Shion era un hombre, quiero decir, lemuriano, muy paciente. Debía serlo, si quería dirigir a 88 jóvenes con armaduras y súper poderes al servicio de una deidad de su misma edad y con complejo de superioridad, y, sobre todo, mucho, mucho dinero. En su casi infinita inocencia creyó que, tras su vuelta del otro mundo tras la derrota de Hades, los chicos, al menos los caballeros dorados, serían algo más… maduros. Que gran decepción se llevo aquel día. Nada más volver, y aún desnudos, los chicos se fueron de fiesta por ahí, a la buena de Zeus, sin decirle nada y solo pasando por los templos para coger la ropa y el dinero e irse a Rodorio para volver al día siguiente con ojeras y en algunos casos, un aliento que denotaba la ingesta de alcohol en cantidades industriales. El único que se salvó de la quema fue Dohko, y por que Shion le agarro de los pelos y le obligó a quedarse con él.

-De verdad que son insufribles, no te haces una idea…- se quejó Shion, mientras gemía de cansancio, con la cabeza apoyada en la mesa, y dándole vueltas con la cuchara a un té ya frío.

-Venga Shion, dales un poco de cancha, son jóvenes, es normal que hagan cosas de esas- le respondió Dohko, intentando animarle- Una cosa es hacer cosas de jóvenes y otra muy distinta es casi cargarse los templos de Virgo y de Leo por estar jugando "A ver quien le da más fuerte a la bola de cosmo"- dijo, mientras le miraba a los ojos directamente.

Dohko río nervioso- Bueno, eso es…- dijo, mientras intentaba buscar una escusa- O cuando decidieron que era buena idea gastar bromas telefónicas a media Europa, por los dioses, aquello nos costó una fortuna- se volvió a quejar el patriarca.

-Quédate con que, al menos, cuando tuvieron que cumplir cumplieron- le aconsejó el chino. Shion solo suspiró- Al menos eso, sí..- dijo, mientras bebía algo de la taza.

Su conversación fue interrumpida cuando una doncella entró en l sala- Patriarca, la señorita Atenea le reclama- le dijo, mientras hacía una ligera reverencia. Shion solo cogió la taza y la depositó en un carrito que tenían al lado, mientras Dohko hacía lo mismo, y se marchaban. Tras cruzar varios pasillos, Dhoko se fue por un lado, y Shion por el otro, mientras pensaba para que podría requerirle la diosa. Tras un corto andar, llegó al cuarto. Tras dar un par de toques a la puerta, oyó como la diosa le permitía entrar, y eso hizo.

-¿Me llamó, Atenea?- preguntó, respetuoso. La joven diosa estaba de pié, en el balcón, mientras observaba las vistas, con las manos detrás suya- Si, tengo algo importante que decir- dijo.

-Ahora se está celebrando un mundial en el mundo humano, en Brasil, y por esa razón, Zeus nos mandó llamar a los dioses del Olimpo para comunicarnos que nosotros también celebraremos una copa de futbol- dijo la diosa, contenta. Shion tragó saliva- ¿Cómo?- dijo, asustado.¿Acaso oyó bien? ¿Una copa de futbol?- Sí Shion, mi padre ha decidido que la celebraremos a partir de ahora y cada año, para festejar que los dioses ya no volveremos a pelear entre nosotros.

Entonces Shion lo recordó. Los dioses hicieron un pacto para no volver a pelear entre ellos, pero jamás pensó que sucediera esto- ¿Y…cuando se celebrará?- ijo, mientras intentaba asimilar la noticia- La próxima semana, ¿no es genial?- dijo la joven, contenta. Shion palideció. Nadie de allí había jugado a futbol en su vida, solo unos pocos entrenaron jugando a ese deporte, y lo dejaron al cabo de muy poco tiempo- ¿T…tan poco…tiempo?- dijo, asustado- Sí, y como perdáis…- dijo la diosa, amenazante- Os dejo sin sueldo a todos, ¿está claro?- dijo, con los ojos rojos y un aura maligna alrededor.

Shion solo atinó a asentir como un poseso. Ella sonrió- Aquí tienes el reglamento, escrito por Zeus, para el torneo, como el número de jugadores, las faltas, y todas esas cosas- dijo la joven, dándole un librito- Hazlo bien, eh?- dijo ella, amenazante

- ¡Si señorita, prometo dar mi mejor esfuerzo!- dijo, mientras retrocedía poco a poco, hasta llegar a la puerta. Tras salir de allí y sacar un pañuelo con el que quitarse el sudor frío de la frente, y aún pálido y con el pecho subiendo y bajando, llamó a los chicos por cosmo- Por los dioses, esperemos que esto salga bien…

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Diez minutos más tarde, las tres ordenes al completos estaban al frente del salón del Patriarca, todos perfectamente arreglados y con las armaduras puestas. De tras las cortinas, apareció Shion, con un chandal puesto, una gorra en la cabeza, el pelo recogido en una coleta, y un silbato colgando del cuello. Algunos tuvieron que aguantarse las ganas de reir a carcajadas por las ropas del Patriarca, pero fueron retenidos por sus compañeros. El pobre de Shion se dio cuenta de eso, y, tragándose su amor propio por tercera vez ese día (la segunda fue cuando se presentó en Rodorio a por el material de futbol) comenzó ha hablar.

-¡¿CÓMO?!- el grito fue general para todas las ordenes al enterarse de lo que pasaba- ¡Pero si la mayoría no sabe ni las reglas!- se quejó uno de bronce- ¡Sí!¿ Cómo vamos a jugar, si no?- preguntó una amazona de plata. Shion solo se pasó la mano por el puente de la nariz, intentando no enfadarse mucho- ¿Quién de aquí sabe como jugar al futbol, vamos a ver?- preguntó.

Solo Aldebaran levantó la mano, y, dudando un poco, Aioria- Vale, vosotras dos, conmigo, el resto poneros a calentar y prepararse para las pruebas que os he hecho- dijo, mientras los tres se iban a un rincón ha hablar.

-¿Qué pruebas ha preparado, Patriarca?- preguntó Aldebaran- Me he leído el manual que me dio Atenea, y a partir de él las he ido haciendo,- le respondió Shion- Mientras ellos calientan, los trabajadores del Santuario están preparando las instalaciones para poder hacer las pruebas en el coliseo- les dijo- Lo usaremos como estadio improvisado, le pintamos unas líneas y a correr, Atenea ha dicho que hay que ahorrar.- les dijo- Sí, ahorrar, mientras ella se pasa los días en el spa del santuario- dijo Aioria, por lo que se ganó una colleja de Shion- ¡Más respeto, niño!- le recriminó. El chico solo puso cara de niño castigado, pero no fue suficiente para aplacar a Shion- En fin, vamos para allá ha hacer las pruebas…-suspiró, cansado.

Tras dar la orden, el numeroso grupo se dirigió al coliseo, algunos refunfuñado, otro con algo de ilusión, y otros aún preguntando que era eso del futbol.

-Me preguntó que clase de pruebas nos tendrán preparadas…- murmuró Milo, algo ilusionado- Ni idea, pero no serán fáciles, estoy seguro- le respondió Camus- ¿Tu que piensas, arquero?- le preguntó al chico.

-Estoy como Camus, bicho – le respondió- Estoy seguro que esto es cosa del burro con alas- dijo Angelo, enfadado- Lo dudo, cangrejo, a ese no se le pueden ocurrir ideas como estas, su cerebro no da para tanto- le respondió Milo. Algunos rieron. Mientras, en otra parte, el aludido pegó un estornudo- Salud, Seiya- le dijo Shun, con algo de gracia.

Tras un corto andar, llegaron al sitio. El coliseo tenía el aspecto de siempre, solo que, además del equipamiento de siempre, como pesas y sacos de boxeo, tenían líneas dibujadas, simulando un campo de futbol ligeramente más pequeño que uno normal. Además, a ambos extremos, había una portería, unos banquillos, y varias bolsas con balones y equipamiento de futbol. Nada más llegar, Shion se colocó en el centro.

-Bien, a paritr de ahora, me llamareis mister, seré vuestro entrenador y os dirigiré en los entrenamientos y en los partidos, ¿vale?-dijo, mientras daba vueltas de lado a lado, con todos los presentes firmes y en línea recta- ¿Pero ya no hacia todas esas funciones antes, Patriarca?-le preguntó Shura- ¡Es mister ahora para vosotros!- les dijo. Todos pegaron un respingo.

-Y ahora, que empiece la selección…- dijo, sacando el bolígrafo y un cuaderno de notas.

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Bien aquí el primer capitulo de mi nuevo fic. Espero que os parezca interesante y, si queréis que lo continúe, decídmelo, y lo haré encantado. Como siempre , comentad, decid lo que os gusta y lo que no , y dada ideas si así lo creéis necesario. Me despido , feliz inicio de verano , y que la inspiración os acompañe.