Disclaimer: Ninguno de los personajes de Fullmetal Alchemits me pertenece, son propiedad de Hiromu Arakawa.
Hey! Hello! Un gusto gente bonita! Antes que nada debo decir que estoy muy nerviosa por que es mi primer fic! Asi que no sean malas conmigo, por favor.
Acepto criticas (constructivas y destructivas también), consejos y tomatazos u.u
Bueno, les dejo con la lectura, gracias por tomarse la molestia de leer esto. Sean buenas, por favor. Y ya saben! Dejen un Review n.n
La ciudad de Central, fría a causa del invierno, se levanto con una peculiar e inesperada noticia; el Fhuhrer se casaba. Sí, el actual mandatario contraía nupcias con la que fuera su asistente; Roy Mustang y Riza Hawkeye se casaban.
Las mujeres solteras, y las que no también, se vistieron de luto y vieron perdidas las esperanzas de ser la esposa del hombre mas importante y, a sus ojos, mas guapo de la ciudad. Muchos estaban sorprendidos de que Roy Mustang, mujeriego por naturaleza, decidiera casarse, otro tanto pensaba que era un pantalla para esconder sus noches de intensa parranda y una minoría no se mostro sorprendida.
Esa minoría sin lugar a dudas fueron sus mas cercanos conocidos e incluso pensaron que el hombre había tardado en pedírselo a la antes Teniente Primera, ahora Teniente Coronel, pasado el primer momento de shock , las mujeres casadas comenzaron a platicar por las calles y en las entradas de las escuelas de sus hijos lo que seria el suceso mas importante de Amestris, totalmente emocionadas y pensando en que como se vería la bella novia, por que si, Hawkeye era considerada por las de mas féminas, una bella mujer. Desde que el nuevo Fhuhrer había llegado al poder Riza Hawkeye se había convertido en un icono, sin proponérselo, de las mujeres del país, entre lo hombres se decía que Mustang tenia suerte de tener de asistente a una mujer como ella. Y las mujeres, las madres de familia, opinaban que Mustang no merecía semejante mujer a su lado. Pero la noticia de una boda cambiaba la perspectiva, era el perfecto cuento de hadas; todas las mujeres estaban emocionadas por organizar la boda, todas hablaban de ello…menos la novia.
—¿Que yo que?— Rebecca Catalina estaba totalmente sorprendida por lo que acaba de escuchar, era simplemente increíble.
—Rebecca te agradecería que no hables tan fuerte— un tanto molesta la novia mas famosa del país frunció el seño ante la ya conocida actitud de su amiga, sobretodo en momentos como ese donde todos la observaban, suspiró, definitivamente fue una mala idea el citar a Rebecca en un lugar público.
—¿Quieres que me calme cuando me sueltas una noticia así? ¿Quieres que yo organice tu boda?— hablando ahora entre susurros la ex – Teniente Segunda se mostro de nueva cuenta sorprendida.
—Si Rebecca— tomando un sorbo de te y vigilando que nadie mas escuchara, dado que tenia mucha audiencia—. Sabes que desde que él ascendió no tengo mucho tiempo libre y ahora menos que Ishbal esta apunto de resurgir por completo, no tengo tiempo para organizar una boda como el Fhuhrer la quiere—. Rebecca observo como ante esto su amiga fruncía ligeramente los labios y su mirada se trasformaba en una de ligero fastidio.
—¿Por qué presiento que eso de anunciar la boda y hacerla grande y fastuosa no es de todo tu agrado?
—Porque no lo es, sinceramente si fuera por mi no habría boda.
—¿Estas insinuando que preferirías vivir en el pecado?— Riza frunció el ceño notando el humor en las palabras de Rebecca.
—No todos deseamos una boda como tu, ni tener muchos hijos— dijo señalando la pequeña protuberancia del vientre de 4 meses de ella, Rebecca suspiró, se había casado hace ya un año y con la persona menos esperada, el antes Teniente Segundo, ahora Mayor Jean Havoc, dándole ahora el titulo de Rebecca Havoc, aunque prefería seguir usando su apellido.
—Aun así te casarás— señalo la morena observando como la rubia, por primera vez desde que hablan de la temática, sonreía ligeramente y su mirada se suavizaba.
—Si, yo tampoco lo pensé, que algún día fuera a casarme— y era cierto, desde que entro a la milicia buscando un lugar en el mundo supo que su vida seria un poco complicada, pero nunca contó con que una guerra estallara y el peso de muchas vidas callera sobre sus hombros, nunca imagino que sus manos se mancharían de sangre inocente y aunque muchos de sus conocidos no lo vieran así, el echo de poder ser parte de la reconstrucción de Ishbal era algo que parecía justo, aunque sabia que no quitaba sus pecados y no seria menos juzgada por eso para ella era muy importante hacer algo que pudiera compensar lo echo en el pasado, aunque eso no remediara lo ocurrido, y ella sabia que para él era igual. Sin embargo la relación clandestina que había mantenido con Roy Mustang había sido una de los bálsamos mas poderosos para su alma; y cuando él le propuso matrimonio, hace ya dos años, había sido algo imposible pero sobre todos los pronósticos se lo había vuelto a proponer de nueva cuenta recién ascendido a Fhuhrer, esta vez con la posibilidad de un verdadero futuro sin prohibiciones; y había sonado bien para ella, muy bien, y de corazón al fin aceptó.
—Y mira que me sorprendió que Mustang tuviera el valor para al fin sentar cabeza, pensé que ambos pasarían la vida fingiendo que no tenían una relación— Riza observo de mala manera a su amiga sentada delante de ella, suspirando giro su cabeza para encontrarse con que muchos la veían.
— Esto es molesto— se estaba cansando de que adonde fuera todos la miraran y hablaran a sus espaldas, realmente nunca le importaron esas cosas, pero esto ya era demasiado.
—Esto es lo que pasa cuando uno se casa con el Fhuhrer — el comentario de la morena fue recibido por una mirada de fastidio por parte de la rubia—. ¡vamos Riza! No es para tanto.
—Me parece que no es a ti a quien los demás ven como si fueras un animal desconocido o hablaran como si no estuvieras ahí.
—Lo importante aquí es que planearemos tu boda ¿Cuándo será?— Riza observo a Rebecca muy agradecida de haber aceptado su propuesta.
—Queremos que sea dentro de 3 meses, exactamente el 17 de diciembre— la mujer embarazada abrió los ojos desmesuradamente.
—¿Tan pronto?— Riza asintió frunciendo ligeramente el ceño, a ella le parecía un tiempo considerable— Oh dios mio, ¿Riza, estas embarazada?— la rubia abrió los ojos desmesuradamente para después componer su expresión estoica de siempre.
—Sabes muy bien Rebecca que eso no es probable— la morena alzo las cejas en una señal de incredulidad.
—¿Me dirás que tu y Mustang se guardaron para el matrimonio?— Rebecca sonrió con picardía mientras se llevaba la taza de té a los labios dando un sorbo, hablando atreves de la loza— ambas sabemos que no eres precisamente virgen, Riza.
—¡Rebecca!— tomando un respiro para no asesinar a su amiga en ese café, no le escandalizaba el tema pero dadas las circunstancias, de que todo el mundo la observaba, no quería que todo Amestris se enterara del tema— Ambas sabemos que no es el mejor lugar para tratar esos temas; hablamos de los preparativos de la boda.
La mujer morena suspiro, a veces Riza era algo aburrida—¿Te das cuenta de que para la boda que Mustang quiere es poco tiempo?— realmente le fastidiaba no poder saber mas de la relación de esos dos, Jean y ella habían especulado pero ambos eran tan…herméticos cuando se trataba de su "relación".
—No puede ser después, tenemos mucho trabajo el próximo año empezando desde enero, y definitivamente tiene que ser este año, creo que no podre aguantar otro año escuchando a el General decir que no lo acepté y que por eso no podemos vivir juntos— Rebecca escuchó totalmente entretenida la historia dado que era la primera vez que Riza le hablaba de su relación con Mustang
—Así que le urge que vivan juntos, ¿eh?— Riza la reprendió con la mirada— pues sigo pensando que es poco tiempo.
—Te lo encargo Rebecca, y el General dijo que no escatimara en gastos.
—Vaya que esta mañana esta llena de sorpresas, ¿Mustang sabe que yo organizaré su boda?
Riza negó con la cabeza mientras una pequeña sonrisa se formaba en su rostro, le había comentado a Roy que buscaría a alguien que la ayudara con la boda dado que no sabia mucho del tema y no tenia tiempo, y a él le había parecido bien pero estaba segura que no se imaginaba que seria Rebecca Havoc a quien asignaría esa tarea, probablemente no le agradaría, pero era una buena amiga y a pesar de todo Riza la estimaba mucho
—Quiero estar presente cuando se lo digas, dejando eso de lado, ya tenemos la fecha, ahora lo siguiente es empezar con la lista de invitados, necesito un aproximado para saber donde será el lugar y para el banquete, las mesas y sillas, háblalo con Mustang; también tenemos que ir a que te tomen las medidas del vestido y buscar un modelo y telas; también necesitamos ver las flores…— Riza dejo de escuchar a Rebecca y se cuestiono por que había dicho que si, sabia que seria algo así, no que organizar una boda fuera difícil, pero si requería de tiempo y conocimiento, por eso había recurrido a la ex –teniente dado que ella parecía saber mas del tema y contaba con la experiencia de su propia boda
—Gracias Rebecca— la morena sonrió
—Me alegro que por ti Riza, felicidades— y por primera vez desde que la noticia se había difundido recibía una felicitación tan sincera como aquella.
En la oficina del Fhuhrer todos trabajaban diligentemente revisando y aprobando papel tras papel, Roy Mustang se encontraba tan sumido en la lectura de una regularización nueva y repentina de Isbahl que no escucho el sonar del teléfono ni el llamar insistente de sus subordinados.
—Excelencia Mustang, Señor— reaccionando ante la repentina cercanía de un joven a su escritorio y oficina privada alzó la mirada.
—¿Qué ocurre, soldado?.
—Señor disculpe, pero tiene un llamada de una mujer llamada Madame Christmas— Ante lo dicho no pudo mas que fruncir el seño, no podía ser, aun no estaba preparado para afrontarla a ella.
—Gracias, soldado, puede retirarse— el joven llevándose una mano a la frente y con porte estricto salió de la oficina, una vez con la puerta cerrada alzo el auricular— Madame, un gusto saber de usted.
—Eres incorregible, pequeño Roy, sé que estamos lejos pero consideré que seria de las primeras en saber— El Fhuhrer se lo suponía, que ella llamaría, nunca fue de las madres mas amorosas pero siempre estaba ahí para él y esa es la clase de noticias que una madre quiere que le comuniques, sea como sea la situación o relación.
—Fue tan inesperado, jamás pensé que me aceptara esta vez— comento y la mujer del otro lado del teléfono no pudo evitar escuchar como el tono de voz de su hijo adoptivo cambiaba y una emoción contenida se dejaba entrever y Chris Mustang no pudo más que sonreír.
—Siempre pensé que ella tendría más sensatez y no permitirá que esto causara mucho revuelo, no sabes la cantidad de gente que ha venido ha preguntarme si es cierto— giro la cabeza para apreciar como su, ahora desierto, bar se iluminaba con la luz de la calle— no abriré hoy, pequeño Roy, no se puede atender a la gente— no es que la gente supiera de parentesco entre el Fhuhrer y la dueña de ese bar, pero era bien sabido por todos los visitantes que en su pasado de Roy Mustang visita frecuentemente ese lugar y que tenia una estrecha "amistad" con la ´propietaria.
—Mis disculpas Madame, no pensé que la gente fuera a recurrir a preguntarle directamente, dado que salió en el periódico oficial de la ciudad.
—Sabes que desde lo de Bradley ese periódico se ha conocido por los muchos chismes que publicaban, aun no recuperan la credibilidad que tenían.
—Pero lo harán, en ese trabajo también, aun así lo lamento y me gustaría compensarla invitándole una copa y tal vez hablemos del asunto— Chris sonrió ante eso, ese muchacho no cambiaria por nada.
—Llega temprano que no soy tan joven como antes.
—Sí, Madame— se escucho como colgaban la otra línea, recargándose en el respaldar de la silla giro levente hacia la ventana; aún no podía creer lo bien que habían salido las cosas, que ahora fuera el poder máximo en esa ciudad, siendo el tan joven, y que aspirara a casarse con la única mujer con quien él se veía en un futuro. Que Riza lo aceptara había sido mas difícil que convertirse en Fhuhrer, un suspiro se escapo de sus labios, esa era sin duda la mujer mas complicada que conocía a pesar de que ella dijera ser muy practica, debía continuar con su trabajo antes de que su teniente llegara y lo reprendiera, sin embargo alguien toco la puerta y lo saco de sus cavilaciones— Adelante.
Y por la puerta entro la novia más famosa de Amestris, y la más bella según Roy pero eso jamás lo diría en voz alta, a menos que quisiera recibir un balazo.
—Te ves ofuscada— la mujer entro a la oficina y realizo el protocolario saludo, con un movimiento de mano el moreno le dio a entender que no era necesario e inmediatamente ella se relajó, demasiado según Roy, y camino hasta posicionarse delante del escritorio de él— ¿sucedió algo?.
Riza coloco unos papeles sobre la madera y lo vio a los ojos mientras negaba con la cabeza.
—Hoy hablé con la persona que me ayudara a organizar la boda— ella no era muy dada a hablar de esos temas en la oficina, en realidad, no lo hacia pero dado las circunstancias haría una excepción.
—¿Es correcto que hablemos eso aquí?— sabía que a Riza no le gustaban que hablaran de asuntos privados en la oficina y que lo hiciera solo podía significar una cosa: problemas.
—Probablemente no sea correcto pero es necesario— él asintió dándole a entender que la escuchaba— Rebecca me ayudara a planearlo— Mustang frunció el seño ¿Catalina? O mejor dicho Havoc, no le agradaba la idea pero sabía que eran muy amigas y en realidad ya lo intuía desde un principio.
—Supongo que no hay opción, ¿cierto?— Y entonces vio la primera sonrisa del día de su futura esposa, una ligera sonrisa, y secretamente su favorita.
—Rebecca puede ser algo escandalosa pero es una buena amiga y la estimo mucho.
—Entonces, ¿porque es cara?— una loca y repentina ideas se le cruzó por la cabeza— ¿no te habrás arrepentido, cierto?
Ciertamente había sido una mañana única y algo ruidosa para Riza, pero esto superaba todos los sucesos del día, incluso podía apostar que los del mes, ¿Roy Mustang inseguro sobre una mujer? No pudo más que sonreír notoriamente ante tal cuestionamiento.
—¿Tienes miedo de que lo haga?— nadie jamás lo creería, pero estaba segura que un ligerísimo rubor cubrió las mejillas del Fhurer mientras desviaba su vista y fingía leer unos papelas.
—En realidad no sé que esperar, a veces creo que me aceptaste por que insistí demasiado— después de decir aquello la oficina se lleno de un silencio largo y asfixiante obligándolo levantar la cabeza. Lo que se encontró lo descoloco ligeramente; Riza Hawkeye lo miraba con el seño fruncido y una mirada llena de dureza, se sorprendió cuando la vio avanzar y acercarse más al escritorio.
—Ambos sabemos que jamás haría una cosa así, Roy Mustang— ahí estaba, de un tiempo para acá ella lo llamaba por su nombre completo cuando se enojaba, suponía que era así por que tenían una relación. Y de pronto la mirada cambio, los ojos chocolate se derretían ante él— realmente te acepte; acepte compartir mi vida contigo, no voy a cambiar a cambiar de opinión y deja de pensar esas cosas porque si después de lo que pase hoy no me arrepentí no lo hare con nada— suspirando dio media vuelta y salió de la oficina dejando detrás de si a un hombre confundido y feliz.
Feliz por que su prometida no solía hacer declaraciones como aquellas todos los días.
Confundido porque jamás había visto en Riza aquella mirada llena de…¿terror?...
¿Qué le había echo Rebecca Catalina?
En los baños de mujeres la rubia se veía en el espejo mientras pensaba como le haría para escoger un vestido que tapara su cicatriz… y en realidad ese era el menor de sus problemas, no sabia que tan difícil era planear una boda pero Rebecca lo había echo sonar terrorífico; algo le decía que todo esto lo recordaría por el resto de sus días.
Y no precisamente como la mejor experiencia de su vida, ¿en que se había metido?
