Nah, hace rato que quiero dedicar algo a esta pareja. Así que aquí está. Es corto, se me ocurrió y lo hice en menos de 10 minutos. Espero les guste y si no... ya saben el motivo
Ella, mi ella
Si la vida te da limones, has limonada, pero cuando esta te da a una Meiko, lo menos que puedes hacer es darle algo para saciar su sed.
Kaito estaba algo nervioso, era su primer mes de novio con la castaña, la dueña absoluta de la compañía Yamaha y la titiritera de la vida de todos los trabajadores de ella. Claro que era bastante tétrico pensar de esa manera, pero para el cantante tenía matices diferentes.
Tanto soñó con poder tener la mano de aquella bella doncella que ponerse de pesimista desde el vamos sería completamente desalentador.
Desde que eran pequeños fueron bastante unidos, conocían los gustos del otro a la perfección. No había lugar para los secretos entre ellos, no había necesidad y tampoco estaba permitido. De ahí la preocupación del de cabellos azules. Conociendo los intereses de su ahora novia, pudo adivinar sin las mayor complicación que a ella le sería grato cenar en un elegante restaurante, sacar a pasear aquel vestido rojo escotado que había comprado la semana pasada (cortesía del muchacho), tomar un buen vino y quizás tener una caminata romántica por el parque a la luz de las farolas. Entonces he ahí el dilema.
Kaito había gastado todo su dinero en una gran dotación de helado, nada anormal en él por supuesto, bastante cotidiano por el contrario; pero ya no tenía el cobre necesario para realizar la reservación de mesas para la cena. Por si fuera poco, ni siquiera reunía el capital necesario para comprarse un simple barquillo de chocolate. En efecto, su gran inversión le había valido apenas el tiempo y la satisfacción de cuatro días. Apenado, y a manera de cereza coronando el pastel, Meiko se vio en la obligada necesidad de pagar la hospitalización del hombre.
Dando vueltas por todo su cuarto, gritando desesperadamente y buscando una solución a sus problemas mirando el techo cada tres por cuatro, bastó con que Luka hiciera irrupción inminente y una sartén para mandarlo a callar.
Durmió como un feliz ángel, claro, con la excepción del chichón sobresaliente de su cabeza.
Para cuando despertó fue demasiado tarde, el crepúsculo se asomaba en la ventana de su recámara y el frío sudor recorrió su espalda. Moriría, definitivamente moriría si no llegaba a los pies de su ama y señora para disculparse.
No fue necesario, aquella doncella de sus sueños, y cabe decir que también de sus pesadillas, se encontraba durmiendo plácidamente en el regazo del chico. Aquel semblante imperturbable que Kaito pudo observar, tal cual el de una niña encontrando calor y protección en las rodillas de su padre, llevaron a Kaito a la mas severa calma. Acarició sus largos cabellos, que le llegaban hasta la mitad de la espalda, anhelando volver a ver su corta cabellera, pero igual, disfrutando la sensación de enredar sus dedos en ellos.
Dándole un gentil beso en la mejilla a su amada, fue presuroso a la florería que atendía Mayu rogando por que siguiera abierta. Escribió una disculpa en la cama con pétalos de rosas y un enorme TE AMO en el suelo de la habitación antes de decidirse a descansar en el sofá.
Ella era su reina además, después de todo, y el su bellaco.
FIN
Si les gustó dejen su Favorite o un comentario, y si no... igual ya tengo su visita en el registro -w-
