Desafortunadamente los personajes del Hobbit y de El Señor de los Anillos no me pertenecen, sino a Tolkien.

Bueno, pues aquí estoy con mi primer fic, ¡y es Thilbo! (Bueno, será) Espero en serio que les guste, ya había escrito antes algunas historias, pero nunca un fic (aunque he leído montones).

Antes de empezar tengo que decir tres cosas: primera, adoro el Thilbo, Bagginshield o como le digan, pero me desespera un poco la idea de que la mayoría de los fics Bilbo sea SIEMPRE el que tiene que quedarse a vivir en Erebor (adoro la idea también, pero quería hacer algo diferente jeje) segunda, la idea de este fic vino a mí luego de acordarme de una escena final de la Vuelta al Mundo en 80 Días, de Verne, así que incluiré una parecida en el próximo capítulo y tercera, esta historia tiene elementos del libro pero también de la película, así que, para efectos de entendimiento, trataré de explicar lo más posible las partes que puedan parecer confusas y para quien ya leyó el libro, este prólogo se ubica (con algunos cambios) luego de que los enanos pueden entrar a la cámara del tesoro cuando Smaug sale de la Montaña, aunque, en este caso, el dragón regresa y los ataca.

¡Y ya, el fic!


La comarca y el rey.

1. Prólogo.

Fuego, oro, gritos, rocas cayendo… miles de cosas se agolpaban en la mente de Bilbo y el miedo era una de ellas. Smaug se defendía con garras y colmillos rompiendo las columnas de la Cámara del Tesoro con su furia incontenible. Sus patas monstruosas destruían los cimientos mismos de la montaña y su fuego consumía el oro.

Thorin lideraba el ataque blandiendo la espada elfica con la mano derecha y la Piedra del Arca con la zurda. A su grito de batalla los enanos atacaban y se replegaban, protegiéndose de los embates del dragón.

Bilbo, que había descubierto un punto débil en la poderosa coraza de Smaug, rezaba para que Gandalf llegara pronto con ayuda, mientras miraba con terror las garras de la bestia que hacían parecer a su espada no más que un pequeño palillo de juguete.

Kili, prepara tu arco ahora, —escuchó Bilbo que alguien decía detrás de él. Entonces una espada, que el hobbit reconoció como la de Fili, surcó el aire y distrajo al dragón; el menor de los enanos tensó su arco y una flecha dio directo sobre un ala roja y escamosa.

Smaug estaba herido, pero no de muerte; con un bestial bramido agitó las alas y las rocas cayeron del techo con más intensidad. Los enanos se replegaron; Bilbo se giró mientras veía la zarpa de Smaug acercarse al rey de los enanos.

¡Thorin!, —gritó y echó a correr hacia él; mas algo pesado y oscuro bloqueó su paso y lo lanzó varios metros hacia atrás, haciéndole chocar contra uno de los muros de piedra.

¡Bilbo!, —escuchó que gritaban, antes de que todo se pusiera negro.

0o0

Bilbo abrió los ojos con sobresalto e instintivamente –dados los peligros a los que se había visto expuesto las últimas semanas─ buscó su espada en su cinto. Pero de inmediato se dio cuenta de dos cosas: que su espada no estaba con él y que él no estaba en peligro.

El hobbit miró alrededor, extrañado: se encontraba en lo que parecía una pequeña tienda de campaña, de tela oscura y con una única vela encendida a sus pies. Trató de incorporarse, pero un dolor en el pecho le hizo desistir.

Se estaba preguntando si debería gritar, cuando la barba canosa de Balin asomó por la entrada a la tienda.

¡Ah, Señor Bolsón!, ¡me alegro de que se haya despertado!, —dijo, aunque algo en la sonrisa amable que le dirigía asustaba al hobbit.

¿Y los demás?, ¿están bien?, ¿qué pasó con Thorin?, —preguntó algo temeroso.

Están bien… bien… mejorarán casi por completo.

¿Y Smaug?

Bien muerto.

Entonces… ¿lograron recuperar Erebor?

Oh, muchacho… —Balin suspiró profundamente y miró con tristeza a Bilbo—. Ya no existe Erebor…


Fue todo para empezar; ¡por favor, reviews!, quisiera saber si les ha gustado, críticas constructivas o al menos saber si vale la pena seguir escribiendo. ¡Espero sus comentarios!