Versión en español de un fanfic que publiqué hace unos días. Espero que os guste :)
El sueño de los inocentes
Mírala, tan dulce e inocente, perdida en sus alegres y felices sueños. Un alma pequeña y pura en un mundo lleno de tristeza, dolor y maldad. Ella no sabe aún qué son esas cosas terribles. Su corazoncito está libre y a salvo, por ahora, y doy gracias a Dios por ello.
Oh, Maggie... Si supieras la verdad... Si vieras el mundo tal y como es en realidad, estarías tan asustada como yo. Pero no puedo dejar que eso pase, no hasta que estés lista. Y cuando llegue el momento, yo seré tu guía, siempre dispuesta a ayudarte... siempre a tu lado. Hasta entonces, vive feliz en tu dichosa ignorancia, que yo ahora echo tanto de menos.
No consigo entenderme a mí misma. No importa lo inteligente que sea, ¡solo tengo ocho años! ¡Mi única preocupación debería ser hacer los deberes y jugar con mis amigos, no intentar salvar el mundo! Me va a sobrar tiempo para eso, así que, ¿por qué me preocupo tanto? Lo más triste, es que cuanto más sé sobre los problemas del mundo, más difícil me resulta olvidarme del tema. No consigo sacármelo de la cabeza.
Oh, Maggie... ¡Cuánto desearía tener tu inocencia! Con mamá siempre cuidando de ti, la vida es tan fácil y divertida... juguetes y juegos, baños calentitos con burbujas, rica comida siempre que quieras, y una bonita cuna para dormir. Ni responsabilidades ni preocupaciones. No importa te ves metida en alguna loca aventura; pronto la olvidarás, y vuelta a tu maravillosa vida.
Dios mío... ¡Envidio la vida de un bebé...! ¿Cómo puedo...? Perdóname, hermanita... No es culpa tuya...
¿Por qué tengo que ser tan lista? ¿Por qué tengo que saber tantas cosas? ¡Por favor, mirad cómo estoy hablando...! Parezco una adolescente con un montón de problemas, en lugar de una niña pequeña. La vida sería mucho más fácil si fuera una niña de ocho años normal y corriente, en lugar de una niña prodigio. Oh, bueno... supongo que no me queda otra más que seguir adelante y hacerlo lo mejor que pueda.
Y tú me vas a ayudar, Maggie. Vas a hacerlo incluso aunque no te des cuenta. Solo debes hacer una cosa: no cambies, hermanita. Conserva siempre esa inocencia en tu alma. Por favor, nunca la pierdas. No pierdas tu luz...
Si sigo así voy a llorar... Te dejo con tus preciosos sueños llenos de luz, color y cosas bonitas. Ojala me dejases entrar en tus sueños, compartirlos conmigo... sería algo maravilloso. En fin, espero que al menos podamos encontrarnos en un bonito sueño donde podamos ser felices las dos juntas.
Sí, eso es lo que voy a hacer. Me voy a la cama a dormir. Me alegro de que no hayas oído mis pensamientos. Mis preocupaciones son mi problema, no el tuyo.
Pero quiero que oigas una cosa, Maggie. Mientras beso tu carita de ángel, quiero decirte algo. Y te lo diré tantas veces que nunca podrás olvidarlos. Recuerda estas palabras:
- Te quiero, Maggie.
