaparecer

Un nuevo día se cernía sobre la villa oculta de la hoja, después de una noche lluviosa la mañana era agradable, como todos los días los aldeanos se levantaban muy temprano para abrir sus puestos, otros tantos a comprar los suministros del día, todo se miraba como siempre, como si la cuarta guerra ninja no hubiera afectado parte de sus vidas, ya que la paz que se había logrado ganar había aligerado parte de las penas. Claro que aun se recordaba a los caídos, pero gracias a ellos la gran mayoría podrían estar tranquilos y viviendo sus vidas.

Unos ojos aun somnolientos y perezosos trataban de asimilar que unos rayos de luz se empezaban a colar en su habitación, fue cuando se dio cuenta que si no se levantaba pronto sus labores del día se complicarían y lo ultimo que deseaba era hacer enfadar a su padre, se dirigió a la ducha y después de unos minutos se encontraba lista, se observo en el espejo y una sonrisa marco su rostro. Era mas que obvio que había un cambio en ella, no era la misma niña de años atrás, si bien la guerra la había hecho madurar y aprender a ser mas firme en sus decisiones; la chica tímida aun se encontraba dentro de ella, era algo que no podía evitar, definitivamente era parte de su naturaleza. Claro que esa timidez solo afloraba cuando el tema era algo complicado o demasiado personal, y que decir de sus sentimientos, gracias a kami y a su primo había logrado sobrellevarlos y entenderlos de una manera que a sus amigos había sorprendido sobremanera; cuando enfrente de su ex sensei había dicho que los momentos más lindos los había pasado cuando estaba enamorada de aquel chico hiperactivo, pues gracias a él no había perdido parte de su fe y perseverancia, que la confesión de amor hecha hace más de un año y la cual nunca obtuvo respuesta la había ayudado a liberarse, pues era un peso con el cual no quería cargar más. Y así con la misma tranquilidad en que se los había dicho, les dedico una sonrisa y se despidió, pues tenía otras cosas que hacer.

Unos toques a su puerta la sacaron de sus recuerdos.

-hinata sama su padre desea verla

-buena día niisan muchas gracias, enseguida bajo

-de acuerdo…mmm entrenaremos hoy

-si no te molesta niisan quisiera que lo dejáramos para más tarde

-está bien…bueno será mejor que vaya con su padre, no queremos que se moleste con usted

Ambos bajaron las escaleras en silencio, al llegar al estudio de su padre una ola de calor la recorrió, era cierto que hiashi sama había visto un cambio en su heredera, actitud que pensó tomar en cuenta para reconsiderarla como líder del clan, ya que por muchos años él había mantenido la idea y las palabras de que su actitud no eran dignas para una líder…mucho menos su debilidad, pero después de la guerra algunas cosas habían cambiado y otras más tendrían que hacerlo también, por eso había mandado a neji a buscarla. Su futuro iba a ponerlo de una vez sobre la mesa.

―puedes pasar-mirando algunos pergaminos-

―konnichiwa otoosan –con una reverencia- deseaba verme

―siéntate, tengo que discutir contigo algunos asuntos

―usted dirá padre

―sabes perfectamente que por ser mi primogénita eres la próxima sucesora al clan, así como también que he pensado que tu debilidad ha sido la vergüenza para esta familia –mirándola seriamente- sin embargo…parte de tu actitud ha ido cambiando, neji me ha mantenido informado de dichos cambios, y yo espero que de ahora en adelante puedas ser un ejemplo para tu hermana

―ha…hai otoosan, tratare de dar lo mejor para darle orgullo a la familia – con una reverencia-

―no quiero que trates algo que es tu obligación hacer

―hai

―dentro de unos meses cumplirás la mayoría de edad, y ya que somos uno de los clanes más antiguos e importantes en konoha, eso hace que te conviertas en uno de los prospectos más deseados para otras aldeas

―no lo entiendo otoosan

―Te desposaras

―pe...pero oto...otoosan –apretando sus manos sobre las piernas- yo...yo...no...No quiero…

―cuando cumplas la mayoría algunos candidatos vendrán a hablar conmigo…elegiré al más digno de todos, después se fijara la fecha

―oto…otoosan…no deseo…yo…no

―basta hinata –golpeando la mesa- las cosas se harán como yo las diga, es mi obligación velar por el poder y la dignidad del clan, así como hacer que mi sucesora sea digna del apellido hyuga…tu trabajo es volverte merecedora a tu título, y convertirte en una excelente compañera para el hombre que te elija, honra a tu familia, a tu clan…ahora retírate

Hinata salió y una lagrima podía verse recorrerle el rostro, todo esto la sofocaba, era injusto…corrió por impulso, sin mirar atrás, quería alejarse del mundo, salto tan deprisa por los tejados que no se percato que se hallaba ya fuera de la aldea y que sin darse sus pies la habían llevado a los campos de entrenamiento, su respiración era algo agitada por lo que se tiro al pasto y comenzó a sacer su frustración, lagrimas ahogadas era las que salían de esos ojos color luna y tras varios minutos, cuando pensó que no podía llorar mas cerro sus ojos dejando escapar un ahogado suspiro.

Estaba por ponerse de pie cuando sintió la presencia de alguien mas por lo que decidió sentarse y ver a quien pertenecía ese chacra.

―Kakashi-sensei

―pensé que el campo estaría vacío para entrenar –su voz era distante-

―ah…yo…yo…no estaba entrenando kakashi sensei –poniéndose de pie-

―no me llames sensei que yo no soy tu maestro-percatándose de que había llorado-

―oh...go...gommen kakashi san

―soltó un leve chasquido con la boca- y bien…vas a entrenar o a leer

―no…no…entrenare… ¿leer?

―te gusta leer ¿no? Y si no viniste a entrenar…

―Sí... me… gusta pe... pero como sabe

―cerrando su ojo visible y soltando un suspiro- yo si vengo a entrenar, así que si me disculpa hinata sama me gustaría estar solo-caminando hacia ella-

―oh…gommen...en…enseguida me voy ka…kakashi san que tenga bu…buen día-haciendo reverencia y marchándose del lugar-

―Maldición...Chidory