Disclamer: He cambiado la edad a los personajes porque entran demasiado jóvenes a Hogwarts y me siento más cómodo escribiendo con personajes más "adultos".

Lo típico, nada me pertenece, todo es propiedad de la mafia de JK. Escribo porque me aburro y no tengo mucho más que hacer, aún así subiré cuando me de la gana porque así soy yo.

Prometo angst y fluffy en dosis equilibradas.

...

4 de agosto de 1994

-Harry. No te pueden gustar los dos al mismo tiempo. ¡Son polos opuestos! ¡Enemigos mortales incluso! Tienes que escoger a uno y estar a su lado en la batalla que, por cierto, es esta maldita tarde.

-Pero Ron, tú no lo entiendes. Ambos son geniales; sus estilos y maneras de actuar son muy distintas, lo sé, pero eso no significa que no me puedan gustar los dos al mismo tiempo.

-Pero eso es como… Serles infiel a ambos. Además hoy es el día; hoy tienes que escoger a uno. No puedes luchar en ambos bandos. Y más te vale hacer esta decisión bien Harry, porque puedes ganarte muchos enemigos. Incluyéndome a mí.

-Vamos Ron, no puedes dejar de ser mi amigo por mis gustos personales. Sé de que lado estás y no es justo que por "elegir a tu peor enemigo" algo vaya a cambiar entre nosotros.

-¡Harry! No estas decidiendo qué pantalones te vas a poner por la mañana, ¡esto va a cambiar todo tu futuro, por el amor de Merlín madura un poco!- exclamó Ron desesperado-Y créeme amigo, una vez que te decantes por uno, ya no hay vuelta atrás.

-Creo que estás siendo algo melodramático. Me quedo con los dos.- sentenció un Harry bastante seguro de sí mismo mientras retaba con la mirada a su amigo.

-¡Pero es que con uno no te vale o qué! Deberías ser capaz de satisfacerte a ti mismo con uno y entregarte a él a cuerpo y alma.

-Uno solo no cubre ni mis necesidades más básicas te lo puedo garantizar.

-Mira- dijo Ron con cansancio en la voz- no quiero seguir escuchando tus estupideces de mago criado por muggles. ¡Debes escoger un equipo de quidditch ya! ¡Hoy es la final!

-Para ti es muy sencillo: apoyas a Irlanda porque toda tu familia lo hace. ¡Yo no tengo ataduras, Ron!

-Harry. Sabes que te aprecio como amigo. Mucho. Muchísimo. Pero llevamos en esta tienda dos horas. Escoge de una vez a que equipo vas a animar y cómprate la maldita bufanda.

-Esta bien. Animaré a Bulgaria.

-Te odio-contestó Ron poniendo cara de desagrado mientras veía a su mejor amigo pagar en el mostrador.

-Lo sé- contestó Harry con una sonrisa. "Siempre es divertido discutir con Ron sobre quidditch", pensó Harry, "imagínate con todos los Weasly al completo".

Harry ya sabía a que equipo iba a animar desde el principio, pero lo encantaba hacer enfadar a Ron. Harry era, como no podía ser de otra manera, un enorme fan de la selección búlgara. El mayor fan de todos como se auto denominaba él en su cabeza. La verdad es que su decisión poco tenía que ver con los ideales del equipo, su estrategia o colores. No. Todo se reducía a una simple razón, o más bien, persona: Draco Malfoy.

Draco era el jugador de quidditch profesional más joven de la historia. Se había tenido que modificar el reglamento para que le dejaran jugar en la selección a un jugador tan joven como él, y aún así no podía jugar en partidos oficiales cuando era época de exámenes, a pesar de que eso le limitaba un poco nada le había detenido para convertirse en el mejor buscador que el mundo mágico ha visto en por lo menos un siglo. ¡Por supuesto que Harry iba a ser su fan!

Desde que Harry averiguo que Draco Malfoy no solo tenía su edad sino que también era de Inglaterra no pudo hacer otra cosa que sentir una admiración ciega hacia el chico. Y como para no. Draco era todo lo que Harry aspiraba a ser algún día: el mejor buscador, uno de los mejores estudiantes de Dursmtrang, un mago poderoso, todo el mundo le adoraba, las chicas de todos los cursos de Hogwarts tenían al menos una foto suya en algún sitio…

A Draco le sentaba bien la fama, tenía el don de hacer que todo el mundo cayera a sus pies con solo sonreír. Y no solo era guapo, sino que también era muy inteligente y lo dejaba claro en cada entrevista que daba: él no era solo una cara bonita o un buen jugador, él era mucho más.

Y vaya que si lo era. Solo con ver la forma con la que trata a sus fans y lleva la fama tan bien con tan solo quince años hacía que Harry estuviera celoso. Ojalá el pudiera sobrellevar tan bien que todo el mundo mágico supiera su nombre.

Harry admiraba a Draco por muchas razones. Y hoy iba a poder verle jugar en directo en la final de quidditch.

Nada podía estropear ese día.

-Pormerlínpormerlínpormerlínharryharryharryyyyy van a salir ya por merlín no estoy preparado para esto me va a dar un ataque- dijo Ron histérico mientras le zarandeaba de un lado para otro.

-Amigo; yo te aprecio, pero creo bastante trabajo estoy haciendo para poder mantener mis latidos a una velocidad normal como para que encima me estés agitando el cerebro.

-Lo siento- contestó mientras le soltaba- es que no me puedo creer que estemos viendo la final de quidditch los tres juntos. ¡Es el mejor día de mi vida!

-Si Ron está así no quiero ni imaginarme como estas tú Harry- dijo Hermione mientras asomaba la cabeza desde el otro lado de Ron- !vas a ver por fin a tu ídolo!

-Ya tío, a ver si le ves y se te pasa la obsesión porque llevamos unos meses oyendo tantos datos aleatorios sobre la vida del pobre chico que casi podríamos escribir su biografía mejor que él mismo.

-Me estáis haciendo quedar como un acosador. Sólo soy un fan muy entregado. Yo no tengo ninguna obses-aY POR MERLÍN QUE YA SALE EL EQUIPO DE BULGARIA

-Le va a dar algo- dijo Ron mirando a su amiga con una mueca divertida.

-De esta no sale- contestó esta- ¿Te lo imaginas? "El-Niño-que-vivió-murió-de-un-ataque-al-corazón-al-ver-a-su-ídolo" Creo que a Rita Skeeter le encantaría este titular.

Sin embargo Harry era incapaz de oír las bromas y risas de sus amigos, estaba demasiado embelesado con las acrobacias que iban haciendo uno a uno los miembros del equipo. Daría todo por estar ahí arriba jugando con ellos. Jugando al lado del mismísimo Draco Malfoy nada más y nada menos. Harry sabía que daría toda su fortuna por ello y aunque le asustó un poco el fanatismo que estaba sintiendo en esos momentos todo dejo de importar. Porque acaba de salir Viktor Krum, el antiguo buscador. Draco le había quitado el puesto nada más entrar al equipo y, aunque Viktor era muy bueno, nadie superaba a Draco. Viktor era ahora un gran cazador, de hecho, según la humilde opinión de Harry, Krum era mucho mejor cazador que buscador, pero aunque Harry se creía alguien muy objetivo, no lo era mucho en lo relativo al joven buscador rubio.

Krum era el sexto jugador en salir al campo. Y eso significaba una cosa: Draco Malfoy era el siguiente. Ya podría estar Krum haciendo uso de sus mejores habilidades que Harry no iba a prestarle ni la más mínima atención.

Entonces su nombre resonó por todo el estadio. Harry no pudo captar nada más que un borrón rubio en el aire hasta que su imagen fue proyectada en grande. Ahí estaba, con esa sonrisa de superioridad que a pesar de que te dejaba claro que él era mejor que tu y lo sabía no podías enfadarte porque sabes que es cierto y lo aceptas. A Harry le encantaba esa sonrisa.

Draco se movía en el aire como si fuera su dueño, como si él mismo lo hubiera creado y supiera mejor que nadie como moverse en él. Casi era como ver una danza, hacía trucos con la escoba haciendo que las habilidades de sus compañeros quedaran en cosas de principiantes. Todo el estadio estaba embelesado. Algunos gritaban con emoción cada vez que hacía un movimiento especialmente difícil, otros no podían cerrar la boca del asombro (como Ron) incluso había gente llorando de la emoción.

Pero Harry no podía respirar. Sentía que se ahogaba ante la belleza del espectáculo que estaba presenciando. Tampoco le importaba. El oxígeno no parecía una necesidad en ese momento. Todo lo que Harry podía hacer era intentar memorizar todo lo que estaba viendo porque sabía que nunca vería nada igual.

Sin embargo todo lo bueno se acaba. Y Malfoy paró de hacer su danza en el aire para rodear el estadio saludando el público.

Harry volvió a encontrar el aliento.

Sin apartar los ojos de su jugador favorito vio como se acercaba cada vez más a su zona. Harry era consciente de que sería una mancha en una multitud, que a la velocidad que iba no podía ver ni recordar las caras de alguien, y menos lo haría con la de Harry. Pero no pudo evitar ponerse nervioso ante el hecho de que iba a pasar justo a la altura de su grada. Que iba a poder verle de cerca y que, por un momento, ambos iban a estar a la misma altura.

Sin embargo lo que Harry no se esperaba es que justo cuando Draco Malfoy llego a su altura paró en seco su escoba bruscamente mientras le miraba con asombro en sus ojos. Harry no sabía si estaba alucinando o qué pero podría jurar que Draco Malfoy le estaba mirando a él. A él.

El corazón de Harry dio un vuelco cuando de verdad se dio cuenta de que sí que le estaba mirando. Draco Malfoy le estaba mirando. El pensamiento de que debía tener una cara de completa adoración hizo que un ligero rubor le subiera a las mejillas. Pero esa preocupación no duró mucho.

Tras lo que parecieron años Draco sonrió con la sonrisa más dulce que Harry había visto nunca y le guiñó un ojo justo antes de desaparecer hacia el centro del estadio para reunirse junto a su equipo.

Draco Malfoy acababa de guiñarle el ojo a él. Le había sonreído. Le había visto.

Harry fue incapaz de prestar atención a la primera parte del partido.