Afortunada
Prólogo
Normalmente una chica de 20 años que ha conseguido graduarse con honores en Yale años antes de lo esperado consigue el trabajo de sus sueños en pocos meses, se muda a Nueva York, va ascendiendo hasta lograr estar en la cumbre, y en ese momento conoce a un maravilloso hombre que comparte sus inquietudes y sueños, que la quiere tal y como es y que la apoya siempre, en resumen, se podría decir que es afortunada, pero claro, esa historia es demasiado bonita como para pasarme a mí.
Debería explicarme, me llamo Isabella Swan, Bella para los amigos, y hace tres años que me gradué en el instituto de Forks logrando una beca completa para estudiar Literatura y Periodismo en Yale, durante mi estancia en la universidad estudié tanto que milagrosamente acabé antes de tiempo y con honores, eso sí, renunciando a toda vida social (aunque tampoco me importó mucho). Hasta ese momento todo iba bien, era afortunada a los ojos de todos, pero, como he dicho antes, lo bueno acaba en ese momento.
El único puesto que me ofrecieron fue en una revista del corazón porque las publicaciones más prestigiosas me consideraban demasiado joven para darme trabajo y desde hace seis meses me he dedicado a entrevistar a celebridades cuyo mérito es haberse acostado con un personaje célebre o que se han operado la nariz por undécima vez, o que desean enseñar a todos los Estados Unidos las fotos de su hijo/a recién nacido (porque está claro que el sueño de todo niño es estar en las portadas de las revistas antes de poder siquiera babear, claro) antes de irse a la inauguración de un club en el que algún paparazzi les pilla borrachos como cubas o liándose con el modelo del momento, y todo eso por un sueldo que apenas me da para pagar el alquiler y la comida. Mi único consuelo era quejarme a través del teléfono:
En serio Rose, tendrías que haber visto lo que era esa tal Lauren Mallory, algo insoportable, he tenido que estar dos horas repasando la entrevista para poder darle sentido a sus respuestas, todo lo que decía estaba relacionado con ir de fiesta o de compras, y se supone que la entrevista iba de su futura vida universitaria…ha sido un auténtico horror.
Si tan poco te gusta ese trabajo ¿por qué no lo dejas? Estoy segura de que encontrarás un puesto mejor, aunque no sea en Nueva York. Podrías volver a Forks una temporada, seguro que te viene bien, a mí me vendría bien alguna ayuda con la tienda y tú tendrías tiempo para escribir y esas cosas.
Rosalie Hale, mi mejor amiga desde hace quince años, tiene una tienda de ropa en Forks que no para atraer clientela, yo creo que ella debería ser modelo, porque es una diosa rubia de ojos azules que hace caer tu amor propio en cuanto la ves, pero ella quiere una vida tranquila con su novio de toda la vida, Emmet, que es el entrenador de futbol del Instituto Forks.
Ya sabes que no puedo Rose, en Forks no tendría oportunidad de entrar en alguna publicación de relevancia y además, con mi torpeza y mala suerte seguro que causaría algún accidente y tu tienda acabaría incendiada o derruida o algo así.
Ah ¿no te dije que en el pueblo la agencia de seguros tiene una oferta anti-Bella? Cubre cosas como destrozos por tropiezos con el aire o heridas por choque frontal en las escaleras.
Jaja, muy graciosa Rose, me alegra que mis desgracias te sirvan para ser tan chistosa.
Oye ¿estás viendo la tele o algo? Porque esas sirenas que se oyen me están poniendo mala.
No, debe ser algún vecino con la tele muy alta, espera un momento.
Dejé el teléfono dispuesta a hacer frente el vecino que estaba armando tanto ruido, porque la verdad era que ahora que Rose lo había dicho me parecía increíble no haberme dado cuenta antes de todo el follón que se oía, pero cuando me asome a la ventana para quejarme me di cuenta de que no era un vecino, ¡el edificio estaba en llamas! ¡Y yo no me había dado cuenta! ¿Se puede ser más idiota y más gafe? Yo creo que no.
Uno piensa que el hecho de que tu casa arda en llamas y quedándote solo con el móvil y la cartera, además de unas cuantas prendas de ropa, es suficiente desgracia para cualquiera, y lo es, excepto para mí.
Bella, lo siento, pero no puedo mantenerte en tu puesto.
Por si acaso os lo preguntabais, sí, la que ha dicho eso es mi jefa.
¿Por qué? Yo hago mi trabajo, cumplo con las fechas de entrega y trato bien a los entrevistados
Lo sé Bella, eres una buena trabajadora a pesar de que no te guste este tipo de publicación y es injusto despedirte, pero la revista está en un mal momento y tenemos que recortar gastos, y como tú eres la última en entrar en la empresa…
Me toca largarme porque mi indemnización es la más barata, ¿verdad?
Eso me temo…he intentado convencer al director de que recorte por otro lado, pero ha sido imposible.
Genial, primero me quedo sin piso y ahora pierdo un trabajo que ni siquiera quería.
Mira Bella, se que estas en un momento difícil, y quiero ayudarte, por eso te he conseguido una entrevista de trabajo.
¿En serio?
Sí, pero antes debes saber que no es aquí, es en Palm Springs, y que no es de escritora, es de tutora…
¿Tutora?
Verás, una amiga mía, Esme Cullen, necesita alguien que ayude a sus hijos a subir sus notas, yo le he hablado de ti y parece bastante interesada, sobre todo por tu educación académica, y tú podrás conocer a un montón de gente influyente que puede ayudarte a ascender; sé que no es lo que tenías en mente pero, ¿por qué no lo intentas? Puede que tu vida cambie…
Y sí que cambió, más de lo que nunca esperé.
