Esto es algo un poco diferente a la trama de los libros, pero tendrá el mismo Christian y la misma Anastasia.
Esperó que disfruten el capítulo.
Anastasia Pov.
Vuelvo a acomodar mi vieja y descolorida mochila roja en mi hombro derecho. El incipiente letrero de la preparatoria "Palos Hill" me recibe con sus puertas antiguas y descoloridas. Al seguir a mi padre Ray por su nuevo empleo, hizo que en mi último año de preparatoria en mi antigua escuela cambiara. Seattle es más lluvioso que Vancouver, pero hay más edificios y espacios abiertos.
En cuanto entro, el ligero color amarillo de las paredes capta mi atención, tal vez sea por la infinidad de papeles con colores chillones pegados en la descuartizada pared. El pasillo es largo y ancho. Dos hileras de casilleros color azul rey se encuentran pegados a cada lado de la pared y visualizo varios pasillos. En este momento no hay alumnado, las clases hace minutos empezaron. Me cosquillea el estomago y la nuca. Siento nauseas.
Odio ser el centro de atención, y en esta surdida nueva escuela obviamente lo sería. Pienso en cómo me catalogaran en cuanto me presente; ¿Sería otra vez la loca de los libros?, ¿O, la ratón de biblioteca?...
A pesar de mi no muy buen agraciado aspecto, realmente espero aunque sea haberme vestido bien.
Doy un último repaso a los infalibles convers rojos, jeans oscuros, y suéter azul claro. Supongo que esto se ve normal. Sonrío para mis adentros.
Cuando termino de pasar por la larga hilera de casilleros, me detengo observando los dos caminos que llevan a diferentes direcciones. Capta mi atención una pequeña oficina de donde se escucha como grita una voz malhumorada. Observó el letrero que descansa arriba de la puerta que dice; "SECRETARIA" Ruedo los ojos reprendiéndome por no haberla visto antes. Camino hasta la puerta para tocar suavemente y esperando no interrumpir ahora la voz que hace un momento esta gritando, pero ahora suena más tolerante.
Cuando estoy por tocar, la puerta se abre de improviso y siento abrir los ojos desmesuradamente al percatarme de un par de ojos grises que me observan enfurecido.
Me sonrojo y bajo mi cabeza, fingiendo que mis tenis son lo más interesante.
Recuerdo antes de agachar la cabeza, su despeinado cabello cobrizo, su nariz recta, su mandíbula fuerte y angulada, sus labios finamente carnosos y rosados, y su complexión de atleta tras aquella ropa oscura.
Armándome de valor vuelvo mi mirada a él. Y siento que mi boca se abre ligeramente al no ver ninguna persona parada frente a mí. El desconocido de ojos grises se ha marchado.
— Usted debe ser la Señorita Steele, pase por favor. — Me saca de mi ensoñación la voz de una mujer. — Soy la consejera de la Escuela Preparatoria: Palos Hill. —Se presenta la mujer. El cabello rubio platino formando un elegante moño, el traje inmaculado color blanco sin ninguna grieta o arruga. El rostro tras capas y capas de maquillaje esconden una mujer de unos cincuenta años con buena salud.
Estiro mi mano cortésmente estrechándola.
— Perdón por lo de antes, hay alumnos que necesitan de mucha ayuda. — Contesta con un brillo de lastima en sus ojos cafés, para después recomponerse y sonreírme.
— Le dijeron a mi padre que hoy me harían entrega del horario. — Le explico, pasando mi cabello tras mis orejas.
…
Tras encontrar el casillero trescientos cuarenta y cinco, me dirijo hasta la tercera planta de la escuela y busco el salón de mi siguiente clase que es Algebra. El sonoro y molesto timbre suena y anuncia la finalización de la primera hora.
Diferente alumnado empieza a salir por las puertas y algunos me observan con interés y otros apenas me ven. Caminó un poco más rápido y me encuentro con la aula cinco, donde está el salón de algebra. El viejo profesor se encuentra descansando en el escritorio y en cuanto siente mi presencia levanta el rostro y me lanza una pereza mirada.
Avanzo hasta él y le entrego la carta que me ha pedido la consejera que les entregué a los profesores. El profesor se presenta como Sikes y me pide ocupar asiento.
Observó la puerta que por ella empiezan a pasar un grupo de chicas que cuchichean y ríen. El grupito de rubias y una pelirroja me miran de soslayo y vuelven a reír. Se me hace un hueco en el estomago.
La pelirroja se acerca con el repiqueteo de sus zapatillas de tacón hasta mí.
Más alumnado empieza a llegar. Me pongo más nerviosa.
— Soy Gwen Owen, ¿Tu eres? — Se presenta con su voz mordaz retorciéndose un mechón lacio y naranja.
— S-Soy Anastasia Steele… — Titubeo un poco, al percatarme de su mirada verde y maliciosa.
Ella sonríe mostrando su perfecta dentadura blanca y pareja, y dos hoyuelos en sus mejillas. Pero hay algo en esa sonrisa que no me gusta, algo que me impide devolvérsela honestamente. Tal vez sea porque su mirada aun sigue siendo malvada. Y mi expediente con chicas como ella, está lleno hasta el tope.
Antes de siquiera contestarle, el aula se empieza a llenar y como si algo me indicara que observara la puerta, lo hago. Mi boca se queda seca al reencontrarme con la intensa mirada gris que también me mira con suspicacia. Siento la sangre caliente picarme en las mejillas y trago saliva ruidosamente. La voz de Gwen me saca de mi trance, y corto contacto visual con el de ojos grises. Me falta el aire.
— El es Christian Grey, cariño. — Ronronea observándolo. Su mirada sigue siendo lasciva. —Y está a kilómetros de distancia de ti. — Murmura con burla tan cerca de mí, que aspiro su perfume demasiado dulzón.
— Y-yo no… — Digo torpemente, tratando de arreglar lo sucedido.
— No te preocupes, Anastasia. — Me interrumpe. — Como dije esta a kilómetros de distancia… — Me sonríe hipócritamente.
Y antes de que diga algo más, se va grácilmente, contoneando sus caderas tras la falda corta que usa, pasando por delante del tal Christian que la observa con el ceño fruncido. Chasqueo la lengua. Mierda, si que lo es...
Y antes de que aparte mi mirada de él, el se cruza con la mía. Su mirada es tan intensa que siento el sonrojo llenarme y me volteo rápidamente y miro el pizarrón. El profesor ya ha comenzado la clase. Durante unos largos y tormentosos minutos siento mi nuca picar, y cuando vuelvo a voltear para mirar por sobre mi hombro, Christian aun me está observando...
Esperó que les haya gustado, este fué el primer capítulo de está historia que se me ocurrió. Por favor comenten y diganme que les pareció. Acepto criticas y opiniones :)
