SECRET
- ¡Kazuha-chan, Kazuha-chan!
La jovencita despertó y se vio rodeada de sus compañeras de clase que la miraban asustadas y sorprendidas al mismo tiempo.
- ¿No dormiste bien anoche, Kazuha-chan?
- Es que me quedé hasta muy tarde…
- Pues seguro que haciendo la tarea no – interrumpió una voz muy familiar.
- ¡Hattori-kun! – exclamaron las chicas en coro.
- Minna ohayo – respondió el jovencito dejando su mochila sobre el asiento contiguo al de Kazuha. Luego se volvió a dirigir a ella – ¿Por qué te estás durmiendo si se puede saber?
Kazuha le dio la espalda, algo que no le hizo gracia a nuestro detective.
- La clase va a empezar, pero cuando termine no te dejaré en paz hasta que me digas qué te pasa.
Kazuha lo miró un segundo, y aunque sabía que su amigo siempre cumplía lo que prometía, ella no estaba dispuesta a abrir la boca antes de tiempo.
Ni siquiera se dio cuenta del momento en que acabó la clase. Estaba prácticamente durmiendo con los ojos abiertos sin recordar ni media palabra dicha por el profesor.
- Sensei, esta clase entrará en el examen de la próxima semana? – preguntó alguien.
- Efectivamente, así que espero que hayan estado atentos.
Qué desgracia, tendré que pedirle ayuda a Heiji… una vez más.
- Oi, te quedaste dormida durante la clase y no prestaste atención, nee?
- ¿Puedes ayudarme a estudiar después? – preguntó ella un poco avergonzada.
- Sólo si me dices por qué estás tan cansada de repente. ¿Qué has estado haciendo?
Ella bajó la cabeza. No podía decirle nada todavía.
- No puedo decírtelo aún.
Heiji se sintió un poco decepcionado. Desde niños siempre habían confiado el uno en el otro y ahora, por alguna razón desconocida, ella se negaba a contarle su secreto. De pronto su mente se llenó de dudas y temores. Tal vez todo esto era peor de lo que imaginaba. Salieron del salón con dirección a sus casas, y en el camino ambos estaban muy callados. Kazuha rompió el silencio.
- Heiji, debo adelantarme, tengo algo que hacer. ¡Matta ne!
- ¡Oi, Kazuha…!
Pero ya era demasiado tarde. Lo único que pudo hacer Heiji es ver a su amiga desaparecer a lo lejos.
¿Quién es?
- ¿Quién es?
La pregunta retumbó en sus oídos pero no alcanzó a comprender el significado de ésta.
- ¿Nani?
- ¿Estás sorda o qué? Quiero saber quién es el tipo por el que estás así.
Ahora sí que las palabras del jovencito lograron hacerla despertar y volver a la realidad.
- ¿De qué estás hablando?
- No te hagas la inocente. Ayer estabas con mucha prisa y me dejaste para ir a verte con alguien¿nee? Además hoy es el segundo día que te duermes en clase, lo cual significa que te acostaste tarde porque seguramente llegaste de noche a tu casa después de verte con ese tipo. ¡No lo niegues!
- Y yo que pensé que eras un meitantei. ¡Es la peor deducción que has hecho en tu vida!
- Kazuha, dime quién es, lo conozco?
Kazuha torció la mirada y se cruzó de brazos, pensando que Heiji había llegado al colmo de la estupidez.
Un momento, toda esta escena quiere decir que Heiji está…
Y volvió a mirar a su amigo para confirmar sus sospechas.
…CELOSO?
De acuerdo, si era así, mejor sería tratar el asunto con cuidado. La aikidoka volvió a su sonrisa habitual emocionada por su reciente descubrimiento.
- Mañana en el parque de las sakuras a las 5 de la tarde.
Y esto dejó al detective más confundido de lo que estaba.
Heiji salió de su casa a pesar del crudo frío. Muy en el fondo esperaba que se tratase de una broma, de un malentendido.
¿Pero qué más podría ser? No puedo creer que vaya a presentarme a ese tipo, no puedo creer que me haya hecho esto. Yo pensé que ella… que ella y yo…
Cuando al fin pudo divisarla, la vio sola. Estaba muy abrigada, pero aún a la distancia se podía apreciar que temblaba de frío. Tenía una bolsa de regalo en una mano y con la otra saludó a Heiji. Él se acercó mientras esperaba a que aquel tipo hiciese su aparición.
- ¿Buscas a alguien, Heiji? – preguntó intrigada.
Bueno, está decidido. Apenas aparezca le diré que no permitiré que se vuelva a acercar a Kazuha. Bien se puede ir por donde vino o le partiré la cabeza.
- Toma - dijo ella ofreciéndole la bolsa que tenía en la mano.
Heiji miró extrañado a Kazuha que había bajado la mirada y estirado el brazo como para darle algo. Recibió la bolsa y la abrió para ver el contenido.
- ¿Una…bufanda?
- Es que últimamente has estado ayudándome a estudiar y yo quería agradecértelo de alguna forma. Así que te tejí una bufanda. – explicó la chica tratando de esconder su sonrojo.
Así que por eso… por eso se quedaba dormida en clase, porque se amanecía tejiendo.
- Arigato, Heiji. Bueno, hace mucho frío, creo que debemos volver a nuestras casas. Nos vemos el lunes en clase.
Trató de correr, pero él la tomó del brazo impidiéndole escapar.
- Gomen, Kazuha por todo lo que te dije. Yo pensé que…
- Lo sé, pero tenías razones para pensarlo, así que no te preocupes.
- ¿Te molestaría ponérmela? – le dijo señalando la bufanda.
Kazuha se sonrojó más de lo que estaba, pero aún así cogió la bufanda y la colocó alrededor del cuello de su mejor amigo.
- Prometo que no volveré a dudar de ti.
No te creo, sabes? Pero no me importa. Además, me gusta que te pongas celoso.
- ¿De qué te ríes, ahou?
- No es nada. ¿Me acompañas a casa?
- Que me queda. – respondió el chico sonriendo.
Ambos empezaron a caminar en dirección a la casa de Kazuha. Y ella volvió a mirar su obra maestra, notando lo guapo que se veía su amigo de la infancia.
La próxima vez te tejeré unos guantes.
Konnichiwa! Jen-neechan desu. Aquí empieza oficialmente mi 1er fanfiction de Meitantei Conan, 40 shots de mi parejita adorada, Heiji y Kazuha. Agradezco de corazón a mi amiguita querida Gritzi-chan por su apoyo y buen gusto (es que tenemos gustos similares ps, jeje). Disfruten cada grado al máximo, pero no les vaya a dar insolación, eh?
Ja ne!
