Pequeños relatos de un jóven guerrero, jijiji, espero que disfruten esta producción, para que sepan que Yume no Kaze, no sólo os trae drama y desesperación, si no tambien un poco de humor de vez en cuando.
Mi guerra.
-1-
Confesiones de un caído.
Sus ojos se encontraron por un segundo en medio de la lluvia de plomo. La sangre emergía de su boca mientras intentaba arrastrarse hacia él, era más que obvio que ambos lucían en estado deplorable, sus cuerpos estaban realmente heridos y era cuestión de tiempo para que dejasen de respirar; no obstante, eso no impidió de que intentaran llegar el uno al otro.
Durante su arrastre un grito despavorido ensordeció los alrededores, él, quien estaba a punto de llegar donde su entrañable compañero reparó en la figura que corría hasta ellos cuan fiera hambrienta. Una vida acababa de caer frente a ellos, se trataba de su mejor amiga, quien en un intento por salvaguardarles había sacrificado lo último de sus fuerzas en vano. La bestia se aproximó contra él sacando sus garras y apretándolas contra la tierra, por otra parte, sus colmillos, capaces de destrozar el acero con sólo proponérselo se mostraron acompañados de un aullido furioso.
Cerró los esperando a que llegase por él… pero terminaría lamentando ese error, pues la bestia pasó de él y se dirigió a su compañero, el cual agonizaba y sólo deseaba llegar al punto de encuentro para decirse el último adiós, antes de que las heridas cobrasen su vida.
—¡No, Sasuke! – gritó Naruto, mientras alzaba su mano ensagrentada hacia su compañero. El demonio saltó sobre él en un instante y le dio de lleno en la espalda, el compañero exclamó dolorosamente, mientras el feroz animal clavaba sus garras en su lastimada espalda. La sangre emergió a borbotones y la última exclamación dejó claro que no resistiría más tiempo.
—¡Maldición! – se alzó con todas las fuerzas que sus piernas le permitieron, corrió los escasos metros que los separaban y con sus últimas fuerzas logró arrancarle a la bestia, el animal cayó a su lado, Naruto acababa de desencajarle la mandíbula con fuerza bruta.
—Na-Naruto… - exclamó Sasuke mientras la sangre se acumulaba en su boca, el aire le hacía falta.
—Sasuke… - las lágrimas emergieron de su cuerpo. —No mueras, por favor. – pidió presa de la desesperación.
—Es… tarde para mí… - tosió. —Pe-Pero al menos… hemos pasado buenos tiempos. – volteó a toser, esta vez el sonido de la sangre acumularse en sus pulmones hizo que Naruto apretara los puños impotente.
—Tú me salvaste de morir… yo… yo debería hacer lo mismo, ¡Así que no mueras! – rogó con gruesas lágrimas en sus ojos.
—Lo siento… es tarde. – sonrió de forma gentil. —Dile… dile a mi hermano… que lo lamento mucho… - ahora él lloraba. —Jamás me perdonará, pero estoy seguro que… al menos escuchará las palabras de un moribundo. ¿Podría… pedirte un último favor?
—Sí, yo lo haré realidad. – se limpió los ojos, propagando su sangre.
—Itachi debe saberlo… no quiero… que siga teniendo problemas con papá… - dejó de llorar para mirar solemnemente el cielo, de repente un halcón volaba sobre ellos, haciendo círculos, era el anunció del inminente fin. —El tesoro… el tesoro que robé de sus aposentos… - sus ojos comenzaron a cerrarse.
—¡Sasuke, resiste por favor! – Naruto lo sacudió asustado, sin embargo, ni siquiera él podría mantenerlo en sus brazos por mucho tiempo; ambos estaban muriendo.
—El tesoro está en… - sus palabras se perdieron para siempre.
—¿Sasuke? – Naruto sintió una punzada en su corazón. —¡No! – sacudió la cabeza con violencia mientras sus lágrimas bañaban el rostro de su mejor amigo. —¡Sasuke!
—¡Naruto-chan! – una tercera voz los interrumpió, trayéndolos a la realidad. —¿Ya terminaste de jugar? Oh, Sasuke-chan, estás hecho un desastre. – Kushina se agachó para limpiar a ambos niños, quienes jugaban en el parque más cercano de sus casas. —¿Acaso te piso un perro? – los niños se miraron unos segundos y sonrieron tímidamente. —Anden, llamen a Sakura-chan, es hora de volver a casa. – se volteó a verla, la niña estaba recogiendo flores a unos cuantos pasos de ahí. —¿Sakura-chan, no estabas jugando con ellos?
—No, Kushina-san, son aburridos. – la pequeña de seis años olía alegremente unas margaritas.
Uzumaki Kushina sólo sonrió en silencio y se acercó para ayudarla a recoger más flores. Mientras Naruto y Sasuke les miraban desde lejos.
—Nee, Sasuke, ¿En dónde escondiste el control remoto? Tu papá ya debe estar muy molesto con Itachi porque cree que él lo perdió.
—Lo dejé detrás del florero. – dijo sin emociones. —Pero de igual forma no pensaba decirle donde está, es mi tesoro. Quien tenga el control, escoge que ver durante la cena.
—Eres malo. – rio el pequeño.
—Y tú un dramático.
Fin.
Espero que este capitulo les haya gustado. Como verán cada capitulo es autoconclusivo, pero de igual forma muy entretenido que seguirán una linea temporal. Nos veremos en el proximo.
¿Merece un comentario?
Yume no Kaze.
