N/A: Con esta pequeña publicación inicio una colección de Oneshots de Sabo y Koala, dedicados a los fans de esta pareja… ¡Sí! Sé que no estoy sola shipeando a esta pareja en este enorme mundo. ¡Espero les guste!
Antes de dormir
Era una necesidad más que una simple costumbre, al igual que el peculiar hábito de que sea ella quien le ponga el sombrero.
Finalizaba el día, la noche no se hizo esperar y la oscuridad invadió el horizonte. Los tripulantes del barco de los revolucionarios se encontraban cada uno en sus labores ordenados por supuesto por Dragon. Por su parte, Sabo quien no había parado de trabajar todo el día, había notado que desde ayer no había cruzado palabras con su inseparable subordinada Koala, que desde su habitual encuentro con ella la noche anterior antes de dormir, no se habían visto. El rubio siguió escribiendo su informe, hace tres días habían regresado de una misión donde Koala por poco sale herida, y de no ser por sus habilidades y sus técnicas de karate Gyojin, la misión no habrían finalizado con éxito. Él confiaba plenamente en ella, era fuerte, decidida, ágil y rápida para pensar en el momento del combate, pero ella era una chica, una chica la cual no dejaba de ser frágil de alguna manera y a él le preocupaba demasiado su bienestar, es decir ¿Qué haría sin ella? Si esa mujer es su mano derecha, su compañera de misiones y su apoyo incondicional, fue su fuerza en el momento de enfrentar una realidad tan dura como lo fue la muerte de su hermano, y con quien comparte tantos momentos.
Tocaron la puerta, el rubio aún concentrado en su papeleo tuvo la leve esperanza de que se tratara de la chica de cabello marrón, sin embargo de inmediato cayeron sus esperanzas cuando recordó que ella no es de las que toca la puerta antes de entrar a su habitación.
—Adelante—Dijo el rubio mientras terminaba las últimas líneas de su detallado informe.
—Sabo—Mencionó el gyojin de gran estatura mientras ingresaba a la habitación la cual sólo era iluminada por una pequeña lámpara en el escritorio donde se encontraba el rubio. —Te hago entrega de mi informe.—Hack se acercó a la mesa colocando en esta un sobre grande el cual contenía el papeleo diligenciado, para después apoyar su brazo izquierdo en la silla donde el rubio se encontraba sentado.
—Excelente, Hack, ya casi termino el mío y podré hacer la entrega oficial a Dragon-san.
— ¿Koala ya entregó su parte?
—Lo hizo ayer, ya sabes cómo es ella cuando le dan una orden.
—Muy responsable.
—Eficiente—Dijo el rubio con una sonrisa en sus labios mientras colocaba su firma al final de la hoja. —Listo, estaré reuniéndome con Dragon-san esta misma noche.
—Ya es de noche.
— ¿Qué?—Rápidamente acomodó las hojas y las metió en un sobre—Debo hablarle—El rubio terminó de organizar los sobres y salió de su habitación dejando solo al gyojin.
La reunión con Dragon se alargó más de una hora, debían ultimar detalles y programar nueva misión, era difícil el hecho de que Sabo tuviera que organizar la labor de cada uno de los tripulantes que cumplirían a cabalidad la misión que Dragon estaba planeando pero era su responsabilidad y con orgullo la ejecutaba.
Salió de la oficina donde solían realizar las reuniones, cansado caminó hasta salir y poder ver el mar, con el mayor de los gustos él podría ir a su habitación a descansar, pero había algo que debía hacer antes de dormir.
Con sigilo caminó hasta adentrarse en la zona de las habitaciones, esperanzado de no ser descubierto. Unos pocos pasos más y logró llegar a la habitación que conocía a la perfección, en silencio trato de abrir la puerta lo cual logró con éxito, y lentamente ingresó a la habitación para luego cerrar la puerta tras de sí.
La habitación aún estaba iluminada por una pequeña lámpara al lado de la cama, una chica de cabello corto se encontraba dormida de lado en la cama sin cubrirse, por lo que el rubio supuso que ella se había quedado dormida mientras lo esperaba. Caminó silenciosamente y con lentitud se sentó en la cama y recostó su espalda en la madera de la cabecera del mueble. La observó un rato, sus cabellos marrón claro caían desordenadamente en la almohada y algunos mechones cortos en su rostro, por lo que el joven se aventuró a retirar uno de los traviesos mechones con su dedo, acariciando su rostro en el proceso. Sus labios estaban entreabiertos y su cuerpo sólo era cubierto por una ligera blusa beige de tirantes y un pequeño short lila. El rubio acarició un poco más su rostro para después buscar la cobija y cubrirla del frío de la noche, no quería despertarla, pero deseaba verla, era más que una costumbre, era un peculiar hábito que ambos desde niños adoptaron sin acuerdo alguno, el reunirse y hablar un rato antes de ir a la cama y descansar, reír, llorar, desahogarse, jugar, conversar, cualquier excusa era buena.
En esto pensaba el rubio cuando luego de cubrirla, se inclinó en el suelo para verla más de cerca y así poder irse a descansar. Su suave rostro de nuevo lo invitaba a que se aventurara a acariciarlo, por lo que el joven nuevamente con lentitud la acarició con el dorso de sus dedos desnudos.
Koala sonrió ante el contacto y lentamente abrió sus ojos encontrándose con el rostro del joven cerca al de ella.
—Sabo-kun…—Su voz era suave mientras sonreía, sus ojos se volvieron a cerrar mientras alzaba su mano para tocar la mano del chico—Viniste.
—Lo siento, terminé los informes muy tarde y la reunión con Dragon-san se alargó.
La chica abrió los ojos de nuevo y lo miró con reproche—Te dije que en cuanto descansaras de la misión, te pusieras en marcha con el papeleo.
—Lo sé, lo sé.
La chica sonrió nuevamente, y sin soltar la mano del rubio la cual aún se encontraba acariciando su rostro, apartó la cobija y se sentó en su cama frente a Sabo quien se encontraba arrodillado en el suelo. Koala lo observó un momento, ambos se miraron fijamente unos segundos, fue entonces cuando la chica soltó su mano y tomó en las suyas el rostro del muchacho y le sonrió—Luces muy cansado, ¿qué haces aquí? Debiste ir a tu habitación en cuanto terminara la reunión.
—No sin antes hablar contigo. ¿Te diste cuenta que no habíamos cruzado palabra en todo el día? Además estabas esperándome.
La chica acarició sus mejillas con los dedos pulgares para luego deslizar sus delicadas manos por su cuello hasta llegar a los hombros anchos del chico y levemente hizo pequeños masajes con sus manos. El rubio se relajó un poco más ante el contacto mientras seguía mirándola, algo en su mente hizo un click, sabía que esto era más que un hábito, ¿pero alguna vez se lo dijo? Lo que él estaba sintiendo por ella era más que amistad, y lo que ambos tenían era especial, y él sabía que ella era consciente de esto, pero jamás lo expresaron con palabras. El joven entonces la miró con más intensidad en un intento de hacerle saber sus pensamientos, y su deseo de hallar el momento de decirle lo que ni él mismo sabía cómo decir. Koala correspondió con su mirada, unos segundos después detuvo sus manos y dejándolos posados en sus hombros, se inclinó hacia abajo hasta depositar un lento y suave beso en la frente del rubio, a lo cual él solo cerró sus ojos sintiendo los cálidos labios de la chica en su piel.
—Ya hablaremos de esto—La chica se alejó un poco de su rostro y con una leve palmadita en su hombro izquierdo, le sonrió—Ve a descansar, tonto.
El rubio sonrió mientras la miraba a los ojos para después posar su mirada en sus labios, estaba lo suficientemente cerca como para robarle un beso, pero no lo haría, no si quería seguir con vida, pues conocía el carácter de Koala y lo que menos quería era enojarla como solía hacerlo durante las misiones. Instintivamente humedeció sus propios labios, y dándose cuenta de esto, se avergonzó y se puso de pie rápidamente. —Ti… tienes razón, ya es hora de descansar.
Por supuesto, Koala fue consciente de todo en su momento, como si se tratase de un libro, leyó cada pensamiento del rubio en sus expresiones, era casi como una bomba a punto de explotar, pero aún no era el momento, por lo que ella también se colocó de pie y agarrándolo de sus brazos le dio media vuelta y lo empujó despacio. — ¿Entonces qué esperas? ¡Anda! ¡Ya hasta tienes ojeras!—Mencionó la chica en un tono burlón.
El rubio se dejó empujar por ella, abrió la puerta y salió de la habitación, no sin antes dar media vuelta y mirarla con una sonrisa. —Buenas noches.
Koala correspondió a la sonrisa y colocó su mano en la perilla de la puerta. —Buenas noches, atolondrado jefe.
Sabo sonrió aún más y caminó hasta alejarse de la habitación, a lo que la chica cerró la puerta. Esperarían un poco más, el momento oportuno llegará, sin cansancio, sin sueño ni preocupaciones, entonces hablarán.
Por el momento ambos se conformaban con estos encuentros, para luego ir a descansar con una sonrisa.
N/A: ¡Fin del primer Oneshot! Espero les haya gustado. Realmente sabemos poco sobre cómo actúan Sabo y Koala en la actualidad como adultos, por lo que se hace difícil escribir sobre ellos. ¡Sin embargo hay que aventurarse! No sé si Sabo la llama Koala, o Koala-san, o quien sabe cómo... Por lo que me abstuve de escribir eso.
¡Bien! como mencioné antes, con ésta pequeña historia doy inicio una colección, cada uno sobre pequeños momentos de esta pareja, detalles que hacen las cosas interesantes, ¿les gusta la idea? ¿les gustó este oneshot? ¿Les gusta esta pareja?... ¿Odian la idea y quieren destruir el mundo?Por favor comentar.
¡Gracias por leer!
