Se despertó, cuando su madre le indicó que lo hiciera con esa sutil forma que tenía para decir las cosas, gritándole amenazas.

Desayunó sin ganas ni saboreando la comida que ingería, sólo lo hacía para evitar otro sermón de Chouji sobre que comer era una de las principales necesidades que tenían los seres vivos y no debía escasearse de hacerlo solo porque le pareciese problemático.

Caminó y trabajó todo el día –pareciéndose mas a alguien activo que a un flojo irremediable-, solo para evitar darle la contra a la Hokage y encamararse en una discusión absurda que probablemente no tendría fin o que Tsunade se encargaría de concluir empleando un poco de su fuerza bruta en darle un golpe que lo hiciera volar varios metros.

Definitivamente eso sería más problemático que hacerle caso.

Paseó por la aldea encontrándose en el camino con Ino, quien no tardó en hacerle plática sobre que si la nueva dieta que llevaba la haría perder mas peso, sobre si estaba más gorda que Sakura o que la ropa ya no le cerraba… pura cháchara sin sentido.

Tener un trauma absurdo y tener una boca que nunca se cerraba era bastante problemático.

Llegó a su sitio favorito para ver las nubes y no le sorprendió ver al Uzumaki allí -sentado y viendo en su dirección, sonriéndole ampliamente- ese lugar había pasado a ser algo parecido a un punto de reunión en el que cada tarde se encontraban.

Y entonces, él también sonrió, no sabía por que, pero estar con Naruto no lo hallaba problemático, a pesar de ser exactamente todo lo que él hallaba así.

Era gritón, comía demasiado y siempre el mismo alimento, era demasiado activo, no quedándose sentado en su sitio por más de dos segundos, alegaba bastante, aunque no tuviera la razón –lo cual era generalmente siempre- y no paraba de hablar nunca.

Por obviedad, si encontrabas una persona que tuviera todas las características que tú hallases problemáticas, buscarías la forma de alejarte de dicha persona, sin embargo, Shikamaru siempre buscaba tiempo para pasarlo con él.

Todo iría bien entre ellos, de no ser por un insignificante detalle… Naruto tenía un trauma imposible de quitar.

Después de unos minutos el rubio se despidió, alegándole una excusa que no terminó por creerse ni él mismo. Salió corriendo gritándole un adiós, pero eso no evito que notara el sonrojo en sus mejillas y se diera cuenta de la ansiedad que embargaba al rubio por irse.

Cuando ya no pudo sentir la presencia de Naruto, procedió a tirarse boca arriba en el mullido y húmedo pasto, observando las nubes y concentrándose en relajar cada una de las partes de su cuerpo.

Si..., definitivamente de no ser por el trauma que tenía Naruto por Sasuke y la relación que estos dos mantenían, lo más probable es que el Uzumaki siguiera allí a su lado en esos momentos.

Suspiró.

Tener un amor no correspondido era más problemático que cualquier otra cosa en el mundo.