Deseando vivir en paz.

Mu de Aries.

Ahí estaba uno de los doce caballeros de atenea revivido de nuevo por la gracia de esta, miraba fijamente al horizonte pensando si algún día llegaría el momento en que los dioses olvidaran su soberbia y dejaran vivir tranquilos a los humanos principalmente a atenea y a su orden de caballeros, el día pasaba rápido y recordaba todo lo sucedido en la batalla contra hades intentando entender un poco mas a saga, shura y camus de haber hecho lo que hicieron y matar a shaka, aunque claro tampoco lo entendía mucho a el pero en fin, se levanto de las pequeñas escaleras donde se encontraba sentado y descubrió a Aldebarán de tauro parado atrás de el, estaba tan absorto en sus propios pensamientos que no siento su presencia en la casa de Aries, su casa.

-Mu disculpa la interrupción, pero el patriarca me ha mandado llamarte quiere vernos a ambos ahora- menciono el gran toro.

-Gracias por informarme- mu se incorporo rápido, se limito a sonreír a Aldebarán e indicarle con la mirada de que lo siguiera al templo del patriarca.

En pocos segundos divisaron la segunda casa, la incomodidad en Aldebarán comenzaba a sentirse puesto que mu no era un santo muy conversante pero tampoco uno muy callado, miro al pelilla a los ojos pero este siguió en sus pensamientos que no se dio cuenta de que Aldebarán lo miraba

¿Mu te ocurre algo amigo?

-No es nada Aldebarán gracias.- contesto el pelilla a su amigo.

Aldebarán tomo eso como una respuesta del que al carnero dorado no le ocurría nada, siguieron su camino hacia la tercera casa y luego a la cuarta la de cáncer, donde su dueño mascara mortal no estaba, había sido enviado la semana pasada a una misión, que según tauro era muy secreta puesto que el cangrejo dorado no le había dicho ni siquiera a su mejor amigo afrodita de piscis, la casa de géminis y cáncer fueron pasadas rápidas pues los dueños de ellas no se encontraba.

Mu seguía absorto en sus propios pensamientos algo no muy normal en el antes de llegar a la quinta casa la de leo, Aldebarán se paro enfrente de mu y lo sostuvo por los hombros, el carnero dorado se limito a levantar su vista hacia Aldebarán.

Mu te conozco y se que te pasa algo todavía faltan demasiadas casas y si no me dices que tienes te aseguro que no pasaras de leo hasta que me digas- dijo con tono molesto Aldebarán.

Lo siento mucho Aldebarán no fue mi intención ignorarte lo que pasa es que a veces pienso si algún día los dioses dejaran en paz a la tierra y a atenea- contesto mu un poco avergonzado ante la revelación hecha a su amigo.

-Mu ya olvidaste por que nos convertimos en caballeros, era para proteger a atena y a la tierra de lo contrario no existiría esto- menciono el de tauro con un semblante de mas comprensión.

- Lo se, pero creo que jamás entenderemos a los dioses, ellos siempre quieren pelear por sus avaricias y soberbia de la cual tanto hacen orgullo.

Aldebarán soltó una enorme carcajada, mu lo miro y después rio con el.

-Sabes amigo dices cosas ciertas pero muy chistosas, los dioses siempre serán dioses a excepción de atenea.- menciono Aldebarán- no hay nada de que preocuparnos entiendes, al menos no por ahora, por la salida de mascara es…

- muy sospechosa – dijo mu completando la frase de su amigo- tal vez tuvo que vigilar algo que el patriarca solo le a confiado a el – menciono mu.

-Aldebarán, mu-dijo con gran entusiasmo Aiora quien había estado escuchando todo desde su casa- que esperan para subir a mi templo, las escaleras no son muy cómodas que digamos y menos estando parados.

Ambos santos se aproximaron hasta la entrada de leo, donde Aiora los esperaba.

-Mascara de muerte- dijo Aiora con cierto resentimiento al santo mencionado, era clara que la relación entre el de la 4 y 5 casa no eran de las mejores, pero al menos no se mataban uno al otro- aioros dice que a sido enviado a alguna parte de Bulgaria, no tardaran mucho tiempo en que manden a otros de nosotros, mascara tenia que haber regresado hace dos días pero no lo hizo.

-Crees que le haya pasado algo?-pregunto Aldebarán a Aiora.

-No, lo creo-menciono Mu- mascara es muy fuerte por lo que lo hayan mandado haya no creo que le haya causado algún problema.

-Pues no lo sabremos hasta vayamos a buscarlo o el venga-menciono Aiora- pero ahora ustedes dos tienen que subir con el patriarca, no le hagan esperar mas.

Ambos santos salieron de la casa de leo, atravesaron rápido la casa de virgo, no sin antes escuchar unas cuantas palabras de la reencarnación de buda, la casa de libra estaba ahora habitada por dokho pero este a penas les miro, los apresuro a su visita con el patriarca.

La casa de escorpión estaba vacía seguramente el escorpio estaba en la casa de acuario, en sagitario Aioros y Shura platicaban amenamente de el cosmos ambos santos habían arreglado sus problemas del pasado, puesto que en cuanto athena revivió a aioros shura fue a platicar con el y pedirle disculpas, cosa que no se disculpo mucho pues el santo de la novena casa lo había perdonado antes de que terminara la frase.

La casa de capricornio abandona pues su cuidador estaba en una casa mas debajo de la que le correspondía, en cuanto empezaron a cruzar acuario vieron que el santo de la onceaba casa miraba a su amigo de la octava discutiendo ferozmente con afrodita, el francés maldecía por lo bajo, ante esto decidieron los dos santos de las primeras casas apresurar el paso para no meterse en problemas que no les correspondían a ambos.

Pasaron las doce casas rápido, hasta llegar al templo del patriarca, tocaron la puerta y de inmediato su respuesta se escucho tras ella.

-Pueden pasar- esa era la voz del patriarca shion de Aries.

Ambos santos hicieron una reverencia al patriarca y a atena que se encontraba atrás de el.

-Han tardado mucho en subir los doce templos-Menciono el patriarca con tranquilidad- pero eh aquí ya han llegado.

-Shion por favor informales sobre la misión del santo de cá athena sentada en su trono, su voz era tranquila era una melodía perfecta para cualquier humano, que mas se podía esperar de la diosa de la sabiduría y la guerra justa.

-Como ya abran notado ambos-menciono shion-El santo de cáncer, mascara de muerte no esta, pues a sido enviado por nuestra diosa a una misión importante, athena sospecha que los dioses traman algo, pues han estado muy tranquilos desde la guerra santa, y enviado al santo de cáncer para investigar en Bulgaria donde reside el templo de Dionisio si algo de lo que nuestra diosa se preocupa es cierto.

-Pero sin embargo Mascara de muerte tenia que regresar ya hace mas de dos días y no ha llegado-dijo athena con un gran dolor y preocupación, por el santo, ella no era nadie para traerlo de vuelta a la vida, y volverlo a dejar morir por culpa de ella, al menos ella pensaba eso.-mis jóvenes santos quisiera pedirles que por favor busquen a su compañero en Bulgaria, me preocupa su estado de salud y como se encuentra el en estos momentos….

Las puertas se abrieron de golpe mostrando una figura a la mitad de ellas, los ojos curiosos de ambos santos, el patriarca y athena contemplaron al santo de cáncer…