Quizás no sea la persona mas inteligente del mundo, ni el que ha logrado grandes hazañas, pero de lo que estoy seguro es que he descubierto lo más bonito que puede pasarle a una persona. Como decían en una película que había visto cuando era niño: "lo mas grande que te puede suceder es que ames y seas correspondido".
Si tengo que ser sincero, mi vida ha sido bastante turbulenta.
Mis padres murieron cunado yo tenia quince años en un accidente de barco mientras volvían de un viaje que les había tocado en un sorteo, como solo era para dos yo me quede en casa de un amigo así que no me paso nada, pero mis padres perdieron la vida, y decidí seguir con mi vida sin la ayuda de la asistente social, me puse a trabajar por las noches en un restaurante de Roma mi ciudad natal, y seguí adelante.
Yo era apenas un chaval que había salido de las faldas de su madre cuando me enfrente a mi primera experiencia por así decirlo traumática para un adolescente…
¡Ah! por cierto mi nombre es Naruto Uzumaki
Roma 1999
Riiiiing Riiiiing
Mis ojos se levantan muy a mi pesar para ir a coger el teléfono situado en el pasillo delante de la cocina. Tengo la casa como si fuera una pocilga desde que mi madre murió. Antes sólo era mi habitación pero ahora se ha extendido a toda la casa, el domingo limpiaré.
Bueno no me las he apañado tan mal al fin y al cabo. Trabajo, estudio y lo tengo todo bastante bien controlado. Sin más tardar me acerque al teléfono y descolgué para averiguar quien era el que llamaba
-¡oye tú! ¡que no te piensas levantar o que! – la voz sonaba estridente – para tu información la clases empiezan en un cuarto de hora
-si ya voy… ¡que!... ¡en un cuarto de hora! – mire el reloj y pude comprobar que era verdad
-¡pues si! así que si no quieres llegar tarde, mas te vale que te des prisa ¡inútil! ¡burro!... - No le di tiempo a acabar de insultarme, colgué el teléfono y me dispuse a cambiarme de ropa y asearme un poco.
La chica que había llamado era mi querida amiga de la infancia Sakura Haruno, antes vivíamos en la misma calle a dos casas de separación, pero la madre de Sakura se volvió a casar y ahora viven en la zona VIP de la ciudad.
Sakura ha sido mi amiga y confidente de travesuras desde siempre, si hacíamos alguna jugarreta y sólo pillaban a uno de los dos, los adultos sabían que el otro también estaba en el ajo. También tengo que decir que sin la ayuda de la madre de Sakura, Naoko Andreotti, seguramente no hubiera salido adelante.
Si os preguntáis por el nombre de la madre de Sakura y de ella misma, es muy fácil la explicación, la abuela de Sakura era Japonesa y se caso con un Italiano, lo gracioso es que Naoko se caso a los 23 años con un japonés de la misma Universidad, ShiroHaruno, era majo, me caía bien, y al cabo de dos años tuvieron a Sakura. Aunque al cabo de 7 años de convivencia se separaron y Shiro se volvió a Tokio. Ahora Naoko se ha vuelto a casar con un italiano bastante adinerado llamado Marcello Di Benedetto, sinceramente no lo conozco mucho, pero Sakura dice que le cae bien así que supongo que será buen hombre.
DONG!!! DONG!!! DONG!!!
-¡llegue a tiempo! – exclame
-pero ha sido gracias a mi estupendísima ayuda – la voz estridente de Sakura se izo notar – sinceramente no se que harías sin mi
-oye que no siempre me salvas tu el pescuezo – la mire con el ceño fruncido
-ya claro lo que tu digas – se giro haciendo un gesto con la mano – me voy a mi sitio
-si mas vale señorita Haruno y usted también – la profesora entro en escena y por mi bien era mejor hacerle caso – bueno chicos abrid el libreo por la pagina 36, seguiremos con lo de ayer…
Las clases transcurrieron como todos los días, los profesores explican y atiendo, en el descanso juego a futbol con mis amigos, volvemos a clase…
Mi vida no tiene muchas emociones, me levanto voy al colegio, duermo la siesta, trabajo, me voy a dormir y empiezo de nuevo. Pero estoy mejor así que en un centro de menores que han perdido a los padres y que esperan a ser adoptados, sin duda estoy mucho mejor. Después de mi siesta me preparo para ir al restaurante, bueno más bien pizzería.
Me pongo el uniforme y voy para adelante como los burros, la pizzería se encuentra cerca de mi casa, dos calles a la izquierda. La pizzería Da Baffetto, es gracioso el nombre se parece al apellido del padrastro de Sakura, es conocida como la mejor pizzería de Roma y si os preguntáis que hace un chaval de 16 años trabajando en la mejor pizzería es gracias a mi padre.
Sonara raro pero en el accidente de barco que sufrieron mis padres, el dueño de la pizzería, Luca Napolitano, un tío genial por cierto, también estaba allí y por lo que me ha contado, mi padre le cedió el puesto al dueño en el salvavidas así que pudo escapar y cuando lo iba a hacer mi padre el barco exploto y no le dio tiempo de huir. Como agradecimiento me dejo trabajar con el y ganar dinero para poder sobrevivir. Muchas veces me pidió que viviera con él, pero me considero una persona más bien independiente, que me puedo sacar la vida solo, con un poco de ayuda pero solo al fin de cuentas.
-¡Ey! que llegas tarde Naruto
Ella es Carlira Russo, otra trabajadora de noche como yo, es una mujer incrible, en este momento se encuentra soltera y con tres hijos que mantener. Su marido la dejo por una prostituta que conoció en una de sus muchas esacapadas a un prostíbulo a las afueras de Roma.
-sabes que no es verdad – le conteste con tono de burla
-¡ya! claro lo que tu digas – me respondió
Por suerte los días de cada día no viene mucha gente pero los fines de semana son terribles no hay quien respire. Los días de cada día, como mucho vienen algún grupo de chavales que no tienen nada mas que hacer y algún que otro extranjero que ha oído hablar de la pizzería.
-Naruto, atiende la mesa 3
-¡voy!
Me dirijo a la mesa 3, que es la que esta al lado de la ventana, allí sentada mirando por el vidrio, el paisaje nocturno de la ciudad, se encuentra una chica sola muy hermosa pero con una mirada triste.
-¿Qué desea señorita? – le pregunto como siempre con cortesía, según Carlira eso da muy buen efecto a los clientes, pero con los chavales jóvenes cuesta un poco
-una Calzone, por favor – su voz es grave, hecha para dar ordenes, debe de ser hija de un ricachón, a parte se ve solo con mirarla, la ropa y las joyas que lleva son bastante caras.
-muy bien enseguida se la traigo
Me dirijo a la cocina para que hagan la pizza, al cabo de 10 minutos le llevo la pizza, no se ha movido ni un centímetro desde que la deje, parece que este triste por algo, quien sabe que le pasara.
Se acerca la hora de cerrar, y la muchacha no se ha ido todavía. Según Carlira ya ha pagado la cuenta, pero todavía no se va, ¿Qué extraño?
El señor Napolitano al ver que la muchacha no se iba me envió a avisarle que ya cerrábamos.
-señorita – la muchacha se gira – siento decírselo, pero ya cerramos tiene que irse
-esta bien – coge su bolso y se levanta – ya me voy
La extraña muchacha salió del local con pasos delicados y torpes, como si le costara andar. Me dio un poco de pena, se veía una chica solitaria. Después de que se fuera, el jefe Carlira y yo dejamos todo a punto para mañana. Carlira se ofreció a llevarme en coche, pero rehusé la oferta.
-no hace falta, vivo a dos calles
-seguro, no me cuesta nada dejarte
-vete tranquila que no me pasara nada
-esta bien, hasta mañana Naruto
-¡¡Adiós!!
Después de despedirme de Carlira, fui tirando hacia mi casa. Las calles estaban bacías, sin vida aparente, aunque es normal, a las 2 de la madrugada quien estaría en la calle teniendo que trabajar al día siguiente. Pero mi idea cambio al ver a la chica del restaurante sentada en la parada del bus con la cabeza baja y temblando. Me acerque para ver si necesitaba algo, parece que no me ha visto.
-señorita – como en la pizzería se gira lentamente – no pasan autobuses a estas horas de la noche
Se me queda mirando durante in buen rato.
-¿puedo quedarme contigo?
La pregunta me dejo sin palabras.
-se que soy una extraña y que no me conoces de nada, pero necesito tu ayuda
No sabía que responderle, no la veía mala chica, pero existe el dicho que las apariencias engañan así que no sabia que hacer…
La volví a mirar, no llevaba maleta, solo un bolso pequeño. Sus ojos estaban rojos, seguramente de llorar. Me dio pena dejarla ahí, mi barrio no era conflictivo, pero tampoco es plan de que la pobre muchacha fuera sola por las calles a altas horas de la noche. Al final acepte a que viniera conmigo.
En tres minutos llegamos a mi casa.
-Siento el desorden, la verdad es que soy bastante descuidado con ese tema – la muchacha se río
-no pasa nada
-como los dos estamos cansados, mejor nos vamos ha dormir – la chica asintió – pero mañana tendrás que contestar mi interrogatorio ¿si?
-tranquilo me someteré a tu interrogatorio
-sin rechistar ¿eh?
-sin rechistar
Tenía una hermosa sonrisa. Ahora que me fijo bien la chica es bien bonita, sus rasgos faciales son finos y delicados, su cuerpo es esbelto y bien proporcionado, su pelo castaño claro combinaba perfectamente con el azul oscuro de sus ojos, sin duda toda una belleza.
Pero todavía me intriga su aparición en mi vida, más bien me da curiosidad su vida, por como ha venido a mi parece una muchacha rica y sin necesidades aparentes, pero si ha pedido ayuda a un extraño, eso quiere decir que esta en problemas que no puede solucionar ella sola. Y si estuviera huyendo de su familia, o si unos ladrones le robaron el equipaje y no puede volver, o…
Mejor dejo mis teorías y me pongo ha dormir, que ya es tarde.
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El sol entraba por la ventana de mi habitación, me levante de la cama y me vestí para ir al colegio. Mire el reloj para saber si tenia que correr o podía ir mas relejado, eran las 6.45, una hora para irme. No es muy normal en mi levantarme tan temprano, normalmente me levanto cuando faltan 20 minutos o cuando Sakura me levanta con una de sus estridentes llamadas.
Fui para la cocina para prepararme un desayuno en condiciones, que hoy iba con tiempo. Mi sorpresa fue que al llegar a la cocina, encima de la mesa había tortitas con chocolate y un pequeño cuenco con macedonia.
-¿Qué coño es esto? – estaba alucinando al ver el esplendido desayuno
Estaba tan embobado que no me di ni cuenta que unos pasos se acercaban hacia mí.
-¿quieres leche o zumo? – una voz me saco de mi embobamiento
Me gire y ví a la chica de ayer. "¡ostia! me había olvidado de ella" pensé cuando la vi. Me había olvidado completamente que ayer se había instalado en mi casa. Me miraba con extrañeza.
-me vas a contestar o te sirvo las dos cosas – no me acordaba de la pregunta y no sabía que contestarle – ¿y bien?
-me repites la pregunta – le dije apenado, ella río ante me penosa respuesta
-te he preguntado si querías leche o zumo para desayunar
-ah… zumo esta bien – al contestarle se apresuro a servirme un vaso de zumo y de paso ella se sirvió otro – ¿todo esto lo has hecho tu?
-si – me miro extrañada – ¿por que no te sientas y comes?
Le hice caso y me senté para tomar el desayuno que se veía delicioso, y lo estaba, solo con el primer bocado de tortita con chocolate, me quede en la gloria. Mientras comía pude fijarme que la cocina estaba ordenada y limpia, también lo debió de ordenar ella mientras dormía.
Mire el reloj de la cocina para controlar la hora, al hacerlo me propuse preguntarle sobre ella misma, ya que ahora que lo pienso no si ni su nombre.
-Hem… - no sabía como empezar – bueno me gustaría empezar con el interrogatorio si no te importa – ella asintió - para empezar ¿como te llamas?
-mi nombre es Aurelia Bianchini
-¿edad?
-17 años
-¿Cómo acabaste en la calle?
-quería cambiar de vida y cuando llegue a Roma me robaron y me quede en la calle
-ya veo… - lo que imaginaba – no tienes familia para pedir ayuda
-no – se quedo pensativa – mi familia vive en Brasil y no me he podido comunicar con ellos
-vaya… y… ¿Cuánto tiempo te quedaras en mi casa?
-bueno si tu me dejas… hasta que me pueda poner en contacto con mi familia de Brasil
No le pregunte nada más. No me parecio que mintiera y además si quería robarme o hacerme algo malo ya lo había hecho. Seguimos comiendo y hablando hasta que llego la hora para irme al colegio.
-bueno gracias por este estupendo desayuno
-es lo menos que puedo hacer para agradecerte lo que estas haciendo por mi
-tampoco es para tanto
Se me quedo mirando, y puso cara pensativa
-¡ya se! – Exclamo de repente – mientras este aquí te ayudare a los quehaceres de la casa
Se negó a aceptar un no por respuesta así que sólo pude afirmar. Me fui para el colegio y ella se quedo en casa, después del colegio me fui a trabajar y empecé un nuevo ciclo de vida junto Aurelia.
La verdad era que con su compañía estaba de mejor humor. Aurelia es una muchacha con mucho sentido del humor y me hacia reír en cada rato.
Los días pasaron y la convivencia con ella iba viento en popa, en las dos semanas que llevamos, no nos hemos peleado ni discutido para nada. Estoy la mar de bien con ella, no penséis mal tampoco, no es que este enamorado ni nada, pero estoy contento de que haya entrado en mi vida. Conversamos de muchas cosas, de nuestras vidas y de más trivialidades.
Me contó que vivía en Brasil, pero que su familia era italiana de Siena, y que había venido para estudiar periodismo, pero se quedo en el intento porque la robaron cuando llego a Roma.
-bueno me voy al colegio… ¡adiós!
-¡que te vaya bien!
Me acorde que tenia que decirle que no iba a pasar por casa esa tarde.
-tengo que hacer un trabajo así que iré al restaurante directamente
-entonces no pasaras por casa
-no
-esta bien ¡adiós! – me despidió desde la puerta
Ese día empezó como cualquier otro, me levanté, Aurelia me sirvió el desayuno, fui al colegio, del colegio a trabajar y del trabajo a mi casa.
Pero no sabia que me iba a encontrar cuando abriera la puerta de mi casa.
