Dark: Una nueva historia! Sí, y espero que les guste

Nico: De qué trata?

Dark: De las sombras apoderándose de un inocente! Muahahaha!

Nico: La basaste en algo?

Dark: SI...una vez leí una historia, eso me dio la idea para escribir esta...yo espero sinceramente que les guste.

Nico: Bueno... Dark Janubis no es dueña de Yugioh! Ni de ninguno de sus personajes...

Dark: Bueno, ahora comencemos con el fic!

La oscuridad lo esperaba

Era un simple día normal, para la mayoría. Para Yugi Motou era otro día de desastres y tragedias.

Las cosas le habían estado yendo bastante mal. Y todo comenzó con Yami consiguiendo un cuerpo propio. Repentinamente, Yami era la novedad para todos. Joey, Tea, Tristan e incluso el mismo Seto Kaiba se habían sentido atraídos ante la personalidad calculadora del faraón y su competitividad. No que odiaran a Yugi, pero, Yami era lo nuevo. Yami era, el duelista calmado, fuerte, competitivo y genial que muchos querrían ser. Por su parte, él solo era, él.

Habían pasado ya dos meses desde que comenzó. Sus amigos estaban tan obsesionados con Yami que ya era casi imposible que notaran cuando Yugi estaba por ahí. Aquellos saludos amistosos, abrazos y palabras de aliento que tanto había amado, ahora eran para Yami. La única persona que parecía notar su existencia era Ryou, pero el joven muchacho estaba de visita a su familia en Inglaterra.

Nadie notaba a Yugi siendo maltratado por los abusivos de la escuela. Nadie lo notaba llorando bajo las escaleras. Ni su abuelo había notado la depresión en su mirada. Era triste, pero Yugi sentía que repentinamente, él ya no existía en el mundo. Se trataba de convencer que todo era a causa de que estaban entusiasmados por el faraón, pero el sabía bien que Yami había lentamente tomado su lugar. Quizá no lo había hecho apropósito, pero lo había hecho.

Yugi ya no lo podía soportar. Y ese día, fue la gota que derramó el vaso...

Después de ser apaleado por los abusivos de la escuela, y de obtener un castigo por llegar tarde al salón, Yugi creyó que podría pasar un rato tranquilo con los chicos, incluso si no notaban que estaba ahí, él aun disfrutaba de no estar solo. Por ello, a la salida, Yugi siguió silenciosamente a sus amigos que charlaban alegremente entre ellos y también con Yami. Pronto habían llegado a la arcada. Hacía mucho tiempo que Yugi no había puesto un pie en ese lugar y estaba feliz de estar ahí incluso si era como un colado en la reunión. Todos se acercaron hasta las mesas y empezaron a charlar.

-Lo ven! Saqué un A más!-decía Joey completamente orgulloso mientras mostraba su examen con su primera nota aprobatoria en el curso de matemáticas.

-Muy bien Joey, bien por ti-dijo Yami.

-Felicitaciones Joey, es increíble-dijo Tea con una sonrisa mientras aplaudía a su amigo.

-Si viejo...ahora lo he visto todo-dijo Tristan.

-Qué quisiste decir, eh?-ambos se pararon como si fueran a pelear.

-Qué no me entendiste?-Tristan y Joey estaban a punto de iniciar una de sus peleas.

-Chicos, chicos...no peleen aquí!-regañó Tea.

Ambos muchachos se callaron y tomaron asiento con un rostro de molestia.

-Sí muchachos, es hora de festejar, no de peleas...-fue entonces que Yami notó a Yugi calladamente sentado algo alejado de la mesa "Aibou?...estabas aquí?" se preguntó a sí mismo-Hey Yugi!-dijo llamando la atención del joven muchacho-Por qué no nos haces un favor y nos compras unas bebidas, las traes y te sientas con nosotros, eh?

El rostro de yugi se iluminó. Su Yami se dio cuenta de que estaba ahí, le pidió un favor y le ofreció un lugar en su mesa! Quizá ahora todo volvería a la normalidad. Yugi estaba muy contento y asintió con rapidez. Luego se puso de pie y corrió hasta la tienda de sodas y pidió cinco vasos. Entonces, empezó a regresar, pero la bandeja era muy pesada, por lo cual fue con lentitud. Pero justo cuando estaba cerca de sus amigo un pequeño niño pasó corriendo y lo empujo un poco. El peso hizo que Yugi perdiera el balance cayera al suelo, no sin antes derramar todas las bebidas sobre sus amigos.

Todos los de la mesa voltearon a gruñirle a Yugi quien se estaba poniendo de pie.

-lo...lo siento mucho-dijo Yugi algo nervioso.

-lo sientes? LO SIENTES?-gritó Joey furiosamente. Aparentemente, parte de la soda le cayó encima pero también empapó su examen. La nota que tan orgullosamente había presentado ahora se había vuelto un manchón de tinta-Mira lo que hiciste! Me esforcé tanto por esta nota y ahora no es nada!

Yugi estaba asustado de la forma en la que lo estaban mirando y gritando.

-Qué te pasa, por qué no tienes más cuidado?-le regañó Tristan.

-Sí, deberías haberte fijado!-dijo Tea.

-Mal hecho Yugi-dijo yami sacudiendo la cabeza.

-Siempre pasan estas cosas cuando estamos contigo!-gritó Joey-No quiero verte cerca de mi de nuevo!-y con eso salió de la tienda. Los demás lo siguieron dejando sólo a Yugi. Él ya no podía soportarlo más. Con lágrimas en su rostro salió corriendo hacia su casa. Detestaba ser tratado como una basura. Necesitaba irse, y lejos, mientras más mejor! No quería ver sus rostros de nuevo, no quería recordar lo que le hicieron, no quería tener que soportar más de eso. Desesperado corrió hasta su hogar y subió rápidamente a su habitación. Lloró y lloró por varios minutos. Se sentía perdido. Fue entonces que la idea le atravesó la mente. Si ellos no lo quería más con ellos, entonces Yugi no estaría más con ellos.

Habiendo tomado esa decisión, Yugi sacó una mochila y la llenó con lo esencial. Dos mudas de ropa, sus ahorros, alguna cartas (desde que Yami y él se separaron cada quien forjó su propia baraja con cartas de la antigua y nuevas) y una libreta en blanco con un lapicero para escribir lo que necesitase. Se miró en el espejo de su escritorio y vio en su rostro una mirada extraña incluso para él. Puso esa idea de lado y tomó su mochila. Estaba por irse cuando pensó en algo.

-Debería de escribir algo. Incluso si a Yami no le importa, no quiero que el abuelo se preocupe-tomó un pedazo de papel y escribió una nota con rapidez, haciendo su mayor esfuerzo por no llorar.

Justo cuando estaba por salir de su habitación, su mirada cayó en el rompecabezas que aun colgaba de su cuello. Volvió rápidamente a su escritorio y dolorosamente se lo quitó. Después de todo, si quería irse para no ver a sus amigos, no podía permitir que existiese aun una conexión entre Yami y él. Dejó el rompecabezas en el escritorio y la nota a su lado.

Luego salió de su habitación. Bajó las escaleras y salió de la tienda. Con una última mirada al lugar que desde su niñez había llamado hogar se fue caminando entre la repentina niebla.

Ooo

En casa de Tristan...

Los chicos se habían reunido para hablar y no paraban de reír cuando de pronto Yami se quedó inmóvil sin decir palabra alguna. Todos los demás lo vieron preocupados y le preguntaron que pasaba.

-Yugi...he perdido la conexión con su mente-dijo alarmado. En un instante, Yami había salido corriendo de la casa de Tristan con sus amigos siguiéndolo. "Yugi! Por favor, por favor, que este bien!" gritaba en su mente mientras se aproximaba a casa.

Ooo

Casa Motou...

Yami corrió a toda velocidad a la habitación de Yugi rogando que el joven muchacho estuviera ahí sano y salvo. Pero cuando abrió la puerta, quedó paralizado. Ahí, en el escritorio estaba abandonado el rompecabezas junto a un papel y no habían rastros de Yugi.

Yami se acercó a la mesa y tomó el papel y leyó:

Para quien lea esto (si es que le importa)

Me cansé de ser un estorbo en la vida de los demás. Sé que no haré mucha falta. Mis amigos ya no me necesitan, tienen a Yami. Ya no quiero ser el bulto que siempre cargan a rastras. Estoy harto de esta vida. Pero no los culpo, soy inútil y tienen razón al pensarlo.

Por ello me despido de ustedes.

Atentamente

Yugi

Cuando los chicos llegaron a la habitación, vieron a Yami de rodillas en el suelo, temblando miserablemente, con un papel arrugado en su mano y lágrimas en los ojos. Joey le preguntó que ocurría, él solo le dio la carta. Unos minutos después, todos tenía los ojos llenos de lágrimas. Lágrimas, de culpa.

Ooo

En el parque de la ciudad...

Yugi continuaba caminando. Lentamente recordaba todo lo que había pasado desde que Yami había obtenido su cuerpo. Pronto un extraño sentimiento empezó a arder en su pecho y una voz en su mente empezó a decirle...

-Oye...qué era lo que esperaba?...eras débil, demasiado confiado...creíste que alguna vez te quisieron? Fue mentira!-gritaba una vez y otra vez en su mente.

Fue entonces que Yugi vio la densa niebla que lo rodeaba. Se sentía observado. Pero no estaba seguro de qué pasaba. Un fuerte frío recorrió todo su cuerpo y una honda de mareo y confusión le siguió. Pronto cayó al suelo de rodillas y empezó a arrastrase hasta el borde del lago en el centro del parque. La neblina se disipó hasta volverse niebla común y corriente. Yugi miró al agua y quedó impactado con su reflejo. Su apariencia había cambiado. Ahora, sus ojos, que una vez brillaron de inocencia se habían vuelto de un frío color rojo sangre, y tenían una vacía expresión. Sus cabellos que habían sido tricolor ahora eran distinto. Sus franjas anteriormente amarillas, ahora eran blancas; la parte negra y roja, ahora era negro terminado en plateado. Su piel se había vuelto más oscura. Sorprendido se puso de pie y notó que era un poco más alto. No tan alto, tanto como Yami, pero no más allá. Su uniforme había desaparecido y en su lugar tenía un polo negro, pantalones Jean negros y una chaqueta blanca. Y sus únicos adornos eran un brazalete de color plateado con la descripción "inocencia, amistad, confianza" y un collar con un relicario extraño. Era completamente negro y tenía la imagen de anubis sujetando una balanza con el sol y la luna. El relicario estaba cerrado.

Yugi volvió a ver su reflejo en el agua. Luego miró los adornos. Y se fijó en el brazalete. Esa era la única cosa que continuaba siendo del viejo Yugi. Pero ahora que lo pensaba bien, no podía recordar nada. Sus padres, amigos, familia...nada. Era extraño, era como si su pasado jamás hubiera existido. Tenía ese vacío en su mente en sus recuerdos, y una extraña sensación en su pecho. Buscó sus emociones, pero no tenía ninguna. Sólo le quedaba el odio. Odio era lo que sentía, odio a todo. Por ello, sólo le quedaba eso y su único recuerdo. Su nombre, Yugi.

Ooo

Dark: Bueno, espero que les haya gustado.

Nico: Bastante agradable, que sigue?

Dark: NO te voy a decir, porque...

Nico: porque tengo que ser paciente y esperar! Ya lo sé! ¬¬

Dark: Que bueno que lo sepas n.n !

Nico: jaja! ¬¬'

Nico/Dark: Hasta la Próxima!

R&R