Disclaimer: Sólo el drabble me pertenece.
Claim: Vladimir/Victoria
Summary: Ella era tentación en carne y mujer era fuego, fuego puro.
Notas: 341 palabras; Fanon. Cítricos presentes. Para .Vanilla in Wonderland
*Pasiune: Pasión en Rumano.
Pasiune
(Vladimir/Victoria)
Su mata de cabello rojizo, tan rojizo como el fuego, te encendía. Ella era tentación en carne y hueso.
Esa mujer era fuego, fuego puro. Sus ojos escarlata brillaban maliciosos y eso te encantaba. Victoria tenía una agresividad felina que te hacía perderte en su sonrisa maligna e intoxicantemente sensual. Su mirada evaluadora, lejos de asustarte o ponerte nervioso, te excitaba.
Siempre habías distado mucho de ser impulsivo, mas cuando te guiñó el ojo y comenzó a quitarse la blusa color crema de manera brutalmente sexual, te olvidaste del autocontrol y, luego de acercarte a ella, desgarraste su pantalón.
Los besos eran hambrientos, necesitados. Ambos necesitaban un poco de acción en sus vidas, ambos necesitaban sentir ese calor.
Su aroma era adictivo, sensual y apasionante. Era una mezcla entre limón y naranja. Dirigiste tu boca a su pezón y lo lamiste con éxtasis, mientras desabrochabas su pantalón. Ella te dejó sin ropa alguna y tú le rasgaste sus bragas. Introdujiste tus dedos en su intimidad y ella jadeó de placer.
Mordió suavemente, sin traspasar la piel, tu cuello. Ambos jadeaban debido a la incontrolable pasión.
—Entra ya. — gruñó ella, ordenándotelo. Y obedeciste.
Las embestidas llevaban un ritmo bestial, rápido y furioso. Embestías contra ella sin ningún tipo de delicadeza, y parecía que eso le encantaba.
—Me encanta hacerlo rudo. — dijo ella, lamiéndose los labios —Te da más placer.
—Pues, querida Victoria, yo también adoro ser brusco y salvaje.
Sus bocas se unieron, tú estabas al borde del éxtasis y ella también, el ritmo era cada vez más desesperado. Hasta que ocurrió.
Alcanzó el clímax y eso desencadenó tu propio orgasmo. Un orgasmo como hace mucho no tenías.
Se levantaron y se colocaron la poca ropa que no había sido dañada, ella se volteó a ti y te dijo:
—Fue un placer.
—Igualmente. — contestaste.
Y ella caminó al lado contrario al tuyo. Y eso te gustó, siempre te habían gustado las mujeres que sólo buscaban algo rápido y espontaneo.
Sólo pasión sin compromisos.
