El Fin

Disclaimer: Los personajes de Detective Conan no me pertenecen.

Símbolos:

- Diálogo.

*Pensamientos*

Capítulo 1: El inicio del fin

En un cuarto iluminado únicamente por la luz de la computadora, una joven de aparentemente 7 años teclea con rapidez y agilidad. En la pantalla de la computadora aparece un mapa de todo Japón lleno de pequeños puntos rojos que fueron desapareciendo uno por uno hasta dejar solo uno en la conocida capital de Japón: Tokyo.

Una sonrisa se dibuja en el rostro de la niña, satisfecha por los resultados de su duro trabajo. Coge el teléfono situado al lado del computador y marca los números correspondientes.

-¿Aló?

-Kudo, soy yo.

- ¿Haibara? ¿Qué sucede, has hecho algún avance?

- Algo así, ven mañana y lo miras con tus propios ojos.

- Claro. Bueno, entonces hasta mañana.

- Adiós.- Espera a escuchar el pitido indicándole que la otra persona ya había colgado para colgar ella después. Apagó la computadora y se fue a dormir.

Al día siguiente, tras excusarse de que iría a probar nuevos videojuegos en la casa del profesor, Edogawa Conan llegó a la casa de su viejo vecino: el Profesor Agasa. Toca el timbre y el profesor lo va a recibir a la entrada.

- Bienvenido Shinichi, Ai-kun me dijo que vendrías. Pasa. – Abrió más la puerta para indicarle a Conan que entrara. Este así lo hizo y luego de entrar le preguntó al profesor:

- ¿Sabes dónde está Haibara? Anoche me dijo por teléfono que viniera para mostrarme algo aunque nunca dijo qué.

- Al parecer ha descubierto algo importante sobre la Organización de Negro, aunque me dijo que esperara a que llegaras para decírmelo, así no tendría que repetirlo dos veces. Nos está esperando abajo. – Pero Conan se había ido apenas escuchó "Organización de Negro". Agasa suspiró y pensó: *Este chico no tiene remedio*. Luego se dirigió a las escaleras para bajar al laboratorio donde se encontró a Conan y a Haibara esperándolo.

- Bueno, ahora que ya estamos todos les voy a explicar mi descubrimiento. – Dijo Ai. Agasa se sentó al lado de Conan y luego ambos asintieron como señal de que prosiguiera. – Hace algunas semanas empecé a investigar algo que me venía molestando desde hace rato. Aquella vez cuando tu identidad fue descubierta por Irish pero al final fue asesinado y se mantuvo tu secreto, Irish llevaba consigo una memoria donde estaban escritos todos los NOC de la Organización pero esta fue atravesada por una bala.

- Sí, lo recuerdo. Después de eso Gin y Vodka me empezaron a disparar desde el helicóptero pero me las arreglé para escapar.

- Después de que todo esto pasara, yo fui a la Torre Tokyo para ver si encontraba los fragmentos pensando que podría arreglarlo, pero mientras los buscaba encontré otra memoria. Pensé que era una copia de la destruida pero resultó ser la de su celular. Probablemente una de las balas del helicóptero impactó en el celular de Irish, y en ese momento la tarjeta de memoria salió volando. Traté de buscar información de utilidad y la encontré. Había un mensaje de Gin en el que le decía su próxima misión y el lugar en el que se quedaría. Este era un viejo apartamento abandonado en las afueras de la ciudad. Pensé que ya lo habrían quemado, por eso no me molesté en decírtelo pero fui a ver solo por si acaso. Pero todavía estaba intacto. Así que entré y empecé a buscar cualquier cosa de utilidad. Había una computadora así que la prendí. Ahí encontré el archivo en el que comparaba tus huellas digitales. Por supuesto que lo primero que pensé fue en eliminarlo pero antes de hacerlo me di cuenta de que el archivo estaba en el proceso de impresión, solo hacía falta hacer clic en "imprimir" y al lado de la impresora estaba un sobre abierto. Claramente su intención era imprimirlo y mandárselo a alguien. Cuando me fije si había algo en el sobre encontré una carta dirigida a Esa Persona.

- ¿Qué decía la carta? – Conan estaba muy atento a la historia de Haibara y sorprendido por su descubrimiento.

- Nada especial, solo que había averiguado que seguías vivo, que podrías ser una amenaza y que consideraba importante tu eliminación. También repetía que había sido SU descubrimiento, no el de Gin o Vodka.

- ¿Entonces al final no había nada interesante?

- En eso te equivocas, ya que en el sobre estaba escrito junto al destinatario la dirección del mismo.

-¿Sabes la posición del jefe? – dijo sorprendido Conan.

- Puede que no todos en la Organización sepan dónde está el cuartel general pero es bien sabido por todos que es ahí donde se encuentra el jefe. Así que si todo salía bien debía de tener la ubicación del jefe y del cuartel general. Pero la dirección dada no era la del cuartel sino la de unos casilleros. Fui a estos casilleros y pregunté a los empleados que se encargaban de vigilarlos si alguna vez habían visto a alguien sospechoso vestido de negro entrar. Ellos me respondieron que sí y que muy seguido. Así que llegué a la conclusión…

- De que alguno de los casilleros pertenece a Esa Persona. –fue interrumpida por Conan.

- Exactamente. No me molesté en buscarlos por el nombre, ya que era obvio que el nombre puesto sería falso. No obstante, podía rastrear el correo de cada una de esas personas ya que si encontraba algo sospechoso serían ellos. Así hice y fui descartando opciones. Y ayer finalmente quedé con un único destinatario. – Haibara prendió la computadora y les mostró el mapa en el que el lugar estaba señalado por un punto rojo parpadeante.

- Ese es el cuartel general de la Organización de Negro y dónde se encuentra Esa Persona. – dijo Conan. Haibara asintió. Hubo un momento de silencio.

*Todo esto pasó demasiado rápido ¿Qué debería hacer con esta información? ¿Dársela a la policía? No, aún no es el momento indicado ¿Debería ir yo? No, demasiado arriesgado.* Conan seguía pensando cuando Agasa lo interrumpió.

- ¿Por qué no subimos todos? Así les preparo una taza de té. – Ambos asintieron y subieron. Se sentaron en la sala mientras esperaban a que Agasa terminara de preparar el té.

- ¿Ya decidiste qué hacer con esta nueva información? – preguntó Haibara

- No. La verdad no sé qué debería hacer ya que ir allí sería el equivalente a tener un contacto directo con la Organización.

- Eso sería demasiado peligroso.

- Exactamente. En estos casos lo mejor sería acudir a la policía, pero sin ninguna prueba ellos no pueden hacer nada. Si tuviéramos una prueba o algo que pudiera agilizar al cuerpo policial entero, entonces tendríamos una oportunidad pero eso es demasiado pedir.

Agasa llegó con el té y le ofreció una taza a cada uno. Ellos se lo agradecieron y tomaron un sorbo de sus bebidas.

- Debe ser frustrante tener tanta información pero no poder hacer nada al respecto. – comentó Agasa.

- Ni lo menciones – le dijo Conan.

- Supongo que habrá que guardar esta información con el resto y esperar el momento adecuado – dijo Haibara.

- El problema es cuándo será el momento indicado. No podemos esperar por siempre. – De nuevo silencio. Nadie sabía cuándo sería aquel momento en el que logren conseguir alguna prueba para involucrar a la policía en todo esto.

- Supongo que al menos se lo diré al FBI, aunque no creo que logren hacer más de lo que nosotros podemos aquí sentados. – dicho esto, Conan cogió el teléfono y llamó a Jodie-sensei para informarle el descubrimiento. Cuando terminó de hablar por teléfono le preguntó a Haibara:

- Por cierto, Haibara, ¿Cómo vas con el antídoto del APTX 4869?

- Sin novedades. Es muy difícil hacer el antídoto sin saber la fórmula del APTX 4869. Los progresos hechos son gracias a que descubriste que aquel vino chino servía de antídoto temporal.

- Ya veo. Así que al final no hay ningún progreso. – Conan suspira y luego sigue. – Bueno, supongo que va siendo hora de regresar, le dije a Ran que estaría de regreso para el almuerzo. – Luego de despedirse de ambos, regresó a la agencia de detectives.

Mientras tanto, en un departamento abandonado en las afueras de la ciudad un par de hombre vestidos de negro entran. Uno rubio más alto y el otro más bajo y con anteojos de sol. El bajo cargaba con un contenedor de gasolina, listos para quemar aquel lugar. Mientras él empezaba a rociar gasolina por doquier, el rubio miraba minuciosamente la habitación.

En ese momento, sus ojos se posaron sobre una computadora y a su lado un sobre. Se acercó para ver el contenido del último y aunque este estaba vacío él reconoció de inmediato el destinatario. Al ver la impresora al lado se imaginó de lo que se trataba así que tomó asiento y prendió la computadora. Luego le dijo a su compañero:

- Vodka espera, aún no quemes el lugar.

- ¿Encontraste algo, Aniki? – El bajo se acercó para ver mejor lo que estaba haciendo su compañero. Él empezó a buscar algo interesante en los archivos y lo encontró. Un documento dónde comparaban las huellas digitales del famoso detective Kudo Shinichi con el de un niño llamado Edogawa Conan.

- Si no mal recuerdo, ese tal Kudo es el que mataste hace mucho en un parque de diversiones con el APTX 4869 ¿verdad?

- No recuerdo a todos los que he matado, Vodka. Pero si es cierto lo que dices, hemos encontrado algo muy interesante. – Imprimió el documento, lo guardó en el sobre y luego de quemar el lugar se dirigió a la oficina postal más cercana.