(24/4/19)
Ya no se ni qué pedo con mis historias, necesito aprender a no publicar nada si no está acabado.
~Elias.
Es extraña la dinámica, pero cada capítulo está señalado con un número [así] y pues, es todo. Esta cosa se irá a actualizando así que recomiendo dejen presionada la pantalla de su dispositivo para activar la sección de marcadores. En computadora no sé cómo se haga, pero supondre que también hay una opción para eso.
~Aira
Uzumaki.
A
R
R
E
N
D
A
J
O
K
U
N
[1]
—Donde... ¿Donde estoy?— pregunto la pelirroja, levantándose de a poco del suelo. Sus piernas le temblaban y no había nada más que su propio orgullo para sostenerla.
—Oh, despertaste— se giró de golpe al escuchar la voz. Y es que en el espacio en blanco que había a su alrededor parecía no tener entrada ni salida, pero ahí frente a ella se había colado una niña de no más de diez años. —¿Kushina-chan, verdad?— hizo un movimiento algo extraño mientras empezaba a caminar sin tocar lo que para la pelirroja era el suelo.
—¿Que sucede?— pregunto más confundida que antes, luego parpadeo. Cayendo en cuenta que su cuerpo se había reducido, no era más la adulta que hasta hace unos segundos paseaba en los parques del cielo junto a su amado. Su voz también era más chillona y leve, por lo que se tocó la garganta. —¡¿Que es todo esto-ttebane?!—
—No grites— en algún lugar una gota de agua callo y la niña que tenía enfrente se tapó los oídos con ambas manos. —Mi nombre es Aira, vengo de parte del abuelo rikudo— sonrió ella dejando su extraño flote en el aire. —Un gusto—
—Eh... Si, claro— no tenía bien claro que responderle, pero si el mismo rikudo sennin le mandaba. Debía ser sin duda importante. —¿Hay alguna misión para mí?— preguntó. Bien era cierto que a veces, algún dios menor o los mismos dioses conejo reclutaban gente, lo único que le molestaba era que la hubieran interrumpido a medio beso.
—No exactamente— sonrió ella, negando a momento en que se acercaba más de lo normal. —Veras, el abuelo acaba de perder una apuesta con Naruto, no pidió nada a cambio. Pero el abuelo cree que será un buen detalle si te llevo con el un par de dias— sonrió nerviosa.
Bien, eso podía explicar porque estaba ahí. Y agradecía que su hijo siguiera siendo humilde a tal grado de tener un deseo que pueda cambiar el universo y no pedir nada. Pero... Pero... ¡Pero eso no era excusa para detener su buena cita! —¿Que hay de Minato?— intentaría traerlo a toda costa con ella, tenían que terminar lo que estaban haciendo, además de que no era justo que solo ella visitaría a su pequeño revoltoso. ¡No señor!
—¿Quien?— la niña chasqueo la lengua —Oh... Ya. Bueno, no tengo indicaciones de llevarlo a el— se giró un poco, revelando una hoja con kanjis bastante complicados —¿Sabes leer esto?— pregunto extrañada la niña señalando el papel.
—¿Quien escribe así de feo?— Kushina señalo el papel, intentando descifrar lo que decía. Aira empezó a reír al ver la cara de fastidio de la pelirroja, pero dejo de hacerlo cuando su cabello empezó a levantarse —¡¿Que es tan gracioso-ttebane?!— le gritó señalandola.
—Es que... ¿Minato verdad? Si, iré a buscarlo— negó ella caminando al lado contrario de Kushina. Pero cuando ella se giró a verla nuevamente no estaba. Que extraña forma de conseguir que Minato fuera con ella. Pero bueno, le servía.
Una eternidad paso en el espacio en blanco antes de que la misma niña llegará de la mano de su adorado de cabellos rubios. Aún que por lo visto, Aira se había llevado una buena golpisa.
—Si... Con todo el movimiento de hoy me está dando flojera terminar el trabajo— bostezo la niña saltando hacia atrás y quedando un poco más alto que ellos. Kushina intento subir hasta donde estaba ella, esperando algún escalón. Pero no encontró nada.
—Calmate— le pidió Minato jalando su vestido —¿Recuerdas el río del exterior? ¿Recuerdas quien es?— Kushina recordaba el río, ahí pasaban las tardes. Se podía ver perfectamente lo que sucedía en el mundo ninja casi al momento en que las cosas pasaban. Pero no recordaba a la cría que la había llevado allí.
—No— confesó, esperando que Minato como siempre, de una manera comprensiva empezará a explicarle. Pero su esposo solo le apretó la mano y miró al frente, más nerviosa por el gesto Kushina le imitó.
La niña sonreía, con tres cartas en la mano mientras bajaba a su altura. —¡El día de hoy seré su guía, por favor intenten no caminar de golpe y recuerden que deben respirar!— junto las tres cartas con un golpe en su palma —¿Están listos, jóvenes afortunados?—
—Si— respondió Minato, cerrando los ojos un segundo. Kushina le imito, apretando tan fuerte como podía, pero es que... ¡Quien era esa niña como para asustar así a su Minato!
(26/4/19)
¡Wah~ se terminó, de la manera más sencilla se acabo~!
Bien, concluí otro semestre en la escuela, ya me teñí el pelo de rosa así que oficialmente Andy regreso con ustedes.
(6/5/19)
Entonces, pequeñas luces salieron de la nada. Envolviendo ambos cuerpos.
—Hacen cosquillas— opinó Minato, con su habitual calma en momentos extraños... Kushina por un momento deseo poder contagiarse algo.
—¿Eso crees?— le pregunto, juntando sus manos con las de su esposo, en un intento por no soltarlo rumbo a lo desconocido, Minato la jalo hacia su pecho.
—Si, pero eres bastante tosca. Probablemente no te haga ni una pizca de gracia— se burló el rubio, viendo como la pelirroja hacia un mohin disgustada.
Kushina por un momento observó cómo su piel se cubría de lo que a su vista, eran como luciérnagas. Y en algún instante se sintió vagando en la nada, entonces callo de sentón al suelo.
Soltó un quejido, luego miro a ambos lados. Minato se había quedado atorado en una rama baja de un árbol, pero ya estaba a punto de bajar.
—¡¿Eh?! ¡Acabo de desperdiciar tanto para que no esté aquí!— Kushina apreció a la niña, realmente se veía un poco más pálida que antes y atribuyó eso a la pérdida de chakra por traerlos... ¿Vivos?
—Callaté y piensa que hacer— enseguida recayó que hablaba con un chico de cabello negro y banda de la hoja, tal vez un gennin. Se dijo.
Repaso un momento. Bien, seguían siendo una versión más pequeños de ellos mismos, pero el jutsu que haya usado debió haber sido más poderoso que el Edo Tensei. El cambio más notorio era en sus ojos (bien, no podía ver los suyos. Pero si los de Minato... Que acababa de caer de boca al suelo) y eran prácticamente normales.
—¿Estás bien?—Kushina se apresuró a llegar a minato, que después del pequeño shock estaba levantándose.
—Si... ¿Porque aparecí allí?— se tocó la cabeza, para el no era gracioso terminar ahí arriba con el cuerpo tan aturdido para no bajar y caer de pie. Pero Kushina se estaba riendo tanto que valía la pena restarle importancia. —Que importa— se mofó, dándose por rendido.
—¿Donde está Naruto?— pregunto Kushina, bastante emocionada por ver al rubio con el que prácticamente nunca tuvo tiempo que pasar con el. Su esposo cerró los ojos y hasta ella sintió el pequeño escalofrío que normalmente surge cuando un sensor examina el área. ¿Que hacía Minato examinando? ¡Sin el kyubii no pasaba de los cien metros! Entonces ella se concentró, por dios que era una Uzumaki. Su rango de alcance era mucho mayor... Si tuviera su cantidad de chakra normal.
Sus reservas estaban bajas y muy inestables... Era extraño.
(8/5/19)
—Ni siquiera encuentro la aldea— escucho el bufido de Minato y cuando se giró el rubio ya estaba con los brazos cruzados.
Kushina lo intentaba, de veras. Pero ¡No había nada allí! Amenazadoramente su cara se puso roja y de repente escucho un sonido poco familiar... El cabello se le elevaba un poco y golpeaba sus brazos. —¡No hay nada aqui'ttebane!— hastiada golpeó el suelo con el pie derecho.
—Ah, es por la barrera de las puertas— respondió el niño.
Ambos adultos los miraron, pero al parecer no siguieron dando explicaciones. ¿¡Donde estaba Naruto!?
—Bien, el recorrido empieza ¡Por aquí!— la niña señaló hacia una dirección y el chico la movió un poco —Bueno, por aqui— y empezó a caminar.
"¿No sabe dónde estamos?" Cruzó la mente de Minato, pero como el chico se hecho a correr hacia la dirección contraria le hizo dudar.
—¿Alguna pregunta que quieran hacer antes de llegar?— la niña se giró mientras empezaba a caminar de reversa por el mismo sendero.
—¿Quién eres?— la curiosidad mató al gato, bueno pero Kushina no era un gato. ¡Y Minato parecía saberlo pero no explicaba nada!
—Aira— se llevó la mano a la barbilla —Creo que te lo había dicho ya— y cruzo los brazos.
—¡No me refiero a eso-ttebane!— grito Kushina como si fuera a matar a alguien —¿Eres amiga de Naruto? ¿De dónde vienes? Cosas asi—
—Ah... Pues, vengo de mi casa y... Y de mi casa— sonrió ella apuntando de nueva cuenta por el camino —Rapido, par de niños—
Minato se rió cuando la niña esquivo la última pregunta, pero el ruido que provocó se hizo más sonoro cuando la frase "par de niños" fue escuchada.
—¿Que te pasa?— Kushina desconcertada dirigió la vista a Minato, que negó rápidamente.
—Me recordó a Kakashi, es todo— ¿Kakashi? Pero si desde que se convirtió en Hokage era un tipo maduro y responsable.
Aún que, en lo que se llegarán a parecer, para ella únicamente era el tipo de excusas tan... Tontas que daban.
—¿Tú sabes quién es?— Minato tomo su mano asintiendo y bajando un poco la velocidad.
—Aira Shinomiya, su clan es pequeño y al parecer en el hacen contratos de invocación más avanzados. Aún que tiene una memoria bastante mala— una sonrisa leve surco el rostro de Minato.
—¿Significa que nos perdimos?— Kushina vio a la niña antes de bajar la cabeza ¿Si se perdieron... Cuando llegarían a la aldea?
—No, se está guiando por el olfato—¿Por el olfato? Bueno, hay tantos shinobis extraños hoy en día.
Ah... Pero los inuzuka se guían por el olfato también. Entonces, tal vez no es tan extraño.
(15/6/19)
—¿Falta mucho?— la niña se giró, viendo a Kushina que había hecho la pregunta y luego al camino ya más marcado.
—Bueno, supongo que... Por aquí no era. Estupidó Tokoeru— la niña cruzo los brazos negando y luego suspiro —¿Tienen hambre?—
—Quiero ir al baño— se mofo Kushina. Minato la soltó.
—Hay bastantes árboles, ve tranquila— con la respuesta de Minato la cara de la mujer se puso roja y cerró los puños pero empezó a caminar hasta perderse entre la maleza. —¿Y bien?—
—Bueno, estoy segura que cuando llegamos estábamos a media hora de la aldea y...— se detuvo cerrando los ojos —Bueno, todo esto era el campo de entrenamiento doce, se recortaron después del ataque de pain tengo entendido—
—Si es el campo doce, seguir derecho es lo mejor— la niña asintió —Pero eso no quita que te hayas perdido. ¿Crees que pueda invocar algo? Necesitamos altura— ella le tomo las manos.
—¡No se te ocurra! Todavía intento regresarles la cantidad de chakra que tenían, si haces eso vamos a colapsar todos— ella se tomó la cabeza negando —Sigamos—
—Pero falta kushina— Minato se quedó quieto unos segundos.
—¿Hablabas a mis espaldas, Minato?— un gemido de ayuda fue lo que salió de la boca del chico antes de continuar con el recorrido.
El sol se ponía para cuando la luz de la aldea se vio a lo lejos. En ese momento ambos empezaron a correr hacia la puerta.
—¡Hey, no crucen!— Aira empezó a correr detrás de ellos, más los freno el Shinobi encargado de vigilancia que la niña corriendo tras de ellos. Cuando cruzaron, el cielo dentro de la aldea tomo un leve tono rojizo.
—Perdon, vienen conmigo— Aira no llenó papeleo de entrada, más bien tomo a ambos jóvenes y los jalo, evitando que se detuvieran más de una vez a observar la aldea. —Ustedes... ¿Que les pasa?— empezó a murmurar insultos.
Llegado un punto, tanto Minato como Kushina dejaron de intentar ver alrededor y se concentraron en caminar hacia donde les guiaban.
—Esta todo... Tan diferente— Kushina ya había visto el puesto de ichiraku en la cuadra anterior, un local hecho y derecho. Suprimió sus impulsos de ir a comprar algo de cenar en cuanto le apretaron más fuerte la mano izquierda.
Minato, también siendo jalado le tocó el cabello a Kushina —Bueno, las generaciones cambian—
Al llegar a la torre Hokage Aira les soltó y se llevó el dedo a los labios. Luego subieron escaleras. Los detuvo antes de llegar al despacho y tocó la puerta unas cinco veces, como no escucho respuesta se dispuso a pasar.
—Bien, tenemos media hora— Aira corrió a ver por la gran vitrina y suspiro, luego se giró a ver a ambos.
Kushina tuvo la sensación de levantar la mano para preguntar, pero se detuvo. —¿Donde está Naruto?—
—Al parecer salió a una reunión con Gaara, pero más me parece que solo fue a cenar ramen— negó levantando un poco la cabeza —Que digo... Ya no debe tardar—
Minato se recargo en la pared, luego se dispuso a hablar —¿Y la sensación de la entrada?—
—¿El cosquilleo?— pregunto Kushina, Minato asintió.
—La barrera de detección, juntando eso y que no deje registros en la entrada... Probablemente nos estén buscando algún Yamanaka— luego vio el reloj de la pared —Supongo que no van a querer dormir en el suelo—
Kushina infló los cachetes —¡No pienso dormir hasta no ver a Naruto!— Minato se puso enfrente de ella, que ya corría en dirección a Aira.
—Kushina, espera un poco— Minato extendió los brazos —Tranquilizate, seguramente Naruto no a de tardar— después de evitar un desastre en la oficina, suspiro —Yo tampoco podré dormir, ¿Si ayudamos un poco con el papeleo?—
Minato se giró, esperando la aprobación de la niña que ya había hecho espacio para sentarse en el escritorio. —Supongo que pueden hacerlo, pero no conozco mucho como se mueve todo aquí. No les seré de ayuda más que para espantar a quien quiera acercarse a la oficina—
—Sera suficiente, gracias— Aira se colocó las manos en el cuello y salió de la oficina cerrando la puerta.
Kushina se quedo viendo la puerta —Es bastante rarita— opinó —¿Que fue eso de hacer papeleo? No tuviste suficiente cuando eras Hokage— Cruzó los brazos, más molesta que nada. Minato normalmente llegaba tarde a casa ¡Tarde por tantos papeles! ¿¡Porque quería organizar todo eso nuevamente!?
—Suficiente para muchas vidas, pero piénsalo. Naruto tiene bastante atrasado por lo que se ve— Kushina se lamentó cuando Minato señaló a la izquierda de la puerta y vio cinco pilas de papeles pendientes de revisar, luego todos los que estaban en el escritorio y alguno que otro regado en el suelo. —Hay que quitarle un peso de encima, para que pueda pasar más tiempo con su familia—
Kushina se quedó quieta un momento ¿Su familia? Recapacitó lo que habia visto sobre la vida de su hijo en el lago, luego cayó en cuenta de que ella misma ya era abuela. ¡Abuela! ¿Donde estaban entonces sus nietos? Por un momento, aferrándole el miedo de envejecer de golpe empezó a revisar papeles.
[2]
—No puedes pasar— Aira estaba sentada en las escaleras que conducían al segundo piso cuando Boruto intento subir las escaleras.
—Vamos, Aira-chan. Papá no llego a casa y decepciono a Himawari, ese viejo tiene que pagar— boruto se trono los nudillos. —Solo serán unas palabras y ya—
—Que no, caray— lo empujó un poco —Naruto no está aquí, deberías saberlo—
—¿Eh? Dejo un clon para cenar— luego boruto levantó la mano —El estupído explotó y me clavo un tenedor en la mano, vez la marca— justo a unos centímetros de su palma izquierda, al lado del karma había tres agujeros levemente visibles.
Aira ladeó la cabeza —Mira... No creo que un accidente con tenedores sea como para golpear a tu padre—
Boruto infló los cachetes —¡Aira-chan, vamos. Será rápido!—
Ella negó, pero al no haber mucha diferencia de alturas boruto optó por brincar y salir corriendo por el techo. Aira se mordió el labio antes de empezar a correr.—Invocación— un pequeño cachorro salió de la nube de humo, que sacudió su pelaje negro antes de preguntar.
—¿Ahora que tienes?— Luego soltó un gruñido leve.
—Quiere entrar a la oficina— con eso el cachorro se lanzó a correr por su cuenta y antes de llegar a la puerta volvió a despegar una nube de humo, está vez más grande. El cachorro se había convertido en un perro que parado ocupaba la mitad de alto del pasillo, con tres colas que movía agitadamente golpeando la pared. Boruto se detuvo a tragar por un momento.
—¿Y bien, humano?— Tokoeru optó por sentarse frente a la puerta. —¿Qué piensas hacer?— Boruto soltó un gruñido.
—¡Abre la maldita puerta-ttebane!— el grito enojado de Kushina y el sonido de la puerta rompiéndose por los golpes que le daba fue suficiente para que afuera todos se quedarán viendo lo que sucedía. Tokoeru regreso a ser un cachorro, subiendo hasta el hombro de Aira.
—¿Porque hay alguien ahí adentro?— Boruto señaló la puerta, retrocediendo unos pasos para evitar que la madera de la puerta le diera en alguna parte del cuerpo, a los pocos segundos una Kushina, con el pelo levantado y siendo detenida por Minato se hizo ver entre los escombros de madera.
—¡¿Porque la rompes?!— Aira abrió lo que quedaba de la puerta hacia la izquierda. —¡Estaba abierta!—
Kushina vio la manija unos segundos —¿Que no era hacia la derecha?— Minato soltó un suspiro cuando soltó a Kushina que seguía procesando lo de la manija. Luego se dirigió a Boruto.
—Asi que tú eres...— se quedó a medias, luego sonrió y extendió la mano —No sé muy bien como hacer esto... Pero hola, Boruto—
El rubio los observó unos segundos —¡Fantasmas-ttebasa!— y salió corriendo.
Aira extendió los brazos cruzando los dedos —Hay que ir por el— logro que tomaran y suspiró —Ese tonto, dale. Mejor lleguemos a su casa de imprevisto y...—
—¡Aira!— El grito de un Shikamaru furioso se escuchó por las escaleras —¡Que te eh dicho sobre dejar que Tokoeru se transforme aquí!—
—¡Perdón!— le grito, haciendo que el cachorro se bajará de ella —Arreglate, ustedes dos. Por la ventana, se abre hacia arriba— aclaro.
Empujó un poco más al cachorro antes de salir corriendo a la oficina, realmente habían organizado lo más que se podía, únicamente quince papeles seguían sobre el escritorio. Minato abrió la ventana y con chakra empezó a caminar sobre la pared, ayudo a Kushina y subieron hasta el techo. Esperaron a que subiera Aira.
—¿Ahora, que te pasa?— Kushina se acercó a tocarle la frente.
—Quiero vomitar— negó ella, luego suspiro. Tomo aire y empezó a guiar el camino, evitando los lugares concurridos les tomo al rededor de quince minutos y cuando llegaron a la casa Hinata se encontraba tendiendo las sábanas.
Minato se golpeó la frente —¿No se dará cuenta que estamos aquí?—
Aira sonrió —Siempre le traigo gente extraña, al menos si llega Boruto ella puede comprobar que no son fantasmas— luego les tomo las manos a ambos y los hizo cruzar la puerta del jardín —¡Hinata-hime!—
La mujer dejo de tender para verla, luego acercarse un poco —Aira-chan ¿Traes amigos nuevos?—
—Querian ver a Naruto, pero son bastante vergonzosos— ella empezó a reír.
"¿Cuando cambio tan drásticamente su actitud?" Kushina empezó a dudar "¿Entonces cuál era la edad de esa niña?"
—Yo también era algo vergonzosa cuando se trataba de Naruto-kun— luego acarició la cabeza de Aira —Pero no está aquí, la última vez que hable con él se escuchaba apurado, esta mañana el kazekage me llamo preguntando si había regresado—
Minato no dudó en preguntar —¿En la mañana?— luego retrocedió un poco —Lo lamento—
—No pasa nada— Hinata restó importancia —Al parecer Kurama-san le está ayudando, pero no sé a que. De todas formas, no creo que tarde más de quince minutos ¿Quieren esperarlo adentro?—
Aira la tomo de las manos —¿Podemos?— Hinata se rió y asintió —¡Yei~!— levantó el brazo derecho al aire y luego los volvió a tomar de las manos, guiandolos por la casa hasta el sofá.
—Se dio cuenta de que algo anda mal— Minato ni siquiera se sentó antes de decir eso.
—Yo lo vi bastante creible— Kushina se llevó la mano al mentón. —¿Cuántos años tienes realmente, Aira?—
Aira sonrió —¿Que son años?— luego se levantó de donde estaba sentada y corrió escaleras arriba.
—¿Se estaba burlando?— a Kushina se le pintaron los cachetes de carmín
—Probablemente le cause gracia— luego Minato le dio un codazo a Kushina —Al menos Naruto tiene una esposa bastante amable—
—¿Esposa? —luego recapacitó sobre los últimos veinticinco minutos. —¿Entonces ese niño...—
—¿Porque crees que se puso a gritar sobre fantasmas? Hinata también lo sospecha, la vi tentada a activar el byakūgan— Minato le tomo la mano y se sentó a su lado.
—¿Y eso es malo? La idea fue venir por Naruto y esto— Kushina se quedó callada, pequeños pasos apresurados bajaron desde las escaleras.
—Pero no hagas ruido, que para Hinata-hime esto es una sorpresa— Himawari iba ella sola cubriendo sus ojos mientras bajaba las escaleras y Aira evitaba que no cayera.
—¿Segura que es real?— bajo el último escalón y dio un pequeño saltito para luego seguir caminando hasta la sala.
—¿Dudas de mí?— la niña negó y Aira la acomodo frente al sillón. Luego ella abrió sus ojos.
Minato levantó la mano —Hola— pero Kushina le saltó encima.
—¡Que bonita!— Himawari dio un respingo y no se movió hasta que la soltaron.
—¿En serio son mis abuelitos?— se llevó las manos a la boca cubriéndola, se giró a Aira —¿No son clones?—
—¿Eh? Bueno, si tienes dudas dales un buen golpe— Himawari negó abrazando a los dos que estaban sentados —¿Porque no se ven como en las fotos de papá?—
Aira levantó la mano —Sigo trabajando en eso— luego abrió la boca un poco, el mismo chico de pelo negro entro corriendo y disculpándose por no sacarse los zapatos antes de entrar.
—¡La vas a pagar tú, traidora!— le gritó a Aira tirándose encima de ella —¿Hueles eso?—
Himawari pareció distante unos segundos —¿Kurama-san?— Escucharon un golpe afuera, luego un chillido de Hinata. Himawari abrió la ventana para encontrar a su papá en el suelo, jadeando con el manto de Kurama todavía activo. —¡Papá llegó!— y salió corriendo por la puerta.
—Nunca había escuchado que el kyubii tuviera un olor peculiar— Kushina se levantó, para caminar a la puerta.
—No se lo menciones— el chico salió primero, Himawari intentaba revivir a Naruto que estaba en el piso bastante sucio mientras que Hinata intentaba bajar a Himawari de encima de su esposo.
—¿Te hecho una mano?— Minato extendió la mano hacia Naruto, que aún jadeando dejo que le escaparan unas lágrimas antes de aceptar la ayuda, pero al Minato estar en un cuerpo infantil termino cayendo junto con el —Lo lamento— soltó una risa nerviosa.
Aira concentró chakra en sus dedos, como si fueran dos pistolas apunto a Naruto y Hinata por igual —¡Sakkaku!— Ambos adultos tomaron una apariencia más infantil y ella se rió un poco —Tan adorables todos— Naruto ya con apariencia más joven se levantó del suelo, Aira le pasó la mano por el cabello —Disfrutalos. Me voy a dormir— Tokoeru hizo una reverencia leve hacia Hinata al momento de salir del terreno de la casa.
[3]
—¡Mamá, hay fantasmas-ttebasa!— Boruto se quitó las sandalias mientras gritaba al entrar a su casa, cerró los ojos un momento y captó el olor de la cena recién hecha. Entonces empezó a caminar hacia la cocina.
Tal fue su sorpresa de ver a la misma pelirroja cocinando junto a una versión más joven de su mamá. A un niño rubio extraño jugando con Himawari y a su padre cabeceando en el sofá. Bueno, al menos había algo normal en ese lugar.
Su madre se giró, tenía una cuchara que no soltaba para nada —Boruto, ayuda con la mesa— se jalo el pelo con desesperación, ¿Le habían ignorado?
Seguimos trabajando :)
