DISCLAIMER ON

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Dogma

Dogma: algo en que los humanos creemos ciegamente. Uchiha Sasuke solo tenía una creencia, el tiempo; el dogma más violento y tramposo…lo que él no sabía era que el tiempo llevaba de su mano a las coincidencias.:SasuSaku:.

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Coincidencia I

Por enésima vez se revolvió aquellos largos cabellos azulados, una y otra vez contó hasta diez para no lanzar aquellos importantes papeles al demonio. Volvió a beber de su café ya tibio, cuando vio que no volvía a tener concentración en su trabajo se tiro en el escritorio de forma cansada. Otra vez…su padre le llenaba de trabajo, ¡ya estaba harto de todo eso!…

Necesitaba un tiempo libre. Si…definitivamente eso era lo que necesitaba.

Tomo las llaves de su auto, bajó de aquel imponente edificio y en el estacionamiento privado, estaba su auto ultimo modelo. Subió a él y exhaló cansadamente comenzó a manejar con rapidez…necesitaba un buen café y, por primera vez en diez años, un cigarro. Buscó con la mirada, se estacionó en la primera cafetería y se adentró en ella con el hombre de prisa que era.

–Un café negro por favor. –dijo con cansancio.

–En un momento, si gusta tomar asiento…

Sasuke obedeció sin chistar y lo que pudo observar es que fue a parar a un lugar un poco monótono. Limpio, gente tomando y comiendo, leyendo el periódico o algún cómic que le resultase interesante. Se sentó en algún lugar alejado del mundo, observo por la ventana y pudo ver como autos pasaban con rapidez, personas caminaban rápidamente…como si fueran a buscar ese propósito por el cual existir.

Luego…sin querer volteó su cabeza y pudo ver que, en la mesa de al lado había una mujer de bata blanca y pelo teñido de rosa. Tomaba café mientras leía unas hojas. Le observó con detenimiento encontrando algún rasgo que le resultase familiar, podía afirmar que leía con mucho detenimiento pues sus ojos verdes se movían muy lentamente como si analizasé hasta el más mínimo detalle de la lectura.

¡Ella parecía ser el humano más tranquilo del planeta! Resolvía su trabajo con tranquilidad…como si el mundo la fuese a esperar. La voz de la mesera le sacó de aquellos pensamientos.

–Su café señor… ¿gusta algo más? –preguntó la mesera deteniendo una charola contra su pecho.

–No, es todo…

La mesera se marcó y el bebió un poco de su café. Pensó en fumarse un cigarro pero ese era un lugar cerrado, si lo encendían le pedirían que lo apagara. Pensó en lo frágil que se veía la pequeña niña que pasaba por allí agarrada de la mano de su madre, pensó en lo monótono que se veía aquel hombre que caminaba, pensó en el fracaso que podría tener aquel joven que le recordaba a él en sus años de universidad. Volvió a beber de su café.

Volteó de nuevo su rostro y allí seguía ella, firmando y leyendo papeles con demasiada paciencia… ¿qué es que no se cansaba? Luego reparo en su cabello teñido de rosa…por que estaba seguro que estaba teñido, luego se fijo en las facciones de aquella mujer…parecían suaves y de pronto la codicia de tocarla le picaron un poco.

Ahora que recordaba… ¿qué no era ella la chica que estudiaba medicina en la misma universidad que él? Por que recordaba haber oído sobre una chica con el pelo rosado, pero dudo de aquello…puesto que él había oído que ella era una completa compulsiva a la medicina y que era muy fea.

Imposible…si ella fuera esa chica, verdaderamente todos los de administración y comercio se pegarían un tiro…tanto que la criticaban por ser una de las chicas más feas. –pensó mientras bebía café y observaba a la mujer con detenimiento. –Ella es bonita…

o.O.o.O.o.O.o…

Hoy no sabía por que…pero el estar encerrada en su despacho le causaba histeria. Así que, como bien decía su maestra: un buen café lo arregla todo. Y si…ella tenía razón, aquel café con leche le relajaba bastante, como cual droga de hospital que les incrustaban a los pacientes desesperantes.

Y fue a dar a la cafetería donde solía ir cuando era aún una alumna de universidad, se sentó en el mismo lugar donde solía sentarse cuando recibía clases especiales, la mesera le sonrió alegremente al volverla a ver después de tanto tiempo.

Y allí estaba, revisando expedientes clínicos de sus pacientes. Se sentía tan bien haciendo su trabajo mientras ese café le relajaba hasta la más mínima neurona. Podía jurar que eso era un de los pocos placeres de su vida.

De pronto recordó sus días en la universidad y un montón de recuerdos nostálgicos le inundaron. Sus amigas, sus compañeros de clase, sus conocidos…y los de administración y comercio; aquellos miserables que se la pasaban burlándose de ella por ser la más inteligente en medicina, le llamaban "ratón de biblioteca"… ¡eran unos tontos! Pero claro…había sus excepciones, como su amigo el rubio hiperactivo Uzumaki Naruto, maestros como Hatake Kakashi…entre pocos.

Un aroma varonil y penetrante le inundó. Y por mera coincidencia…parecía conocer esa esencia. De reojo observó al hombre que se acaba de sentar en la mesa de al lado suyo y…no creía lo que veía. Disimuló, puesto que se notaba que ese hombre era la persona más analítica y reconocería sus gestos de desesperación.

Eso era a lo que ella llamaba coincidencia.

o.O.o.O.o.O.o…

Para Uchiha el tiempo era el dogma más grande que existía entre los humanos, lo único que sabía de él es que dependía completamente del tiempo para realizar sus actividades. Así como era un dogma era violento y desesperante. Mandó todo al demonio en un instante y ya se encontraba postrado en una cama con sabanas blancas y frías, un cuarto muy bien amueblado pero muy pequeño para su gusto. Solo conocía un lugar así…su habitación en el hospital. La última vez que estuvo fue uno de los peores momentos de su vida.

–Oh Sasuke…despertaste, eso es bueno.

–¿Qué demonios pasó? –preguntó él de la manera más tranquila que pudo.

Una mujer rubia, alta, de grandes pechos y con una larga bata blanca se acercó a él, solo había una sola mujer como ella y era Tsunade, la directora de tan lujoso hospital; su doctora personal. Suspiró. Por más que se empeñaba en no regresar al hospital después de tan trágico suceso la vida se empeñaba en ir a dejarlo allí cuando menos se lo esperaba.

–Sufriste un accidente automovilístico. Nada grave, solo tienes unos cuantos golpes en la cabeza y una muñeca dislocada, seguramente por tantas vueltas que le diste al volante. –le dijo ella observándole.

–Joder, cuándo, dónde y por qué sucedió. Lo único que recuerdo es que veía el maldito volante dar vueltas y vueltas. –dijo con fastidio.

–No te preocupes, no tuviste la culpa. Fue hoy por la tarde, cuando ibas de regreso a la empresa, lo único serio es tu quemadura en la pierna izquierda por el café que se te derramó, nada que no se pueda arreglar. –le dijo con simpleza.

–Lo dices como si fuera una pequeña maquina. –le respondió Sasuke contraatacando.

Tsunade sonrió. A Sasuke no le gusto el gesto.

–¡Ja! Tu haces parecer como si fueras una maquina, ahora…si me disculpas, te quedarás a cargo de mi alumna pues yo tengo que ir a un seminario de actualización de medicina. Lo siento mucho, te accidentaste en el peor momento.

Uchiha rezongó por aquella acción de ella, Tsunade le carcajeó en la cara, al peliazulado le hastiaba la manera en la que ella reía de manera tan abierta.

–No quiero quedar a cargo de una estudiante de medicina. –dijo por último notando en sus palabras el berrinche de un niño pequeño.

–¡¿Pero cuando mencioné que era estudiante?! –dijo ella con notable humor en sus palabras. –Es toda una doctora como yo. Sabe tanto o hasta más que yo. ¡Anda que es muy agradable! Te llevarás bien con ella, si lo haces conmigo… ¿Por qué con ella no? La conocerás mañana cuando venga a revisarte. Nos vemos.

Y la rubia mujer salió de la habitación dejando en completa soledad y silencio a Sasuke.

El manto marino cubrió aquella hermosa y sofisticada ciudad regalando una noche de gala y diversión. Algo que Uchiha Sasuke, postrado en una cama de hospital y una jeringa suministrándole suero no podía disfrutar. Maldijo una y otra vez a ese hospital, a Tsunade y a su nueva estúpida doctora. Le desesperaba el hecho de estar allí sin hacer nada… ¡Él era un hombre que vivía para trabajar! Literalmente, se creía un completo idiota en ese lugar. Suspiró. No era su mejor día. No se quejaba…había tenido peores. Volvió a suspirar.

Un sonido lo alertó, ladeó su cabeza a un lado –Sasuke pensó en ese momento lo estúpido que sería timbrar si era alguien con malas intenciones–, la puerta se entreabrió dejando pasa un poco de la luz de los pasillos…y se asomó una silueta oscura. Uchiha entrecerró los ojos, como la persona que siempre esta alerta de todos…se preparó mentalmente para cualquier cosa. Se aventuró a preguntar.

–¿Quién es? –preguntó de manera fría y atacante.

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¡Hola!

Aquí su servidora Asura Aoi presentándose con otro muy pequeño fanfic. Como ven, otro SasuSaku (xD!) con los mismos personajes, casi el mismo universo alterno de siempre…pero esta vez con mi toque.

Aviso que es un fanfic corto, no esperen más de cinco capítulos de él. Nació de una noche de insomnio (como muchos otros) en los que me ponía a pensar sobre las coincidencias de mi vida. Este no es del proyecto que hablé hace tiempo, es más bien como un receso de él, la verdad es que ese proyecto no lo he desarrollado de la manera más amena y no termina de gustarme ni el primer capitulo xD!…

¿Reviews…?