1º. ¡VAYAMOS AL BAILE!

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El fin del curso se acercaba y con él la estancia de los dos prometidos en el Furinkan. A partir del nuevo curso escolar los dos ingresarían en la universidad. Los dos irían a la misma, pero cursarían distintas carreras. No habían comunicado donde irían, ni siquiera a su propia familia. Querían mantener el secreto, así librarse durante el mayor tiempo posible de sus seis acosadores y de la estafas de Nabiki.

Había pasado casi dos años de la boda fallida, pero no habían tenido ni un día de tranquilidad. Cuando no eran los locos de sus padres, queriéndolos casar, eran esos seis imbéciles que los perseguían, buscando una cita, romper su relación o simplemente liquidarlos. Los dos jóvenes estaban muy cansados, en algunas ocasiones habían sentido ganas de acabar con todo y mandar a esos seis idiotas al otro barrio y a sus padres al hospital por mucho tiempo.

Ahora con el fin de curso, el loco del director había ideado una nueva locura. El hombre debía haber mirado demasiadas películas de instituto americanas. Y había organizado un baile para todos los cursos que finalizaban sus estudios en esa escuela.

Los dos prometidos tragaron saliva al enterase, sus problemas se habían multiplicados, ahora serían perseguidos por sus pseudo prometidos para conseguir que los invitasen al baile, cosa que ellos no querían, y sus padres planearían que fuesen juntos y con ello poder realizar una nueva boda.

Habían salido de la escuela e iban hacía el dojo.

- ¿Ya has pensado con quien iras al baile? - preguntó Akane con tristeza, sabía que la respuesta del chico podía ser demoledora, podía decir que iría con alguna de su prometida e incluso decir que nunca iría con una chica poca femenina como ella.

El chico la miró, temía que Akane se enfadarse.

-No lo sé Akane-contestó el chico con pena, la miró con tristeza- no sé incluso si iré. No se bailar y no quiero hacer el ridículo. Es más, si invito a quien yo quiero la podré en peligro. Las otras tres…

Entonces los dos chicos oyeron ruido y se giraron y vieron venir corriendo a las otras tres prometidas del joven. Las tres chicas se peleaban entre ellas por ser la primera en llegar al donde estaba el joven. Akane creyó oír un suspiro de designación salir de su prometido. Ella notó como se empezaba a enfurecer. Ahora una de esas tres locas intentaría llevarse al joven o que la invitarse al baile.

-Shampoo saber que haber baile en escuela de Airen y que Airen llevar a Shampoo a fiesta-dijo la chinita.

-¡Tú estás locas Shampoo!, Ran-chan me llevará a mí al baile-contestó Ukyo.

-De eso nada, mi querido Ranma me llevará a mí, y desde allí iremos a casarnos. - contestó Kodachi.

Ranma y Akane la miraban alucinados, esas tres chicas estaban realmente locas de remate.

-Chicas…- empezó Ranma, pero fue ignorado.

-Tú no meter, esto es entre nosotras, veremos a quien llevará Airen a la fiesta.

- ¿No será que piensas llevar a Akane? - preguntó con malicia Ukyo- seguro que no sabe bailar y si vas con ella acabarás en el hospital por los pisotones de ella.

Las tres chicas miraron a Akane con una sonrisa maléfica. La joven bajó la cabeza avergonzada, era verdad no sabía bailar, era nefasta en eso. Pero ahora hablaría Ranma y sería muy hiriente con ella.

-Mirar chicas…-dijo con timidez el chico- yo… yo… no iré al baile no…se… se bailar… creo que me iré a entrenar a las montañas. La lucha se me da mejor que bailar- se giró y se alejó de las cuatro chicas. Y agregó en voz baja y con pena y rabia- la lucha es lo único que se me da bien- y salió corriendo dejando a las cuatro chicas asombradas y paralizadas.

Akane reaccionó, era la única que había oído lo ultimo que dijo Ranma y salió corriendo del dojo en busca de su prometido. No había andado mucho cuando lo encontró en un parque. Akane miró a su prometido preocupada, no sabía que le pasaba al chico, Ranma llevaba varios días un poco más extraño de lo normal, pero desde que el director informó sobre el baile estaba peor.

El chico estaba sentado en un columpio, ella se sentó en el columpio de al lado.

-¿Qué te pasa Ranma? ¿Por qué estás tan serio?. Desde el día que anunciaron el baile fin de curso no eres el mismo.

-Nada Akane, no me pasa nada- dijo el evasivo.

-No digas que no te pasa nada- contestó ella. La joven notaba que se iba enfureciendo, no le gustaba que él le escondiese lo que le pasaba- y no evadas el tema. Sé que quieres ir al baile.

El chico la miró con tristeza y bajó la cabeza. Ella notó que él se estaba enfadando.

-¿Te imaginas que pasaría si yo fuese al baile?¿Sabes quien aparecería? – la miró enfadado, pero ella sabía que no estaba furioso con ella- ¡Si!, aparecerían esos seis. Se pelearían, nos implicarían a nosotros y al resto de asistentes. Si esos aparecen provocarían un desastre enorme. Es mejor que no vaya, tú puedes ir con quien quieras, tus amigas están deseando que las acompañes.

Akane lo miró, sabia que no dijo los de ir con sus amigas con maldad. Pero de todas formas la joven se enfureció, la falta de coraje del chico la enfadaba.

-¿Dónde esta el Ranma luchador? ¿Él que nunca se rinde? Tú nunca te has rendido, ¿Por qué lo haces ahora?

El chico la miró con furia durante un instante, y se calmó.

-Desapareció cuando se dio cuenta que implica a los demás en sus luchas, lo quiera él o no.

La chica se quedó helada, sabía a que se refería. A cuando la tribu del fénix la secuestró para utilizarla en su contra.

-No pasará nada- contestó ella intentándolo animar- ya verás como vas al baile y no pasa nada.

Él la miró furioso y empezó a gritar.

- ¿Crees que esos tres gilipolllas me van a dejar ir contigo al baile? - la miró y negó con la cabeza- o peor. ¿crees esas tres lunáticas se van a contentar con que vengas conmigo al baile? - el chico la miró y sonrió con pena- quitártelo de la cabeza. No van a dejarnos ir. Se van a interponer. O nos exigirán que vayamos con algunos de ellos al baile… y yo no quiero ir con ellas, ni quiero que vayas con ninguno de ellos- la miró y empezó a decir- yo… quie… quiero… ir… conti…- y ese instante el chico se quedó callado, se quedó sin habla.

Ella lo miró y comprendió lo que quería decir el joven.

- ¿Quieres… quieres venir… conmigo? - preguntó la chica. Su prometido se puso blanco, luego su cara adquirió un rojo muy intenso, y al final asintió.

-Si me gustaría, y mucho, pero sé que eso no será posible- dijo él resignado. - Esos que tú ya sabes querrán evitar que tú y yo vayamos al baile juntos- volvió a repetir el joven. La miró con tristeza- es más, aunque cada uno vaya por su lado, ellos irán al baile y lo destrozaran. Nuestra presencia en el baile pondrá en peligro a los demás. Sabes que no miran a quien dañan, sólo miran lo que ellos quieren, pasando de todo y de todos. Sin mirar si hay posibles victima colaterales.

Ella lo miró asustada, su prometido tenía razón. No les dejarían disfrutar de esa fiesta en paz. Esos seis entrometidos se meterían por el medio, como habían hecho siempre.

-Pues a mí me gustaría ir, ¡quiero ir! ¡e iré! - dijo ella con determinación.

Él la miró y sonrió con tristeza.

-Yo me iré al bosque a entrenar y con un poco de suerte me seguirán, tanto ellos como ellas, y te dejarán disfrutar de ese baile en paz.

Ella lo miró furiosa, no dejaría que él se sacrificarse por ella. Akane sabía que Ranma se moría por ir a baile. Es más, el joven deseaba ir con ella, aunque él no lo dijera. Convencería al chico para que le acompañase al baile.

-No estoy de acuerdo- contestó ella- ¡tú me acompañarás al baile! Es lo que queremos los dos. O vienes por las buenas o llevo por la fuerza.

-Pero, ¿Cómo nos libramos de esos seis? - preguntó el joven. -Nos llevan persiguiendo desde hace dos años. Sabes lo insistentes que son, no nos dejaran ir juntos… ni solos. No es la primera vez que nos destrozan una cita, lo han hecho cuando han querido. -el joven estaba cansado de esa persecución que eran sometido. Siempre que salían del dojo, ellos solos o con la familia, aparecían de la nada algunos de esos seis lunáticos, y les fastidiaban el día.

Ella lo miró. Comprendía a su prometido, ella también estaba cansada de que esos se metieran por medio y de golpe tuvo una idea.

-No te preocupes ya sé como líbranos de ellos. -y sonriéndole de una forma traviesa, le dijo-De momento prepárate para irte de entrenamiento.

Ranma la miró asustado. Akane tenía algo en mente, y por como ella lo miraba, debía ser algo travieso.


La semana pasó y fue una locura para los dos jóvenes. A todo momento había algunas de las pseudo prometidas de Ranma acosándolo para que las invitase al baile. Ranma les daba largas diciéndoles que se iría a entrenar al bosque, pero esas tres chicas parecían no oírlo y seguían insistiéndole con la murga del baile. El joven cada vez estaba más furioso.

Akane no lo pasaba mejor, Kuno le exigía que él fuera el elegido. Ryoga le pedía que si la podía acompañar… y Mousse se había unido a esos dos tontos, y le pedía ser él su acompañante. Akane, como Ranma, les daba largas. Al final la chica se enfadó.

- ¡No iré al baile! - contestó la chica furiosa. Todos la miraron asustados, estaba en la escuela, en hora de clase. Esos locos se habían colado, y habían asustado al maestro que huyó aterrorizado- pienso ir a visitar a unos primos míos. Hace años que no los veo. - y miró a los tres chicos que la acosaban furiosa- yo tenía muchas ganas de ir al baile, pero vosotros…locos egoístas, me habéis quitado las ganas de ir- la joven parecía muy furiosa- esta no os la perdono, largaros de mi vista.

Los tres chicos la ignoraron y siguieron exigiendo su derecho a acompañarla al baile. Y ella exigió su derecho a que no la molestasen y mandó a Kuno y a Ryoga a volar, destrozando el techo. Mousse la miró asustado, con él haría algo distinto, si le hacía caso a como lo miraba la joven. No se equivocó, lo mojó con agua fría, transformándolo en pato. Lo cogió en brazos, lo acarició… y de una patada lo mandó a volar lejos, muy lejos.

Ranma la miró asombrado y una sonrisa picara ilumino su rosto. Akane era todo un marimacho. La miró con altivez y sonrió. Las tres pseudo prometidas lo seguían molestando. No oían lo que él les decía.

-No voy a ir al baile. Dejad de molestar. - decía el chico cada vez con peor humor.

-Airen y Shampoo ir al baile, y pasarlo bien- decía la chica china.

-No Ranchan ira conmigo – la contradijo Ukyo.

-Unas plebeyas como vosotras no pueden acompañar a mi Ranma- las contradijo Kodachi.

La discusión fue aumentando de nivel y las tres se disponían a pelearse dentro del colegio.

-¡YA BASTAAA!- gritó un furioso Ranma- ¡Os lo dije ayer! ¡Y antes de ayer! - las miró con rabia- os lo llevo diciendo desde hace una semana, ¡No voy a ir al baile! ¡Ni con vosotras, ni con nadie que me importe poco! me voy mañana a entrenar y meditar.

-Airen no deber meditar. Él sólo debe elegir a Shampoo, lo demás no importar.

- ¡CALLATE! ¿ESTÁS SORDA O QUÉ? Mañana me voy al bosque y no iré al baile. No me habéis dejado otra opción. Me voy al bosque a meditar que hago tanto con vosotras, como con esos idiotas. Si lográis encontrarme tal vez cambie de opinión y no os haga nada.

Las tres chicas lo miraron con desconfianza.

-Seguro que quieres ir con Akane, y no estás engañando.

- ¡Yo ir al baile con un marimacho! – dijo Ranma con ironía y prepotencia- si fuese al baile iría con alguien más guapa que ella- Akane estaba furiosa, ese chico era un inmaduro.

- ¿Quién quiere ir contigo? - contestó la chica con rabia- en esta escuela hay muchos que desearían ir conmigo.

- ¡Pues adelante! -la animó su prometido- seguro que después te arrepientes y tu acompañante también.

Los dos chicos se miraron furiosos.

- ¡Pues vete al bosque y piérdete! - contestó una furiosa Akane, que cogió un pupitre y se lo lanzó a Ranma.

El chico lo esquivó, pero Ukyo y Kodachi no lo hicieron, no pudieron hacerlo. Y esas dos chicas y la mesa escolar salieron volando de la escuela y se perdieron en la lejanía. Shampoo miró como se había quedado sola, hasta que descubrió que Akane no falló, lanzó queriendo en esa mesa contra Kodachi y Ukyo.

-Estáis de acuer…- pero no pudo seguir, Akane la mojó y le dio el mismo tratamiento que minutos antes le dio a Mousse.

Y libres de esa molesta gente las clases siguieron con normalidad. Pero Ranma y Akane seguían enfadados.


En la aldea de las amazonas, una joven mujer preparaba la comida, estaba en su casa y se aburría. No tenía Airen, nadie quería enfrentarse a ella, era la más fuerte de las amazonas. Y había vencido a todos los hombres. Sólo le importaba uno, pero el muy cegato sólo miraba a una. ¿Qué veía Mousse en Shampoo? Ella era más guapa que Shampoo, tenía mejor cuerpo, era mejor guerrera y mucho más joven, ¡seis meses para ser exactos!. Sólo Shampoo le ganaba en algo, su familia era más influente… ¡esa maldita Cologne!

Seguía cocinando cuando algo atravesó el techo de la casa, y cayó en medio de la cocina. La amazona se acercó y vio que el objeto caído era un pato que parecía inconsciente, la joven se alegó, ya tenía carne. La comida que hacía estaba quedando muy sosa, y ahora los dioses la habían complacido enviándole ese pato. Pero hubiera preferido que le hubieran enviado a un hombre, si fuese Mousse mejor.

La hermosa joven cogió al pato y lo miró.

-Hoy serás mi comida- y lo echó al caldero, y de golpe de este salió un joven desnudo.

-¡Mousse!- gritó la joven sorprendida, y sonrió complacida en el fondo los dioses oyeron sus suplicas. Y empezó a perseguir al joven con intenciones nada buenas, ese día le enseñaría a su amado que ella era mejor que Shampoo. Y cuando tenía acorralado al joven y este no podía escapar, otro objeto atravesó el techo de la casa y le dio en la cabeza a la amazona. Esta cayó al suelo desmayada, ocasión que aprovechó Mousse para huir. La amazona y el objeto que le dio el golpe, una gatita, permanecieron en la casa unos minutos desmayadas.

Ese día se descubrió la verdadera potencia de pegada de Akane. Mousse y Shampoo volvieron a Nerima un poco tarde para impedir que Akane asistiese al baile.


El día anterior al baile llegó, y Ranma se fue a las montañas, dejando una Akane solitaria y muy enfadada.

Llegó el día del baile, y Ranma no volvió. Akane ni lo mencionó. Parecía no recordarse de él. La joven después de ducharse subió a su habitación. Y se puso un vestido nuevo, comprado especialmente para esa ocasión, se maquilló ligeramente. Y al acabar se miró al espejo y se asombró, no parecía ella. Se encontró guapa, no sintió inferior a ninguna de sus rivales, lo que se perdía Ranma con no ir con ella, tal vez el chico que si aceptó ir con ella…

Salió de su habitación y fue a bajar las escaleras y vio en el rellano a Kasumi y Nodoka que la miraban asombradas.

-Estas guapísima- dijo Kasumi asombrada- va a ser la envidia de las chicas.

-Lastima que ese mal hijo no te acompañe, se arrepentirá de no haberte visto. Es igual que su padre- acabó Nodoka en un reproche.

- ¡Gracias! Kasumi- dijo Akane sonrojada- y no ye preocupes tía Nodoka, vendrá a buscarme un compañero de clase, es un buen amigo. He salido con él varías veces.

Las dos mujeres se quedaron blancas, Akane les acababa de confesar que tenía un acompañante, y que salía con él.

- ¡Akane!, ¿Desde cuándo engañas a Ranma? - exclamó una furiosa Nodoka, iba a seguir, pero alguien la interrumpió.

- ¡Hola! Vengo por Akane, voy con ella al baile…- dijo la voz de un joven, pero se interrumpió al ver a la joven por la que había ido a buscar.

Kasumi se sobresaltó, no escuchó entrar al joven. Se giró para echarlo de casa y se quedó parada, se llevó las manos a la boca asombrada. El acompañante de su hermana llevaba un traje negro, con una camisa blanca y una corbata. Lo encontró muy guapo, la pareja perfecta para Akane. El joven llevaba un ramo en las manos.

Nodoka iba a echarle en cara a Akane su infidelidad con su hijo, cuando notó que alguien le picaba en un brazo, se giró y vio que era Kasumi quien la estaba picando con dos dedos. La joven se había quedado sin habla, y le señalaba al recién llegado.

Nodoka lo miró y se quedó tan paralizada como Kasumi. El joven que miraban tenía el pelo y largo y suelto de color oscuro, los ojos de color azul y miraba muy sonrojado a Akane.

Los dos más jóvenes se miraban sonrojados, sin poder hablarse. El chico fue el primero en moverse y hablar.

-Estás muy…muy… guapa Akane- dijo el joven.

- ¡Tú…tú…también… estás muy… guapo- él subió unos escalones y le tendió el ramo, ella lo aceptó y sonrió! - ¡Gracias!

-De… de... nada- respondió el chico con timidez-¿Nos vamos?

-Si- contestó ella también con timidez.

Las dos mujeres los miraban calladas sin poder hablar. Cuando los dos jóvenes salían, el chico se giró y les habló.

-¡Kasumi!, no hace falta que nos haga cena.- miró a Nodoka- ¿No seremos castigados si llegamos tarde?, ¿verdad mamá?

Las dos mujeres negaron con la cabeza, se habían quedado sin habla. Cuando los dos jóvenes habían salido, oyeron decir a Akane.

-¿Cómo ha salido el plan?

-Perfecto-contestó el chico -han cogido un tren que tiene un trayecto de doce horas sin paradas. Creo que logramos despistarlos. Al menos a cuatro de ellos, los otros dos los mandaste muy lejos.

Las dos mujeres se miraron asombradas.

-¿Ese es… ¡Ranma¡?- preguntaron asombradas las dos a la vez.

Continuará...


Notas del autor:

Esta historia será muy breve dos o tres capítulos. A las vez cada capítulo será muy corto. Los tengo a medias desde hace meses y me daba pereza seguirlo, y ha ver si subiéndolo fraccionado dejo de hacer el perro y lo acabo.