Mmm... siempre adoré a Sherlock Holmes, asi que me puse a escribir un dia, ¿por qué no?, no le llego ni a la suela de los zapatos a Doyle... pero por algo se empieza :)
I
Mi nuevo compañero.
Conocí a Sherlock Holmes allá por el año 1896.
Mi nombre original es Sarah Watson, hermana de un médico y soldado que luchó en Afganistán, más conocido por sus historias: Jhon Watson. He vivido casi toda mi vida en España aunque también en Alemania, ahora vivo y espero que por lo que me quede de vida en Londres, con mi marido, pero no adelantemos acontecimientos.
Tengo el pelo largo y rizado, castaño, con los ojos del mismo color, de estatura media y bastante morena.
Canto ópera, dirijo coros y orquestas y toco el clarinete, alguna vez he dado clases particulares pero no es habitual. También soy detective, pero no trabajo para la policía, tengo
mis propios métodos.
El 11 de julio del año nombrado anteriormente, una semana antes de mi cumpleaños, mi hermano y Mary, su mujer, me estaban esperando en la estación de trenes de Londres sobre las diez de la mañana, y aunque hacia mucho tiempo que no veía a Jhon no me costo mucho reconocerle. Estaba de espaldas, así que le di tres golpecitos en el hombro derecho.
-Dios, Sarah, ¡me ha costado reconocerte!- nos abrazamos.
Jhon es alto, pelirrojo y con bigote, los ojos los tiene azules y tez pálida; nadie diría que somos hermanos.
-Nunca te has fijado demasiado- dije con una sonrisa-. Y tú debes ser la famosa Mary Watson- me refería a la mujer de mi hermano-. Es un placer conocerla.
-El placer es mío- dijo a modo de saludo.
Mary tiene el pelo largo, recogido en un moño alto, color marrón claro, ella tiene más o menos mi altura y su color de piel es un poco más oscuro que el de Jhon. Sus ojos son de color azul.
-Bueno si os parece nos podemos poner en marcha- propuse.
Cogimos un coche de caballos, estuve hablando sobre mis últimos años en España:
-Bueno, cuéntame, ¿a qué te dedicas?- me preguntaba esto porque él se fue a Afganistán cuando yo tenia solamente 18 años, y desde entonces no nos veíamos.
-Pues ahora mismo estoy de cantante y de detective.
-Al fin seguiste el camino que te proponías-sonrió.
-¿Y tú?, cuéntame.
-Yo igual, de médico. Confieso que lo dejé durante una época y todavía lo tengo un poco olvidado gracias a un compañero.
El viaje fue largo pero no se hizo pesado.
-A propósito, necesito apartamento, mi estancia aquí es indefinida, aunque preveo que será más bien larga y no querría ser una molestia.
-Hay alguien, mi antiguo compañero de piso me lleva dando la tabarra desde hace bastante tiempo, por irme a vivir con Mary- al decir esto la cogió la mano- dejé que él pagase solo el alquiler de la casa.
-No, Jhon, ya le conoces,…, no se como describirlo, es excéntrico- dijo Mary.
-¿Sabes por qué me costó relativamente poco hacerme compañero de Holmes?, pues gracias a mi hermana, ella es, o por lo menos era prácticamente igual a él. Mañana le conocerás, debe haber sido un viaje largo.
La casa de mi hermano era hermosa. Sabía perfectamente donde se encontraba cada cuarto por que se notaba que la colocación la había elegido mi hermano pero la decoración no se parecía a su estilo. La habitación en la que me hospedé estaba apartada de la otra, para aportarme intimidad, con bastante luz, dormí apaciblemente.
Al día siguiente fuimos a hablar con el excompañero de piso de Jhon. Su casa está en la calle Baker Street. Mi hermano dio dos golpes a la puerta con su bastón y seguidamente la abrió.
-¡Señora Hudson!-gritó.
No tuvimos que esperar ni diez segundos cuando una señora de cierta edad bajó las escaleras.
-¡Doctor Watson!, ¡que alegría verle!-exclamó-¿Qué tal está, Mary?
-Muy bien, gracias.
La señora Hudson tiene el pelo castaño, algo canoso, con los ojos de un color oscuro, juraría que casi negro. No es demasiado alta, y como va algo encorvada parece más pequeña.
-Hemos venido por mi hermana, necesita donde alojarse y venía a hablar con él,…, ¿está presentable?- preguntó Jhon.
-Sinceramente no lo se, hace dos días que no sale de la buhardilla, y no me deja que entre, será mejor que suban a ver.
Al contrario que la casa de mi hermano esta casa era más bien lúgubre. Al llegar a la puerta Jhon hizo el mismo ritual que con la puerta de entrada.
-¿Está acicalado?-pregunto Jhon poniendo un pie dentro del cuarto.
-¿Usted que cree?, estoy en mi casa.
-Tiene visita- dijo entrando y nosotras detrás.
-No se corte, Watson, pase- contestó éste a modo de llamada de atención. -Buenas tardes -dijo refiriéndose a mi- no me suena su cara… ¿no es de por aquí verdad?, permítame presentarme soy…
-Sherlock Holmes- completé yo.
Holmes es moreno, pelo corto, oscuro, por encima de los hombros, ojos castaños y cara algo alargada, no demasiado alto.
-Mmm… ¿cómo lo ha sabido?, imposible que me halla visto antes, me acordaría de usted,…, ¿una fotografía?, descarto esa posibilidad porque nunca me han fotografiado la cara.
-Pero si el abrigo- dije sacando un periódico- es evidente que es usted- dije mirando al perchero.
-Ya, pero este abrigo lo puede llevar cualquier otra persona.
-Pero no creo que ninguna otra persona lo tenga roto por la manga derecha, cualquier otra persona lo habría llevado al costurero o se habría comprado otro, lo que no indica que usted no anda muy bien de dinero y que necesitaría a alguien que quisiera compartir piso para volver a estabilizar su economía. Además conozco a su hermano tenéis los ojos del mismo marrón un tanto rojizo.
-Y usted debe ser la hermana de Watson- dijo intentando sorprenderme.
-Mismos pabellones- dijimos al unísono Holmes y yo.
-Por fin alguien que habla mi idioma- dijo Sherlock Holmes.
Nuestra presentación acabo con un apretón de manos. Mary estaba atónita, no se esperaba esta faceta de la hermana de su marido.
-Su ruina podría terminar si acepta a compartir apartamento conmigo- terminé.
-Por mi no hay ningún inconveniente, pero hay algunos aspectos que debe conocer de mi- dictó.
-Seguro que no hay problema, pero como desee- dije.
-Si no les importa salir- dijo refiriéndose a Jhon y a Mary-, la señorita Watson y yo debemos hablar de negocios.
Cuando los dos hubieron salido, Sherlock Holmes estuvo hablando de sus "inconvenientes" como compañero de piso. Decía que a veces tocaba el violín a horas inesperadas, de vez en cuando hacía experimentos y que en algunas ocasiones debería disponer de la sala de estar. También me informó de que a veces no hablaba ni comía durante días, pero no debía preocuparme, solo no debía molestarle.
Yo, por mi parte, le dije que también era bastante silenciosa y bien podía estar días enteros metida en una habitación o bien no aparecer por casa en semanas. También le pedí un cuarto al que solo yo tuviese acceso.
-No hay ningún problema- dijo respondiendo a mi última petición. Hay un cuarto prácticamente vacío en la casa, que está cerrado con llave- se dirigió a un armario del que sacó una llave que luego me entregó-. Toda suya.
-Muchas gracias- respondí.
Mary y Jhon nos estaban esperando en el mostrador charlando apaciblemente con la criada.
-¿Han acabado?-pregunto mi hermano.
-Si, el trato esta cerrado, su hermana esta oficialmente viviendo en esta casa- informó Holmes- espero que ella sea más considerada y no me deje pagando el alquiler solo, como hizo usted.
-Espero que la avisase de sus problemas con el alcohol, las drogas, y otros tipos de sustancias tóxicas- dijo la señora Hudson.
-Yo no lo encuentro un problema, niñera- esto último lo dijo en tono despectivo.
-Pues los demás si- la ayudó Jhon- He intentado varias veces que lo dejase, pero siempre vuelve a recaer.
-Bueno yo tampoco lo encuentro un problema, es su salud, no la mía, de hecho me lo imaginé al ver los numerosos pinchazos en el brazo y sus ojos: un poco irritados- conteste.
-Supuse que no te importaría pero más de una vez le he visto beber gotas empleadas en cirugía ocular o liquido de embalsamar- insistió Jhon.
-Bueno, mi querido hermano, eso ya es cosa mía, ¿no crees?
-Si, Sarah, eso ya es cosa tuya.
