Prologo.

El molesto sonido de la alarma de mi teléfono suena por toda la habitación, por un segundo pensé en lanzar esa cosa por la ventana pero luego recordé lo que paso la última vez, y no quería ver a Maki Nishikino en estado demonio, esta semana. Solo detuve la alarma para poder poner una excusa para dormir un poco más. Es mejor tener un pequeño placer antes de sufrir.

—¡J-kun!—Pero lo bueno dura poco, dices algunas personas, la voz de mi "madre" resuena desde el pasillo con aquel particular tono tan dulce, que ahora entiendo el por qué de la tienda familiar; intentó disimular escondiéndome bajo las sabanas para hacerme, así tal vez tenga la menor posibilidad de retrasar mi sufrimiento. "Clic" "Clac" suena mi puerta al abrirse, y las pisadas de mi madre parecían las del T-1000 en busca de su objetivo—¡J, ya es hora de que te pongas de pie!—Tiró de las sabanas, no me inmute ni un segundo—. ¡Y ni pienses que fingiendo estar dormido! ¡Eso no te va a salvar muchacho!

—Solo dame…

—Esa excusa yo la usaba cuando era joven

—Vaya, entonces si que es vieja—Fue algo gratificante el ver como Honoka inflaba sus mejillas en un puchero bastante infantil—No es cierto, Ma—Me puse de pie y me estire, al ser mas alto que mamá no podía evitar besarla en la frente todas las mañanas—. Es solo que no me entusiasma mucho el ir a una preparatoria para chicas—Me rascaba la nuca mientras cerraba mi ojo derecho.

—Pero es una gran oportunidad para Otonokizaka y para ti—Sonaba mas como mi hermana mayor, bufé por lo bajo mientras me quitaba la playera de mi pijama, tomaba una de mis camisas blancas y me la ponía sin mucho entusiasmo, si hay algo que odio mas que las judías rojas, son las camisas formales—. Tienes que admitir que la idea fue buena, intentar probar que Otonoki tiene potencial para ser una escuela mixta.

—¿Y para que necesitan probar eso?—Me intentaba amarrar la corbata pero solo logré ponérmela al revés; mi madre solo rió dulcemente mientras se acercaba hasta mi para ayudarme a colocar esa pequeña soga correctamente, además de acomodarme el cuello de la camisa—. Como escuela para señoritas le va bastante bien ¡Su club de idols a ganado seis veces el love live! Eso es mas que suficiente para estar vigente por mucho tiempo.

—Si, eso es verdad, pero —Ella terminaba el trabajo, me daba una sonrisa y unas palmadas en el pecho— A tu amada tía le encantaría que las chicas convivieran con más chicos, es preocupante la cantidad de parejas de chica y chica que hay ahí—Di eso como si no supiera que todas las preparatorias en donde hice examen con solo ver mi nombre rechazaron mi solicitud.

—Y no veo que a Japón le moleste desde hace años—Creo que intentaba buscar excusas bastante forzadas para algo que ya era inevitable, Honoka parecía mas una clase de verdugo con sonrisa jovial y ojos azules.

—Y deberías apreciar eso, que esa es la razón por la que tu madre y yo pudimos tenerte—Ella ponía su mano sobre mi mejilla para luego darme un beso—. Así que deja de quejarte, ponte los pantalones del uniforme, asaetee y ven a desayunar, que Maki tiene que irse temprano.

¡Qué mas da! A fin de cuentas más poner a prueba a Otonoki, la sociedad me estaba poniendo una pequeña jaula donde no podía causar muchos problemas, no debería estar nervioso, esta podría ser una gran oportunidad para todos de tener una vida tranquila y encontrar una linda chica, después de todo son solo un grupo de dulces jovencitas que apenas y están creciendo, solo piensan en seguir las modas y boy-bands del momento, buscar novio o novia ¿Quien soy yo para juzgar?; lo mas rápido que puedo lavo mi rostro, mis dientes, mi cabello solo lo acomodó un poco, me pongo ese ridículo pantalón de cuadrados azules y lineas rojas; no me fajo la camisa ya que eso me resulta incomodó, me aflojo un poco la corbata de color azul, me pongo el saco del uniforme sin abrochar los botones, me colocó mi muñequera de color negro con una pequeña franja de color blanco y para rematar mi pequeño pirsing en el lóbulo del oido izquierdo.

Desde el pasillo ya podía oler la deliciosa comida que prepara Honoka, pero también escucho como una taza se arrastra ligeramente cuando una mano la eleva para llevársela a la boca, el demonio rojo (uno de los integrantes de los tres demonios de la muerte) esta esperándome para darme el sermón matutino, pero si quiero llegar a la puerta tengo que pasar primero por ahí.

—Buenos días—Digo antes de sentarme.

—Buenos días, Joe…—Y aquí vamos, ¿qué monologo de la doctora Nishikino tocara hoy?—Cuantas veces te he dicho que no me gusta que uses esa cosa—Ella señala mi pirsing, si ahora esta molesta no querrán saber que pasó cuando recién me lo había echo—. Joe, es malo que la gente te vea así, si de por si tu imagen no es muy buena con esa cosa es peor… Además va contra las reglas de vestimenta de Otonokizaka.

—Bueno, si tomamos en cuenta que la directora…—Sentí aquellos ojos violeta sobre mi, sabía que si terminaba la frase las cosas se pondrían muy, muy feas—. E-esta bien, me quitaré esta cosa, pero solo por qué me lo pides.

—Gracias hijo—Eso me dio miedo, al menos esta mañana parece ser buena… Espero lo mismo del resto del día.

El desayuno fue tranquilo, algunos intercambios de palabras entre todos, bueno si es que a alardear de lo buena que es la preparatoria en la que estudiaste se le puede llamar charla; esa fue una muy buena a decir verdad, pero ver a mis madres tan unidas siempre es algo que de verdad me hace feliz, aun con todo y los pequeños regaños de siempre; y si se lo siguen preguntando: si, tengo dos madres, ellas se conocieron en Otonoki cuando Maki tenía, mas o menos, mi edad; por lo poco que me han contado mi tía Nozomi y mi tía Umi su relación fue bastante difícil y rara al principio, aun que finalmente cuando ambas terminaron la universidad se casaron, viajaron al extranjero para poder realizar un método raro de inseminación artificial, y heme aquí, hijo de sangre de Maki y Honoka Nishikino. Lo sé, es curioso.

—¡Me voy!—Abrí la puerta para salir.

—Ve con cuidado J-kun—Gritó Honoka desde la cocina.

—Y ven directo a casa para ayudar a tu madre—Seguía sin comprender como es que la famosa doctora Nishikino y su esposa, vivían en aquella vieja casa que a su vez era una tienda de dulces.

—¡Si señora!— El aire fresco de primavera choco con mi cara, solo pude sonreír, ya que es una de mis estaciones favoritas, ahora que tengo las energías recargas no hay nada que me detenga ¡Puedo con esto de ir a una preparatoria de señoritas! Si solo esas energías hubieran durado un poco más. Ahora todas esas miradas tan ¿inocentes? están sobre mi, susurrando a lo lejos, usando esos… Lindos y muy bien diseñados uniformes de falda corta… ¡Concentrado Joe! tiene que pasar desapercibido, bueno aun que este uniforme prácticamente grita: ¡Miren soy el chico que irá a Otonokizaka! pero no pasa nada, solo no hagas contacto visual… Y suena un celular al tomar una foto, volteo a mi izquierda, un par de chicas de ¿tercero?, su moño es verde así que supongo que lo son, solo atinan a saludarme tímidamente cuando se dan cuenta que las descubrí. Saludo, doy un suspiro y me voy de ahí con algo de prisa.

¡Trágame tierra!—Puedo ir sus risas y murmullos, sus miradas las siento sobre cada parte de mi; yo solo quería pasar desapercibido durante la preparatoria ¿Es mucho pedir?, hubiera sido un nini… Mejor no, creo que puedo acostumbrarme más rápido a las chicas, de lo que tardarían en sanar mis heridas por la golpiza que me pondría Maki al escucharme decir eso. Y topo con pared, aun que esta pared chilla, caigo de bruces al suelo y miro al rededor, ja, ya estaba en las escaleras que llevaban a la escuela, y no se si es bueno o malo.

—¡Auch!—Dice la "pared", y hasta ese momento veo que es una chica… Muy hermosa, parece ser un gato asustado, tiene un hermoso cabello naranja y ojos púrpuras; me quedó como bobo y no captó que ella esta buscando algo en el suelo; cerca de mi mano siento algo alargado y frío, al instante me doy cuenta de que se tratan de unos anteojos.

—¿Esto es tuyo?—Le digo con algo de pena mientras extiendo la mano, ella deja de buscar cuando escucha mi voz y solo toma torpemente los anteojos para salir corriendo por las escaleras, trastabillando un poco en la segunda sección de escaleras; era como si intentara evitarme o simplemente tiene mucha prisa, y si es lo segundo, debería apresurarme también.

Las escaleras, y entrada principal fueron otro mar llenó de miradas, pero creo que comenzó a acostumbrarme un poco, sino destaco mucho durante todo el día, de seguro en dos horas se olvidaran de mi y podré estar tranquilo. Dios bendiga al internet.

—¡Joe-chan!—Una voz bastante familiar suena desde una ventana del edificio principal, y no es otra que—. ¡Soy yo, tu tía Rin!—Me pongo tan rojo como el color de mi cabello—. ¡Por favor ven a mi oficina!—Ahora no sabía si reír o llorar, "las cosas van como nunca", carajo.

A decir verdad los pasillos de Otonoki no son tan modernos como esperaba, pues sigue conservando ese tono de escuela vieja o rústica, aun que es algo casi increíble el pensar lo acogedora que se siente para mi; es como estar en una segunda casa. Al pasar por uno de los estantes de trofeos me quedó viendo las fotos de las generaciones anteriores; en el primer nivel habían cinco trofeos, tres de segundo lugar y dos de primer lugar en competencias de basquetbol, en el segundo nivel había tres premios al primer lugar en los torneos regionales y nacionales en tiro con arco, no era sorpresa para mi el ver en todas las fotos a la tía Umi; y por último en el nivel mas alto, seis relucientes trofeos, con seis fotos de distintas generaciones de school idols, cada uno con su propio estilo y fama.

—¡Lo sabía! ¡Estas interesado!—Dice una voz a mi espalda, ahora veo a una chica de cabello castaño obscuro amarrado en una coleta, ojos azules y piel blanca; su mirada podría describirse como una pequeña estrella que brillaba con mucha intensidad. A juzgar por su moño, parecía ser de segundo.

—¿En que?—Solo atine a decir, digamos que solo soy bueno viendo a las chicas, no hablando con ellas.

—¡En unirte al club de idols!—Ella, sin pensarlo mucho, se acercó mucho a mi rostro—Sería algo fresco e innovador tener a un chico en el grupo, y más si es tan bien parecido como tu…

—Gracias…—Me rasqué la nuca—. Pero este es solo una malentendido.

—¡Oh, vamos!—Ella me toma del brazo, sin perder aquella actitud tan brillante—. ¡Debes unirte a nosotras! Es casi una tradición para tu familia.

—Se que…—me freno—. Espera, ¿A que te refieres con que casi es una tradición para mi familia?

—¿No es obvio?—Ella levanta el dedo indice de la mano que tiene libre—. Tus madres, Maki y Honoka, fueron integrantes de la primera generación, dos de las legendarias musas, además tu tía Yukiho fue líder de la segunda y tercera generación. ¡Así que tu tienes que ser el líder de esta!

—Espera un segundo—Logró salir de su agarre—. No por qué mi familia haya sido parte de esto, quiere decir que yo también lo haré—Ella hacia un puchero y solo giraba la cara como si estuviera muy indignada.

—Como quieras…—Ella me pasó de largo mientras sacudía su cabello—Ya vendrás corriendo hacía nosotras.

—Ni en un millón de años.

Vaya que esa chica es rara, mira que decirme que tengo que unirme a el club de idols solo por mi familia; pero era natural encontrarse con alguien así, el legado de µ's nos perseguirá a todos los descendientes de ellas por un largo tiempo. Ya había perdido mucho tiempo con esa chica, pero conociendo a Rin… Quiero decir a la directora Hoshizora, dudo que se enoje conmigo; los únicos recuerdos que tengo de ella, son los de una mujer con complejo de gato que adoraba jugar con el pequeño Joe cuando iba de visita junto con su Kayo-chin. Y ahora que la señora Hoshizora se le pasaba por la mente ¿Cuantos años llevaba sin verla? ¿Doce? Bueno ella terminó siendo una grandiosa mujer de negocios, por lo que casi todo el tiempo se la pasa viajando por toda Asia y parte de Europa pero según Honoka por fin pudo establecerse en Japón y este mes estaría de regreso. ¡Ya quiero ver de nuevo a la tía Kayo-chin!

—¡A ti quería verte!—Escucho el ¿grito? de la directora cuando llegó a la puerta de su oficina, ¿Enserio esa fue Rin gritando?—¡Llevo más de dos horas!—¿Dos horas? Carajo, no esperaba que esa chica me entretuviera tanto, sabía que debí ver aplicado la técnica de correr, esa nunca falla cuando se trata de escapar de un lugar en el que no quieres estar, pero más que eso, jamás esperé escuchar a Rin gritar de esa manera suena ¿Estricta?, creo que eso comprueba que la gente tiene una personalidad totalmente contraria cuando se trata de desempeñar su trabajo. ¡De que me estoy sorprendiendo ahora! Tengo que entrar y pedir una disculpa antes de que me llamen la atención en el primer día.

—¡Lo siento!—Digo al entrar, asustando a Rin y a su acompñante—¡Es que una chica me entretuvo diciéndome que me uniera al club de idols y…!

—Tranquilo, J-Chan—Le dijo Rin con su tono tranquilizador— Solo cálmate, y dime que haces aquí

—Pues me llamaste…

—¿Enserio?

—¿Cómo? ¿No lo recuerdas?

—No…—Ella puso ese puchero que parecía la boca de un gato mientras se rascaba la nuca con nerviosismo—. Creo que la que te debe una disculpa son yo—Y me sonrío.

—No cabe duda que eres la Rin que yo conozco desde niño…—Suspire—Pero, a todo esto, si no era a mi a quien regañabas, Entonces ¿Quién?

—¡Oh! Creo que mis gritos se pasaron un poco—¿Un poco? Si creo que se pudieron oír hasta America latina—Se me salió lo maternal, aun que pensándolo mejor, llegaste en un buen momento—Rin se pone de pie y extiende su mano para señalarme a una chica… ¡La pared!, es decir, ¡La chica de la entrada!

—J-Chan, quiero presentarte a mi hija—. La chica solo baja la mirada y se acomoda los lentes—. Vamos—Le dice Rin entre dientes

—Mucho gusto mi nombre es Miu Hoshizora—Dijo la chica con un tono muy bajo.

—Encantado, yo soy Joe Nashikino.

—Creo que no se recuerdan pero bueno, es natural, tomando en cuenta que Miu vivió en Corea junto con su madre desde los cuatro años—¿Recordarla? Si apenas y la vi hoy—. En fin, ahora que "formalmente se conocen", tengo un favor que pedirte Joe.

—¿Si?

—Hoy estaré algo ocupada y no estaré en casa—Rin me daba una de esas sonrisas que nunca significaban algo bueno para mi—. ¿Podría ir Miu contigo a tu casa?

—¿Eh?

—Es que no me gusta que este sola y Kayo-chin, llegará hasta la próxima semana…

—Espera Rin.

—Directora Hoshizora. En la escuela dejo de ser tu tía.

—Bien."Directora Hoshizora"—Me rasqué la nuca y miré con suplica a Rin—. Créame que no quiere que alguien como yo este con su hija por las calles. Ese mejor que se lo pida, a… No sé, la presidenta del consejo estudiantil, por ejemplo.

—¡Oh vamos!—Rin sonaba muy animada—. Tu eres un buen chico, además eres el único en el que confío para cuidar a mi pequeña… Tal vez, y en una de esas, Maki-chan y yo terminemos siendo familia—Ella golpea mi brazo mientras me ve con picardía.

Pongo los ojos en blanco, aun que me agradaba mucho la actitud de Rin, en ese momento me parece alguien que busca adaptar a su hija de un modo u otro, cosa que terminó de confirmar cuando veo como Miu tiene una mano tratando de taparse la cara por la vergüenza que la hace pasar su madre; si yo fuera una chica odiaría que Honoka me buscara una cita… Bueno, un pretendiente o algo así. Pero, con el perdón de Miu, sino acepto la petición de Rin, ella seguirá molestando todo el día y creo que con que haya gritado mi nombre es mas de la interacción que pretendo tener durante el día; le sonrió a Miu a manera de disculpa, para cuando interpreta aquella sonrisa ya es demasiado tarde.

—Esta bien directora—Digo en un suspiro—, Pero solo esta vez. No quiero que me termines odiando por lo que pueda pasarle a tu hija.

—¿Y por qué lo haría?

—No quiere saberlo—Digo con una sonrisa forzada, seguidamente me colocó junto a Miu para indicarle que por hoy seré su guía—. En fin, nos vemos en la ceremonia de apertura, Miu y Yo nos vamos yendo.

—Claro, y Joe—Concentró mi mirada en Rin para solo ser testigo de una dulce sonrisa—.Gracias

Solo suelto una pequeña risa, pues creo que en parte e recibido una compensación por lo de esta mañana. El camino al gimnasio fue completamente silencioso, al parecer ninguno de nosotros quería romper el hielo; yo si quería hacerlo pero siempre que algún tema se me venía a la cabeza, me resultaba una cosa muy indiscreta para contarle a alguien que acabas de conocer. Aun así no puedo dejar de pensar en muchas cosas ¿Por qué Rin estaba regañando a Miu? ¿Qué había pasado para que Miu no se contactara con su madre en dos horas? Pero sobre todo ¿A que se refería la directora cuando les dijo que ya se conocían?

—Disculpa, Nishikino-san—Habla como si nada.

—Solo llámame Joe, no me gustan las formalidades—Respondo de manera automática.

—Bueno, J-Joe-san—Su voz sonaba muy quebrada; prefería mi nombre sin honorífico pero no puedo presionar a los demás—Te importaría decirme ¿A que se refería mi padre cuando dijo que aun no nos recordábamos?

Hago como si lo pensara un momento pero la verdad es que yo tampoco lo sé—. Para serte sincero, ni siquiera se a lo que Rin se refería, solo te conozco desde esta mañana cuando chocamos—. Ella se puso roja cuando escucho lo último.

—¡De verdad perdón! Es que yo…

—Para el carro—Dije, a lo que ella se calló de inmediato—. No tienes que disculparte, creo que los dos tuvimos un poco de culpa por ir distraídos, así que dejémoslo como una disculpa mutua ¿Vale?— Ella no dijo nada más, solo asintió; de ahí en adelante no hablamos más por el resto del día.

La ceremonia me era algo incomoda pero casi nadie nota mi presencia; el silencio de las chicas cuando Rin daba su discurso, era algo que jamás había visto en mi vida, supongo que cuando estas rodeado de niños mimados que no dejan de gritar, te vuelves algo susceptible al ruido o simplemente te adaptas; pero creo que esta vez, puedo disfrutar del ruido. Siento un peso extra sobre mi costado derecho, al voltear veo como Miu esta apunto de quedarse dormida, esta niña es sorprendente, aun sabiendo que su madre esta dando un discurso, ella solo parece querer dormir. De verdad que me intriga.

—…Pueden retirarse—Citó Rin, como pude, logre despertar a Miu que solo se estiro como si despertara a primera hora.

—¿Donde estoy?—Dijo con voz somnolienta.

—En la preparatoria—Empece a empujarla por los hombros para que caminara—. Donde tu madre es la directora, y no creo que le agrade ver a su hija como zombi, así que despierta y apresurase a caminar.

—Si…—Dijo aun con el mismo tono.

Miu era bastante liviana, por lo menos cuando uno la empujaba, incluso se podría decir que es un buen articulo para las personas que comienzan a hacer ejercicio; pero lo que me molesta es que ella, literalmente, cada tres pasos parecía caer dormida de alguna manera, incluso en mas de una ocasión tuve que zarandearla, llamando la atención de la gente; de ves en ves sentía al mirada fría de alguien justo en mi nuca, cosa que me daba muchos escalofríos. Era como tener un acosador… ¡Bah! Deven ser cosas mías.

"Clase 1-2" decía el cartel junto a la puerta que daba a uno de los tantos salones; di pequeñas palmadas en la mejilla de Miu para que se despertara del todo, ella bostezó mientras estiraba los brazos.

—¿Donde esta ese ratón de chocolate?—Dijo ella mirando a todos lados.

—¿Qué rayos tienes en la cabeza?—Dije sin remordimiento, antes de abrir la puerta del aula y dar un paso al frente.

El aula era de lo mas normal, con las medidas correctas para resguardar a un número de alumnos, sus paredes eran de color blanco, en la parte de atrás estaban algunas cosas como libros o manualidades que se utilizarían mas adelante, ahí pude ver un balón de basquetbol; la pizarra era de alguna clase de cristal templado que era sujetado por algunos tornillos bastante gruesos, los banquillos eran individuales hechos en su totalidad de madera con soportes metálicos. A mi gusto, bastante simple pero encantador.

Las alumnas de nuevo ingreso, al igual que Miu y yo, hablaban animadamente, estaba seguro que ya se conocían o por lo menos congeniaron antes de la ceremonia. Me sentí con mucha seguridad de no ser descubierto, y todo fue un éxito hasta llegar al lugar que se me había asignado (Junto a la ventana).

La primera mitad de las clases pasaron rápido, aun siendo el primer día me sorprendió ver que las clases comenzaban de manera regular; lo más difícil fue la pequeña presentación que nuestra tutora nos "pidió" hacer, pero pude sobrevivir; ahora estábamos en la hora del almuerzo pero ese día no tenia mucha hambre, por lo que quise ir a explorar mejor la escuela.

—Oye Miu te gustaría—Gire para ver a Miu pero, como todo el dia, estaba durmiendo profundamente; tenía un puchero como el que hacía Rin mientras murmuraba cosas sin sentido—. Supongo que iré yo solo…

—¡Joe Nishikino! ¡Vengo para llevarte a tu destino!—Gritó una voz bastante chillona desde la puerta, al girarme pude ver a luna chica, de cabellera negra como la noche. Al igual que Miu, ella usaba lentes pero su cabello era mas largo y algo rizado. Sus pasos acercándose hacía mi resonaban por toda el aula, junto con las pequeñas risas de mis compañeras. Se colocó a mi lado derecho, para que no tuviera oportunidad de escapar, al mal paso darle prisa.— ¡Deja de ignorarme!

¿Te conozco?—Le dije una vez que levante la vista, ella se inclino y, prácticamente, pego su nariz con la mía; me puse muy rojo

—No, pero yo a ti si—Se alejó de mi y, de alguna parte de su falda, sacó una pequeña libreta de apuntes. Mientras ella buscaba, yo la analizarla; tenía una linda figura por lo que supongo que hace ejercicio, su cabello se nota sedoso, su uniforme no varía mucho solo su moño, pues pertenece a los alumnos de tercero y por último sus piernas lucen espectaculares con esas medias negras que le llegan un poco mas abajo del muslo— Ahora, si me haces el favor de dejar de verme las piernas—Ahora de seguro parezco un tomate—. Tú eres Joe Nishikino, el primer niño nacido de dos mujeres, que no son otras que Maki Nishikino y Honoka Kosaka, dos de las nueve legendarias musas de Otonoki. Fuiste expulsado de una secundaria debido a una riña, que se cree, tu iniciaste.

—¡Para!—Ella se detuvo en seco—. ¿Qué tiene que ver esto con el club?

—Nada—Ella sonrió inocente—Pero me gusta presumir sobre mis dotes de reportera, Lindo ¿No?

—Aterrador.

—Que rudo. ¡Me gusta! Necesitamos eso en el grupo—Ella me ofreció su mano, a manera de saludo— Mi nombre es Yui Hashimoto—Estreche su mano—. Es un gusto para mi poder conocer a una celebridad como tu, "Joe-sama"

—¿Celebridad?—Enarque mi ceja—. Debe ser una broma, yo no llevo mas que unas horas aquí.

—Eso es verdad, pero debo decirte que cuando la directora nos informó que este semestre habría un chico en Otonoki—Ella soltó una risa inocente—. Todas las chicas de segundo y tercero se emocionaron mucho.

—Eso explica por qué las de primero no me prestan tanta atención…

—Eso es porque aun son nuevas, pero deja que pases los meses—Ella llevaba sus manos a la espalda mientras me miraba fijamente sin perder su sonrisa—. Dejando eso de lado, veo que no estas ocupado así que ¿Te gustaría que te muestre la escuela?

—Pues pensaba explorar por mi cuenta, pero ya que te ofreces, con gusto acepto tu oferta—Me puse de pie, y antes de comenzar a seguir a Hashimoto, vi a Miu, supongo que también le vendría bien un recorrido. Le pedí a la senpai que me esperara un segundo.

—Oye Miu—Moví con cuidado a la chica, ella despertó, sus ojos estaba hinchados y había algo de saliva saliendo de su boca.

—¿Qué pasa Joe-kun?—Respondió mientras al mismo tiempo tallaba su ojo izquierdo.

—¿Quieres venir a ver la escuela? Una senpai se ofreció a darme un recorrido y pensé que a ti también te gustaría venir—Ella desvió la mirada mientras, con nerviosismo, tallaba sus manos por debajo del banquillo.

—¿No sere una molestia?

—Para nada—Tomé su mano, sin ninguna pena, y la arrastré conmigo hasta donde estaba Hashimoto.

—Así que era eso, bueno, si son mas hijos de las musas mejor—Dijo la senpai mientras comenzaba a caminar.

Salimos del edificio principal, para llegar a el patio, un lugar muy vernos y con muchos árboles, además de uno de considerable tamaño que daba una muy buena sombra para los días calurosos, podía escuchar a Honoka hablar sobre su sitió favorito para comer y no la culpo se ve bastante acogedor; nos mostró un pequeño gimnasio, donde el equipo de voleibol practicaba. Pasamos por unas chanchas de basquetbol, donde unas chicas jugaban. Entramos a otra parte del edificio, donde estaban los salones de segundo y, en una medida considerable, los salones de los clubes. "club de moda". "de danza", "de tiro con arco", "Kendo" "karate", no tarde en comprender a donde nos dirigíamos.

—No te asustes, Nishikino-kun—Dijo la senpai, como leyendo mis pensamientos—. Si vamos a donde tu crees, pero no para eso.

Yo no dije nada, solo me limité a quedarme callado, no creía en nada; aun que nada, fuera de lo común, me haría cambiar mi opinión; solo me limité a mirar por la ventana para seguir apreciando la primavera, digamos que intenta distraerme para ignorar las propuestas que vengan de las chicas, supongo que van a ser muchas.

Llegamos a la puerta que menos quería ver, bueno la verdad no, pero ustedes entienden; por un segundo voltee a ver a Miu, si a mi ya me conocían, no cabe la menor duda que sepan quien es ella, pues es hija de la directora. Aun que a diferencia de mi, se le vía claramente emocionada, supongo que si tiene la convicción de ser parte del club de school idols.

—Ya estamos aquí—Yui se colocó frente a la puerta aun con una sonrisa inocente, Miu parecía estar impaciente por entrar—¡Bienvenidos al club de investigación idol!

Al entrar, había una mesa bastante grande, un ventanal que proporcionaba luz a todo el lugar, además… Me encontré con la colección de artículos sobre idols más grande que había visto en toda mi vida. Dvd's, autógrafos, cientos de posters, chapas y de más, pero entre aquellos posters destacaban dos, el primero era de μ's (obviamente) pero el segundo era de un grupo, sabía que lo conocía de alguna lado, pero no recordaba de donde.

—Ese es A-rise—Dijo Miu a mi lado—. Fueron las rivales de nuestras madres hace mucho.

—¡Cierto!—Chasque los dedos—. Honoka solía hablarme de ellas cuando era pequeño, aun que a veces, cuando Maki estaba cerca y la oía hablar de una tal Tsubasa, se ponía celosa—Ambos reímos con ese comentario; la risa de Miu era muy bonita, pero su expresión lo era más. Vaya que se parecía mucho a la tía Kayo.

—¡Linda pareja!—Resonó una voz, que me parecía conocida, al girarme me encontré con la chica castaña de esta mañana—, tal vez por eso no te quieres unir a nosotras, para no perder tiempo con tu novia.

—¡Pero si eres…!

—Mitsuki Sora—Ella sonreía con satisfacción—, pero para ustedes soy Sora-senpai.

—Eres muy modesta Mitsuki, a la última persona que te trató tan fríamente, le dijiste que te llamara princesa del cielo—Ahora hablaba una chica de un largo cabello azul que le tapa uno de los ojos de color rojo, su voz sonaba "depresivo", si es que hay que decirlo de una manera. Su moño era verde—. Perdonen la actitud de esta niña, Mui-sama y Joe-sama—Ella se inclinaba—. Mi nombre es Kaori Ren, es un honor conocerlos.

—Solo dime Joe, sin honorífico, me siento mas cómodo así.

—Y yo prefiero que me digas Miu, Ren-chan

A la chica se le iluminaron los ojos—. No soy digna…—Ella se fue a una ventana, mientras era iluminada or los rayos del sol.

—Que raro, nunca había visto a Kaori tan feliz—Dijo Yui—. En fin, siéntanse bienvenidos, ellas son las integrantes de nuestro grupo eclipse.

—¿Eclipse?—Dije.

—Si—A Yui se le inflo el pecho de orgullo—, nos formamos apenas el año pasado, y nos a ido de maravilla.

—¿Enserio?—Dije fingiendo interés—, no escuche de ustedes.

—Bueno…

—Nuestro inicio a sido algo turbulento—Dijo Ren sin quitar ese tono—, tuvimos algunos problemas, y no pudimos hacer más de dos lives.

—Por esa razón no clasificamos para el Love Live!—Ahora hablaba Sora.

—¿Qué fue lo que sucedió?—Ahora hablaba Miu, que estaba más interesada que yo.

—Digamos que eso de ser idols… Para algunos—Yui sonaba nostálgica—, es algo estúpido y sin sentido para algunas personas.

El ambiente de pronto se sintió muy pesado, era casi palpable la tristeza, como si de un momento a otro alguien muy cercano se hubiera ido lejos o tú mascota haya escapado; la verdad es que las cosas tristes me desesperan, para mi no son solo más que una mera perdida de tiempo. Así que solo hice lo primero que se me ocurrió.

—No se suponía que nos estas dando un tour, Yui-senpai—Le dije para cambiar de tema—, ya pasamos mucho tiempo aquí y quiero ir a comer algo.

—Cierto, perdón, me entretuve mucho—Ella camino a la puerta y tomo la manija—Sigamos.

Caminé hasta la puerta sin despedirme, a diferencia de Miu, yo sabía que no sería la última vez que cruzaremos caminos. El resto del recorrido no fue la gran cosa, solo visitamos los edificios de segundo y un pequeño establo donde estaban dos alpacas (con las que Miu se emocionó mucho), luego fuimos a la pista de atletismo y el gimnasio principal.

—Vaya que este lugar es amplio—Dije al echar un vistazo, en ese lugar había una cancha de basquetbol (donde en ese momento se estaba llevando acabo un partido) y una de voleibol—, me encantará jugar aquí.

—¿Practicas algún deporte Joe-san?—Preguntó Miu

—En la secundaría estuve un tiempo en el equipo de basquet.

—Eso explica tu altura.

—No es para tanto, de echo, era uno de los jugadores más pequeños—Creo que para una persona que apenas y alcanza los ciento sesenta centímetros, es sorprendente conocer a alguien de un metro setenta.

—Bien chicos ya estuvimos mucho tiempo aquí—Yui estaba nerviosa—Vamos al último sitio relevante.

—¡Si!—Mui sonaba muy animada.

—Esta bien—Puse mis manos sobre mi nuca—, quiero terminar rápido para comer. Se me antoja un poco de pa…—Escuche el desliz que emiten las zapatillas en la duela, al ver de reojo me percaté de que un balón se acercaba a toda velocidad hasta donde estaba Yui y aun que trastabille un poco, logré detenerlo a tiempo. Al escuchar el sonido de mi mano contra el balón, ambas chicas se sobre saltaron.

—¿Pero qué…?— Dijo Miu.

—¿Estas bien Yui-senpai?

—S-si, gracias por detener ese balón.

Voltee a ver al responsable y solo me encontré con cinco miradas bastante odiables, cuatro de las seis chicas que estaban jugando parecían estarnos mirando (aun que en realidad era a mi) con cierto enojo por a ver detenido el balón; desde atrás pude ver como una chica un poco más alta que Miu, se acercaba corriendo apresuradamente.

—¿Estas bien?—Me dijo. Era pequeña, de ojos verdes y cabellera de un rubio cobrizo, su vestimenta era de deportes por lo que no podía saber a que grado pertenecía.

—Si, no fue nada grave, ya estoy acostumbrado a estas cosas—Le mostré la palma de mi mano para que no se preocupara—. Solo tengan mas cuidado—Tomé el balón pero no se lo di, caminé hasta un poco más lejos de la linea que divide la cancha y lancé el balón, que entró perfectamente en el aro—. Usen el mecanismo de tiro correctamente para que no pasen este tipo de accidentes—Me alejé hasta donde estaban las chicas—. Gracias por venir a ofrecer tu ayuda…

—Aimi Tomoshida.

—Bueno, gracias Aimi-chan—Y con ese último comentario salimos del gimnasio.

—Y pensé que no tenías dotes con las damas Nishikino-kun…

—¿Qué es lo que tienen esas chicas contra ti?—Interrumpí abruptamente a Yui—Ese tiro fue premeditado, y era con la única intención de lastimarte.

—No es nada, solo fue un accidente—Su expresión no me convencía, pero decidí creerle, no eran mis asuntos y no quiero problemas—. Bien sigamos con esto.

El último lugar fue el auditorio, o mejor conocido para toda Otonoki, donde μ's hizo su debut. En este lugar Honoka, Umi y Kotori, habían iniciado una leyenda que hasta el momento permanecía vigente; técnicamente hablando, el lugar estaba bastante bien equipado y contaba con un buen número de asientos para toda la escuela.

—Por fin…—Dijo Miu en un susurro—Estoy donde empezó todo.

—Exactamente Miu-chan—Dijo Yui—Este y UTX, es uno de los lugares sagrados para las aspirantes. Así que tenemos que sentirnos honradas de… ¿A donde vas Nishikino-kun?

—A comprar pan ¿Quieren un poco?—Ya tenía un pie fuera del recinto.

—Pero estamos donde…

—Donde μ's inicio, ya lo sé—Me rasqué la nuca—Es solo que a mi no me importa en lo absoluto, así que como este era el último lugar, mi recorrido llega hasta aquí. Gracias Yui-senpai, nos vemos después.

Las dos chicas se quedaron ahí como piedra, ahora tenía tiempo para mi.

En un plis-plas, las clases ya habían acabado. Por fin este día había terminado, o una gran parte de él, ya que solo me queda hacer una cosa más; detrás de mi, Miu seguía dormida (como toda la última hora) con esa "adorable" expresión de gato, que causaba una pequeña risa de las chicas. Me le quedé viendo un rato, de verdad parecía un gato, y por un momento pensé en acariciarle la cabeza esperando a que le salieran orejas pero me abstuve, así que solo la desperté.

—¿Joe-san?

—Así es—Ella se despertó y se puso de pie para acomodar sus cosas—. Ven es hora de que vayamos a mi casa.

—Perdón por eso…

—Ya dije que pararas el carro—Los dos caminamos juntos un buen tramo en completo silencio; a decir verdad la residencia Nishikino no estaba tan lejos, pero con Miu tan callada las parecían alargarse mucho, ella movía sus brazos nerviosamente, y por momentos parecía que diría algo—. ¿Y qué tal esta Corea?—Dije para romper el hielo.

—Es interesante, aun que nada espectacular—Ella no despegaba la vista del frente—. Aun la verdad no era como que saliera mucho de mi hogar, mi madre era algo sobre protectora.

—Bueno eras una niña de solo cuatro años—Dije—No culpo a la tía Kayo, pero debe ser difícil estar en un lugar que no conoces mucho.

—Solo al principio, con el tiempo te acostumbras y puedes socializar con normalidad—Miu acomodaba sus lentes—. Pero, a pesar de estar en un país, no siempre me mantenía en el mismo lugar por el trabajo de mamá, y no hice muchos amigos. Creo que por eso me llevó tan bien con Nozomichi.

¿Nozomichi?—Enarqué una ceja—¿Acaso Nozomi estuvo por Corea?

—Si, y algunas veces, por largos periodos de tiempo, ella cuido de mi.

Por como la describe Maki, era algo "atrevida" espero que tu no seas así.

Ella rió un poco—Para nada, creo que algo de maternidad le llegó conmigo, ahora parece ser diferente.

—No la conozco mucho, así que supongo que Honoka será quien de el veredicto final—Ambos reímos mientras ya podía divisar mi hogar a lo lejos. Miu se tensó cuando notó el lugar—¿Pasa algo?

—N-no, es solo que… Estoy apunto de conocer a dos de las musas legendarias.

—Sabes que eres descendiente de dos de ellas ¿No?

—Pero no es lo mismo, papá y mamá siempre han estado conmigo pero jamás antes había visto a Honoka Kosaka, ni a Maki Nishikino.

—De echo las dos ahora se apellidan Nishikino—Dije con burla—. Pero eso no importa, no tienes por qué ponerte nerviosa, ellas son inofensivas… La mayor parte del tiempo—. Y volvió a soltar su típica risilla inocente. Ambos llegamos a la puesta principal, que daba directamente a la tienda de dulces, no había cambiado en nada a pesar de los años, y vaya que era algo impresionante para como las cosas están ahora. Creo que los dulces son de las pocas cosas que se prefieren tradicionales.

—¡Estoy en casa!—Grité al entrar.

—¡Con permiso!—Dijo Miu.

Mi madre salió de la cocina, mientras se limpiaba las manos con el delantal, al verme me regalo una sonrisa y se me acercó para darme un beso en la mejilla en señal de saludo.

—Bienvenido, J-kun—Sus ojos se postraron sobre Miu, que al instante se puso tensa—. Y tú a ti también, Miu-chan, Rin me llamó para avisarme que vendrías. Un gusto volver a verte—Miu solo se quedó muda.

—Otra vez con eso—Me rasqué la nuca—. ¿En serio ya nos conocíamos de antes?

Honoka soltó una pequeña risita, que no dejo indiferente a nadie—. Por supuesto que si. De echo tú decías que te casarías con Miu cuando crecieran—No esta de más decir que ambos nos pusimos de color rojo—. Y eso siempre la hacia feliz cuando estaba muy triste o cuando querías pedirle disculpas. Pero veo que no recuerdan casi nada, no los culpo, solo convivieron por unos meses antes de que Miu se fuera lejos. Aun recuerdo que te pusiste muy triste al enterarte.

Ahora no podría ver a Miu a la cara, era muy vergonzoso, no solo por eso del matrimonio, sino también por qué me sentía mal de no recordarla. Según lo dicho por mi madre Miu podría entrar en la categoría de amiga de la infancia. Y nunca es bueno olvidarte de alguien así.

—Pero dejemos la anécdotas para otra ocasión, ahora que estas aquí J-kun ¿Por qué no vas con Miu-chan a el parque que esta aquí cerca? No creo que quieran estar encerrados aquí hasta que llegue Rin ¿Verdad?—Honoka prácticamente nos empujo fuera de la tienda.

—P-pero Má, si Maki se entera de que no te ayude, ella…

—¡Oh vamos! Yo se como controlar a tu madre, no tienes de que preocuparte… Déjalo todo en mis manos, y salgan. ¡Nos vemos!—Ella cerró la puerta sin darme oportunidad a protestar.

—Este… Perdona a Honoka, Miu, aveces es algo impulsiva y…

—Ella me tocó… Es el mejor día de mi vida…—Miu parecía ida mientras cerraba los ojos de manera muy dramática.

—Estas loca por las idols ¿Verdad?

El parque era un lugar tranquilo, algo amplio, pues muchos niños de primaria acudían a jugar después de salir de la escuela. En ese momento solo había unos cuanto, seis para ser exactos, que jugaban basquetbol con un balón de futbol, irónico ¿No?; ambos caminamos un poco y optamos por tomar asiento en los columpios. Los dos estábamos callados, mientras disfrutábamos de la vista y el cielo de color azul, que en poco tiempo comenzaría a ocultarse. El momento de incomodidad casi se había disipado, pero aun se podía sentir ahí; aun que intentaba ver a Miu, simplemente no podía.

—Así que somos amigos de la infancia—Ahora ella fue quien rompió el hielo—. Eso explica por qué mi padre remarcaba tanto la llegada de un chico a Otonoki.

—Eso creo—Me hizo un poco para atrás en el columpio—, siento no haberte recordado. Ya sabes, no tengo muy buena memoria.

—Yo tampoco…—Ambos reímos, su risa era cálida y alegre, como la de Maki o Honoka cuando están muy felices. Miu tenía un toque maternal en toda ella, espero que ser su amigo por mucho tiempo, de verdad que me alegraría. De pronto sentí como el balón con el que los niños jugaban rodaba hasta mis pies, tomé el esférico con mis manos y vi a los niños, ellos se quedaron callados al verme; se veía como si tuvieran frente a ellos a el bully de su escuela, no era la primera vez que me pasa. Esta mezcla de ojos azules y cabello rojo no ayuda mucho.

—Esto… S-señor podría…—Aquel niño estaba demasiado asustado para poder hablar bien. Así que solo hice lo mejor que se hacer para romper el hielo, bote el balón (aun que no era de basquet, podía manejarlo fácilmente) jugando con el como si de una extensión de mi cuerpo se tratase, ellos solo veían con mucha fascinación mi pequeño espectáculo. Siempre me a gustado esta sensación, es como estar libre, como volar con los pies en la tierra; tal vez por eso me gusta el basquet. Termino mi "acto" girando el balón en uno de mis dedos y luego se lo di al niño de antes—¡Eso fue increíble señor!

—Gracias. Pero no me llames señor, desde hoy soy su hermano mayor—Ellos solo asintieron—. Y como primer mandato de hermano les pido—Señale a donde estaba un árbol—. Que jueguen con la niña que se esconde ahí—Ellos vieron con atención, en especial el pequeño del balón que parecía ser el líder, y por fin la notaron. Una pequeña niña estaba escondida en aquel lugar, parecía asustada porque la había señalado, así que intento escapar pero el líder corrió hasta ella y la detuvo tomándola de la mano; la cara de la pequeña se puso del color de mi cabello pero cuando el chico le sonrió y se la llevo con los demás, ella aprecio sonreír—. A eso me refería

—¡Increíble Joe-san!

—No es nada, controlar el balón no es tan difícil cuando practicas lo suficiente.

—N-no me refería a eso—Ella apretaba los puños cerca de su cara con una expresión algo infantil—. Tienes muy buena interacción con los niños, y eres bastante atento con ellos—Suspiró—. Desearía ser como tú, a veces pienso que los niños abusan de mi.

—¿Los niños abusar de ti?—Dije ahogando la risa que quería escapar—. Pero si tu tienes una esencia maternal por todo el cuerpo.

—No creo… Mi hermana pequeña parece odiarme—Suspira—Parece que cuando estoy cerca ella tiene miedo o desconfía de mi. Por eso siempre termina llorando.

—¿Hermana? Creí que era hija única.

—Pues, hace poco mamá y papá decidieron adoptar a una niña huérfana de Corea—Ella miraba al horizonte con mucha gracia—. Creo que ser la princesa se acabó para mi…

—Supongo— Y volvimos a reír. Como no queríamos estar todo el día sentado ahí, perdiendo el tiempo, fuimos a otra parte, una pequeña tienda de helados que estaba cerca. Fue ahí cuando me di cuenta que Miu es una aficionada del helado, pues no podía elegir entre un sabor y otro, hasta que al final opto por el mas sencillo y clásico: Chocolate, por mi parte escogí de fresa. Ahora solo estábamos por las calles con paso tranquilo sin prestar mucha atención por donde nos habíamos metido.

—Oye Joe-san—Ella paró de comer su helado para verme—¿T-te molesta que te haga una pregunta algo indiscreta?

—Mientras no me pidas dinero, todo estará bien—Lo dije tan enserio que creo que perdió la intención de chiste que le había dado.

—B-bueno, recuerdas que Yui-senpai nos mostró los lugares donde estuvo μ's.

—Si.

—Quería saber—Ella se detuvo para tomar valor—¿Por qué eres así cuando hablan de μ's?

—¿Así como?

—Ya sabes. Parece que te molestan cuando tocan ese tema

—Es que, para ser francos—Miré al cielo que empezaba a adoptar tonos naranjas y rojizos—, ser hijo de dos integrantes de μ's, me a traído más problemas que beneficios. Y no me refiero a que me hayan molestado por eso, es solo que siempre estoy a la expectativa de las personas por lograr cosas tan increíbles como las que hicieron Honoka y Maki—Miu y yo nos vimos a los ojos—, esa es la razón por la me fui del equipo de basquet de la secundaria y por eso también me rehuso a unirme a cualquier club cuando alguien me lo ofrece. Solo quiero que me conozcan como Joe Nishikino, no como "el hijo de las musas".

—Ya veo…

—Si, pero dejemos de pensar en eso. Ponerse existencialista nunca arregla nada, dejemos las cosas como son.

—Tienes razón. ¿Regresamos?

Miu me sonrió otra vez, pero ahora sentí que era mas cálida... Creo que empiezo a recordar por que me gustaba cuando era niño. Es bueno reencontrar a un viejo amigo, y más cuando es una chica tan linda como ella.

Este fue el pequeño momento, donde comencé a darme cuenta, que mi pequeño paso por Otonokizaka, la escuela que es un santuario para las fans de las school idols, sería maravilloso.