Disclaimer: Kagerou Project no me pertenece ni ninguno de sus personajes, esta es una historia sin fines de lucro, sólo para entretener. La trama de la historia está basada en un video que encontré en youtube, derechos reservados a las partes que utilice de ese video. Todo esto es de Papi Jin.
Este fic participa en el mini-reto "El impacto de una frase" del foro "Bienvenidos al interior del vientre de Kuroha"
N/A: Yo también quería escribir hace un tiempo HibiHiyo, así que nació esto uvu
Título: Duele.
Summary: El tic-tac del reloj hacía eco en su oído, su boca estaba entre abierta y podía sentir como se secaba de tanto mantenerla así. El sonido de las cigarras lo saco de sus pensamientos.
Numero de palabras: 300.
Todo empezó un 14 y 15 de agosto.
Su mirada no se apartaba del cuerpo inerte frente a él, todo fue tan rápido y a la vez tan lento. La sangre le rodeaba completamente, ya ni siquiera sabía dónde empezaba y donde terminaba. Hiyori estaba oculta en alguna parte de ese gran charco carmesí.
El tic-tac del reloj hacía eco en su oído, su boca estaba entre abierta y podía sentir como se secaba de tanto mantenerla así. El sonido de las cigarras lo saco de sus pensamientos.
El semáforo que indicaba cuando podían pasar los peatones no dejaba de brillar en la luz roja.
Ahora es un poco tarde, y quizás ella se moleste.
Se arrodillo junto al cuerpo inerte de Hiyori, sus manos aferrándose a sus ropas y las lágrimas cayendo descontroladamente por sus mejillas. Era inevitable recordar la última charla de la tarde de ayer en ese momento.
Solamente quería llevarse un buen recuerdo.
Como de costumbre, ella era egoísta y siempre golpeaba a Hibiya por vergüenza.
Y aun así el chico no podía evitar fijarse en como su cabello se ondeaba con el viento.
— ¿Acaso eres un tonto? Solamente debes relajarte, la ciudad no es tan complicada.
—P-pero yo…
—Hibiya, si sigues así te abandonare y no me preocupare por ti.
Hibiya realmente la amaba.
—E-está bien… pero no te enojes.
Siempre trata de compensar sus errores.
—Sólo cállate Hibiya, intenta relajarte y dejar de asustarte. Así nunca conseguirás a una novia que sea tan linda como yo.
Había veces en que lo hacia sonreír con cosas como esas.
—Aunque me sentiría mal por la pobre chica que se fije en un cobarde penoso como tú, que suerte que yo no sea una idiota.
Pero su reproche le dolió como si mil dagas atravesaran su corazón.
